CAPITULO 41 <¿Tu y yo que somos?>
Salí a por el desayuno que Carlos me estaba preparando en la cocina con su camisa y en braguitas. Cuando me vio aparecer así, me silbó.
-Pero bueno…-me dijo-Es que vas provocando.
Sonreí y me apoyé en la barra, mirándole fijamente. El colocó todo en la mesa.
-Venga vamos, que esto ya está-Me dijo. Me senté a desayunar con él, había preparado de todo y todo estaba riquísimo.
Ese día llamé a Berta para saber que tal le iba todo, me dijo que lo había dejado con Dani, que aquello no iba a ninguna parte y que había sido ella la que había dicho basta. Me contó que Ángel no paraba de hablarle de mi, que estaba arrepentido de todo lo que había hecho y que daría lo que fuera por volver atrás en el tiempo, que lo mejor habría sido llevar su amor plantónico por mí en silencio, no contarlo nunca a nadie. Quizá así, las cosas habrían ido un poquito mejor. Y me dijo algo que no me esperaba ni en broma.
-Patricia, Ángel…Ángel está mal de verdad
-Lo sé Berta, me lo acabas de decir
Berta asintió-Pero mal, mal, de verdad…Que dice que no puede dejar de pensar en ti, que no puede vivir sin tu amor, sin tus caricias…
-Joder, no me digas eso…que tengo a Carlos en casa
Berta se sorprendió-¿Cómo?
-Que si, que ha pasado la noche aquí y bueno…ha pasado
-¿Estáis juntos?
-No hemos hablado de ello, pero yo creo que ambos entendemos que si, por todo lo que nos hemos dicho.
-¡Que guay, tía!
-Bueno dime, que nos desviamos del tema
-Ah, si…Ángel que, para conseguir olvidarte de una vez por todas ¿a que no sabes lo que ha hecho?
Me quedé pensativa-No, dime…
-Ha montado una obra de teatro, y va a hacer gira por España para no estar en un sitio fijo, para estar por ahí y no verte a menudo, para tener la cabeza distraída.
-Joder, que fuerte-dije sin poder creérmelo
-Está muy mal…
Al escuchar todo aquello me sentí mal, con ganas de ir a buscarle, pero al ver a Carlos allí sentado, se me quitaron las ganas, es que ahí estaba la felicidad, la respuesta a todo, la tenía sentada en mi cocina, se llamaba Carlos y estaba desayunando…
Me senté a terminar de desayunar con él.
-¿Qué te ha dicho?
Sonreí de manera nerviosa-Nada, nada, que está muy bien y que…ha cortado con Dani.
Carlos abrió los ojos como platos-¿Si? ¿Y eso?
Me encogí de hombros-Pues si, ha sido ella, que decía que no iba a ningún sitio con él…
-Bueno…pobrecillos
Desvié la mirada-En fin…¿Qué le vamos a hacer? Ella sabrá.
Al terminar de recoger la mesa, Carlos me cogió por atrás y me apoyó en el fregador, empezó a darme besitos por el cuello.
-Oye, una cosa-me dijo entre beso y beso-¿Tu y yo que somos o esto que es?
Me di la vuelta y le alcé los brazos al cuello-¿Esto? Bueno, pues…espero que sea una reconciliación…que volvamos a estar juntos
Carlos se mordió el labio.
-Que vuelvas a ser mío-Le dije con una sonrisa picarona
-Claro que si, no sabes lo que he soñado con este momento-Me dio un dulce beso.
-Quiero que seas el padre de mis hijos-Le dije muy cerca de su boca.
-Te quiero
Tras decirme esto, nos envolvimos en un apasionado beso. Habíamos vuelto a ser novios y nos habíamos pillado con bastantes ganas.
Una cosa tenía clara y era que con Carlos, iba a estar bien, que él no me haría daño, no como Ángel que hubo una etapa en la que hizo sufrir, con Carlos era siempre todo color de rosa, era todo perfecto y pocas veces me peleaba con él, porque sabía cómo tratarme en cada momento, y sabía lo que me gustaba y lo que no.
-Tranquila mi amor, que no me separaré de ti nunca-me dijo tras aquel gran beso.
Fui a la habitación a vestirme y cuando me estaba quitando la camisa de Carlos, este apareció en la puerta y le miré. Él me sonrió y alzó una ceja mientras se mordía el labio.
-¿Quién te ha dado permiso para que te vistas?
Sonreí-Yo creo que va siendo hora ya ¿No?
Él soltó una carcajada y lentamente se acercó a mi y me agarró de la cintura-Déjame que te quite yo la camisa
Le di un beso y le acaricié el pelo-Quítame lo que quieras.
Me besó y tras aquel beso, giramos y me tumbó en la cama. No podía creer lo cariñoso que se había vuelto, él antes no era así, y la verdad es que me encantaba que me tratase así. Me sentía genial y me hacía trasladarme a un mundo mágico. Tras un bonito momento, ya si que nos vestimos, y le dije que me iba con Berta, no sabía porque pero sabía que necesitaba verme, hablar conmigo personalmente. Carlos me esperó en casa.
-No tardes preciosa-me dio una palmadita en el culo y nos despedimos con un beso.
Llamé a casa de Berta y esta abrió la puerta, al verme se emocionó y nos dimos un gran abrazo.
-¡Patri!-me dio un beso en la mejilla
-Vengo a hablar contigo
Berta abrió los ojos y miró al suelo, como preocupada. Me extrañé.
-¿Qué te pasa?
Ella sonrió-Verás…es que
-¿Puedo pasar o no?
Berta se lo pensó y finalmente me abrió la puerta-Pasa anda pasa.
Entré extrañada, no sabía porque Berta estaba así de rara, pero al entrar al salón, lo entendí. Ángel estaba sentado en el sofá. Me quedé bloqueada, en la puerta y nos miramos durante unos instantes fijamente. Berta se paró detrás de mi y miró a ver que pasaba.
-Ángel…-dije sin saber como actuar y entré, él se levantó y dudó en si ir a darme dos besos o no, finalmente fui yo la que fue a buscarle.
-¿Qué tal?
Asentí-Bien, muy bien ¿Y tu?
Él desvió la mirada y la fijó en el suelo-Bueno…no puedo decir lo mismo
Berta estaba incómoda, no sabía que hacer en ese momento.
Sonreí, estaba nerviosa-Y… ¿Qué haces aquí?-Dije mirando a Berta también.
Ángel tragó saliva, en realidad había ido a casa de Berta porque estaba muy mal y quería contárselo a ella.
-Pues, nada, que he venido a hablar con Berta
Berta sonrió.
-Bueno, muy bien que lo veo
-¿y tu Patri?-me preguntó ella-¿Qué querías?
Tardé un poco en contestar-Pues…quería…eh, quería hablar contigo un rato
Ángel nos miró a las dos-Bueno, yo creo que me voy ¿Eh?
Nos despedimos con dos besos y Berta le acompañó hasta la puerta
Cuando volvió al salón conmigo, me dijo que había ido porque estaba muy mal por la ruptura, que no sabía ya lo que hacer y que solo quería estar conmigo.
Negué con la cabeza-No me digas estas cosas Berta, que me duelen mucho
Ella se encogió de hombros-Es lo que me ha dicho.
-Pobre…pero yo no puedo hacer nada, yo ya…no siento lo mismo, es que no puedo volver con él, una cosa así no la perdono. Y...¡Que estoy con Carlos tía!
Berta sonrió y después dio un grito de felicidad-¡No me lo puedo creer!
Asentí-Tanto tiempo dando vueltas y resulta que el camino a la felicidad lo tenía delante de mis narices
-Que sepas, amiga, que Carlos es una buena elección, por no decirte la mejor…es un chico muy adecuado para ti.
Sonreí con cara de enamorada-Y le quiero.
-¿Ha vuelto el amor?
Negué-Nunca se ha ido…-miré al frente, con mirada perdida-Es que…es tan perfecto-Me señalé el pecho-Y le tengo yo…
Mi amiga asintió-Pues nada, me alegro un montón Patri, vas a ser muy feliz con él.
Sonreí y la miré-Se ha cerrado una etapa muy bonita y me quedé muy mal, pero él está aquí para sacarme adelante, para hacerme feliz
-Claro que si
-¿Y Dani?
Berta se encogió de hombros-Se terminó-dijo sin más
Me encogí de hombros-¿No me dices nada más?
Ella negó con la cabeza-No, no quiero halar de eso ahora mismo, lo siento…
Asentí-Te comprendo, bueno…¿Y que vas a hacer ahora?
-No lo sé
-¿Tienes ofertas?
Berta me miró-Si, alguna que otra…pero no sé si lo haré.
Le puse una mano en la rodilla-No te preocupes, vendrán cosas bonitas, estoy segura. Y elige lo que de verdad creas que debes elegir.
Berta asintió-Claro que si.
Me levanté del sofá-Bueno amiga, dicho esto, me voy…que tengo a Carlos solo en casa.
-¿Te espera para darte un premio?-me dijo bromeando.
Solté una carcajada y alcé las cejas-No, el premio ya me lo ha dado antes de venir.
Berta sonrió y subió y bajó las cejas-Carlos es el hombre perfecto para ti, Patri, estoy muy contenta.
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