Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

11 de noviembre de 2011

CAPITULO 6 /La mujer perfecta/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Titulo: LACASITOS DE COLORES.

CAPITULO 6

<La mujer perfecta>

Ángel empezaba a ponerse nervioso y miraba a Dani como con temor de que fuera a contárselo después a alguien. Dani le insistió varias veces en que no se lo contaría a nadie, que no saldría de entre ellos.
Ángel tragó saliva y miró una última vez a Dani antes de contárselo-Verás, en aquella fiesta, a la que fue Patricia… ¿Recuerdas?
Dani asintió-Sí, solo ha ido a una, y yo estaba borrachísimo, por cierto-se tocó la cabeza, como si todavía le doliera
-Pues, bueno, la vi por primera vez en mi vida y…

-…La vi entrar a la fiesta, acompañada de su amiga, iba vestida como los Ángeles, incluso diría que tenía luz propia, pues cuando entró, todo el mundo se giró a mirarla, todos quedaron prendados de su belleza. Era…la chica más guapa que había visto en mi vida. No dudé ni un minuto en acercarme a saludarlas. A Berta ya la conocía, la verdad que casi no me acordaba de su nombre, pero no me importaba, solo me interesaba saber cómo se llamaba, ella.

-Hola chicas-dije. Pero no me escucharon bien, el sonido de la música estaba realmente alto. Patricia miró a su amiga que estaba completamente embobada en mí-Ehhh ¿Berta?-le pregunté señalándola. Ella asintió sonriente, miró a Patricia y le dijo en voz baja
-¡Se sabe mi nombre!
Vi como Patricia evitó soltar una carcajada, y entonces volvió a mirarme. Creo que en ese momento ambos nos dimos cuenta de que éramos…los que se habían chocado en la calle. Me sonrió. Aquella era la sonrisa más preciosa y perfecta que había visto nunca. La miré frunciendo el ceño.
-A ti no te conozco-Estaba deseoso de saber su nombre, de saber mucho más de ella.
-Soy Patricia-me dijo tendiéndome la mano. Alcé las cejas y miré a Berta
-¿Es ella?-le pregunté señalando a Patricia. Berta asintió y la miré de nuevo-¿La Patricia del que todo el mundo me hablaba?-le dije-¿Eres tú?
Ella se encogió de hombros-No sé, supongo que seré yo-sonrió. Entonces volví a quedar prendado de su perfecta sonrisa.
Le miré la mano que seguía tendiéndomela para que la saludara, pero no podía saludarla solo estrechándole la mano, yo quería olerla, tener más contacto con ella, quería notar su suave piel, así que la cogí del hombro y le di dos besos-¿Qué tal? Soy Ángel, el responsable de todo este jaleo
Miró a su alrededor sonriente-Anda que sí…podrías bajar un poco el volumen
Fruncí el ceño-¿Qué?-No había escuchado nada, debido al volumen de la música. ¡Qué ironía! Me acerqué más a ella, la cogí del hombro y puse mi oído cerca de su boca para que me repitiera lo que había dicho. En realidad solo era una escusa para volver a estar a tan poca distancia de semejante tesoro.
-Que podrías bajar el volumen de la música-me repitió. Solté una carcajada, cogí un mando a distancia que había en la barra de al lado y bajé la música. Berta la miró mientras yo bajaba el volumen.

-No me digas que no es monísimo
Patricia sonrió y ambas dejaron de cuchichear, pues yo me estaba dando la vuelta.
-¿Así mejor?-le pregunté con una sonrisa enorme.
Asintió y miró a Berta.
-¿Queréis tomar algo?-Les pregunté muy amable.
Ambas asintieron y les llevé un vodka con limón. De repente, Berta nos dejó a Patricia y a mí solos, cosa que me encantó, Patricia se sentó en un taburete, al lado de la barra y apoyó su vaso en ella. Yo me senté enfrente. Era mi oportunidad, además, había quedado prendado de esos ojos verdes de mirada profunda, ya no me podía alejar de ella. La miré sonriente, soñando con besar sus dulces labios, la observe durante un rato y noté que se estaba poniendo nerviosa.

-Patricia…-dije mientras la observaba. Le di un trago a mi copa y volví a posar mi fría mirada en ella-así que tú eres Patricia
Asintió sin saber que decirme
-Tenía ganas de conocerte
Alzó las cejas, sorprendida-¿y eso?
Me encogí de hombros-me han hablado genial de ti, que si eras guapísima, que si tenías un corazón enorme, que eras muy risueña, que enseguida se te cogía cariño, pues yo dije. ¡Tengo que conocer a ese tesoro!-y la verdad es que no se habían equivocado, era todo lo que me habían contado y mucho más que eso. Su sonrisa iluminaba mi cara, hacía que mi estómago diera un vuelco. Al escuchar lo que le dije, agachó la cabeza, muerta de vergüenza.
Sonreí al verla y le puse una mano en la rodilla. La miré a los ojos-Y por lo que veo también eres tímida
Me miró con una sonrisilla y asintió. Le guiñé un ojo, lo que la hizo ponerse aún más nerviosa
-Me gustas-Le dije señalándola con la copa, Aquello se lo dije sin pensar, me salió del corazón y noté que me miraba desconcertada. En ese momento sentí un impulso de salir a tomar aire, me estaba poniendo muy mal, así que, me bajé del taburete y le di el último trago a mi copa.
-¡Disfruta de la fiesta!-le dije. Dejé la copa vacía en la barra y me fui.

Lo que había sentido en esos cinco minutos con ella, no lo había sentido por nadie en la vida. Necesitaba respirar ese aire fresco de la calle, me puse muy nervioso al hablarle, al mirarla. Los calores se me subieron enseguida. Por lo que estar en la calle un rato me vino bien. ¿Qué es lo que tenía esa mirada pillina que me había vuelto completamente loco…de amor? ¿Qué tenía de especial ese pelo rubio, esos labios de color pastel y esa sonrisa que te invitaba a soñar? Di varias vueltas de un lado a otro de la calle, nunca me había enamorado así de alguien. Apenas nos habíamos dirigido unas simples palaras cuando ya sabía que ella era la mujer perfecta. La madre de mis hijos. Después, decidí entrar a la fiesta y me senté en el sofá a intentar ligar con una chica, pues yo sabía que me estaba afectando el alcohol y que no podía estar enamorado de Patricia. Pero luego me acordé de que, solo me había bebido una copa. Vi que ella estaba con un chico, y la vi salir a la calle no con muy buena cara. Decidí seguirla, y al salir, la vi sentada en la acera, llorando.

Posé mi mano en su hombro y me senté a su lado, vi como se limpiaba las lágrimas corriendo.
-¿Y a ti que te pasa?-le pregunté al verla llorar
Me miró a los ojos, en ese momento para mí se paró el tiempo e hizo que me derritiera por completo, después fijó su preciosa mirada en el suelo.
-¿Estas borracha?
Negó rotundamente.
-Entonces ¿Qué te pasa?
-No…no puedo contártelo, lo siento
Asentí, supe que era algo que le había pasado con ese chico que estaba con ella-ya…no importa-la rodeé con el brazo y la atraje hacia mí. Lo hice casi sin pensar, mi cuerpo lo pedía, quería tenerla cerca, oler su dulce aroma, hubiera matado por ese abrazo.
La verdad es que le di seguridad, estando entre mis brazos se sintió mejor. Sin pensarlo, apoyó su cabeza en mi hombro y yo no pude resistirme a darle un beso en la cabeza. Imposible describir lo que sentí al darle aquel beso. Quería llegar a más y más, temí no saber controlarme al tenerla así en mis brazos, tenía conmigo a la perfección en persona.

-No sé lo que te pasa, pero sea lo que sea yo estoy aquí ¿vale?-le dije sin soltarla. Al escucharme levantó la cabeza y me miró. Al levantar la cabeza, la solté.
-Gracias Ángel, pero puedes volver a la fiesta-se  limpió unas lagrimillas y me volvió a mirar. Yo le negué con la cabeza. Ni loco la dejaría allí, sola. Iría con ella hasta donde hiciera falta.
-¿Y dejarte aquí? ¿Así?-volví a negar después de decir esto
Patricia me miró sonriente, como dándome las gracias, y de repente se levantó y me dijo que nos fuéramos a la fiesta. Me levanté y entramos…

Dani me miraba atónito. No podía creerse lo que había escuchado. Pero sabía que era cierto, pues mientras lo contaba una sonrisa de tonto le acompañaba, y su mirada estaba perdida. Dani no sabía que decir. Le resultaba todo muy raro, estaba deseando contárselo a alguien, pero había prometido que no saldría de ellos dos.

-Tío, de verdad, esto es muy fuerte-le dijo Dani
Ángel asintió-es que…Dani, nunca me había pasado algo así. No sé qué hacer…
Dani sonrió-Díselo
Ángel negó-No le gusto-agachó la cabeza al decir esto, y lo dijo en voz baja, como con miedo-me dijo en la cena que yo era un chulito y un macarrilla.
Dani desvió la mirada y se quedó pensativo-¿Te digo una cosa?
Él le miró atento
-A Patricia no le gustan los macarras…
Ángel agachó la cabeza-Ya lo sé, ni la fiesta…y se me hace raro pedirle quedar. Todo sería más fácil si fuera a mis fiestas
Dani soltó una carcajada-Patricia es un hueso duro de roer-le dijo dándole unas palmaditas en el hombro-Si quieres que sea tuya, te lo tienes que currar…
Ángel se quedó pensativo y de repente miró fijamente a Dani y asintió-Me lo curraré, porque la quiero con toda mi alma. Te juro que la haré más mía que nunca…

Continuará...

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