Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

27 de noviembre de 2011

capitulo 19 /Nadie en la vida/

capitulo 19 <Nadie en la vida>


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES



Abrí los ojos y lo primero que vi fue un mensaje en el móvil de Ángel “Buenos días princesa. ¿Cómo has pasado la noche? Nada más irte de la fiesta ya te estaba echando de menos. Quiero verte pronto. Un beso”
Con una sonrisa en la boca, dejé el móvil encima de la mesa y me levanté de la cama. Me desperecé y fui a la cocina a prepararme un café. Encendí la radio y justo en ese momento, el locutor dijo algo que me sorprendió bastante “Aquí tenemos a un oyente que nos manda un mail y nos dice: Buenos días, Jorge, Soy Ángel de Madrid, me gustaría que pusierais, si pudiera tenerte, una de las bandas sonoras de sin fin. Me gustaría dedicársela a una chica muy especial en mi vida, ella es Patricia, y aunque no esté escuchando, esta canción va para ella porque dice todo lo que siento. Besos”

En ese momento, me quedé totalmente bloqueada, era él, no podía ser tanta casualidad, que fuese otro Ángel y que se la dedicase a otra Patricia. Una sonrisa llegó a mi boca y la canción empezó a sonar, la verdad es que decía cosas maravillosas como “tienes la cara más bonita que yo haya visto jamás” “tu olor me inspira, tu voz me incita a que me risa nazca sin pensar” “y si tuviera tu amor no lloraría por ver que no te tengo”
Durante la canción una lágrima se me escapó, si, lo había conseguido, estaba completamente enamorada del gamberrillo de la calle de la paz, lo había conseguido, había perdido la cabeza por él.
Cuando se terminó la canción, cogí el móvil y le llamé. Él contestó muy contento al otro lado. Ni le saludé directamente me puse a cantarle la canción que me había dedicado

-Mirar tu cara es mirar un sueño que está a mi alcance y no puedo tener-le canté. Al otro lado escuché la risa de Ángel
-Veo que lo has oído
-Sí y no sabes lo que me has hecho sentir
Ángel volvió a sonreír-¿Si?
-Me has hecho sentir algo inexplicable, muchas gracias. ¿De verdad sientes eso por mí?
-Claro, y la letra se queda corta. Pero narra bien mi historia, te quiero tener y no te tengo
Sonreí-Ángel…-hice una pausa incómoda-¡Me has hecho llorar!-le dije desde lo más profundo.
-¿Qué dices?
-Que sí, que he llorado de la emoción
Ángel sonrió-Me alegro
-Bueno, voy a seguir desayunando
-Venga, que aproveche
-Gracias-iba ya a colgarle-oye…y gracias por el detalle
-No…esto no es nada para lo que te mereces
Mi sonrisa al escuchar eso no pudo ser más grande
-Eres un encanto. Un beso guapo
-¡Te quiero princesa!
Sonreí-Adiós-le colgué. Le colgué sin decírselo, lo tenía en la punta de la lengua y no me atreví a decirlo. No era tan difícil, pero yo lo hacía más de lo que era. ¿Por qué no fui capaz de decirle “Yo también te quiero?”

Esa mañana fui a casa de mi amiga. Ella empezó a decirme que me había visto con Ángel fuera de la fiesta y no paró de preguntarme que si había pasado algo entre nosotros. Todas las veces se lo negué, pero mi cara de felicidad, de enamorada y de mentirosa, me delató, aparte que Berta me conocía perfectamente bien.
Al final terminé contándoselo, le dije que en la fiesta había pasado, que nos habíamos besado y que con una indirecta le había dicho que le quería. Berta me dio la enhorabuena, ya que sabía que con Ángel iba a estar más que bien.
A mí me entraron las dudas y los arrepentimientos. ¿Yo con el macarra del barrio? Había veces que no me terminaba de convencer, no me entraba en la cabeza. Pero luego pensaba, que detrás de esa alma de macarrilla se escondía un corazón gigante y todas las otras ideas las tiraba automáticamente a la basura.

-De verdad Patricia, Ángel es un amor de persona-me dijo mi amiga-es que, no te puedes imaginar lo gran persona que es.
Asentí-creo que me hago una idea
-Pero cuando le conozcas aún más…ya verás-me dijo sonriente
Desvié la mirada-Le quiero mucho, Berta, pero no sé como decírselo
Berta me miró fijamente-¡Ángel, te quiero! ¿Ves que fácil? ¡No tiene más!
La miré de reojo-Ya, claro, para ti es fácil decirlo así, pero cuando le tengo delante no…no puedo, no me sale
Berta esbozó una sonrisa-Eso te saldrá solo, sin pensarlo. Te saldrá de aquí-dijo dándose unos golpecitos en el pecho.
Sonreí-Él ya me lo ha dicho varias veces
Berta sonrió-Él te lo dice con el corazón
La miré y después aparté la vista, me daba vergüenza hablar de ese tema. No me gustaba hablar de mis cosas más personales, aunque fuese con mi amiga de toda la vida. En ese momento me llegó un mensaje al móvil, me lo saqué del bolsillo, nerviosa. Berta me miraba atentamente, observando cada uno de mis movimientos, de mis gestos. Al leer de quien era el mensaje y lo que ponía, pudo ver en mí una reacción que no había visto nunca. Los ojos casi se me salieron de las órbitas y empezó a temblarme la mano. Berta puso su mano encima de la mía y me sonrió.
-Tía ¿Qué te pasa? ¡No creo que sea un mensaje de movistar! ¿No?
Solté una carcajada y empecé a escribir para contestar-No, te aseguro que de movistar no es
-¿Ángel?-me preguntó alzando las cejas
Asentí sin apartar los ojos de la pantalla-Es un cielo, me ha invitado a cenar esta noche
Berta sonrió-¿Le estarás diciendo que si no?
Dejé de escribir y la miré fijamente-Pues no, le estoy diciendo que no…
Berta abrió los ojos como platos-¿Cómo?
Al ver su reacción solté una carcajada-que es broma, Berta, claro que le estoy diciendo que si…me muero por esa cena.
Berta se acercó a mí para mirar lo que le estaba escribiendo. Al leerlo sonrió, la verdad es que nunca me había visto así de…enamorada.

Quedé con Ángel a las nueve, él me recogería en la puerta de mi casa, aquella noche me puse lo mejor que encontré en mi armario y la verdad es que estaba más guapa y sexy de lo normal. A las nueve en punto escuché una moto, era Ángel, por lo que cogí mi bolso y salí a la calle. Ángel se quitó el casco y se quedó embobado mirándome y se frotó los ojos para hacer la gracia.

-¡Dios santo!-dijo cuando llegué hasta él. Me repasó de arriba abajo y después nos dimos dos besos-¿Eres de verdad?
Asentí y me mordí el labio-¿Qué tal?
-Pues ahora…no sé qué decirte…
Sonreí agradecida.
-Eres una diosa-me dijo haciéndome el último repaso con la mirada.
-Venga no te pases, hombre-le dije empezando a ponerme colorada como un tomate
Ángel negó con la cabeza-No, no me paso, hazme caso, incluso creo que me quedo corto-Se giró, cogió un casco de la moto y me lo dio.
Me puse el casco y me subí en la moto. Cuando Ángel se subió me agarré fuertemente a él.
-¿A dónde vamos?-Le grité antes de que el rugido de la moto impidiera que me escuchase.
Ángel se giró un poco para que le escuchase-No te lo voy a decir, es una sorpresa
-No me gustan las sorpresas-le dije sonriente. Me moría por saber qué era lo que me tenía preparado.

Estuvimos más de veinte minutos sobre la carretera y al final llegamos a un sitio, un sitio donde no había estado nunca en la vida. Miré a mí alrededor, pensando que aquello era precioso, después me di la vuelta buscando a Ángel, este me miró mientras guardaba los cascos bajo el asiento.
-¿Te gusta?
Asentí y fijé mi mirada en una fuente muy bonita que estaba en marcha.
-A mí este sitio también me gusta bastante

Era un sitio bastante acogedor. Era un hotel, pero tenía un amplío jardín, con lucecitas, bancos, abundantes plantas, una fuentecita en medio y un restaurante para picar algo. Pero lo que yo no sabía, es que eso era solo lo que acababa de ver.
Ángel se paró a mi lado y nos miramos sonrientes. Él estaba contento, ya que veía la felicidad en mi mirada. Entrelazó su mano con la mía y empezamos a caminar hacia la entrada del hotel.
Paramos a hablar con el recepcionista, Ángel le preguntó que si podían acceder a la parte de atrás para enseñarme el hotel completo.

-Claro, faltaría más-dijo el recepcionista-todo recto y a la izquierda-Nos indicó señalando con la mano
-Gracias-le contestó Ángel.

Andamos por donde nos indicó el chico y al volver a la izquierda, mi boca se abrió sola. No podía creer lo que estaba viendo, aquello sí que era mágico. Una piscina climatizada cubierta, césped natural alrededor, farolas con luz suave y lucecitas por el suelo. Ángel leyó un cartel que había en la puerta y después se dio la vuelta para hablar conmigo.
-Aquí dice que podemos reservar
Sonreí y eché otro vistazo a la pinta que tenía aquello, la puerta estaba cerrada, era una cristalera, no podíamos pasar.
-Pues reserva ¿A qué esperas?
Ángel sonrió-¿Te apetece?
-Sí, tiene que ser estupendo entrar ahí, se tiene que estar de lujo
Ángel sonrió y asintió-te digo yo que si
Le miré con los ojos entornados-Venga, reserva donde tengas que reservar
Ángel volvió a mirar el cartel-Esta noche está libre-volvió a entrelazar su mano con la mía y salimos a hablar con el recepcionista.

-Perdone-le dijo Ángel soltándome la mano y apoyándose en el mostrador-queríamos reservar la piscina para esta noche
El recepcionista asintió y se dirigió al ordenador-Dígame su nombre
-Ángel Martín Gómez
El recepcionista lo apuntó en el ordenador y apuntó también el número de habitación en la que estábamos.
-Está bien, tenéis la piscina para vosotros solos esta noche, tendréis servicio personal, solo tenéis que tocar un botón y os atenderán a través de una ventanilla que hay.
Ángel asintió-muchas gracias
-Que disfruten de su estancia-le dijo tendiéndole unas llaves. Ángel las cogió y le dio las gracias, después subimos a nuestra habitación.
Aquello era mucho más grande de lo que me esperaba. Era una habitación perfecta para pasar una noche alocada con tu pareja, la verdad es que Ángel había tenido un detallazo conmigo al llevarme allí. Si quería volverme más loca de amor, lo estaba consiguiendo. Al entrar, cerró la puerta y me cogió de la cintura, yo le rodeé el cuello con un brazo y miré a mí alrededor.
-¡Que pedazo de habitación!-le dije sorprendida
Él me asintió y me dio un beso en el cuello. En ese momento me aparté de él para ir a investigar.
Me senté en la cama-¡Esto es el paraíso!
Ángel me sonrió y fue a sentarse al lado mío-Esto no es el paraíso para mí
Le miré a los ojos-¿No?
Él negó-Tú, eres mi paraíso
Sonreí y sin darme cuenta Ángel me besó.
-Esta noche promete
Aparté la mirada-Va a ser muy larga-me levanté y fui a ver el baño, teníamos hidromasaje.
-¿Has visto el baño, Ángel?-le llamé
Él vino y me abrazó por atrás-¡Que chulo! ¡Es grande!
-Tenemos hidromasaje-giré un poco la cara para verle y él aprovechó para besarme.

A las nueve, bajamos al jardín y nos sentamos en un banco, enfrente de la fuente, las gotitas nos salpicaban de vez en cuando pero nos daba igual.
Ángel me puso una mano encima de la rodilla. Y seguidamente empezó a hablarme sin cortarse un pelo.
-Que esté así contigo, es todo un sueño para mí ¿sabes?
Le miré a los ojos, esperando escuchar más cosas tan bonitas como aquella
-Pensé que siempre estaríamos discutiendo y que nuestro amor nunca llegaría
Desvié la mirada presa de la timidez.
-Pero ahora que estoy contigo, ahora que sé que me quieres y sabes quererme, me siento el hombre más importante del mundo
Le miré y después esbocé una sonrisa.
-De verdad Patricia, gracias por ser así conmigo, no sabes lo feliz que me haces
Le cogí de la cara y le di un apretado beso en la boca-¡Guapo!-le dije para no quedarme en silencio.
Ángel entrelazó su mano con la mía y fijó su mirada en mí-¿Quieres que nos sentemos en el porche del restaurante a tomar algo?
Asentí-vale

Cenamos y después subimos a la habitación. Íbamos a bajar a la piscina, pero había un problema, que ninguno de los dos teníamos bañador. Se lo dije a Ángel, le dije que yo sin bañador no iba a ningún sitio. Él me sonrió y abrió el armario.
-Tranquila, aquí siempre hay bañadores limpios
Sonreí y me eligió uno.
-Toma-me lo lanzó-este es el que mejor te va a sentar
Lo miré, la verdad es que Ángel tenía buen gusto-Sí, la verdad es que es bonito
-No más que tú-me dijo mientras buscaba un bañador para él
Le miré con la mirada llena de amor, pero él estaba de espaldas a mí
-Además todos los que hay aquí te quedarán bien, pero ese en especial
Me metí al baño y me lo puse, cuando salí, Ángel ya estaba con el bañador puesto. Se giró para verme e hizo como si se desmayara. Se tiró en la cama y cerró los ojos. Me acerqué a él y le cogí un brazo.

-No seas tonto
Ángel abrió los ojos y me sonrió, seguidamente me cogió un brazo y me estiró hacia él, de manera que caí encima. Le miré a los ojos y fue él quien se lanzó a besar mis labios. Rodamos en la cama mientras nos besamos, hasta que quedé de nuevo yo arriba. Me separé lentamente de él y me bajé.
-Venga, vamos a la piscina
-¡Que culito que tienes!
Me di la vuelta y le hice un gesto con la mano como que le iba a pegar. Él soltó una carcajada y me siguió.
-¡Tengo ganas de darme un bañito!-le dije
Ángel se puso a mi lado y entrelazamos nuestra mano. Abrimos la puerta y nos fuimos a pasar un rato en la piscina.

Al entrar, Ángel se quitó las zapatillas y se tiró en bomba. Yo solté una carcajada y él me miró.
-¡Vamos, salta!-me dijo haciéndome un gesto con la mano
Negué-No, no voy a saltar Ángel, yo voy poco a poco
Ángel frunció el entrecejo y salió corriendo del agua-¿Qué no vas a saltar?-gritó corriendo hacia a mí. Me cogió en peso y nos tiramos al agua. Le miré con la mirada furiosa y él me cogió de la cintura con una sonrisa especial en la boca.
-¡Te odio!-le dije bromeando-Eres malo
Él sonrió-¡Me gusta ser malo!
Le di un apretado beso y le alcé los brazos al cuello, ahora estábamos muy cerca el uno del otro.
-Esta noche es mágica ¿eh?-me dijo sin quitarme la mirada de encima
Asentí-Ni que lo digas-le di un besito en la mejilla y nos abrazamos.
Estuvimos un buen rato abrazaditos, escuchando el silencio. De repente escuchamos una voz por un aparato que nos decía que si nos apetecía tomar algo. Ángel se separó lentamente de mí y salió de la piscina para acercarse al aparato.
-No gracias, de momento está todo bien
-De acuerdo-le contestó la voz al otro lado-Si quieren algo solo tienen que pedirlo
-Gracias-le respondió Ángel y de nuevo se tiró en bomba y me mojó prácticamente toda la cabeza.
-Eres un salvaje-le dije sonriente
Ángel soltó una carcajada y se hizo el muerto boca arriba.
Estuve un rato mirándole, la verdad es que me sorprendía que estuviera allí con él. Que todo hubiera pasado tan rápido. Al mirarle fijamente durante tanto tiempo, un cosquilleo recorrió mi cuerpo. Aquello me decía que estaba totalmente enamorada de él. Solo podía llegar a sentir aquello cuando el amor era de verdad. Me acerqué a su cara, él me miró sin dejar de hacer el muerto.
-¡Guapa!-me dijo sonriente
-No, guapo tú
Ángel cerró los ojos y yo aproveché para darle un beso, tras el beso, Ángel los abrió y dejó de hacerse el muerto. Nos miramos a los ojos y nos abrazamos de nuevo.
-No quiero estropear nuestra relación por nada del mundo
-tranquilo, que no se estropeará
-¿Por qué antes discutíamos tanto?
Me encogí de hombros-Era porque…ambos nos queríamos pero en silencio, quizá era por eso. No sé…
Ángel agachó la cabeza-Y era porque yo antes no me daba cuenta de lo que podía llegar a tener y mi personalidad de macarrilla salía a flote, lo siento
Le acaricié lentamente la cara-¿Cuántas veces te vas a disculpar por eso?
Ángel sonrió
-Si en el fondo me encantaba
Él me miró a los ojos-Tu también me encantabas-me dijo apretándome más fuerte-y me encantas, por cierto…
En ese momento nuestros labios se fundieron en un apasionado beso, fue un beso algo especial estando dentro del agua.
-Me siento bien estando contigo aquí
Ángel me sonrió y me dio un dulce beso en el cuello.

Estuvimos un rato más en la piscina, jugueteando como dos niños, acariciándonos, besándonos…Después subimos a la habitación, nos dimos una ducha y nos pusimos unos pijamas que había en el armario.
Me senté en la cama y di unos botes, después me tumbé y abrí los brazos. Era bastante cómoda y tenía la sensación de que se descansaría bien en ella. Sin esperármelo, Ángel apareció de la nada y fue gateando por encima de mí hasta pararse a la altura de mi cara. Yo le alcé los brazos al cuello y Ángel se incorporó para besarme. Aquel beso nos envolvió en una ardiente pasión, llegué a sentir cosas que no había sentido nunca en la vida. Lentamente pasé la mano por debajo de la camiseta de Ángel y al fin, conseguí quitársela. Él me regaló una sonrisa picarona, yo estaba allí, debajo de él, dejándome hacer todo lo que quisiera. Ahora besos por allí, besos por allá, Ángel me estaba llevando hasta el cielo con tan solo el poder de unos besos.

Antes de que pudiera darme cuenta ya estábamos completamente desnudos y él, me tenía acorralada. Me sedujo con la mirada. Entre tanta caricia y tanto beso yo ya andaba un poco fatigada. Él rozó su nariz con la mía y muy cerca de mi boca le dije-Vamos Ángel, no me hagas esperar más
Él me regaló una sonrisa seguida de un suave beso en los labios.
-Quiero compartir contigo todo y más
-Sssh-me dijo poniéndome un dedo en los labios-Ahora, nos sobran las palabras
Le sonreí y nos envolvimos en un apasionado beso. Aquella cama se convirtió en nuestro nido de amor. Todo dejó de existir para nosotros, en ese momento solo estábamos él y yo en el mundo y nadie ni nada nos haría pensar lo contrario. Con él, sentí cosas que nunca antes había sentido, sabía cómo tratarme en la cama, sabía cómo hacerme disfrutar al máximo y como disfrutar él al mismo tiempo. Ángel era una persona de esas que ya apenas quedaban.

Perdí el sentido, lo único que sabía es que estaba acalorada y que había disfrutado como nunca. Me abracé a Ángel aún fatigada y le sonreí, él me besó en la frente.
-¡Te quiero un montón!-me dijo abrazándome con más fuerza.
Me apoyé en su pecho y cerré los ojos-Gracias por traerme a este sitio
-Te lo merecías
Alcé la cabeza y le miré a los ojos-¿Cómo es posible que me quieras tanto?
Él esbozó una sonrisa, pero no me respondió, se limitó a fijar su mirada en la mía.
-Nos conocemos desde hace relativamente poco y no es normal que me quieras tanto
Ángel me dio un tímido beso en los labios-Si que es normal, ¿sabes por qué? Porque desde la primera vez que te vi me gustaste, me encantaste, me enamoraste, fue…un flechazo.
Alcé las cejas-¿De verdad?
Ángel me asintió-Desde el día en que te conocí…te voy queriendo más y más
Sonreí y le di un dulce beso en los labios
-Ahora ya sin ti no sabría vivir, y te juro que tú me has cambiado, que yo antes no era así, era más alocado
Le di un besito de nuevo-Que sepas que en poco tiempo has hecho que me vuelva loca de amor por ti, y eso no lo ha conseguido nadie en la vida.
Continuará...

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