Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

25 de enero de 2012

Capitulo 3 ¿Nos vemos esta tarde?

Spin off de la historia anterior:


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 3 <¿Nos vemos esta tarde?>


Corriendo me levanté del sofá, había recibido una de las mejores llamadas de mi vida. Volví a  trabajar, no podía creerlo, Miki tenía razón en aquello que me dijo. Estaba muy contenta e ilusionada, no había estado mucho tiempo sin trabajo pero se me había hecho eterno. Cogí mi móvil y llamé a mi amigo, le di la noticia muy ilusionada y él me dijo que era de esperar, que yo lo valía.
Colgué y me fui corriendo a buscar mi uniforme, no tenía tiempo que perder, me había dicho que si podía ir ese día mucho mejor. Iba descalza, y como dice la ley cada vez que vas descalza y pasas por al lado de la cama, te tienes que dar un golpe en el meñique, y eso me pasó, me di un fuerte golpe.
-¡Me cago en su puta madre!- exclamé sentándome en la cama. Me cogí el dedo y lo acaricié varias veces- ¡joder, como duele!
Decidí hacerme la valiente y ponerme en pie par seguir vistiéndome, lo hice a toda prisa y cojeando salí al salón, cogí las esposas, me las colgué del pantalón y salí de casa con una sonrisa.


Entré en comisaría feliz, saludando a todo el mundo y abrazándome con los que tenía más confianza. Por un pasillo me encontré con Dani, este se quedó parado con los papeles en la mano, mirándome fijamente, al reaccionar, sonrió- ¡Hombre, pero si ha vuelto lo más bonito de esta comisaría!
Le miré con los ojos llenos de vida y sin que se lo esperase, le di un abrazo.
-¿Como es que has vuelto?
Sonreí y le puse una mano en el hombro- No podía dejarte más tiempo solo- hice una pausa- Me han dicho que últimamente le miras mucho el culito a Noelia- tras decirle esto seguí mi camino, pero antes de que estuviera más lejos, Dani me preguntó.
-¿Y quien te ha dicho eso?
Me giré sorprendida- ¡Ah, que es verdad que le miras el culo!- le señalé con el dedo y negué con la cabeza- ¡Que fuerte!- me giré y continué andando, de repente, un compañero llegó corriendo y se paró delante de mi, le miré extrañada, él me puso una mano en el hombro y trató de respirar con normalidad antes de hablarme.
- Patricia, te necesitamos.... tienes que interrogar a un hombre que supuestamente ha robado en una casa.
Sonreí- Pero... ¿Está bueno?
Él me miró extrañado y retrocedió un paso- ¿Eh?
Negué con una sonrisa- Nada, nada- empecé a andar y él vino detrás- pasadme todos los informes que los lea, no puedo interrogar sin tener ni puta idea de lo que ha hecho.
Mi compañero asintió y se fue a por los papeles, me metí en la sala donde estaban viendo al detenido que estaba solo atraves de una cámara. Me senté en una silla y miré de reojo la pantalla, era un chico normal y corriente, no me llamó mucho la atención. Leí detenidamente los informes que me había dado mi compañero antes de entrar, cuando acabé, fui decidida  a hacer que confesara todo.
-Patricia-me llamó un compañero antes de salir, me giré y le miré- Lleva cuidado, porque contesta de mala manera.
Una sonrisa se me dibujó en la boca al escuchar aquello- ¿Ah, sí? pues a mi en eso no me gana nadie- salí de la sala y antes de entrar donde estaba el detenido, suspiré. Entré seriamente, imponiendo autoridad. Él me miró de reojo y empezó a sonreír. Me paré delante de él y me miró a los ojos.
-¡Vaya! ¿Ahora a los detenidos le hacen un striptease?- alzó las cejas- ¿Te vas a desnudar?


Le miré con esa mirada que según Berta, era escalofriante- ¡Un graciosillo, por lo que veo!- me crucé de brazos- mira tío, a mi no me gusta que me hagan esperar, así que ya puedes estar contándomelo todo.
Aquel hombre me miraba fijamente- Pues... que tienes un polvazo, eso es lo que tengo que decir.
Me apoyé bruscamente en la mesa y le agarré de la camiseta- ¿Eres gilipollas? ¿Como puedes hablarle así a un policía?
El chico agachó la cabeza. Me hice hacia atrás y empecé a dar vueltas por la sala. Mientras, mis compañeros alucinaban viendo lo que pasa por la cámara, no se podían creer que tratase así a la gente y que me saliera tan natural, sin cortarme un pelo.
No paraba de dar vueltas, aquel tío se resistía a contestar, pero yo era mucho más dura que él.
-Cariño, cuando te niegas a contestar es por algo ¿No crees?
El chico me miró, pero no dijo nada. Resoplé y me senté en una silla, enfrente de él, subí los pies encima de la mesa, vacilante. Estuvimos un rato en silencio, le miré a los ojos y alcé una ceja, como diciéndole "Venga ya ¿no?"
Estuve un rato más con los pies encima de la mesa, en silencio, hasta que mi paciencia se agotó, me levanté de repente y di un golpe en la mesa.
- Explícame de una puta vez porque robaste en casa de esa señora.
Él me miró sonriente- ¡Que guapa estás cuando te enfadas!
Apreté con rabia la mandíbula- Mira idiota, me estás tocando  mucho los cojones y eso que no tengo.
Él alzó las cejas mirándome fijamente.
- A lo mejor si estuvieras bueno después de todo te llevaría hasta mi cama.
La cara del chico en ese momento era todo un poema.
- Pero como a parte de ser feo eres un gilipollas...
Hubo un momento de silencio y le agarré bruscamente de la camiseta- O me lo dices ya o...
-¿O qué?- me dijo con una sonrisa, algo que me sacó completamente de mis casillas y sin pensarlo le di un bofetón en la cara. Él me miró con la boca abierta, no podía que le hubiera pegado.
-Dímelo ya...- dije empezando a estar impaciente.
Él no dejaba de mirarme con esa maldita sonrisa de vicioso, esa sonrisa con la que se vía claramente que me estaba desnudando con la mirada, aquella mirada era la que tanto me estaba impacientando.
-¿Quieres que te lo cuente todo?
Le miré cruzándome de brazos, estaba muy seria.
-Chúpamela- me guiñó un ojo- y te lo diré todo, todo lo que quieras...
Alcé las cejas sonriente y asentí, dándole a entender que estaba de acuerdo, él sonrió alegre porque había aceptado el trato. Me incorporé en la mesa mirándole de una forma muy sensual y de repente, sin que se lo esperase le solté otra bofetada.
-¡Que te la chupe tu madre! ¿No te jode?


En ese momento dos de mis compañeros entraron en la sala y me pidieron que saliera, me echaron la bronca por haberle pegado ya que no debía de haberlo hecho, me disculpé y me pidieron que por favor continuara haciendo otras cosas, que de aquel tipo ya se encargaban ellos.
Decidí ir a por un café, para relajarme, aquel chico me había puesto muy nerviosa, allí estaba Dani, hablando con unos amigos, al verme llegar se separó de ellos y vino conmigo, se apoyó con el brazo en la máquina del café y me miró sonriente.
-Que alegría volver a verte por aquí.
Removí el café y le miré de reojo, decidí no contestarle.
-¿Que te parece si nos vemos esta tarde?
Le miré fijamente a los ojos- ¿Estas intentando ligar conmigo?
Él soltó una carcajada nerviosa y desvió la mirada, empezaba inquietarse, no se le daba muy bien eso de ligar.
Negué y bebí un trago del café- Esta tarde creo que estaré ocupada.
Él frunció el ceño e inmediatamente me pasó una mano por la mejilla, cariñosamente me puso el pelo tras la oreja. Volví a darle un sorbo al café y me acerqué a su oído.
-Dani, no sé que pretendes... pero ya te dije que yo no quiero nada, y tú si.
Él suspiró y retrocedió un paso. Se había quedado sin nada que decirme. Agarré con fuerza el café- Tu sientes algo por mi y eso podría hacerte mucho daño.
Se metió las manos a los bolsillos, agachó la cabeza y se dio la vuelta para irse de allí. Le seguí con la mirada hasta que desapareció.


Continuará...

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