Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

24 de noviembre de 2011

Capitulo 16 /Aquí estoy yo para quererte/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Titulo: LACASITOS DE COLORES


Capitulo 16 <Aquí estoy yo para quererte>


Salí a darme una vuelta, necesita un día de mirar ropita, además hacía un sol increíble. Por el camino, iba pensando en lo que sentía por Ángel y en ese momento, pensé que no era más que una simple amistad, que se estaba convirtiendo en mi mejor amigo. Pero luego, pensé que le había comido la boca un par de veces y eso, por muy amigo que seas, no se suele hacer.

Me paré delante de un escaparate a ver una camiseta que me llamó la atención. De repente, escuché detrás de mí que alguien me decía “hola guapa”. Esa voz me sonaba, pero no sabía quién era. Fruncí el ceño. ¿Ángel?-pensé. No, era una voz más grave que la de Ángel. Miré al frente y en el reflejo del escaparate le vi, sorprendida me di la vuelta.

-¡Carlos!-le dijo sonriente. Él también sonrió al ver que después de todo me seguía alegrando al verle.
-¿Cómo estás?-me preguntó fijando su mirada en la mía
Asentí-Muy bien ¡Cuánto tiempo sin verte!
Él me sonrió-sí-me hizo un repaso de arriba abajo-¡Estas preciosa!
Recé para que no me hubiese puesto roja como un tomate-¡Gracias!
-¿Vas a casa?
Negué poniéndome el pelo tras la oreja-No, voy a comprar unas cosas
-¿Tienes un hueco para que te invite a tomar algo?-me dijo de repente.
Me quedé totalmente petrificada, había ido muy directo al grano, no sabía que decirle así que, le hice caso a mi subconsciente.
-Eh…si, supongo que si
Carlos me sonrió, me cogió del hombro y nos fuimos a un pequeño bar de tapas.

No sentamos en la barra, y pedimos dos cervezas y una ensaladilla. Notaba como él no dejaba de mirarme. Y cuando yo le miraba, se reía. Estuvo un rato así, y al ver que me estaba poniendo nerviosa, dejó de mirarme.
-El tiempo te vuelve más guapa-me dijo agachando la cabeza
Sonreí y me puse el pelo tras la oreja-Gracias-le miré a los ojos-la verdad, es que tu también has cambiado
-¿Si?
-Sí, estás…-me toqué el brazo-más fuerte
Carlos sonrió-Voy al gimnasio
-Se te nota
Él desvió un momento la mirada y luego volvió a mirarme, frunció el ceño-oye
Le miré a los ojos
-Llevas una cosa aquí-me dijo señalándose el labio
Me pasé la mano por el labio-¿Ya?
Carlos negó-No
Me froté más fuerte mientras él se reía-¿Y ahora?
-No-se acercó a mí- deja que te lo quite yo

De repente, sus labios estaban rozando los míos. Fruncí el entrecejo al ver que me besaba, pero inmediatamente, cerré los ojos y le alcé los brazos al cuello para sentir el sabor de un cálido beso. Tras ese beso, llegó otro. Carlos me acariciaba lentamente la mejilla con el pulgar mientras me besaba. Al separarnos, le miré a los ojos con el ceño fruncido. No entendía a qué había venido eso, pero no me había molestado. Él me sonrió y me miró a los labios.
-Pues…parece que se te ha quitado
Solté una carcajada y me bajé el taburete para ir a abrazarme a él, para estar entre sus brazos. Nos hicimos mimos, caricias y nos besamos innumerables veces.

Ya nos íbamos de aquel bar del amor, salimos a la calle cogidos de la mano, como su volviéramos a estar juntos. Yo iba con una sonrisa de oreja a oreja, en cierto modo, aún quedaba algo de amor por él.

-Oye Carlos… ¿Qué ha pasado ahí dentro?
Él se encogió de hombros-No lo sé, pero-subió la mano para ver que la teníamos entrelazada-me tienes cogido de la mano
Sonreí-Tú… ¿quieres intentarlo de nuevo?
Carlos sonrió-Llevo esperando escuchar esto todo el rato-No me dio una respuesta, simplemente me besó.

Le miré a los ojos-Esto… ¿tengo que interpretarlo como un sí?
Carlos asintió-Si…quiero volver contigo
Nos fuimos cogidos de la mano a mi casa, envueltos en una nube de amor. Todo había pasado muy rápido, y casi no lo había asimilado, pero había vuelto con mi ex.

Estaba abriendo la puerta de casa, y Carlos me abrazaba por la cintura mientras me daba besos en el cuello por lo que me costaba trabajo encajar la llave en la cerradura.
-Carlos, por favor-le dije. Él me soltó y conseguí abrir la puerta. Entramos, y nada más cerrar, Carlos volvió a cogerme de la cintura, atrayéndome hacía él. Me besó y fuimos hasta la habitación sin dejar de besarnos. Carlos me apoyaba contra las paredes del pasillo para quitarme una prenda y al llegar a la habitación, casi estábamos desnudos.

Tenía la respiración agitada, mucho calor y había sudado. Carlos se tumbó a mi lado y nos tapamos con la sábana. Él me rodeó con su brazo y me besó el hombro
-Te quiero-me dijo en un susurro
-Había olvidado lo cariñoso que eras en la cama-le dije mirando al techo. De repente su cara apareció delante de la mía. Le sonreí.
-¿De verdad lo habías olvidado?
Le cogí la cara y le miré a los ojos-¡qué va!-besé sus labios y volvió a tumbarse a mi lado.
Estuvimos un rato en silencio, escuchando nuestras respiraciones alteradas. Después giré la cabeza y le miré a los ojos-Quien me iba a decir a mí, que un día de compras iba a terminar así-le dije con una sonrisa en la boca. Él me besó el hombro.
-Para que veas las vueltas que da la vida
Me abracé a él y me tumbé de manera que ambos nos mirábamos de frente-Dame un beso-le dije poniéndole los labios. Él me lo dio sin ningún problema, y juguetón, entrelazó sus piernas con las mías y giró, de manera que se colocó encima de mí. Apoyó sus musculosos brazos en la almohada y me miró a los ojos, seguidamente, se inclinó para besarme, lentamente, volvió a llevarme a un mundo mágico, donde solo estábamos nosotros dos.

Desde que había vuelto con Carlos, estaba más feliz, más activa, pero no lo sabía nadie de mis amigos. Sabía cómo se pondrían por lo que no quise decírselo, ya se enterarían algún día. Carlos a penas me dejaba respirar, me tenía encerrada en la habitación, concretamente en la cama. Había vuelto con más ganas que nunca. No se cansaba y continuamente quería más y más. Empezaba a preocuparme ¿y si se había vuelto un depravado sexual?
Seguramente, llevaba mucho tiempo sin sexo y la estaba pagando conmigo, aprovechando que habíamos vuelto. Un día se lo pregunté.

-Carlos, tu y yo antes no…
Él me miró con una sonrisa
-Bueno, que no lo hacíamos tanto, tan a menudo
Carlos sonrió-Lo sé
-¿Por qué ahora tienes ganas a todas horas? ¿Me tengo que preocupar?
Él soltó una carcajada y me acarició la barbilla-No mi niña, no tienes que preocuparte, lo que pasa es que ahora me gustas más que nunca y te deseo a todas horas…
Le sonreí y nos dimos un abrazo-Supongo que no será tan malo esto ¿No?
-¡Qué va! Es lo mejor que te podía haber pasado
Sonreí y le di un tierno beso en la comisura de los labios.

El tiempo con Carlos pasó demasiado deprisa y cuando me vine a dar cuenta ya llevábamos dos semanas. Quería darle una sorpresa, quería hacerle un pequeño regalito para celebrar ese cortito tiempo. Llegué a su casa, él abrió la puerta y sonrió.
-Vaya, que bien que estés aquí, iba a tu casa para hablar contigo
Alcé las cejas-¿De verdad?
-Sí, pasa-me dijo haciendo un gesto con la mano
Entré y nos sentamos en el sofá, le miré a los ojos-Bueno, tú primero
Carlos agachó la cabeza-Mejor tú primero
-No, no, que lo mío es de risa, primero lo tuyo
Vi como tomaba aire, y entonces me arrepentí de haberle dicho que él primero, porque, la sorpresa gorda me la iba a llevar yo.
-Patricia, seré directo…No quiero seguir
Fruncí el entrecejo-¿Qué?
Él negó con la cabeza-No, ya está, ya vale, no quiero seguir con esta relación
-Pero Carlos…no, no lo entiendo
Carlos se encogió de hombros-Lo siento, Patricia, no puedo
En ese momento empecé a llorar desconsoladamente-No puedo creerlo-dije entre lágrimas-Me has hecho daño-él intentó abrazarme pero le esquivé, no quería sus caricias, no quería su consuelo. Ya no le daría más oportunidades, había jugado con mis sentimientos.
-Lo siento, pero es que, me he dado cuenta de que…no, no siento lo mismo que antes, ahora es todo completamente diferente, ya no es lo mismo y yo no quiero estar así
Le miré con los ojos llenos de lágrimas mientras negaba con la cabeza-Me has usado. Me has utilizado como una marioneta, para lo que te interesaba-le grité. Él negó rotundamente.
-Que no Patricia, no lo veas así, que no te he usado
Me levanté del sofá y le pegué un guantazo-Tú para mí estas muerto ¿me oyes? No existes.
-Patricia-me dijo como arrepentido, pero no le dejé hablar
-¡No quiero saber nada más de ti en la vida!-me limpié las lágrimas y salí corriendo de aquel infierno.

¿Qué hacía ahora? Necesitaba desahogarme con alguien y ninguno de mis amigos sabía que había vuelto con Carlos. Tendría que contárselo a Berta, me echaría la bronca, pero al menos me podría dar un tierno abrazo, que era justo lo que necesitaba en ese momento. Cabizbaja y andando lentamente, me dirigía a la casa de mi amiga. De repente, vi a un chico, sentado en una moto, en tono vacilón, con las gafas de sol puestas. Era Ángel. Avivé el paso para perderle de vista lo antes posible, rezando para que no me viera. Pero de repente, escuché mi nombre. Cerré los ojos con fuerza-¡Mierda!-pensé, me di la vuelta y vi que Ángel se acercaba a mí. Volví a girarme para limpiarme las lágrimas y después le recibí con una sonrisa.

-Hola-le dije con una falsa sonrisa
Él me miró frunciendo el ceño. Se quedó mirándome a los ojos durante un momento-¿Qué te pasa?-fue lo primero que me dijo, ni me saludó
Agaché la cabeza-nada
-¿Y esos ojos?-me preguntó poniéndome una mano en el brazo
-Cosas mías-quería irme de allí, no quería seguir hablando con él.
-Patricia…-me dijo. Tuve que mirarle al escuchar el tono de voz-¡Dímelo!
Negué rotundamente-No, voy a ver a Berta…-me di la vuelta para seguir mi camino, pero él me cogió del hombro y se puso delante de mí.
-¡Eh, Patricia!-Quiero ayudarte, dímelo
Le miré a los ojos detenidamente durante unos segundos, empezaban a llenarse de nuevo de lágrimas y luego negué-No Ángel, no me pasa nada
Él me sonrió-No seas tonta-se metió las manos a los bolsillos y me miró de nuevo-quiero saber qué te pasa, quiero ayudarte, si te veo mal, no puedo dejarte ir así, es algo superior a mis fuerzas.

Le pegué un empujón, en ese momento se me juntó todo y la pagué con él-¡Que te he dicho que no me pasa nada, que me dejes en paz!-le grité. Ángel me miró algo furioso y me cogió fuertemente del hombro.
-A mi no me empujes ¿eh?
Me quejé de que me estaba haciendo daño y quise quitarle la mano, pero me tenía bien cogida.
-¡Suéltame, capullo!-le grité intentando quitarle la mano de mi hombro
En ese momento, Ángel aún más rabioso que antes, me agarró la cara con una mano y me atrajo hacia él.
-¡No se te ocurra volver a insultarme! ¿Me oyes rubia?-me dijo furioso

Parecía que ese día estaba de mal humor, porque normalmente él no reaccionaba así cuando yo le decía algo. Cuando me soltó le eché una mirada llena de odio y empecé a caminar, me iba de allí. Quería estar lejos de aquel idiota.
Enseguida él me dio alcance, le miré de reojo, pero no le hice caso.
-Lo siento-me dijo arrepentido. No le hice caso, le ignoré-es que, estoy algo enfadado, por varias cosas que me han pasado.
Me paré en seco y le miré. Una lágrima cayó lentamente por mi mejilla, quise evitar llorar pero fue imposible, me puse muy sentimental, lo recordé todo y me ahogué en un mar de lágrimas. Ángel me sujetó los hombros e hizo que le mirase a la cara.
-Patricia…no quiero verte así. Está bien, lo entiendo, si no me quieres decir lo que te pasa no me lo digas
Le sonreí como dándole las gracias por entenderme
-Pero, al menos, déjame que te consuele, no soporto verte así, es que, me duele en lo más profundo de mi corazón, te lo digo de verdad
Desvié la mirada y me limpié una lágrima. Le dije gracias solo con los labios y me tiré a sus brazos. Él me acogió en un largo abrazo y me dio un beso en la cabeza.
-Ángel…
-Dime-escuché que me dijo abrazándome aún más fuerte
Me separé un poco de él para mirarle a los ojos-te lo voy a contar
-no tienes porque hacerlo si no quieres
Asentí-Sí, quiero…es más lo necesito-Me separé de sus brazos y agaché la cabeza. Ángel miró a todos sitios y me cogió la mano.
-Vale está bien, pero este no es el lugar adecuado

Me llevó hasta su moto y me dijo que me pusiera el casco y que subiera que nos íbamos a otro sitio. Me cogí fuerte y dejé que me llevará donde quisiera. Aparcamos en el monte, junto a un río precioso, al fondo se veía caer una cascada.
Nos sentamos en la verde hierba, yo sonreí mientras miraba el paisaje tan alucinante.
-Muchas gracias por traerme aquí…esto es precioso-le dije mirándole a los ojos
Él me asintió-Este es mi sitio, vengo aquí siempre que tengo que pensar ¿Sabes?
-¿Sí?-miré al frente-la verdad es que es un sitio perfecto para pararte a pensar en las cosas de la vida.
Ángel me asintió y me observó durante unos minutos. Al cabo de un rato en silencio, me dijo-bueno, ahora sí, cuéntame porque llorabas tanto…
Le miré y después desvié la mirada al frente y respiré hondo –verás, nadie lo sabe pero, volví con mi ex
Ángel me miró de repente, sorprendido-¿Con Carlos?
Asentí como arrepentida-Pero bueno…se podría decir que me utilizó, que sabía que ya no me quería pero, me utilizó para acostarse conmigo
Ángel apretó el puño y forzó la mandíbula, escuchar aquello le estaba doliendo-que hijo de puta-dijo en voz baja
-Me ha dejado hoy y…por eso iba a casa de Berta-me limpié unas lágrimas que me caían lentamente por la mejilla-No me quería Ángel-le miré a los ojos completamente destrozada-No me quería y ha jugado con mis sentimientos


En ese momento Ángel me pasó una mano por el hombro y me atrajo hacia él, me envolvió en un gran abrazo, apoyé la cabeza en su hombro.

-Tranquila, que aquí estoy yo para quererte-me dijo en un susurro. Levanté la cabeza y me limpié las lágrimas.
-No le perdonaré jamás, no quiero volver a verle, no quiero saber nada más de él
-Haces bien
Me puse la mano en el pecho-Yo aún sentía algo por él, aún algo me decía que esa segunda vez seríamos felices, pero… ¡Qué equivocada he estado!
Ángel me puso una mano en la rodilla-No pasa nada Patricia, creo que es mejor que no salgas más con él, ni te juntes con esa clase de personas. Ha jugado contigo y eso, no es nada bueno.
Asentí-es un gilipollas, y ahora… ¿Qué hago yo? Estaba feliz…por una vez en mucho tiempo estaba feliz con saliendo alguien
Él me dio un apretón en la rodilla y le miré a los ojos, él me sonreía-Seguro que pronto llega alguien a tu vida que te puede hacer mucho más feliz que él
Desvié la mirada-No sé qué decirte
Ángel asintió de una cabezada-Seguro que si, eres una mujer maravillosa tú no puedes estar sola y amargada. Tu mereces tener a tu lado a alguien que te de lo mejor de lo mejor, y te aseguro que tarde o temprano ese alguien llegará.
Le miré y le sonreí. Él vio que estaba llorando de nuevo y me acogió en sus brazos, yo también le abracé, necesitaba sentir contacto humano en ese momento.

La verdad, es que en ese tiempo que estuve con Ángel enfrente de esa maravillosa cascada, contándole tan abiertamente mis problemas personales, me di cuenta de que aunque nos llevásemos tan mal, Ángel podía ser la persona más tierna y cariñosa del mundo. Aquel día Ángel se había ganado un voto más de confianza por mi parte. Y la verdad es que supo consolarme y calmarme como nadie.

Continuará...

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