Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

10 de enero de 2012

Capitulo 9 /¿Por qué no ha venido hoy?/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 9 <¿Por qué no ha venido hoy?>


Estaba sentada en el salón, nerviosa, esperando a que Patricia llegase de la comisaría, estaba decidida a contárselo todo, bueno, o quizá una parte de la historia.
En ese momento, Patricia llegó, la miré con miedo y me mordí las uñas.
-Hola- Saludó.
Hice un gesto con la cabeza e inmediatamente me levanté- Patricia, tengo que contarte una cosa...
Ella sonrió- Está bien- me miró de arriba abajo- ¿Estas nerviosa?
Negué con la cabeza, mintiendo- Necesito contártelo. 
-Vale, pero... voy a quitarme el uniforme.
La esperé en el salón, me estaba comiendo todas las uñas, cuando la vi aparecer me acomodé en el sofá y la miré, estaba temblando.
- Bueno ¿que te pasa?
Fijé mi mirada en la suya- verás... ¿Te acuerdas de aquel Ángel que me llamó?
Patricia asintió y alzó una ceja- ¿Que pasa con él?
Agaché la cabeza- Le conocí hace unas semanas y quedé con él y...- la miré- me gusta mucho- hice una pausa- estoy completamente enamorada de él.
Ella sonrió y me dio unos golpecitos con el codo- Si ya lo sabía yo que había algo ¿Está bueno?
Asentí- Me encanta, es... el hombre perfecto para mi- dije con la mirada perdida- es que me enamoró en la primera cita.
-¿Y como es en la cama?
Negué rotundamente- No, de eso nada.
Patricia se quedó boquiabierta y se llevó una mano a la boca- ¿De verdad que no?
-De verdad, es que... le gusta ir despacio, no hemos hecho nada, tampoco nos hemos besado.
Ella soltó una carcajada y me señaló con el dedo- Y tu lo estás deseando ¿A que si?
Fruncí los labios- No sabes cuanto.
Hubo un momento de silencio- Pues nada, si dices que va despacio, síguele el ritmo, si de verdad te gusta...


Asentí y no volvimos a hablar del tema, nos quedamos viendo la tele. Y al cabo de un rato. Patricia me miró.
-Pues esta noche me lo voy a montar con un tío.
Mi mirada se posó en la suya- No puede ser.
-Sí, ha estado en la comisaría esta mañana.
Abrí los ojos como platos- ¿Denunciando o algo?
Ella negó rotundamente- Detenido.
-¿Detenido?- dije casi en un grito- Tu cada vez te lías con gente más rara
Patricia me cogió sonriente del brazo- ¡Tiene un pooolvazo! cuando lo veas se te van a caer las bragas al suelo.
Solté una carcajada, ella siempre tan fina- Pero ¿Que ha hecho?
Negó- al final ha resultado ser una confusión.
-¿Y como se llama?
Ella se encogió de hombros- Pues... no me acuerdo, sólo me acuerdo de su cuerpo... ¡Que cuerpo, Berta! y de esos ojos verdes tan claros que brillan por si solos...
La miré fijamente con una sonrisa, nunca la había escuchado hablar así de un hombre y me dio por pensar que a lo mejor había sentido algo un poco más fuerte por aquel hombre.
-Entonces... ¿Te lo vas a traer a casa?
Asintió- Sí, viene esta noche ¡Tengo unas ganas!
-Oye y... ¿Cuando vas a parar de acostarte con un chico nuevo cada día?
Patricia sonrió- Pues cuando siente la cabeza, hay que vivir la vida Berta, a mi no me gusta estar con la misma persona siempre.
La miré de reojo haciéndome la enfadada- Hombre, pues muchas gracias.
Ella sonrió- No, me refiero a los chicos.


Ese día, estuve pendiente del móvil, esperando la llamada o el mensaje de Ángel, pero parecía que ese día se había olvidado de mi. Viendo la tele, se me pasó el tiempo muy deprisa y a penas me acordé que Ángel no me había dado señales, de repente llamaron al timbre y me sobresalté. Patricia salió corriendo a abrir, la miré de arriba abajo, no se podía haber puesto más guapa, parecía una diosa. Cuando abrió la puerta, un chulazo apareció al otro lado, la boca se me abrió por si sola y al verle la sonrisa el corazón me dio un vuelco.
-¡Madre del amor hermoso!- pensé sin dejar de mirar a semejante hombre- Eso es un cuerpo y lo demás son tonterías. Joder, la perfección existe.
Patricia sonrió y le metió a la casa estirándole del brazo- Mira, esta es mi amiga Berta- dijo señalándome.
Me levanté del sofá nerviosa y le di dos besos- Encantada.
-Igualmente.
Patricia le cogió de la camiseta- ¿Quieres tomar algo o nos vamos directamente a mi cama?
Él se encogió de hombros- Lo que tu quieras.
Ella le dio un piquito- Ve a mi habitación y espérame allí- le empujó por la espalda- al fondo a la izquierda.
Cuando se fue, me miró- ¿Que te parece?
-Esta para hacerle un traje de saliva, Ángel a su lado parece feo y todo.
Patricia se mordió el labio- Voy a hacerle un repaso bien dado- dicho esto, se fue a su habitación con una sonrisa.


Parecía que aquel chulazo y Patricia se entendían bastante bien en la cama pues estaba en el salón y les escuchaba, sinceramente nunca había escuchado a Patricia disfrutar tanto.
Y parecían no cansarse nunca, de repente la puerta se abrió y vi a Patricia entrar en la cocina, la miré atentamente.
-Oye... bajad un poco el volumen, que casi no escucho la tele.
Patricia salió de la cocina, se paró y me miró.
-¿Vuelves a la carga?
Me asintió y me enseñó lo que había cogido, era un bote de nata- Me lo voy a comer, literalmente.
El chico pasó la noche en casa, como era de esperar, pues Patricia parecía no dejarlo salir de su cama. A la mañana siguiente me levanté la primera, la puerta de la habitación de Patricia estaba cerrada, al ver la hora, vi que ya llegaba tarde a trabajar, pero no quería entrar a llamarla por lo que pudiera encontrar, así que decidí que se hiciera ella responsable de sus actos.


Me preparé el desayuno y mientras estaba en la cocina aquel hombre que ya no sabía si era real o no, apreció por la cocina, le miré nerviosa, sin saber que decirle.
-Buenos días, guapa.
Me quedé bloqueada, me había dicho guapa- Bu... buenos días.
Él me sonrió- ¿Desayunando?
-Sí ¿Quieres desayunar conmigo?
El chico se encogió de hombros- Si no es mucho pedir...
Le hice rápidamente el desayuno y nos sentamos en al barra, el uno enfrente del otro.
-¡Vaya noche! ¿Eh?
Soltó una carcajada- Perdona si molestamos mucho.
Hice un gesto con la mano, quitándole importancia- No pasa nada,  si estoy más que acostumbrada.
Él se extrañó- ¿Cómo?
Negué- No, nada, que no pasa nada.
Acabó de desayunar- Oye que bueno estaba esto, muchas gracias- se limpió la boca con la servilleta.
-De nada, un placer desayunar contigo.
Él sonrió y se bajó del taburete- Voy a coger mi chaqueta y me voy, Patricia está durmiendo, yo, me voy porque tengo que trabajar, díselo.
-No, si ella tendría que estar ya en el trabajo.
Sonrió- Anda que si... es un gamberra- fue a coger su chaqueta y en ese momento sonó el timbre, fui a abrir sin mirar quien era y me encontré con Dani al otro lado, el compañero de Patricia, por un momento me quedé pálida, me preocupé por ella, pensé que venía para decirle una mala noticia o para echarle la bronca por no ir a trabajar.
-Hola- me dijo.
-¿Que tal?
Él se encogió de hombros- Oye... ¿Está Patricia en casa? es que hoy no ha venido a trabajar.
-eee... Sí, está aquí.
Dani frunció el ceño- ¿Le pasa algo? ¿Por qué no ha venido hoy?
No le contesté, más que nada porque no sabía que decirle, entonces él siguió hablando.
-Es que estaba de Patrulla y... he pasado a buscarla.
Le miré fijamente- Pues, es que está durmiendo.
El chulazo apareció de repente y me puso una mano en el hombro, le miré.
-Bueno, me voy, te la dejo dormidita- me guiñó un ojo y se fue pasando por al lado de Dani.
Él al ver y escuchar lo que me dijo, se le cayó el mundo al suelo, su  cara cambió por completo y sentí mucha pena por él. Al ver su reacción ante eso, me di cuenta de que él sentía al muy fuerte por Patricia. Le puse una mano en el hombro y me miro a los ojos.
-Lo siento Dani, ha sido una noche larga para ella.
Dani asintió y agachó la cabeza.
-A lo mejor se pasa más tarde por allí.
-Gracias, hasta luego- se dio la vuelta y cabizbajo se fue, yo diría que algo pensativo.


Cerré la puerta, verle así me había dado mucha pena. Sin saber porque, al ver a Dani, me recordó a que Ángel no me había enviado ningún mensaje todavía y eso era muy raro en él, aunque no quería liar las cosas yo sola, así que pensé que estaría pendiente de sus sobrinos o algo por el estilo.
Al cabo de un rato, Patricia apareció por el salón, sonriente y frotándose los ojos, me levanté del sofá y la miré.
-¡Tú! ¿Hoy no piensas ir a trabajar?
Patricia frunció el ceño y miró a todos lados- ¿Dónde está mi bombón? 
La miré de arriba abajo- ¿Tu bombón? haciendo lo que deberías de estar haciendo tú, trabajando.
-Joder- miró el reloj- ¡Vaya horas, me van a matar!
Asentí- Pero no sólo tu jefe.
Ella me miró fijamente- ¿Cómo?
-Dani ha estado aquí, sabe que te has acosado con ese hombre perfecto.
La cara de Patricia en ese momento fue todo un poema.


Continuará...

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