Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

30 de noviembre de 2011

capitulo 22 /Quiero mi espacio/


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES


capitulo 22 <Quiero mi espacio>


-Ven aquí, tenemos que hablar de lo del otro día-Los gritos de Berta rebotaban por toda la casa. Dani y ella habían vuelto a discutir, como hacían siempre desde aquel día que Dani llegó enfadado y le pegó.
-No hay nada que hablar, Berta-le gritó Dani desde la habitación. Berta se sentó de brazos cruzados en el sofá y empezó a llorar.
-¿Qué le pasa a nuestra relación, Dani?-le gritó. Al escuchar eso, Dani salió a buscarla y se paró delante de ella, mirándola fijamente.
Se encogió de hombros-No sé. ¿Qué le pasa?
Berta le miró fijamente y después agachó la cabeza mientras una lágrima le caía por la mejilla
-Berta, así no podemos seguir-Le dijo Dani. Berta le miró a los ojos
-¿Me estás diciendo que tenemos que romper?
Dani abrió los ojos como platos-¡No!-dijo-No podemos seguir discutiendo así, todos los días, esto tiene que terminar
-Dani, nuestra relación no va bien…-se limpió las lágrimas-Joder, nosotros antes éramos felices ¿Qué nos pasa?
Dani se quedó mirándola fijamente y se encogió de hombros. Entonces Berta decidió corregirse.
-Bueno, mejor dicho, que te pasa a ti, porque últimamente estás muy raro
Dani se puso una mano en el pecho-¿Yo? ¿Ahora resulta que soy yo?
Berta asintió-Sí, tú. No hay quien te aguante últimamente
-Pero ¿Qué dices?
Berta se levantó del sofá y resopló-Dani, basta ya, dejemos el tema-le dijo dirigiéndose a la cocina. Dani la siguió enfadado
-No, no, me dices que soy yo y luego quieres cambiar de tema…eso no me vale
Berta frenó en seco y le miró a los ojos-Mira, yo, no quiero discutir más contigo. Dani, te quiero, y si tú sientes lo mismo vamos a hacer un esfuerzo porque esto termine bien ¿Vale?
Dani asintió y entonces se preparó para confesarle algo que pensó que nunca le contaría.

La cogió de la mano y la sentó en el sofá-Lo que te voy a contar ahora, por favor, espero que lo entiendas
Los ojos de Berta se abrieron y se preparó para escuchar lo peor
-Berta…-le cogió una mano y se la besó-tengo un problema
Mi amiga frunció el ceño-¿Qué pasa?
Dani agachó la cabeza-Desde hace un tiempo, unos amigos del barrio me ofrecieron probar un poco de cocaína
Berta le miró con la boca abierta-Dani…no me digas que…
Dani asintió-La probé-agachó la cabeza y lleno de rabia le dio un puñetazo al sofá-¡La probé!-gritó-y me enganché a ella, Berta. Fue lo peor que pude hacer en la vida-la miró fijamente-Y, aquel día que te pegué fue porque tenía mono de ella y no tenía, lo siento si te hice daño
Sin responderle, Berta le dio un abrazo. Le sujetó la cara con las dos manos y le miró a los ojos-No te preocupes cariño, yo te voy a ayudar a salir de esta-tras decirle esto le dio un beso en los labios y Dani la volvió a abrazar.
-Gracias por entenderme-Le dijo cerrando fuertemente los ojos en el abrazo.
-Por ti lo que haga falta-le miró a los ojos-esto me lo tenías que haber contado antes…
Dani se encogió de hombros-No quería hacerlo, tenía miedo
Berta esbozó una pequeña sonrisa
-Cariño, estoy aquí siempre, para lo bueno y para lo mano
Dani le dio un beso-Gracias-Hizo una pausa-No sabes lo malo que es vivir enganchado a algo. Nunca te metas en ese mundo Berta, luego no sabrás salir
Berta le cogió una mano-No me meteré Dani, y te juro que te sacaré de ahí
Dani le sonrió y volvieron a abrazarse.

Mientras, mi relación con Ángel estaba cada vez siendo más rara. “Cariño, he quedado con mis amigas”-me decía casi siempre.
-Sí, sí, mucho cariño, cariño pero cariño últimamente no me das ninguno-pensaba cada vez que se iba con ellas. Ponía sonrisa falsa y le decía que se lo pasara bien, cuando en realidad estaba deseando que se pelease con ellas o que se les pincharan las ruedas del coche y no pudieran quedar con él.
Empezaba a sospechar que las palabras de Ángel solo me mentían, que en realidad había dejado de quererme y yo llevaba unos cuernos encima que no podía con ellos. Pero no me gustaba pensar en eso, de alguna manera sabía que me equivocaba. Ese día le llamé y me lo cogió una de sus amigas.

-¿Dígame?
-Hola, eh… ¿Quién eres?
-¿Quién eres tú?-me preguntó ella
Fruncí el ceño-A ver, estoy llamando a Ángel y me contesta una mujer ¿Me he equivocado?
-No, no, este es el móvil de Ángel
-¿Me lo puedes pasar? ¿Qué hace?
-¿Quién eres?-me volvió a preguntar
-Pásamelo
-Está ocupado
Fruncí el ceño-Me da igual, tengo que hablar con él, dile que soy Patricia, verás que pronto se desocupa
La chica soltó una carcajada-¿Patricia?-me preguntó sin saber que era su novia
-¿Qué está haciendo si puede saberse?
La chica no me contestó, la escuché hablar con él-¡Es una tal Patricia!
De inmediato, Ángel se puso al otro lado-¡Patricia!-me dijo sorprendido
-¿Quién era?-le pregunté directamente
Ángel sonrió algo nervioso-Mi amiga, Paula
Agaché la cabeza-¿Por qué ha contestado ella? ¿Dónde estabas?
-He salido a fuera, a la moto un momento
Respiré hondo-Ángel… ¿Qué haces ahí?
-Pues, estar con mis amigas Patri ¿Qué voy a hacer?
Sin pensarlo, comencé a ponerme sentimental-Ángel, nuestra relación se distancia, no quiero que se distancie, quiero estar contigo. Te necesito, Ángel. Llevo mucho sin notar tu amor, sin notar tus besos
-Cuando termine ya nos vemos-me dijo sin más
Me quedé dolida, me molestó que me dijera aquello de aquel modo
-Ángel…-Hice una pausa-¿Ya no me quieres?
Ángel miró a Paula, no quería contestarme delante de ella, pues no sabía que tenía novia y no quería que se enterase.
-¿No me contestas? ¿Cómo me tengo que tomar eso?
-Patricia…
No siguió hablando, se quedó ahí parado, fuera lo que fuera a decirme se vio interrumpido por la presencia de Paula.
Negué con la cabeza-Ángel…me estás haciendo daño. Si ya no me deseas, si ya no me quieres, dímelo, rompe conmigo, pero no me hagas sufrir de esta manera-tras decir esto, le colgué.

Ángel se quedó con el teléfono en la oreja-¿Patricia?-preguntó a la nada y después se lo guardó en el bolsillo, muy molesto. Ahora estaba preocupado por lo que acababa de pasar.
-¿Pasa algo?-le preguntó Paula
Ángel le negó-No, no pasa nada
Paula frunció el ceño-¿Quién era?
Ángel la miró a los ojos-Una amiga resentida-mintió
Paula sonrió-¿Te la tiraste?
Ángel forzó una sonrisa y negó con la cabeza-No
En ese momento Paula le dio un beso en la mejilla.

Dani entró a la casa de Berta dando un portazo. Berta, que estaba en la cocina preparándose un café, salió a ver lo que pasaba y vio a Dani con cara de pocos amigos. Se acercó a él.
-Dani ¿Qué te pasa?
Dani fijó la mirada en ella-¿Qué qué me pasa?
Berta asintió-¿Con quién te has enfadado?
-Con nadie-respondió más alto de lo normal
Berta frunció el ceño y le puso una mano en el hombro-No estás bien
Dani le apartó bruscamente la mano-¡Déjame!
Mi amiga se había dado cuenta de que los ojos de Dani estaban rojos, y ya sabía lo que le había pasado, había vuelto a caer en las drogas. A pesar de que ella le estaba ayudando, él, había vuelto a caer.
Le persiguió en silencio hasta el salón. Dani se dejó caer en el sofá y la miró con la mirada perdida.
-Dani…no me digas que, ¿te has vuelto a meter?
Él cerró los ojos y se llevó una mano a la cabeza-¿Estas tonta? ¡Claro que no!
Aquello no la convenció, sabía que le mentía.
-¡Dani!
Él abrió los ojos y la miró-¡Está bien!-gritó-¡Me he metido!-se pegó un manotazo en la cara-¡Soy idiota, lo he vuelto a hacer!
Berta se sentó junto a él y le cogió las manos-No te pegues Dani
De repente una lágrima le cayó por la mejilla-Soy idiota, y te he fallado-le dijo mirándola a los ojos-Lo siento

En ese momento Berta le dio un abrazo y un beso en la cabeza, sabía que era lo que necesitaba.
-¿Por qué lo has vuelto a hacer?
-Me llamaba Berta. Gritaba mi nombre…estoy perdido para siempre en ese mundo
Berta negó con la cabeza y le dio un dulce beso en la mejilla-No, no estás perdido para siempre si yo estoy aquí para sacarte de él.
-¡Tus intentos son nulos! ¿No lo ves?-le gritó-Me estas ayudando y yo como un gilipollas he vuelto a caer
Berta agachó la cabeza-Esto lleva su tiempo, Dani, no será fácil, pero lo conseguirás
En ese momento Dani esbozó una sonrisa-Vales más que nadie-tras esto, ambos se envolvieron en un abrazo lleno de amor.

Ángel se despidió de Paula con dos besos, ella le dijo que quería volver a verle pronto, él se pensó la respuesta pero al final se limitó a asentir.
Se puso el casco bajo la mirada de Paula, que le observaba parada en la puerta. Después se montó en la moto, le dijo adiós con la mano y se fue, se fue directo a mi casa, después de lo que le había dicho por teléfono necesitaba verme, aclarar las cosas. Puso la moto a toda velocidad y en menos de cuatro minutos llegó a mi casa.
Aparcó la moto en la puerta y guardó el casco bajo el asiento, antes de llamar al timbre respiró hondo y después llamó tres veces seguidas. No tardé en abrir, al alzar la mirada y verlo, mi corazón dio un vuelco. Me limpié una lágrima que estaba a punto de caer. Había estado llorando y por la cara que puso al verme, sabía que se había dado cuenta.
-Hola-me dijo. Yo ni le saludé, dejé la puerta abierta y me fui a sentarme en el sofá. Ángel entró, cerró y se vino detrás de mí.
Al sentarse a mi lado, ni le miré. Él fijó su mirada en mí y después respiro hondo.
-Patricia…
Le miré aguantándome no llorar-¿Qué?
Me puso una mano en la rodilla-Perdona por lo de antes
Respiré hondo-¿Qué te perdone?-le dije enfadada. Él me asintió-¿Qué te perdone?-repetí-O sea, que, te pregunto que si ya no me quieres y no me contestas y ¿ahora quieres que te perdone?
-Lo siento Patricia
Le miré fijamente a los ojos-Ángel…te has quedado callado, no me has respondido, eso, no se piensa
-Es que…
-¡Es que no!-grité levantándome del sofá-es que si ya no me quieres lo dejamos Ángel, no me hagas esto, no me hagas sufrir por favor
Ángel agachó la cabeza, lo que hizo que mis ideas de que ya no me quería estuvieran más claras aún.
-De puta madre-dije irónicamente y me senté delante de él, en la mesa bajita que había delante del sofá. Ángel me miró sin saber que decir.
-¿Por qué no me has contestado? ¿Es verdad que ya no me quieres?
-No, no es verdad
Fruncí el ceño-Entonces… ¿Por qué no me has contestado?
-Paula estaba delante
Abrí los ojos como platos-¿Y qué? Tú estabas hablando con tu novia
Al decir esto Ángel me miró de una manera en la que me dio a entender que su amiga no sabía que tenía novia. Me levanté de la mesa
-¡Perfecto! No quieres decirle a esa tal, Paula que tienes novia ¿Verdad?-Ángel me siguió con la mirada-Y… ¿Por qué no quieres que sepa que tienes novia? Porque te la quieres tirar y si le dices que tienes novia no podrás, claro, ahora lo entiendo todo. Por eso te gusta irte tanto con ellas, y claro, cuando dices que te vas con la dos en realidad solo te vas con una, con la que te gusta…
Ángel agachó la cabeza. Le miré fijamente y me contuve una lágrima.

-¿Eso significa que tengo razón en todo?-le pregunté al ver que agachaba la cabeza. Ángel me miró de repente y negó rotundamente.
-No, no tienes razón, te equivocas en todo Patricia
Suspiré-Entonces no entiendo nada
Ángel me miró fijamente-Mira, yo…necesito mi espacio ¿Vale?-me dijo no de muy buenas formas
Abrí la boca sorprendida-¿Qué?
-¡que necesito mi espacio, mi tiempo! ¡También quiero estar con mis amigos!
Desvié la mirada por un momento-pero es que lo que pasa, es que te tiras más tiempo con ella que conmigo y eso me molesta… ¡Yo te necesito Ángel!-le grité dándome palmaditas en el pecho
-Ya lo sé, pero comprende que tengo a más gente con la que estar
Negué-Esto es muy fuerte…me estas dejando de lado poco a poco
Ángel agachó la cabeza-Patricia, yo nunca te dejaría de lado y lo sabes
-¡Pero Ángel!-me quedé callada durante unos segundos, iba a llorar, por eso tuve que parar, para intentar contenerme. La cara de Ángel se llenó de pena al verme con ganas de llorar, pero no quería venir a consolarme, tenía miedo de que le rechazase-Estas empleando demasiado tiempo en los demás ¡que me encuentro sola, que no te tengo y siento asco, que me quiero morir! Además, podrías estar conmigo y con tus amigos a la vez ¿No?
Ángel se levantó del sofá-No sería lo mismo
Fruncí el ceño-Claro, no ligarías tanto entonces…
-¡Ya está bien Patricia! Piensa lo que te dé la gana, yo quiero mi espacio y me lo tomaré, cuando quieras algo de mí, me llamas

Tras decir esto, se fue de mi casa, dejándome allí sola, de pie en el salón, conteniéndome las lágrimas. Al escuchar la puerta cerrarse, una tras otras las lágrimas empezaron a caer por mis mejillas. No sabía que había pasado, pero Ángel se había ido. Me senté en el sofá y empecé a llorar, a llorar sin el consuelo de nadie. Pensando que a lo mejor Ángel se habría ido de nuevo con esa tal Paula, y lo que más me molestaba es que no sabía si iba detrás de ella. Por como se había comportado él tras las preguntas, quedándose en silencio y agachando la cabeza, me daba a mí que si que quería algo. Conocía a Ángel y cuando yo llevaba razón siempre quedaba callado.

Continuará...

29 de noviembre de 2011

Avance de Patricia en BuenAgente

capitulo 21 /Lo siento Patricia, de verdad/


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES


capitulo 21 <Lo siento Patricia, de verdad>


Llevaba un tiempo rara, estaba muy pegada a Ángel, quería estar con él las 24 horas del día, constantemente le llamaba para saber que estaba haciendo, como estaba y con quien estaba. Pensé en que quizá me estaba pasando un poco, le tenía como acosado. Lo que me extrañaba es que él no me llamase la atención, que no se sintiera agobiado, a lo mejor le gustaba que estuviera así con él. Y es que últimamente Ángel no paraba de hablar con unas chicas, no paraba de quedar con ellas y eso me ponía muy nerviosa. Antes de empezar una relación con él, había conocido como era personalmente y por eso me inquietaba cuando había estado hablando con ellas, porque sabía que Ángel era un don Juan, y que si alguna se le lanzaba no le iba a decir que no.

Aquel día, iba de camino a mi casa cuando le vi sentado en su moto, con el casco bajo el brazo y mirando a un supermercado. Él no me vio a mí, ya que, antes de que pudiera verme, me escondí en la esquina de la calle. Cerré los ojos y respiré hondo-¡Tranquila Patricia!-me dije a mí misma-No pasa nada, no te líes tu sola.
Volví a mirar y vi salir a una chica morena, no muy alta, con unos ojos muy bonitos, grandes y claros. Ángel le sonrió de una manera que no me gustó nada y ella se paró delante de él. La chica tenía unos pechos bastante grandes y pude ver que desde la altura de Ángel, con el escote que llevaba se lo estaba viendo todo, así que, menos a los ojos, le estaba mirando a todas partes.
Me apoyé en la pared y resoplé, apreté el puño y me volví a asomar para seguir viendo lo que pasaba.
Nada fuera de lo normal, ambos hablaban y ella se reía. Ángel no se baja de la moto, ni ella tenía intención de subir. Simplemente, hablaban.
Lo que me molestaba era que Ángel no me hubiera hablado de aquella chica nunca. Tuve que ser yo quien descubriera que se veía con otras a mis espaldas, y me molestó más que si me lo hubiera dicho él mismo.

Volví a mirar y ella le tenía una mano puesta en la rodilla, él se la acariciaba lentamente. De repente, dejó de hacerlo y se sacó el móvil del bolsillo, alguien le estaba llamando. Estuvo hablando un momento con ese alguien que le había llamado, hacía señas con las manos, parecía que le estaba indicando como llegar a donde estaban.

Volví a apoyarme en la pared y volví a resoplar, esta vez más fuerte, tenía ganas de presentarme allí por sorpresa, solo para ver como cambiaban las cosas o la explicación que me daba Ángel. Pero decidí no hacerlo, decidí seguir mirando allí, a escondidas, para ver que se traía mi chico entre manos con aquella tipa.
Siguieron hablando como dos buenos amigos, y a los cinco minutos otra morena apareció por allí y les dio dos besos a los dos. Ahora comenzaron a hablar los tres, Ángel no se bajó en ningún momento de la moto y parecía más contento de lo normal.
-¡Patricia ve a saludarles, dale un beso a tu novio, joder!-pensé al verle sonreír tanto hablando con aquellas chicas-¡Ya sé lo que voy a hacer!-pensé con una sonrisa de malvada en la boca. Y entonces le llamé. Con el móvil en la oreja, miré la escena. Ángel sacó el móvil del bolsillo y sonriente les dijo a las chicas que era yo la que llamaba. Sonrieron y se miraron entre ellas. Ángel lo cogió.

-¿Si?
-¡Ángel, cariño!
-Hola guapa
-¿Qué? ¿Dónde estás?
Ángel miró a todos sitios y después miró a las chicas, que estas le hacían señales, como diciéndole lo que me tenía que decir.
-Estoy…me acabo de subir a la moto, he ido a comprar
Aquello me dolió. Ángel me estaba mintiendo, algo que nunca pensé que haría
-¿Vas a tardar mucho?
-Eh, no, creo que no
-¿Vas a tu casa?
-Sí, pero antes, voy a pasar por la casa de Dani a coger una cosa-me mintió
Me quedé en silencio por un momento. No sabía que decirle.
-¿hola?
-Estoy aquí
-¿Te pasa algo? ¿Estás bien?
Asentí-sí- una lágrima estaba a punto de caer por mis mejillas, pero me contuve-¿Estas solo?
-Sí
Cerré los ojos fuertemente y tomé aire. Me estaba destrozando el corazón y no se estaba dando cuenta.
-Ángel… ¡Te quiero!-aquel te quiero me salió del alma, fue el “te quiero” más sincero de mi vida. Era un “te quiero” dicho con miedo, con miedo a perderle.
Vi que Ángel se mordía el labio y miraba a las chicas con las que hablaba, después agachó la cabeza.
-Nos vemos-me dijo sin más y me colgó.

En aquel momento, el corazón me estalló. Decidí irme de allí, no ver más aquella escena, no ver lo que iba a pasar después. Quizá era mejor vivir en la ignorancia, me fui andando a paso ligero hasta mi casa.

Ángel estuvo un tiempo más hablando con esas dos chicas de buen ver. La bajita y tetona se llamaba Paula, y la otra Cristina.
Continuamente Ángel les regalaba su sonrisa de ligón. Siempre usaba esa sonrisa cuando le gustaba alguna, sabía con eso y una buena mirada, ya las tenía para lo que quisiera.
-Me gusta tu moto-le dijo Paula
Ángel sonrió y le alzó una ceja-Cuando quieras la probamos
Paula sonrió tímidamente y miró a su amiga.
-¿Me puedes guardar esto debajo del asiento?-le pregunto dándole una bolsa que llevaba en la mano que acababa de comprar en el supermercado
Ángel asintió y se bajó, abrió el asiento y la guardó. Después, no se volvió a sentar en la moto.
-¿Tú has aparcado cerca?-le preguntó a Cristina. Esta asintió y le explicó donde había dejado el coche
Paula miró a su amiga con una sonrisa y después agachó la cabeza, parecía que ambas se habían leído la mente.
Ángel las miró con una sonrisa, las miraba a una y a otra con una mirada un tanto extraña, una mirada que las puso nerviosas e hizo que le entrase la risa tonta.
-¿Qué pasa chicas?
Paula le miró mordiéndose el labio de una forma fuera de lo normal. Ángel sonrió y la agarró de la cintura. La acercó a él y jugó a hacerle cosquillas, esta se reía, al cabo de unos segundos Ángel la soltó.
-¿Me vais a decir lo que pasa?-Preguntó sonriente
-Bueno-dijo Cristina-Ángel, que, ya nos vamos, que mañana nos llamamos y quedamos en otro sitio y más tiempo ¿Vale?
Ángel asintió y miró a Paula-¿Te vas con ella?
Paula encogió un hombro y le puso carita de buena-Bueno, teniendo en cuenta que tú tienes mis cosas…
Ángel le sonrió y miró a Cristina-Adiós Cristina, la llevo yo
Cristina sonrió y después sonrió a su amiga-Adiós-Retrocedió unos pasos y cuando estaba lejos y Ángel no miraba, le hizo a su amiga un gesto de “Ok” con la mano. Paula asintió y se quedó con una dulce sonrisa en la boca.

Ángel le dio su casco y la ayudó a ponérselo. Después se subió a la moto y Paula se montó detrás. Lo primero que hizo fue agarrarse bien fuerte a él. Ángel giró un poco la cara para hablarle.
-No tengas miedo, tú agárrate todo lo que quieras ¿Vale?
-De acuerdo. ¡No corras!-le gritó
Ángel soltó una carcajada, arrancó y a la velocidad de la luz se incorporó al tráfico.
Al llegar a la casa de Paula, esta se bajó y le dio el casco a Ángel, él se bajó también y se quitó el suyo. Ella estaba nerviosa, aunque Ángel no lo notó.
-Bueno-le dijo mientras él guardaba el casco. Ángel se dio la vuelta y le sonrió-Aquí estamos-le dijo desviando la mirada.
Ángel asintió y respiró hondo-Me gusta tu casa-dijo imitándola a ella cuando había dicho que le gustaba su moto. La chica soltó una nerviosa carcajada y se mordió el labio.
-Pues…por dentro es muy bonita
Los ojos de Ángel se iluminaron por un momento
-¿Quieres verla?-le preguntó Paula.
Ángel se encogió de hombros y quitó las llaves de la moto, la cerró y le dijo-venga, está bien. El corazón de Paula dio un vuelco al escuchar que aceptaba.

Abrió la puerta y entraron. Ángel lo miró todo de arriba abajo y Paula, muy contenta de tenerle dentro cerró la puerta y le hizo de guía. Le enseñó el salón, el baño, la cocina, la despensa y al llegar a la puerta de su habitación se paró delante de él y le dijo.
-Y esta es la habitación que más me gusta-Ángel sonrió-¿Has visto que cama más grande que tengo?
Mi chico asintió y fue a sentarse en ella. Dio unos pequeños botes, como probando la dureza-La verdad es que tiene pinta de dormirse bien aquí
Paula se paró delante de él y ambos se miraron a los ojos, ella le regaló una sonrisa algo picarona-Se duerme que te mueres, pero se pueden hacer otras cosas mucho mejores en esta cama.
Ángel alzó las cejas-Claro, eso lo sabes tú mejor que yo-soltó una carcajada tras decir esto y miró a Paula a los ojos, esta, estaba aún con esa sonrisa picara.
-¿quieres comprobar su confortabilidad?-le preguntó
Ángel se levantó un poco asustado ante la idea de que Paula se fuera a lanzar, pues lo que le había dicho solo le llevaba a pensar en esa opción.
-Ya la he probado-le dijo saliendo del apuro y automáticamente salió de la habitación-bueno, tienes una casa muy bonita, espero que me invites si haces alguna fiesta aquí, ya me tengo que ir-le dijo dirigiéndose hacia la puerta
-¿Ya te vas? ¡Quédate un poco más!-le suplicó Paula andando tras él
Ángel sonrió, le encantaba tener locas a las chicas, le encantaba que le suplicasen y que fueran tras él. Abrió la puerta y se dio la vuelta-Escucha, me tengo que ir ¿De acuerdo, Paula?-le dijo acariciándole la cara- ¡ya hablamos otro día!-le dio un beso en la mejilla y salió dejando que la puerta se cerrase tras él.

Mientras tanto, yo, estaba en mi casa, tenía ya todas las uñas mordisqueadas, estaba muy nerviosa. Mi novio no llegaba y me temía lo peor. Habíamos quedado en que vendría a mí casa. Me dijo que iba a casa de Dani, pero sabía perfectamente que se iría con las chicas con las que hablaba. De repente, llamarón al timbre y al abrir, él apareció. Sin saber porque, le miré con otros ojos, ahora, al ver que había estado hablando con ellas y que me había mentido, no me sentía cómoda. Me sonrió y entró.
-Hola cariño
-¿Cómo se atreve a llamarme cariño?-pensé mientras sonreía falsamente. Él se acercó a mí y me dio un besito en los labios.
-¿Qué? ¿Has ido a casa de Dani?-le pregunté para intentar pillarlo. Al escuchar la pregunta desvió la mirada, se le daba muy mal mentir y sabía que le pillaría.
-Eh, sí, vengo de allí
Asentí y me senté en el sofá, Ángel se sentó a mi lado.
-¿Qué has comprado en el súper?-le pregunté para ver lo que me decía
Volvió a desviar la mirada-He comprado unas patatas y un paquete de coca-colas
Agaché la cabeza. Me dolían sus respuestas, sabía que era mentira, lo había visto y me sorprendía que me mintiera con esa facilidad. Si yo no le hubiera visto me lo hubiera creído y a partir de esa conclusión, decidí no confiar tanto en él.

Pasamos un rato viendo la tele, él me notaba rara, no le miraba, no le hablaba. Normalmente yo no era así con él. Cuando estábamos en el sofá, le abrazaba, le besaba, le decía cositas…
Y al notarme mal no dudó en preguntarme, ya que no quería verme así y quería hacer todo lo posible por ayudarme.
-Patricia-le miré-¿Te pasa algo?
Negué con la cabeza y seguí viendo la tele, entonces él me puso una mano en la rodilla y le volví a mirar.
-¿Qué te pasa?-insistió él.
Me encogí de hombros-te digo que no me pasa nada
Ángel se puso serio-Patricia…quiero que me lo cuentes, sabes que te puedo ayudar. Me da igual lo que sea, cuéntamelo, no soporto que estés mal y no me lo digas…
Le miré a los ojos y tomé aire-Está bien ¿quieres saber lo que me pasa?
Ángel me asintió y me apretó en la rodilla
-Lo que me pasa es que no me gusta que mi novio me mienta
Ángel frunció el ceño-¿Cómo?
Asentí enfadada-No me gusta que mi novio me mienta, si me miente… ¿Entonces qué? ¿Cómo voy a confiar en él?
-¿Qué quieres decir?
Agaché la cabeza y volví a tomar aire-Ángel-le miré a los ojos-Me has mentido…te he visto en dos chicas hace un rato y sé que no has ido a la casa de Dani, sé que esas chicas te llaman y te escriben mensajes, que has quedado con ellas más de una vez…y tú, no me has dicho nada, que eso es lo que más me duele
Ángel agachó la cabeza-Lo siento, no quería que te enfadases
Suspiré-¿Enfadarme?
Ángel se encogió de hombros-No sé, celos quizá…
Negué-Yo no soy celosa
-Lo siento-Dijo sin más
Le miré a los ojos-Joder Ángel, si vas con ellas quiero que me lo digas, porque entonces mi cabeza empieza a pensar en cosas que no son y yo me vuelvo loca y…-en ese momento me besó. Al separarse nuestros labios nos quedamos mirándonos a los ojos y entonces le negué lentamente.
-No Ángel, no lo intentes arreglar todo con un beso, hay veces que no funciona
Ángel desvió la mirada, le notaba nervioso y molesto
-No sé quiénes son, ni porque quedas con ellas, ni de que las conoces, ni que quieren, pero por favor, lo que no quiero es que me mientas, tú ve, con la verdad siempre por delante, te lo pido por favor.
Ángel asintió y me miró a los ojos-Lo siento Patricia, de verdad
-¿Por qué ahora quedas con ellas?
Ángel me miró a los ojos-Son viejas amigas a las que no veía desde hacía mucho
Le miré de reojo-Ángel…-hice una pausa para tomar aire, pues me horrorizaba la respuesta-¿Tienes algo que decirme?
Ángel me miró extrañado-¿Algo que decirte? ¿De…que?
Me encogí de hombros-No sé, algo importante que me tengas que decir que no sepa…
Ángel negó y me miró frunciendo el ceño
-Seré más directa… ¿Te las has tirado?
Ángel soltó una carcajada-Patricia… ¿Cómo me preguntas eso?-se acercó a mis labios dispuesto a darme un beso pero me aparté-Ni lo pienses, no te haría eso
Desvié la mirada y me puse el pelo tras la oreja-Ángel, tengo miedo…
Mi chico me miró esperando a que siguiera hablando.
-Lo siento si desconfío Ángel, pero es que, no quiero que tus labios besen a otros que no sean los míos ¿Sabes?

Ángel me pasó lentamente una mano por el hombro y me abrazó. Estuvimos un rato en silencio y después me dio un beso en la cabeza.
-Pues estar totalmente tranquila-me dijo en un susurro y sin romper el abrazo-Yo nunca te haría una cosa así-tras decir esto me volvió a dar un beso en la cabeza.
Levanté un poco la cabeza para mirarle a los ojos y le sonreí-¿De verdad?
-Claro que es verdad, ¿Cómo voy a hacerte eso? Me cortaría las venas…
Le di un besito en la comisura de los labios-que exagerado eres-solté una carcajada. Ángel me miró serio
-Lo digo de verdad
Al escuchar eso, rompí el tierno abrazo que nos dábamos y me separé de él. Me incorporé en el sofá y le miré borrando la sonrisa. Ninguno de los dos dijo nada.
-¿A ti te molesta que quede con ellas?
Negué con la cabeza-Mientras me lo digas no
Ángel sonrió-Está bien, la próxima vez te lo diré
Sonreí y me volví a acurrucar a su lado-¡Te quiero mi vida!
Ángel me estrechó más contra él-Y yo a ti preciosa

Continuará...

28 de noviembre de 2011

Capitulo 20 /Hemos discutido/


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES


Capitulo 20 <Hemos discutido>


Estábamos abrazados, en aquella cama del amor. Disfrutando de aquel abrazo, en silencio, escuchando nuestra respiración y sintiendo el latido de nuestros corazones.
De repente, mi móvil empezó a sonar. Lo cogí y vi que era Berta.
-¿Qué pasa tía?-le pregunté extrañada de que me llamase
-¡Patricia, tengo que hablar contigo!
-Berta, es que…no es el momento-le dije con algo de vergüenza. Ángel no dejaba de darme besos en el cuello y me estaba impidiendo hablar con claridad
-¿Por qué? ¿Qué pasa? Tengo que verte-me dijo con la voz algo apagada.
Cerré los ojos, no me gustaba escuchar así de triste a mi mejor amiga.
-Berta…sencillamente, no es el momento oportuno y…no estoy en casa
Berta abrió los ojos como platos, aunque no pude verla-¿Estas con…Ángel?-Me preguntó alucinando. Abrí los ojos y sonreí.
-Sí-le respondí después de que Ángel me diera otro besito en el cuello.
-¡Que fuerte tía!
-Escucha, otro día te cuento porque estamos aquí ¿vale?-le dije apartando un poco a Ángel de mí, pues ya se estaba poniendo muy empalagoso.
-Vale Patri, espero que te lo pases bien
-Gracias preciosa, pero…sólo dime lo que quieres
-No-me dijo sin más
-Sí, al menos para saber qué te pasa
Berta tardó un rato en contestarme-Dani y yo…hemos discutido
Abrí la boca y cerré fuertemente los ojos-¿De verdad?
-Sí, pero ahora no quiero amargarte la noche, disfruta-tras decir esto, me colgó
-Pero Berta…-Le dije. Solo me respondió el pitido de comunicando. Dejé el móvil encima de la mesa y miré a Ángel.
-¿Qué pasa?
Desvié la mirada y no le respondí. Empecé a acariciarle el brazo. Él me dio un beso en el hombro.
-¿Algo malo?
Fijé mi mirada en la suya-Prométeme que tu nunca vas a discutir conmigo
Ángel se separó un poco de mí-¿Y eso?
Fruncí los labios-Prométemelo
Ángel negó-No puedo prometerte eso, seguro que tarde o temprano discutiremos, aunque después nos reconciliemos al instante
Desvié la mirada-Berta y Dani han discutido y ella…se le nota que está muy mal-le miré-¿sabes? Berta le quiere tanto…
Ángel me abrazó con más fuerza-Igual que yo a ti
Sonreí y volví a hacerle una caricia en el brazo.
-Yo no quiero pasar por ese trago
Ángel sonrió y cerró los ojos, apoyándose en mi hombro.
-Se pasa muy mal…tiene que ser muy raro haber discutido con tu pareja y no saber exactamente qué ha pasado entre los dos, no hablaros durante un tiempo, ni un triste mensaje-Respiré hondo y me quité la sábana de encima, me incorporé y Ángel se separó de mí. Me siguió con la mirada. Me vestí y me di la vuelta para mirarle.

Me encogí de hombros y negué con la cabeza-Ángel lo siento, tengo que ir con ella
Ángel frunció el entrecejo-¿Perdona?
Asentí convencida-Esto es todo lo mágico que tú quieras y no quisiera irme, quisiera quedarme aquí contigo para siempre, pero ahora, necesito ir a ver a mi amiga ¿sabes?
Ángel se incorporó en la cama-Pero Patricia, ¿Me dices en serio que te vas?
Asentí y cogí mi bolso-De verdad te lo digo
-¿Y yo?
Me encogí de hombros-ya que has pagado esto, quédate
-Pero solo no tiene sentido-me dijo sin apartarme la vista de encima
-Ángel, entiéndeme, me necesita ahora más que nunca. Y ¿Yo no voy a estar allí para apoyarla?
Él se puso la mano en el corazón-Yo también te necesito ahora más que nunca, Patricia
Fruncí los labios y agaché la cabeza-Ángel…me voy
Vi como soltaba un suspiro lleno de rabia y golpeaba la cama con fuerza por debajo de la manta, tratando de disimular.
-¿Vas a volver aquí?
Me encogí de hombros-Quizá cuando termine de hablar con ella venga, pero solo si te quedas aquí
Ángel asintió-No me voy, estaré aquí-hizo una pausa-esperándote-aquella palabra había conseguido que mi corazón diese un vuelco.
Me acerqué a él y le di un beso en los labios-No te enfades-tras esto me fui corriendo.

Ángel se quedó allí, abrazado a la almohada-No si…no me enfado-respondió molesto cuando ya me había ido.
Cogí un taxi y me fui a la casa de Berta. Estaba dispuesta a estar con ella el tiempo que hiciese falta. Llamé al timbre varias veces y a los pocos minutos me abrió, al abrir la puerta, vi en su cara terror, por si acaso era Dani con quien se iba a encontrar al otro lado. Cuando me vio a mí una sonrisa se dibujó en su boca, seguida de un gesto de “¿Qué coño haces aquí?” Entré y ella no tardó en empezar a echarme la bronca.

-Pero tía ¡Si estabas con Ángel!
-Lo sé
-¿Por qué vienes? Joder, no tenía que haberte llamado
Sonreí-Que si mujer, que si he venido es porque sé que me necesitas- Berta me hizo un gesto de gracias y no sentamos en el sofá.
-Estaba con Ángel, en un hotel de lujo, con piscina solo para nosotros, pero sentía que tenía que venir.
Berta se levantó de un salto del sofá-y será verdad que estabas en un hotel de lujo con el hombre de tu vida y porque la petarda de tu amiga te llama le dejas allí y te vas…
Asentí-todo lo que has dicho pero retiro lo de petarda
Berta sonrió y se volvió a sentar-Patricia, eres demasiado buena
Negué-No, lo que pasa es que me importas demasiado
Berta hizo una mueca.
-Venga, dime que ha pasado exactamente ¿Por qué os habéis peleado? Es muy raro
Berta asintió-Lo sé, pero…todo ha empezado mal. Él estaba enfadado y la ha pagado conmigo
-Bueno…pero entonces eso no se cuenta como pelea
Berta me miró-¿Cómo que no?
Negué-Si ya venía enfadado, es solo eso, que la ha pagado contigo, pero nada más, tu no le has hecho nada para que se enfade.

Berta desvió la mirada-Pues ha venido dando timbrazos, ha entrado de mala manera, ni me ha dado un beso ni nada…-me contó a punto de llorar al recordar la escena-y entonces le he preguntado que si le pasaba algo y me ha dicho que no. Como él ya estaba enfadado, pues, hemos empezado a gritarnos, a hablarnos mal, y él, créeme, me ha dicho cosas muy feas que nunca en la vida me las había dicho-al escuchar eso me quedé boquiabierta. Dani nunca le hubiera dicho nada malo a Berta.
-¿y qué más?-le pregunté
-Pues…me ha dicho que está harto de todo, que me iba a mandar a la mierda y que iba a renovar su vida.
-¿En serio?
Berta asintió-Como lo oyes
-¿Qué le has dicho al escuchar eso?
Berta fijó su mirada en la mía-Pues, le he dicho que si es eso lo que quiere que está bien, por mucho que me duela que así se hará.
-¡Berta! ¿Habéis roto?
Berta negó-No, todavía no, pero…Patricia-me miro con los ojos llorosos-Me ha pegado
La miré con los ojos abiertos como platos-¿Qué te ha pegado?
Mi amiga asintió-Si, no había visto a Dani así en la vida. Me ha acorralado contra la pared, me ha cogido muy fuerte de las manos y me ha pegado en la cara y en el pecho.
-¡Que hijo de puta! ¡Se ha vuelto loco!
Berta asintió
-¡Berta…eso no lo tienes que permitir!
-E intentado gritar pidiendo ayuda, quitármelo de encima, pero tiene demasiada fuerza y al verme gritar me ha tapado la boca.
Me levanté del sofá y le tendí la mano-Vamos ahora mismo a denunciarle
Berta me miró con horror y ahogando un grito me dijo-¡No!
-¡Berta! ¡Que te ha pegado, tienes que hacerlo!
Mi amiga empezó a llorar-No quiero Patricia, no quiero hacerle eso
-¿Has visto como él sí que te lo ha hecho? ¡Te ha pegado y le ha dado igual todo!
Las lágrimas de Berta caían sin parar-Seguro que él tampoco quería hacerlo
-¡Pero lo ha hecho!-le grité sin querer, estaba nerviosa.
Berta me miró a los ojos y se limpió las lágrimas. Agaché la cabeza.
-Lo siento-le dije intentando calmarme y me senté de nuevo a su lado-No quería gritarte

Estuvimos un rato en silencio, pensativas. De repente la miré y ella me miró al ver que la miraba.
-¿De verdad no le vas a denunciar?-le pregunté. Mi amiga me negó rotundamente con la cabeza
-Quiero hablar antes con él
Respiré hondo-Berta cariño, tú haz lo que creas que debes hacer, pero si te ha pegado, por mucho que te duela tienes que hacerlo, porque, cuando lo ha hecho una vez, ¿Por qué no lo puede volver a hacer? Y si algún día llega a más ¿qué?
Berta agachó la cabeza, horrorizada y después negó-No creo que Dani sea capaz de hacer una cosa así. Solo fue esa vez, no lo hará más, estoy segura, le conozco demasiado.
La miré y me levanté del sofá-Berta lo siento, pero yo no puedo hacer más aquí
Mi amiga me miró frunciendo el ceño-¿Ya te vas?
Asentí-Te dejo que pienses en lo que vas a hacer ahora
En ese momento agachó la cabeza
-Tienes que pensarlo muy, muy bien
Berta asintió y me miró sonriente, una lágrima le caía por la mejilla. Se levantó de golpe y me dio un gran abrazo.
-Eres enorme, Patri. Gracias por venir, es que…cuando pienso en lo que has hecho, que el pobre Ángel está solo…me lleno de alegría, gracias, tú sí que eres una buena amiga

Le sonreí y le di otro abrazo y un beso en la mejilla-ya hablamos ¿vale, guapa? y no quiero verte llorar-le dije mientras le quitaba una lágrima de la mejilla.

Después de pasar un rato con mi amiga, me fui corriendo al hotel. Estaba preocupada, seguro que Ángel se había enfadado conmigo y por una parte lo entendía, yo también me hubiera enfadado, pero es que debía de hacerlo, debía de irme, era prácticamente una obligación para mí, pues no hubiera estado a gusto en toda la noche sabiendo que mi amiga no estaba bien.
Abrí la puerta de la habitación lentamente y vi que Ángel estaba acostado en la cama, cerré y me acerqué a él. En un susurro le llamé mientras le tocaba la pierna.

-¡Ángel! ¡Ya estoy aquí!-le dije. Él se volvió para mirarme y me regaló una sonrisa.
-¿Qué tal? ¿Cómo está Berta?
-Bueno…regular-me senté en el borde de la cama y le miré-¿Estabas durmiendo?
Negó-La verdad es que no, estaba esperando a ver si venías
Le sonreí-¡Que mentiroso eres! ¡Mira que voz tienes! Eso es claramente que te acabas de despertar
Ángel se incorporó y me miró sonriente-¡que te digo que no, que estaba esperándote, te dije que lo haría!-me cogió de la barbilla y me dio un dulce beso en los labios.
-Bueno, pues ya estoy aquí
-¡Genial!-dio unos golpecitos al lado suyo-Acuéstate, que tengo ganas de abrazarte, te he echado mucho de menos
Sonreí y me acosté a su lado

Continuará...

27 de noviembre de 2011

Making off Patricia Conde "Yo Dona"

PELIGRO: Es posible que le dé un paro cardiaco mientras ve estas fotos. Si sufre problemas del corazón le rogamos que salga ya del blog.

BuenAgente

Divina de la muerte, jeje

capitulo 19 /Nadie en la vida/

capitulo 19 <Nadie en la vida>


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES



Abrí los ojos y lo primero que vi fue un mensaje en el móvil de Ángel “Buenos días princesa. ¿Cómo has pasado la noche? Nada más irte de la fiesta ya te estaba echando de menos. Quiero verte pronto. Un beso”
Con una sonrisa en la boca, dejé el móvil encima de la mesa y me levanté de la cama. Me desperecé y fui a la cocina a prepararme un café. Encendí la radio y justo en ese momento, el locutor dijo algo que me sorprendió bastante “Aquí tenemos a un oyente que nos manda un mail y nos dice: Buenos días, Jorge, Soy Ángel de Madrid, me gustaría que pusierais, si pudiera tenerte, una de las bandas sonoras de sin fin. Me gustaría dedicársela a una chica muy especial en mi vida, ella es Patricia, y aunque no esté escuchando, esta canción va para ella porque dice todo lo que siento. Besos”

En ese momento, me quedé totalmente bloqueada, era él, no podía ser tanta casualidad, que fuese otro Ángel y que se la dedicase a otra Patricia. Una sonrisa llegó a mi boca y la canción empezó a sonar, la verdad es que decía cosas maravillosas como “tienes la cara más bonita que yo haya visto jamás” “tu olor me inspira, tu voz me incita a que me risa nazca sin pensar” “y si tuviera tu amor no lloraría por ver que no te tengo”
Durante la canción una lágrima se me escapó, si, lo había conseguido, estaba completamente enamorada del gamberrillo de la calle de la paz, lo había conseguido, había perdido la cabeza por él.
Cuando se terminó la canción, cogí el móvil y le llamé. Él contestó muy contento al otro lado. Ni le saludé directamente me puse a cantarle la canción que me había dedicado

-Mirar tu cara es mirar un sueño que está a mi alcance y no puedo tener-le canté. Al otro lado escuché la risa de Ángel
-Veo que lo has oído
-Sí y no sabes lo que me has hecho sentir
Ángel volvió a sonreír-¿Si?
-Me has hecho sentir algo inexplicable, muchas gracias. ¿De verdad sientes eso por mí?
-Claro, y la letra se queda corta. Pero narra bien mi historia, te quiero tener y no te tengo
Sonreí-Ángel…-hice una pausa incómoda-¡Me has hecho llorar!-le dije desde lo más profundo.
-¿Qué dices?
-Que sí, que he llorado de la emoción
Ángel sonrió-Me alegro
-Bueno, voy a seguir desayunando
-Venga, que aproveche
-Gracias-iba ya a colgarle-oye…y gracias por el detalle
-No…esto no es nada para lo que te mereces
Mi sonrisa al escuchar eso no pudo ser más grande
-Eres un encanto. Un beso guapo
-¡Te quiero princesa!
Sonreí-Adiós-le colgué. Le colgué sin decírselo, lo tenía en la punta de la lengua y no me atreví a decirlo. No era tan difícil, pero yo lo hacía más de lo que era. ¿Por qué no fui capaz de decirle “Yo también te quiero?”

Esa mañana fui a casa de mi amiga. Ella empezó a decirme que me había visto con Ángel fuera de la fiesta y no paró de preguntarme que si había pasado algo entre nosotros. Todas las veces se lo negué, pero mi cara de felicidad, de enamorada y de mentirosa, me delató, aparte que Berta me conocía perfectamente bien.
Al final terminé contándoselo, le dije que en la fiesta había pasado, que nos habíamos besado y que con una indirecta le había dicho que le quería. Berta me dio la enhorabuena, ya que sabía que con Ángel iba a estar más que bien.
A mí me entraron las dudas y los arrepentimientos. ¿Yo con el macarra del barrio? Había veces que no me terminaba de convencer, no me entraba en la cabeza. Pero luego pensaba, que detrás de esa alma de macarrilla se escondía un corazón gigante y todas las otras ideas las tiraba automáticamente a la basura.

-De verdad Patricia, Ángel es un amor de persona-me dijo mi amiga-es que, no te puedes imaginar lo gran persona que es.
Asentí-creo que me hago una idea
-Pero cuando le conozcas aún más…ya verás-me dijo sonriente
Desvié la mirada-Le quiero mucho, Berta, pero no sé como decírselo
Berta me miró fijamente-¡Ángel, te quiero! ¿Ves que fácil? ¡No tiene más!
La miré de reojo-Ya, claro, para ti es fácil decirlo así, pero cuando le tengo delante no…no puedo, no me sale
Berta esbozó una sonrisa-Eso te saldrá solo, sin pensarlo. Te saldrá de aquí-dijo dándose unos golpecitos en el pecho.
Sonreí-Él ya me lo ha dicho varias veces
Berta sonrió-Él te lo dice con el corazón
La miré y después aparté la vista, me daba vergüenza hablar de ese tema. No me gustaba hablar de mis cosas más personales, aunque fuese con mi amiga de toda la vida. En ese momento me llegó un mensaje al móvil, me lo saqué del bolsillo, nerviosa. Berta me miraba atentamente, observando cada uno de mis movimientos, de mis gestos. Al leer de quien era el mensaje y lo que ponía, pudo ver en mí una reacción que no había visto nunca. Los ojos casi se me salieron de las órbitas y empezó a temblarme la mano. Berta puso su mano encima de la mía y me sonrió.
-Tía ¿Qué te pasa? ¡No creo que sea un mensaje de movistar! ¿No?
Solté una carcajada y empecé a escribir para contestar-No, te aseguro que de movistar no es
-¿Ángel?-me preguntó alzando las cejas
Asentí sin apartar los ojos de la pantalla-Es un cielo, me ha invitado a cenar esta noche
Berta sonrió-¿Le estarás diciendo que si no?
Dejé de escribir y la miré fijamente-Pues no, le estoy diciendo que no…
Berta abrió los ojos como platos-¿Cómo?
Al ver su reacción solté una carcajada-que es broma, Berta, claro que le estoy diciendo que si…me muero por esa cena.
Berta se acercó a mí para mirar lo que le estaba escribiendo. Al leerlo sonrió, la verdad es que nunca me había visto así de…enamorada.

Quedé con Ángel a las nueve, él me recogería en la puerta de mi casa, aquella noche me puse lo mejor que encontré en mi armario y la verdad es que estaba más guapa y sexy de lo normal. A las nueve en punto escuché una moto, era Ángel, por lo que cogí mi bolso y salí a la calle. Ángel se quitó el casco y se quedó embobado mirándome y se frotó los ojos para hacer la gracia.

-¡Dios santo!-dijo cuando llegué hasta él. Me repasó de arriba abajo y después nos dimos dos besos-¿Eres de verdad?
Asentí y me mordí el labio-¿Qué tal?
-Pues ahora…no sé qué decirte…
Sonreí agradecida.
-Eres una diosa-me dijo haciéndome el último repaso con la mirada.
-Venga no te pases, hombre-le dije empezando a ponerme colorada como un tomate
Ángel negó con la cabeza-No, no me paso, hazme caso, incluso creo que me quedo corto-Se giró, cogió un casco de la moto y me lo dio.
Me puse el casco y me subí en la moto. Cuando Ángel se subió me agarré fuertemente a él.
-¿A dónde vamos?-Le grité antes de que el rugido de la moto impidiera que me escuchase.
Ángel se giró un poco para que le escuchase-No te lo voy a decir, es una sorpresa
-No me gustan las sorpresas-le dije sonriente. Me moría por saber qué era lo que me tenía preparado.

Estuvimos más de veinte minutos sobre la carretera y al final llegamos a un sitio, un sitio donde no había estado nunca en la vida. Miré a mí alrededor, pensando que aquello era precioso, después me di la vuelta buscando a Ángel, este me miró mientras guardaba los cascos bajo el asiento.
-¿Te gusta?
Asentí y fijé mi mirada en una fuente muy bonita que estaba en marcha.
-A mí este sitio también me gusta bastante

Era un sitio bastante acogedor. Era un hotel, pero tenía un amplío jardín, con lucecitas, bancos, abundantes plantas, una fuentecita en medio y un restaurante para picar algo. Pero lo que yo no sabía, es que eso era solo lo que acababa de ver.
Ángel se paró a mi lado y nos miramos sonrientes. Él estaba contento, ya que veía la felicidad en mi mirada. Entrelazó su mano con la mía y empezamos a caminar hacia la entrada del hotel.
Paramos a hablar con el recepcionista, Ángel le preguntó que si podían acceder a la parte de atrás para enseñarme el hotel completo.

-Claro, faltaría más-dijo el recepcionista-todo recto y a la izquierda-Nos indicó señalando con la mano
-Gracias-le contestó Ángel.

Andamos por donde nos indicó el chico y al volver a la izquierda, mi boca se abrió sola. No podía creer lo que estaba viendo, aquello sí que era mágico. Una piscina climatizada cubierta, césped natural alrededor, farolas con luz suave y lucecitas por el suelo. Ángel leyó un cartel que había en la puerta y después se dio la vuelta para hablar conmigo.
-Aquí dice que podemos reservar
Sonreí y eché otro vistazo a la pinta que tenía aquello, la puerta estaba cerrada, era una cristalera, no podíamos pasar.
-Pues reserva ¿A qué esperas?
Ángel sonrió-¿Te apetece?
-Sí, tiene que ser estupendo entrar ahí, se tiene que estar de lujo
Ángel sonrió y asintió-te digo yo que si
Le miré con los ojos entornados-Venga, reserva donde tengas que reservar
Ángel volvió a mirar el cartel-Esta noche está libre-volvió a entrelazar su mano con la mía y salimos a hablar con el recepcionista.

-Perdone-le dijo Ángel soltándome la mano y apoyándose en el mostrador-queríamos reservar la piscina para esta noche
El recepcionista asintió y se dirigió al ordenador-Dígame su nombre
-Ángel Martín Gómez
El recepcionista lo apuntó en el ordenador y apuntó también el número de habitación en la que estábamos.
-Está bien, tenéis la piscina para vosotros solos esta noche, tendréis servicio personal, solo tenéis que tocar un botón y os atenderán a través de una ventanilla que hay.
Ángel asintió-muchas gracias
-Que disfruten de su estancia-le dijo tendiéndole unas llaves. Ángel las cogió y le dio las gracias, después subimos a nuestra habitación.
Aquello era mucho más grande de lo que me esperaba. Era una habitación perfecta para pasar una noche alocada con tu pareja, la verdad es que Ángel había tenido un detallazo conmigo al llevarme allí. Si quería volverme más loca de amor, lo estaba consiguiendo. Al entrar, cerró la puerta y me cogió de la cintura, yo le rodeé el cuello con un brazo y miré a mí alrededor.
-¡Que pedazo de habitación!-le dije sorprendida
Él me asintió y me dio un beso en el cuello. En ese momento me aparté de él para ir a investigar.
Me senté en la cama-¡Esto es el paraíso!
Ángel me sonrió y fue a sentarse al lado mío-Esto no es el paraíso para mí
Le miré a los ojos-¿No?
Él negó-Tú, eres mi paraíso
Sonreí y sin darme cuenta Ángel me besó.
-Esta noche promete
Aparté la mirada-Va a ser muy larga-me levanté y fui a ver el baño, teníamos hidromasaje.
-¿Has visto el baño, Ángel?-le llamé
Él vino y me abrazó por atrás-¡Que chulo! ¡Es grande!
-Tenemos hidromasaje-giré un poco la cara para verle y él aprovechó para besarme.

A las nueve, bajamos al jardín y nos sentamos en un banco, enfrente de la fuente, las gotitas nos salpicaban de vez en cuando pero nos daba igual.
Ángel me puso una mano encima de la rodilla. Y seguidamente empezó a hablarme sin cortarse un pelo.
-Que esté así contigo, es todo un sueño para mí ¿sabes?
Le miré a los ojos, esperando escuchar más cosas tan bonitas como aquella
-Pensé que siempre estaríamos discutiendo y que nuestro amor nunca llegaría
Desvié la mirada presa de la timidez.
-Pero ahora que estoy contigo, ahora que sé que me quieres y sabes quererme, me siento el hombre más importante del mundo
Le miré y después esbocé una sonrisa.
-De verdad Patricia, gracias por ser así conmigo, no sabes lo feliz que me haces
Le cogí de la cara y le di un apretado beso en la boca-¡Guapo!-le dije para no quedarme en silencio.
Ángel entrelazó su mano con la mía y fijó su mirada en mí-¿Quieres que nos sentemos en el porche del restaurante a tomar algo?
Asentí-vale

Cenamos y después subimos a la habitación. Íbamos a bajar a la piscina, pero había un problema, que ninguno de los dos teníamos bañador. Se lo dije a Ángel, le dije que yo sin bañador no iba a ningún sitio. Él me sonrió y abrió el armario.
-Tranquila, aquí siempre hay bañadores limpios
Sonreí y me eligió uno.
-Toma-me lo lanzó-este es el que mejor te va a sentar
Lo miré, la verdad es que Ángel tenía buen gusto-Sí, la verdad es que es bonito
-No más que tú-me dijo mientras buscaba un bañador para él
Le miré con la mirada llena de amor, pero él estaba de espaldas a mí
-Además todos los que hay aquí te quedarán bien, pero ese en especial
Me metí al baño y me lo puse, cuando salí, Ángel ya estaba con el bañador puesto. Se giró para verme e hizo como si se desmayara. Se tiró en la cama y cerró los ojos. Me acerqué a él y le cogí un brazo.

-No seas tonto
Ángel abrió los ojos y me sonrió, seguidamente me cogió un brazo y me estiró hacia él, de manera que caí encima. Le miré a los ojos y fue él quien se lanzó a besar mis labios. Rodamos en la cama mientras nos besamos, hasta que quedé de nuevo yo arriba. Me separé lentamente de él y me bajé.
-Venga, vamos a la piscina
-¡Que culito que tienes!
Me di la vuelta y le hice un gesto con la mano como que le iba a pegar. Él soltó una carcajada y me siguió.
-¡Tengo ganas de darme un bañito!-le dije
Ángel se puso a mi lado y entrelazamos nuestra mano. Abrimos la puerta y nos fuimos a pasar un rato en la piscina.

Al entrar, Ángel se quitó las zapatillas y se tiró en bomba. Yo solté una carcajada y él me miró.
-¡Vamos, salta!-me dijo haciéndome un gesto con la mano
Negué-No, no voy a saltar Ángel, yo voy poco a poco
Ángel frunció el entrecejo y salió corriendo del agua-¿Qué no vas a saltar?-gritó corriendo hacia a mí. Me cogió en peso y nos tiramos al agua. Le miré con la mirada furiosa y él me cogió de la cintura con una sonrisa especial en la boca.
-¡Te odio!-le dije bromeando-Eres malo
Él sonrió-¡Me gusta ser malo!
Le di un apretado beso y le alcé los brazos al cuello, ahora estábamos muy cerca el uno del otro.
-Esta noche es mágica ¿eh?-me dijo sin quitarme la mirada de encima
Asentí-Ni que lo digas-le di un besito en la mejilla y nos abrazamos.
Estuvimos un buen rato abrazaditos, escuchando el silencio. De repente escuchamos una voz por un aparato que nos decía que si nos apetecía tomar algo. Ángel se separó lentamente de mí y salió de la piscina para acercarse al aparato.
-No gracias, de momento está todo bien
-De acuerdo-le contestó la voz al otro lado-Si quieren algo solo tienen que pedirlo
-Gracias-le respondió Ángel y de nuevo se tiró en bomba y me mojó prácticamente toda la cabeza.
-Eres un salvaje-le dije sonriente
Ángel soltó una carcajada y se hizo el muerto boca arriba.
Estuve un rato mirándole, la verdad es que me sorprendía que estuviera allí con él. Que todo hubiera pasado tan rápido. Al mirarle fijamente durante tanto tiempo, un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Aquello me decía que estaba totalmente enamorada de él. Solo podía llegar a sentir aquello cuando el amor era de verdad. Me acerqué a su cara, él me miró sin dejar de hacer el muerto.
-¡Guapa!-me dijo sonriente
-No, guapo tú
Ángel cerró los ojos y yo aproveché para darle un beso, tras el beso, Ángel los abrió y dejó de hacerse el muerto. Nos miramos a los ojos y nos abrazamos de nuevo.
-No quiero estropear nuestra relación por nada del mundo
-tranquilo, que no se estropeará
-¿Por qué antes discutíamos tanto?
Me encogí de hombros-Era porque…ambos nos queríamos pero en silencio, quizá era por eso. No sé…
Ángel agachó la cabeza-Y era porque yo antes no me daba cuenta de lo que podía llegar a tener y mi personalidad de macarrilla salía a flote, lo siento
Le acaricié lentamente la cara-¿Cuántas veces te vas a disculpar por eso?
Ángel sonrió
-Si en el fondo me encantaba
Él me miró a los ojos-Tu también me encantabas-me dijo apretándome más fuerte-y me encantas, por cierto…
En ese momento nuestros labios se fundieron en un apasionado beso, fue un beso algo especial estando dentro del agua.
-Me siento bien estando contigo aquí
Ángel me sonrió y me dio un dulce beso en el cuello.

Estuvimos un rato más en la piscina, jugueteando como dos niños, acariciándonos, besándonos…Después subimos a la habitación, nos dimos una ducha y nos pusimos unos pijamas que había en el armario.
Me senté en la cama y di unos botes, después me tumbé y abrí los brazos. Era bastante cómoda y tenía la sensación de que se descansaría bien en ella. Sin esperármelo, Ángel apareció de la nada y fue gateando por encima de mí hasta pararse a la altura de mi cara. Yo le alcé los brazos al cuello y Ángel se incorporó para besarme. Aquel beso nos envolvió en una ardiente pasión, llegué a sentir cosas que no había sentido nunca en la vida. Lentamente pasé la mano por debajo de la camiseta de Ángel y al fin, conseguí quitársela. Él me regaló una sonrisa picarona, yo estaba allí, debajo de él, dejándome hacer todo lo que quisiera. Ahora besos por allí, besos por allá, Ángel me estaba llevando hasta el cielo con tan solo el poder de unos besos.

Antes de que pudiera darme cuenta ya estábamos completamente desnudos y él, me tenía acorralada. Me sedujo con la mirada. Entre tanta caricia y tanto beso yo ya andaba un poco fatigada. Él rozó su nariz con la mía y muy cerca de mi boca le dije-Vamos Ángel, no me hagas esperar más
Él me regaló una sonrisa seguida de un suave beso en los labios.
-Quiero compartir contigo todo y más
-Sssh-me dijo poniéndome un dedo en los labios-Ahora, nos sobran las palabras
Le sonreí y nos envolvimos en un apasionado beso. Aquella cama se convirtió en nuestro nido de amor. Todo dejó de existir para nosotros, en ese momento solo estábamos él y yo en el mundo y nadie ni nada nos haría pensar lo contrario. Con él, sentí cosas que nunca antes había sentido, sabía cómo tratarme en la cama, sabía cómo hacerme disfrutar al máximo y como disfrutar él al mismo tiempo. Ángel era una persona de esas que ya apenas quedaban.

Perdí el sentido, lo único que sabía es que estaba acalorada y que había disfrutado como nunca. Me abracé a Ángel aún fatigada y le sonreí, él me besó en la frente.
-¡Te quiero un montón!-me dijo abrazándome con más fuerza.
Me apoyé en su pecho y cerré los ojos-Gracias por traerme a este sitio
-Te lo merecías
Alcé la cabeza y le miré a los ojos-¿Cómo es posible que me quieras tanto?
Él esbozó una sonrisa, pero no me respondió, se limitó a fijar su mirada en la mía.
-Nos conocemos desde hace relativamente poco y no es normal que me quieras tanto
Ángel me dio un tímido beso en los labios-Si que es normal, ¿sabes por qué? Porque desde la primera vez que te vi me gustaste, me encantaste, me enamoraste, fue…un flechazo.
Alcé las cejas-¿De verdad?
Ángel me asintió-Desde el día en que te conocí…te voy queriendo más y más
Sonreí y le di un dulce beso en los labios
-Ahora ya sin ti no sabría vivir, y te juro que tú me has cambiado, que yo antes no era así, era más alocado
Le di un besito de nuevo-Que sepas que en poco tiempo has hecho que me vuelva loca de amor por ti, y eso no lo ha conseguido nadie en la vida.
Continuará...

25 de noviembre de 2011

capitulo 18 /Solo quiero disfrutar un poco más de ti/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES



capitulo 18 <Solo quiero disfrutar un poco más de ti>


No quería, pero sabía que debía hacerlo. Al final acepté ir a la fiesta   que Berta y Dani organizaban esa noche. Me lo pensé detenidamente, pero al final decidí que sí, así que me preparé la ropa que me pondría. Iba a ir Ángel, por lo que no me hacía especial ilusión, pero haría un esfuerzo. Llegué a la fiesta, habían alquilado un bajo, y la verdad es que estaba muy bien. Saludé a Berta y a Dani y al primero que vi fue a Ángel, nuestras miradas se cruzaron pero yo pasé de él, no le hice caso. Por el rabillo del ojo vi que él seguía mirando. Me puse de espaldas a él y de cara a mi amiga y le dije en voz baja.-Berta, dime si Ángel viene
Berta miró disimuladamente y me negó-Está mirando, y baila con una copa en la mano
Asentí-No te muevas, dime lo que hace
Berta volvió a mirar-sigue mirando-le saludó con la mano-ahora me ha saludado, ahora le da un trago a la copa, sigue mirando, ahora pestañea, ahora se está rascando la nariz, ahora…
Le puse una mano en el brazo-ya, ya, ya está-le dije soltando una carcajada, ella también sonrió.
-¿Qué te pasa con él?
-Es que…bueno, ayer discutimos y, no quiero acercarme
Berta me miró fijamente-corre y dile que lo sientes o algo
Negué-que va…no tengo ganas. Mira, él tampoco viene
Berta se encogió de hombros-¿Qué pasó?
Sonreí-me dijo que le gustaba y…bueno, no acabó bien la historia
Mi amiga se llevó una mano a la boca-¿Se declaró?
Asentí y mi amiga puso cara de enamorada
-oh, que mono-miró a Ángel, que este seguía mirando-no deja de mirarte, y además se ha puesto guapísimo, eso es porque sabía que ibas a venir.
Desvié la mirada y después me giré para mirarle, él me sonrió pero yo no le hice caso, volví a mirar a Berta-sí, la verdad es que bastante guapo se ha puesto
Berta subió y bajó las cejas-¡Te gusta! ¿Eh?
Negué rotundamente-No Berta, no me gusta
-Si te gusta
-No, no me gusta
-Sí que te gusta, vamos Patri…esa mirada que tienes especial…hace tiempo que no la veo y solo te la veo cuando estas…enamorada
-Dime si Ángel mira
Berta no me hizo caso, siguió a su rollo-Ángel te gusta, te vuelve loca. ¡Lo sé amiga, lo leo en tu mirada!
La miré fijamente, no soportaba mentirle por más tiempo. Quizá iba a arrepentirme tarde o temprano de lo que iba a hacer, pero lo haría.

-Bueno-le dije para que se callase ya-está bien, me gusta muchísimo. Le amo
Berta sonrió-¿Si?
-sí, me vuelve loca, no puede ser más cariñoso, más guapo…tiene defectos, sí, su personalidad por ejemplo, pero me ha conseguido enamorar poco a poco.
Mi amiga no dejaba de sonreír-¿Tanto te gusta?
-Le quiero, le adoro-le dije casi gritando. En ese momento miré a mi izquierda y me vi a Ángel allí parado, con una copa en la mano, sonriente y mirándome fijamente. Fue el momento más bochornoso que había vivido nunca. Desvié la mirada al suelo, rezando para que acabase de llegar y que no hubiera escuchado nada de nada.
Berta y él se miraron y después fijaron su mirada en mí. Yo les miré y esbocé una sonrisa.

-¿Qué dices Dani? ¿Qué vaya?-dijo Berta haciendo como que Dani la llamaba-ya voy-gritó-Disculpad-nos dijo y se fue, dejándonos solos.
Me quedé mirando a Berta con la boca abierta, no me podía creer que tuviera tanto morro de dejarme a solas con Ángel, cuando la perdí de vista miré a Ángel, este me estaba mirando con una sonrisa.

-¿Qué tal estas?-me preguntó sin quitarme el ojo de encima
Me encogí de hombros-¿y tú qué tal?
Ángel me respondió igual que yo le respondí a él, encogiéndose de hombros. Le sonreí y entonces quise disculparme.
-Oye, perdón por lo de ayer, no debí de haberte sacado así de mi casa
Él me sonrió, como si no hubiera pasado nada-No importa, Patricia, estabas en tu derecho.
-No, de verdad, lo siento, fui un poco brusca ¿No?
Ángel fijó la mirada en sus pies
-Al fin y al cabo, me estabas diciendo algo bonito e importante para ti
Él volvió a mirarme y me regaló la sonrisa más bonita que había visto en mi vida, después asintió.
-Sí, la verdad es que bastante importante era
-¿Ves? Lo siento, no debí de haberte tratado así, perdona
Ángel volvió a desviar la mirada al suelo y negó-bueno…cambiemos de tema ¿conoces a alguien aquí?-me preguntó mirando alrededor
Negué-Solo a ti, a Berta y a Dani. A nadie más
Ángel me sonrió. Pensó que entonces esa noche prometía, ya que estaría toda la noche conmigo.

Empecé a sentirme un poco incómoda estando así con Ángel, y le dije que me disculpase un momento, que iba a salir a la calle. Y así lo hice, me fui a fuera. Estaba nerviosa, no me encontraba bien, la verdad es que no sabía lo que me pasaba. Quería gritar, llorar de rabia y no sabía por qué.
Me apoyé en una pared y cerré los ojos fuertemente. Puse la mente en blanco y me concentré en mi respiración para intentar relajarme.
De repente, noté una mano en mi hombro, abrí los ojos y vi a Ángel delante de mí.
-¿Qué te pasa?-me preguntó preocupado
-Nada-volví a cerrar los ojos, no haciéndole mucho caso, la verdad
Él me volvió a preguntar-¿Qué te pasa?
Abrí un ojo y le miré con una sonrisa en la boca. Después me incorporé y le miré-La verdad es que no sé qué me pasa, Ángel, no estoy bien. Estoy…no sé, me encuentro mal
Ángel me cogió una mano delicadamente y me dio un beso, después me rodeó con su brazo.
-Haré lo posible para dejar de hacer que te encuentres mal
Le sonreí, estábamos en un sitio, donde no nos daba la luz de la calle, había una farola a lo lejos y nos llegaba una suave luz. La suficiente como para vernos a la cara.
Ángel me miró a los ojos-¡Estas preciosa esta noche!-me dijo sin dejar de sonreírme.
Entonces me paré a reflexionar, a pensar en todo lo que me había dicho Berta sobre que Ángel me quería, que estaba loco por mí, a pensar en que él mismo me lo había dicho y sobre todo pensé en lo idiota que era yo al no querer abrir los ojos. Porque al fin y al cabo, me había puesto nerviosa por su presencia y por estar escondiendo mis sentimientos. Le miré y sentí un cosquilleo en mi barriga. No podía evitarlo más, Ángel me encantaba, así que fui yo la que me lancé a besar sus labios.

Le puse una mano en el cuello y lentamente me acerqué a él. Ángel no me dijo nada, todo lo contrario, me puso una mano en la cintura y me atrajo hacia él. Le rodeé el cuello con el brazo y nos hicimos presos el uno al otro de nuestra pasión.
En la oscuridad, nos dimos el beso más bonito que habíamos dado en nuestra vida.
Los labios de Ángel eran distintos a los demás, eran carnosos, eran unos labios que te invitaban a quedarte besándolos para siempre. Unos labios que te hacían volver a repetir. Pero lo que más me gustaba, era que me acariciase mientras me besaba.
Al separarnos, nuestros labios hicieron una pequeña ventosa.
Ángel me sonrió y después me dio un besito en la comisura de los labios.
-Te quiero-me dijo en un susurro
Me separé lentamente de él, y me pasé un dedo por los labios, después le miré a los ojos. No sabía que responderle.

Ángel desvió la mirada. Y entonces yo le alcé los brazos al cuello. Esperaba que él me cogiera, pero no lo hizo. No me cogió, se limitó a mirarme. Esbocé una sonrisa.
-¿Quieres que volvamos a la fiesta?-le pregunté
-¿Por qué me alzas los brazos al cuello? ¿Por qué lo haces si no quieres nada más?
Fruncí el entrecejo-¿Cómo?
Él desvió la mirada. No quería hablar mucho para no discutir conmigo
-¿Por qué me abrazas? ¿Quieres jugar con mis sentimientos?
-Ángel-le dije extrañada-No sé qué dices pero…
El se hizo para atrás, esquivándome, acabando con aquel abrazo que le estaba dando. Fruncí el ceño. No sabía porque hacía eso.
-Volvamos a la fiesta-me dijo con la voz apagada y la mirada fija en el suelo. Empezó a caminar a paso lento hacia la fiesta, me quedé mirándole y antes de que se fuera más lejos, le cogí del brazo y él se dio la vuelta. Me miró con la mirada triste.
-¿Qué?-me preguntó
-No quiero que te vayas a la fiesta-le dije seria. Él se encogió de hombros
-¿Por qué?
Lo acerqué a mí y me puse delante-Porque quiero estar aquí, contigo
Él me miró a los ojos un tanto desconcertado. Volví a alzarle los brazos al cuello y le hice una caricia en la mejilla.
-¿Aquí? ¿Conmigo?-Me preguntó extrañado
Asentí y le di un tierno beso en los labios.

Él me miró extrañado y me cogió de la cintura-¿Y esto?-me preguntó tras el beso
Le sonreí y al oído le dije-¡Te quiero!
Ángel me miró a los ojos, desconcertado-¿De verdad?-me preguntó en un susurro
-Tan verdad como que me llamo Patricia
Vi como se relamió un poco el labio y entonces, me apoyó bruscamente contra la pared-¿No me mientes?-me preguntó muy cerca de mi boca. Podía sentir el calor de sus labios.
-No, no te miento-respondí mirándole a los labios, deseosa porque me besara
La boca de Ángel esbozó una sonrisa y seguidamente me dio un dulce beso, un beso que me sabio a poco pues se separó enseguida de mí.
-¿Cómo sé que no me estás mintiendo? ¿Qué no estás jugando conmigo?
Le cogí de la camiseta y le di la vuelta, de modo que ahora era él el que estaba apoyado en la pared.
-Lo sabrás porque no ando besando a cualquiera
Estuvimos un momento en tensión, ninguno de los dos se lanzaba a besar al otro.
-¿No besas a cualquiera?-me preguntó para evitar ser él el que se lanzara a besarme
Negué-No. Solo beso a la gente que me importa, a la gente que quiero de verdad
Ángel sonrió-quiero estar completamente seguro de eso que dices
Yo también sonreí-No te preocupes, que te lo voy a dejar bien claro.
En ese momento, le cogí de la cara y le di el beso más apasionado, cariñoso y dulce que había dado a alguien en mi vida.
Fue un beso infinito, parecía que no íbamos a acabar nunca, pero es que ninguno de los dos queríamos separarnos.
De repente, como si nos hubiéramos leído la mente nos separamos a la misma vez.

-¿Te ha quedado claro de que no te miento?-le pregunté con una sonrisa en la boca y acorralándolo en mis brazos.
Ángel me asintió y me volvió a dar un tierno beso
-¿Quieres que vayamos a la fiesta?-le pregunté separándome de él. Ángel me negó
-No, quiero estar contigo a solas…
Le sonreí mientras alzaba las cejas. Él entrelazó su mano con la mía y me llevó hasta un banco que había enfrente de la puerta donde estaban haciendo la fiesta.
No nos daba la luz, por lo que teníamos algo de intimidad, y ese ambiente nos encantaba. Ángel se sentó muy pegado a mí y me rodeó con su brazo, yo me sentía muy bien estando así con él. De repente nos miramos a los ojos y él me regaló una sonrisa. Sobraban las palabras. Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos. Noté su musculoso brazo bajo mi mejilla, sonreí sin venir a cuento, los nervios se me habían ido, ahora estaba feliz, era justo eso lo que necesitaba.

Ángel me miró a los ojos y entonces le sonreí-¡Qué guapa eres!
Desvié la mirada y él entrelazó su mano con la mía. En ese momento volví a mirarle, mi corazón latía con fuerza, iba como loco, saltaba de arriba abajo.
De repente él me dio un beso en la mejilla, le miré y fruncí el entrecejo.
-No me lo des ahí, hombre. Que entonces me dejas con ganas de más
Ángel me sonrió y fui yo la que se lanzó a darle un beso en los labios. Un tímido beso, que no llegó a mucho más que eso, un simple beso.
-Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida ¿Lo sabes?
Sonreí-Gracias
-No, gracias a ti-me dijo sin dejar de mirarme a los ojos-Gracias por ser tan buena persona, tan atenta y alegre, pero sobre todo gracias por ser así de cariñosa.
Me lamí los labios y le pasé una mano por el cuello. Le acerqué a mi boca y le di un apasionado beso, largo, intenso y lleno de amor.
-Daría la vida entera por quedarme aquí, así, para siempre
Fijé mi mirada en la suya y le sonreí.
-Podríamos estarlo
En ese momento Ángel se incorporó un poco para besar mis labios. Le encantaba poder hacer con toda libertad, y con la seguridad de que yo no le iba a rechazar.

De repente, Berta salió afuera a hablar por el móvil y al verla, automáticamente, me separé de Ángel y dejé un gran hueco entre los dos. Él me miró extrañado. Berta me saludó con la mano, pero no se acercó porque hablaba por el móvil.
-¿Qué pasa?-me preguntó Ángel-¿es malo que nos vea juntos?
Le miré sin saber una respuesta, la verdad es que había sido la intuición. Me había separado de él y no sabía muy bien porque. Sentía que estaba haciendo algo malo, por eso me había separado de él.
Le negué con la cabeza y él se encogió de hombros.
-¿Entonces?-estiró el brazo-ven, abrázame como antes
Miré a Berta y después miré a Ángel, no sabía qué hacer. Me moría por ir a abrazarle, por refugiarme de nuevo entre sus brazos, pero había algo que me decía que no. Miré a Berta una vez más, esta estaba dando vueltas mientras hablaba por el móvil. De repente y sin pensarlo, me levanté del banco. Ángel me miró extrañado. Empecé a andar lentamente y cabizbaja, cuando estaba lejos, Ángel se levantó y me siguió. Me paré en la esquina de la calle, donde nadie me veía. De repente vi la sombra de Ángel en el suelo y a los pocos segundos dobló la esquina y le vi.

-¿Te encuentras bien?
Asentí y agaché la cabeza
-¿Por qué te has ido?
Me encogí de hombros-No lo sé, la verdad…ha salido Berta y…
-¿Y qué? ¡Berta no come!
Sonreí y le miré a los ojos-Lo sé, bobo.
Ángel también me sonrió-¿No quieres que nos vea juntos? ¿Es eso?
Desvié la mirada-No lo sé, pero…me sentía incómoda con su presencia
Ángel se acercó a mí-No pasa nada Patricia, si Berta estará encantadísima de que entre nosotros haya pasado esto, te lo digo yo…
Le miré y sin esperármelo, me dio un cálido beso.
-Ya lo sé, pero…
Él me puso un dedo en los labios y ambos nos miramos a los ojos-Olvídalo ¿vale? Ahora solo quiero disfrutar un poco más de ti-Me dijo en voz baja y muy cerca de mi boca. Sonreí, le alcé los brazos al cuello y nos besamos como si no hubiese un mañana.
Continuará...

24 de noviembre de 2011

capitulo 17 /Yo por tí, cambio lo que sea/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES


capitulo 17 <Yo por tí, cambio lo que sea>


Había estado toda la noche sin dormir, estaba nerviosa, pensaba en Carlos y se me ponían los pelos de gallina. Pensé en Ángel, en lo que me dijo estando en la catarata “Sea la hora que sea, si necesitas hablar, me llamas”. Miré el reloj, eran las cinco y media de la mañana ¿Cómo le iba a llamar al pobre a esa hora? Me lo pensé detenidamente, pero finalmente decidí no hacerlo. Para mi sorpresa, me llegó un mensaje de él “Hola, no puedo dormir pensando en si estás bien o no. Perdón por las horas que son, pero es que necesito saber si estás bien. Un besazo rubia”.
Mi boca dibujo la sonrisa más grande del mundo y no tardé en contestarle.
“Hola Ángel, me alegro de que te preocupes por mí, estaba despierta, estoy un poco nerviosa”

Tras enviarle eso, me tumbé en la cama y suspiré, cerré los ojos para intentar dormir, pero no lo conseguí, el sonido del móvil me hizo abrir los ojos de nuevo.

“¿Necesitas consuelo ahora mismo? ¡Estoy disponible, ya lo sabes! No quiero verte mal, quiero hacerte salir de este bache cuanto antes”

Respiré hondo y mientras le contestaba, la sonrisa me acompañaba. Parecíamos dos adolescentes, escribiéndonos mensajes sin parar.

“No, no te voy a hacer venir ahora, loco. Pero mil gracias, intentaré superarlo pronto, pero es que me duele tanto lo que ha hecho, él era mucho para mí”

Esperé la respuesta impaciente, quería saber con lo que me iba a sorprender en el siguiente mensaje. La verdad es que no me hizo esperar mucho, ya que él, estaba más ansioso de leer mis mensajes que yo.

“Tú también eres mucho para mí. No me digas que no por compromiso, si me necesitas a tu lado de verdad, ahora sé sincera y el siguiente sms envíame un simple-sí-si quieres que vaya o un-no-si no quieres que vaya”

Ahora me había puesto en un aprieto. ¿Qué hacía? ¿Le enviaba un sí o un no? Me quedé pensativa, no sabía qué hacer y me estaba poniendo más nerviosa aún. Tuve que levantarme de la cama. Empecé a dar vueltas por la habitación como una tonta y finalmente, tuve la respuesta.

“No”-le envié. No pude ver la reacción de Ángel, pero tiró el móvil al suelo y se tumbó en la cama para intentar dormir, ni siquiera me contestó. Y yo, esperaba una respuesta, esperaba que insistiera un poco más, porque entonces, le diría que sí.
Ese mismo día, dormí hasta las doce. Nada más despertarme, miré el móvil, no tenía nada y eso me molestó. Decidí ir a casa de Berta, no le contaría nada de lo que me había pasado con Carlos, simplemente, iría a hablar con ella, ha hacerle una visita, ya que desde que estaba con Dani nos veíamos menos.

Nos acomodamos en el sofá y como siempre, empezamos a hablar y a hablar de nuestras cosas, me notó que no había dormido bien y me tuve que inventar una escusa, pareció creérselo y era raro y que a mí se me daba muy mal mentir y Berta me conocía muy bien, por lo tanto, siempre acababa pillándome. Un tema nos llevó a otro y al final acabamos hablando de Ángel.

-Pero Berta, Ángel y yo somos muy diferentes
Mi amiga se encogió de hombros-¿Y qué?
-Que por eso discutimos tanto
Berta me miró con una sonrisa-Pero por muy diferente que seáis ¿No os dais cuenta de que os necesitáis el uno al otro?
Abrí los ojos como platos y la miré incrédula al escuchar eso. Negué con la cabeza-De eso nada, si es que…siempre acabamos discutiendo
Berta agachó la cabeza y luego me dijo-Eso lo podéis solucionar
Desvié la mirada y me puse algo tímida-¿Sabes? Aquel día que fuimos al cine, me besó-Berta me miró alzando las cejas-después de haberle dicho que solo seríamos amigos…
Berta asintió y me cogió una mano-Mira Patricia…te lo voy a decir
La miré, prestándole atención, me interesaba lo que me iba a contar, por el tono de voz que había puesto-tu a Ángel, le gustas muchísimo. Pero vamos, no te imaginas cuanto…
Sonreí y agaché la cabeza-Es un amor pasajero, como el resto de sus amores
Berta negó rotundamente-Que no Patricia, que Ángel está pillado por ti
Negué-Que no, que lo único que tiene entre ceja y ceja es acostarse conmigo, que luego me dejará en el olvido, y yo no quiero eso…
Berta me miró y se puso muy seria-Patricia, te digo que le encantas
-¿Tú crees?-le pregunté con una sonrisa en la boca
-No creo, te lo afirmo ¿Él a ti también te gusta?
-No, yo no siento nada por él, ni lo sentiré nunca. Con ese chulo no quiero nada.
Berta me miró con cara de “eres una mentirosa y no me creo nada de lo que estás diciendo” pero se limitó a sonreír y asentir.
-Pues que pena, porque él está loco por estar junto a ti.
Desvié la mirada-Bueno, estar junto a mí, está…pero, es mi amigo, bueno…y tampoco
En ese momento mi amiga soltó una carcajada-que mala eres
La miré fijamente-es verdad, yo no le considero mi amigo, de momento, claro…

Al salir de la casa de Berta, me llegó un mensaje al móvil. “Hola preciosa. ¿Qué tal estas? Espero que mejor. ¿Necesitas algo?”
Me puse el pelo tras la oreja y le contesté mientras caminaba.
“Sí, estoy mejor, muchas gracias por preocuparte tanto, de verdad, pero no hace falta”
La verdad es que a atento no le ganaba nadie, y no me arrepentía de haberle contado lo que me había pasado con Carlos, pues él era el único que lo sabía y con él único que podía hablar del tema.

“Claro que hace falta que me preocupe tanto, me importas demasiado como para no atenderte como te mereces. ¿Dónde estás? ¿Puedo hacerte una visita? Me gustaría verte la carita, saber que de verdad has dejado las lágrimas a un lado para sacar tu preciosa sonrisa”

Al leer aquel mensaje, esa preciosa sonrisa que según él tenía apareció. Era tan encantador. Hacía que mi corazón diera un vuelco a cada mensaje que me enviaba. Tanta amabilidad y tanto cariño no era normal.

“De verdad, como eres ¿eh? Haces que me emocione, voy de camino a casa, si quieres nos vemos allí a las cuatro ¿te parece bien?”

Ángel no tardó en responderme. “No me parece bien, me parece perfecto. Estaré allí puntual, ¡sonríe guapa!”.

Y en efecto, al leer esto último hizo que sonriera. Me estaba ganando poco a poco, Dani le había dicho que yo era una presa difícil, que se lo tenía que currar demasiado y más si discutíamos constantemente. Pero él estaba sabiendo como acercarse a mí, como conquistarme lentamente.

A las cuatro, el timbre de la puerta sonó. Fui con mi sonrisa puesta a abrir. ¡Qué chico más puntual! No se había retrasado ni un minuto. Al abrir, vi que tenía algo escondido detrás de la espalda.

-Hola-me dijo
-Buenas, guapo, pasa-Ángel entró y cerró la puerta. Me quedé mirando para ver si podía ver lo que tenía hay detrás. Él me sonrió al ver que estaba deseando descubrirlo.
-¿Quieres saber lo que tengo?-me preguntó alzando las cejas
-Pues…si, la verdad es que si
Ángel sacó de detrás de la espalda una caja de bombones igual que la que me regaló aquel día, en forma de corazón. La cogí sonriente, llevaba una nota. Le miré a los ojos antes de leerla y después la cogí.
-Para una tía alucinante, espero que estos bombones consigan hacerte feliz, eres todo para mí. ¡No mires al pasado, porque mejores cosas te deparan en el futuro!-leí en voz alta.

Alcé la vista y fijé mi mirada en la de Ángel. Una sonrisa se esbozó en su rostro y fui a darle un gran abrazo.
-Muchas gracias-le dije tras darle un beso en la mejilla.
-De nada guapa

No sentamos en el sofá y él me observó mientras yo me comía un bombón.
-Veo que estas mejor de verdad
Asentí-Claro, te lo he dicho
Él me dio unos golpecitos en la rodilla-me alegro mucho
Le miré y le sonreí mientras me chupaba los dedos
-Así es como me gusta verte, con una sonrisaza de las tuyas, es que…te veo llorando y se me cae el mundo, Patricia…
-No seas exagerado
Ángel se puso la mano en el pecho-te lo digo de verdad, si estas mal, yo estoy mal
Me paré en ese momento a pensar en lo que me había dicho Berta. Lo uní todo y la verdad es que me di cuenta de que en realidad Ángel no estaba pillado por mí, estaba lo siguiente.
Le miré sonriente-Así es como me gusta que estemos
Él me miró desconcertado-¿Solos?
Negué-De buen rollo
Abrió la boca y sonrió-ya…a mí también me encanta cuando estamos así de bien
Desvié la mirada-Sí, eres una persona con la que se puede contar, te puedo hablar de todo y sé que siempre voy a tener tu consejo
Él asintió
-Pero, reconozco que la mayoría de las veces, tu carácter me pone histérica y discutimos
Ángel volvió a asentir-Lo siento, debo controlar lo que te digo, es que…yo soy así y, bueno, te molesta. Pero creo que he aprendido la lección y ahora controlaré mis palabras
Fruncí el entrecejo-¿De verdad te vas a controlar?
Ángel soltó una carcajada y después fijó su mirada en la mía-claro que lo digo en serio
-¡Anda ya!
Él asintió
-Pero, Ángel, de verdad, no tienes que cambiar por mí ¿Sabes? Cada uno es como es y punto
Ángel me miró-Pero yo no quiero estar mal contigo, por eso quiero cambiar
Negué con la cabeza- es muy difícil cambiar de personalidad así como así ¿Sabes?
-Ya, pero yo por ti, cambio lo que sea
Le miré a los ojos y sonreí, pero no le dije nada.

Estuvimos un rato más hablando, Ángel me repitió una y otra vez que si esta noche no podía pegar ojo que le enviase un mensaje y que si hacía falta vendría a casa. Le dije que mucha gracias pero que no hacía falta que viniera, que con hablar por sms ya era feliz.

-Pero es que a mí no me basta-me dijo. Yo me quedé mirandole a los ojos-¿Cómo sé que no me estás mintiendo? ¿Cómo podré saber que de verdad me estás diciendo que estas bien?
Desvié la mirada-simplemente, porque, soy incapaz de mentirte
Él me sonrió y entonces lo que dije después-y porque contigo hablando contigo es imposible que me acuerde de mi ex, por lo tanto no estoy mal
Ángel me sonrió y desvió la mirada.

Estuvimos un rato en un silencio, pero no era un silencio incómodo, todo lo contrario. A mí me encantó ese silencio, porque sabía que cada uno estábamos pensando en lo mismo. Nos miramos a la vez y nos sonreímos.
-¿En qué piensas?-me dijo
Me encogí de hombros
-No me digas que estas pensando en él
Negué-Que va…creo que lo estoy superando, él ya no existe.
Ángel me acarició la cara mientras me miraba fijamente-Patricia, eres preciosa
Agaché la cabeza y cuidadosamente le aparté la mano con la que me acariciaba.
Vi como tomaba aire, como preparándose para decirme algo y entonces me puse muy nerviosa. Le miré a la cara con miedo y él me sonrió.
-Patricia, te lo tengo que decir
Fijé mi mirada en la suya, dispuesta a escuchar lo que fuera.
Él desvió la mirada y vi que se cogía las manos. No me lo podía creer, Ángel nervioso en un momento como ese, no era nada normal en él. Su voz empezaba a temblar.
-Voy a decírtelo porque creo que ya es hora de que lo sepas
No dejé de mirarle en ningún momento, estaba preparada, quería que lo soltara cuanto antes.
-Tú a mí, me gustas muchísimo-En ese momento mi corazón dio un vuelco y respiré hondo-Pero mucho, mucho…y, quiero que lo sepas. Que no puedo vivir sin ti, que eres todo para mí, que no hay noche que no te sueñe, que es como si estuvieras a mi lado todo el día, pero no materialmente…daría lo que fuera por tenerte aunque solo fuera un segundo-me miró a los ojos-creo que ahora entenderás muchas de las cosas que he hecho por ti ¿no?
Desvié la mirada y volví a tomar aire. Hubo un silencio, esta vez sí que fue incómodo.
-bueno, ¿Qué? Dime algo-me dijo con media sonrisa en la boca
Le miré a los ojos y yo también le sonreí-Es que…no sé qué decirte
Ángel frunció el entrecejo-¿Cómo que no? ¿Qué piensas de esto que te he dicho?
Fijé la mirada en mis zapatos y me encogí de hombros
-¿Ya está? ¿Eso es todo?-Parecía molesto e incluso levantó un poco el tono de voz-Joder Patricia, te digo que estoy loco de amor por ti y ¿lo único que haces es encogerte de hombros?
Le miré seriamente, estaba empezando a mosquearme, pero quería controlarme, no quería acabar como siempre. Hubo otro rato de silencio y Ángel desvió la mirada resoplando con fuerza. Al cabo de un rato me miró.
-No vas a decirme nada ¿No?
Fijé mi mirada en la suya-Ángel es que…-no supe qué más decir. Pero no hizo falta porque él me interrumpió.
-No, si no hace falta…ya está, lo has dejado claro-se levantó del sofá y le miré furiosa.
-¡Ángel!-le llamé. Él se dio la vuelta y me miró-Me cuesta expresarme en estas situaciones ¿Vale? Soy muy tímida, tienes que entenderme
Ángel negó con la cabeza y se puso la mano en el pecho-Conmigo no puedes ser tímida, yo transmito confianza en la gente, conmigo es imposible ser tímida. Además, creo que algo merezco escuchar, por absurdo que sea-Hizo una pausa y luego continuó hablando-pero… ¿Encogerte de hombros? ¡Venga ya!
-Pero Ángel…Ya te lo he dicho, da igual que me inspires confianza, si soy tímida soy tímida, joder ¿No lo entiendes?
Ángel volvió a negar rotundamente
-Bueno, pues si no lo entiendes, vete a la mierda
Ángel abrió los ojos como platos-¡Ah, claro! Para eso no eres tímida, ¿No?
Le miré con odio, si las miradas mataran, yo, le hubiera matado. Me levanté bruscamente del sofá y le agarré de la camiseta, tirando de él llegué hasta la puerta y le saqué de mi casa. Al verse fuera, se dio la vuelta para volver a entrar, pues no se quería ir así, le había molestado que lo echase de esa forma.

-Adiós gilipollas-le saqué la lengua y cerré de un portazo. Él no pudo reaccionar y la puerta se le cerró en la cara.

Tras dar el portazo, apoyé la cabeza en la puerta y suspiré hondo. Cerré los ojos y pensé en lo que Ángel me acababa de decir. Pensé que porque me costaba tanto dar el paso, decirle que yo también le quería. Que ya no podía estar sin él, que me moría por besar sus carnosos labios y tenerle conmigo para siempre. ¿Por qué era todo tan difícil?

Continuará...