Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

23 de noviembre de 2011

Capitulo 15 /Estoy harta ya/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Titulo: LACASITOS DE COLORES



Capitulo 15 <Estoy harta ya>


¿Por qué me sentía mal? ¿Por qué tenía ganas de verle, de estar con él? ¿Qué coño me pasaba estos días atrás? Después del viaje a la playa, no le volví a ver y ya llevábamos tres semanas sin hablar y sin saber nada el uno del otro. ¿Por qué estaba deseosa de volver a encontrármelo? El día se me pasó lentísimo, no tenía ganas de hacer nada, miraba el móvil cada tres segundos por si había alguna llamada o algún mensaje.
-Patricia ¿Qué te está pasando?-me pregunté a mi misma-¿Por qué haces esto?
No me reconocía, yo era así, no era así nunca excepto cuando…estaba enamorada.

Me asomé a la ventana al escuchar una moto, con la esperanza de que fuese él, pero me equivoqué, era el cartero. Decidí coger las llaves y dirigirme a la puerta de su casa, estaba desesperada, necesitaba hacer algo. Aparqué el coche en la puerta, no pensaba bajarme ni llamarle, pero me di cuenta de que había alguien sentado en el portal. Era él. Y parecía triste, estaba con su móvil. Me quedé mirandole, sonriente. Y de repente, me llegó un mensaje al móvil. Fruncí el ceño y miré a Ángel, este se limpió una lágrima. Cogí el móvil y sí, el mensaje era de él.

“Hola, llevo mucho tiempo sin saber nada de ti ¿Cómo estás? ¿Qué hay de tu vida? Que sepas que me acuerdo mucho de ti. Un abrazo gigante. Ángel”

El corazón me dio un vuelco. Al leer aquello y al verle limpiarse las lágrimas, yo también sentí ganas de llorar. Respiré hondo, llena de felicidad. No sabía qué hacer, si contestarle o si bajarme del coche y correr a abrazarle. Decidí irme de allí, arranqué el coche y me fui. Al aparcar delante de mi casa le contesté.

“Hola, yo estoy muy bien, espero que tu también lo estés. No hay novedades en mi vida. Me alegro de que te acuerdes de mí. Besitos”

¿Qué estoy haciendo?-pensé al bajarme del coche-hay algo que estoy haciendo mal, hay un cabo suelto. ¿Por qué me niego a estar con él? Le estoy dando la espalda a lo evidente. Le quiero-cerré los ojos fuertemente y tomé aire-No, no, no le quiero-pensé de nuevo. Esta confusa y no sabía lo que debía de hacer, estaba sola en esto. No quería contarle nada a Berta. No me apetecía nada.

En ese momento, mi amiga estaba con Dani en su casa. Ambos estaban tomando unas cervezas en el sofá.
-Oye, Patricia está muy rara últimamente ¿eh?-le dijo Berta a su novio
Dani frunció el ceño-¿y eso?
-Hace mucho que no sé nada de ella y la última vez que la llamé, la noté rara
Dani se encogió de hombros-No sé, algo le pasará, corre a hacerle una visita
-La última vez le dije que iba y un poco más y me mata, me dijo que no.
Dani le dio un trago a su cerveza-Pues no sé ¿No te ha contado nada?
Berta negó rotundamente-nada de nada
-Pues no lo sé, pregúntaselo tú
Berta hizo una mueca-Puede ser que no me lo quiera contar, además, si le pasara algo importante, me lo hubiera contado ya…siempre lo hace
Dani se encogió de hombros-No sé, tú la conoces más
Berta sonrió y le cogió de la cara para darle un tierno beso

Ángel decidió llamar a Dani, allí sentado en el portal de su casa, estaba destrozado, no sabía qué hacer. Necesitaba consejo. Dani le cogió el móvil enseguida y Ángel se lo contó todo. Le dijo todo lo que había pasado en mi casa y lo que había pasado en la playa. Dani asentía pero estaba flipando y miraba a Berta con los ojos abiertos como platos.

-Dani, la quiero con toda mi alma, moriría por ella, sin Patricia ya no sé qué hacer-le contó
Dani asintió-y… ¿Qué quieres decirme con esto?
-Necesito tu ayuda
Dani resopló-Yo no sé mucho de este tema ¿eh?
Ángel sonrió-Es que…la quiero tanto…necesito tenerla conmigo, pero, tenías razón, Patricia es un hueso duro de roer. No es un blanco fácil, me está costando muchísimo hacerla mía
-Pero lo conseguirás
Ángel sonrió al escuchar eso y después agachó la cabeza-En la playa fue todo perfecto y viví con ella el momento más bonito que he vivido en toda mi vida.
-Entonces ¿Qué ha fallado? ¿Por qué estáis mal de nuevo?
-Porque…ella me dijo que no quería una relación, y me sentí muy mal después de haberla besado y, me distancié un poco de ella.
-Joder tío
Ángel cerró los ojos-Desde entonces no la he vuelto a ver
-Bueno pues…te paso a Berta que te aconseje
Ángel sonrió-Vale, ella siempre consigue lo que quiero  



Berta, que lo había escuchado todo porque Dani lo había puesto en manos libres, cogió el móvil y tomó aire-a ver niño-le dijo sonriente
-Hola ¿eh?
-Hola-le dijo Berta sin prestarle mucha atención-escucha. A Patricia le tienes que entrar tú…
Ángel frunció el entrecejo
-Lo que hiciste de ponerte mal en la playa no, tío ¿en qué piensas?
-Joder Berta, es que, me puse triste…
-Ya, ya lo sé, pero lo tenías que haber ocultado
-Bueno…y ¿Qué puedo hacer ahora?
-Mira, te voy a decir una cosa como mejor amiga de Patricia que soy-hizo una pausa-si te ha dejado que la beses es porque le gustas de verdad
Al escuchar eso la sonrisa de Ángel se despertó-¿Tú crees?
-Claro que si, la conozco y no se va morreando con cualquiera ¿Sabes? Es tímida y reservada, así que, si lo ha hecho contigo y encima dos veces, es que le gustas realmente, pero no se ha dado cuenta todavía.
-¡No me digas eso, si me dices que le gusto yo…ya soy feliz! ¡Berta…Patricia es mi vida!
Berta se emocionó al escuchar eso y gritó-¡qué bonito!-acto seguido le dio un beso a su chico.
-Así que, en vez de estar amargado en tu casa, ve a buscarla, sal con ella por ahí…haz que se dé cuenta de que te quiere. Y escucha, una cosa muy importante
-Dime
-No te lances a besarla si no se muerde el labio
-¿Cómo?
-Que sí, hazme caso, ahora que ya os habéis liado, no la beses hasta que no se muerda el labio, sólo así te la ganarás sin problema
Ángel frunció el ceño-bueno, si tu lo dices, habrá que hacerlo así
Berta asintió-hazme caso e irás por el buen camino. Además eso de que no quiere una relación estable…tú llévatela por ahí de vez en cuando y la tendrás ganada
Ángel sintió un alivio muy grande-Muchas gracias Berta, ¿sabes que eres la mejor?
Berta soltó una carcajada-Sí, solo quiero que mi amiga esté feliz, y si es contigo, pues mejor
-¡Muchas gracias guapetona!
Ese día, me llegó un mensaje, cosa que me extrañó, pues desde hacía mucho tiempo nadie me reclamaba. El corazón se me puso a mil por hora y fui corriendo a coger el móvil. Una sonrisa se despertó en mí al ver de quien era. Ángel.

“Hola preciosa, ¿te hace un cine?”-No podía nada más. ¿Cómo iba a negarle aquello? Si me apetecía más que a nadie en el mundo salir. Llevaba mucho tiempo en mi casa y más me apetecía salir si era con Ángel.

“Pues claro, ¿Dónde y cuándo nos vemos?”-le contesté enseguida y él tampoco tardó en responderme.
“A las siete estate preparada que paso a recogerte”

Y muy puntual, como siempre, a las siete estuvo en la puerta de mi casa. Cerré la puerta y me acerqué a la moto sonriente, él se quitó el casco y nos miramos a los ojos.
-¡Cuánto tiempo!-le dije. Él asintió
-Demasiado
Me dio el casco de siempre y subí a la moto-No corras mucho, por favor
Ángel soltó una carcajada-allá vamos-En dos segundos estábamos en la carretera. Esa vez, me abracé a él más fuerte de lo normal, y eso que no íbamos tan rápidos como otros días, pero me gustaba abrazarme. Notar su respiración bajo mis dedos.
Llegamos al cine, y Ángel aparcó la moto, pero yo me quedé un rato más abrazada a él.

-Oye…Patricia, que ya hemos llegado-me dijo quitándose el casco. Entonces me solté y bajé con una sonrisa. Me quité el casco y se lo di para que lo guardase.
Al guardarlo, se dio la vuelta y me miró a los ojos, nos sonreímos y le me acarició la mejilla con el pulgar.
-Qué guapa estas esta noche
Sonreí-Gracias-le dije solo con los labios.
Elegimos una película y entramos a verla, no había nadie en la sala. Y yo no veía casi las escaleras para subir. Ángel me cogió de la mano, para que fuera detrás de él. Nos sentamos donde quisimos.
-Bueno, aquí estamos-me dijo al sentarse
Asentí-Sí…-agaché la cabeza-oye, ¿ya no estás triste?-le dije retomando lo de la playa
Ángel me negó-que va…ya no estoy triste-me sonrió. Tenía una sonrisa preciosa y reconozco que me quedé embobada mirándole.
-¿Quieres unas palomitas o algo?
Asentí-estaría bien
-Voy a comprarlo ¿Vale? Y… ¿quieres coca-cola?
Asentí y Ángel fue a comprarlo todo, la verdad es que no tardó nada en volver.
Se sentó de nuevo y la película empezó. Empecé a comer palomitas y a beber coca-cola. Ángel no dejaba de mirarme, en un momento, le miré mientras me limpiaba los labios del sabor de las palomitas y al sonreír me mordí el labio sin querer.
Ángel frunció el entrecejo y recordó las palabras de Berta “no la beses hasta que no se muerda el labio, sólo así te la ganarás sin problema”  


Y muy puntual, como siempre, a las siete estuvo en la puerta de mi casa. Cerré la puerta y me acerqué a la moto sonriente, él se quitó el casco y nos miramos a los ojos.
-¡Cuánto tiempo!-le dije. Él asintió
-Demasiado
Me dio el casco de siempre y subí a la moto-No corras mucho, por favor
Ángel soltó una carcajada-allá vamos-En dos segundos estábamos en la carretera. Esa vez, me abracé a él más fuerte de lo normal, y eso que no íbamos tan rápidos como otros días, pero me gustaba abrazarme. Notar su respiración bajo mis dedos.
Llegamos al cine, y Ángel aparcó la moto, pero yo me quedé un rato más abrazada a él.

-Oye…Patricia, que ya hemos llegado-me dijo quitándose el casco. Entonces me solté y bajé con una sonrisa. Me quité el casco y se lo di para que lo guardase.
Al guardarlo, se dio la vuelta y me miró a los ojos, nos sonreímos y le me acarició la mejilla con el pulgar.
-Qué guapa estas esta noche
Sonreí-Gracias-le dije solo con los labios.
Elegimos una película y entramos a verla, no había nadie en la sala. Y yo no veía casi las escaleras para subir. Ángel me cogió de la mano, para que fuera detrás de él. Nos sentamos donde quisimos.
-Bueno, aquí estamos-me dijo al sentarse
Asentí-Sí…-agaché la cabeza-oye, ¿ya no estás triste?-le dije retomando lo de la playa
Ángel me negó-que va…ya no estoy triste-me sonrió. Tenía una sonrisa preciosa y reconozco que me quedé embobada mirándole.
-¿Quieres unas palomitas o algo?
Asentí-estaría bien
-Voy a comprarlo ¿Vale? Y… ¿quieres coca-cola?
Asentí y Ángel fue a comprarlo todo, la verdad es que no tardó nada en volver.
Se sentó de nuevo y la película empezó. Empecé a comer palomitas y a beber coca-cola. Ángel no dejaba de mirarme, en un momento, le miré mientras me limpiaba los labios del sabor de las palomitas y al sonreír me mordí el labio sin querer.
Ángel frunció el entrecejo y recordó las palabras de Berta “no la beses hasta que no se muerda el labio, sólo así te la ganarás sin problema”

-Sí, se ha mordido el labio, me tengo que lanzar ahora-pensó Ángel mientras nos mirábamos. De repente y sin poder reaccionar, me besó, pero apenas habían rozado nuestros labios cuando yo le aparté. Ángel se extrañó.
-¿Qué pasa?
Fruncí el entrecejo-Joder Ángel ¿no te quedó claro lo de la playa?
Él me asintió de una cabezada
-¡Entonces! ¡No me beses! Te dije que no quiero nada…
Ángel desvió la mirada-será mentirosa esta Berta-pensó arrepintiéndose de lo que acababa de hacer
-Joder, acabo de ver la clase de persona que eres
Ángel me miró extrañado y yo le negué con la cabeza mientras le miraba
-Eres de esa clase de personas que solo van a lo que van, ya lo sé desde hace mucho tiempo…que te da igual todo-negué-No Ángel, conmigo te estás equivocando-me levanté y me cambié de asiento, me llevé la coca-cola, pero le dejé las palomitas. Él me miró
-No soy esa clase de personas
Le miré pero no le hice caso, seguí viendo la película, como si nada hubiera pasado. Cuando me vine a dar cuenta vi que Ángel no estaba en la sala, se había ido, y había dejado las palomitas, me había dejado sola.

Me fui del cine, no terminé de ver la película. Encontré a Ángel apoyado en una barandilla, mirando a la gente que había en el centro comercial. Me apoyé al lado de él. Y nos miramos.
-¿Por qué te has ido?
-Necesitaba estar solo
Desvié la mirada hacia abajo-¿Estás bien?
Él me asintió, pero yo sabía que en el fondo no lo estaba.
-Perdona si he sido muy dura ahí dentro
Ángel me miró y me negó-tranquila
-No tenías que haberme dejado sola
-Perdona
-Joder Ángel-le miré-¿Por qué siempre tenemos que terminar mal?
Él se encogió de hombros-yo siempre digo algo que no te gusta y…
-Estoy harta ya, no me gusta estar así contigo ¿Sabes?
Ángel respiró hondo- ni a mí contigo
-Quiero que nos llevemos un poquito mejor
Ángel me miró-¿Y qué hacemos? –Me dijo enfadado-Me da miedo abrir la boca delante de ti por si la cago
Le miré fijamente a los ojos-Lo primero que tienes que hacer es no gritarme ¿Vale?
Él me volvió a mirar-Lo siento
-Dime ¿Qué hacemos?-hizo una pausa en la que no dejó de mirarme a los ojos-No somos compatibles, Patricia…
Le pasé una mano por el hombro-No digas eso, si que lo somos, pero a veces
Él me miró serio-a veces no, siempre
Sonreí y apoyé mi cabeza en su hombro, atrayéndolo hacia mí con fuerza. Él me miró la cabeza y pasó su brazo por mi hombro. Estuvimos así abrazados unos minutos. Me separé lentamente de él.

-¿Quieres irte ya a casa?
Le miré con los ojos abiertos como platos-¿Ya? ¡Pero si acabamos de llegar!-le cogí de la mano. Él bajó la mirada y vio que la había entrelazado con la suya, después me miró sonriente-¡que siga la fiesta!-le dije llevándomelo de allí.  

Paré enfrente de un restaurante y le solté la mano-¿Te apetece entrar aquí?
Ángel leyó el cartel y se encogió de hombros-Ahí, no soporto que me hagan esto
Él me miró y me sonrió-¿El qué?
-Que no me den su opinión…me molesta mucho, o entramos o no
Ángel me asintió-venga, vamos, si te apetece, me parece bien
Entramos y nos sentamos en una mesa, pedimos lo que nos gustó y le dije a Ángel que pagaría yo.
-No-me negó rotundamente-Pago yo
Le sonreí-Que no, que siempre estas pagando tú y no quiero
-Vamos, me gusta pagar, déjame
Me incorporé con la mirada enfurecida y le dijo-¡No!
Él sonrió-¡Está bien, pero solo hoy! ¿Eh?
Alcé una ceja-ya veremos

Al cabo de un rato Ángel empezó a reírse solo, le miré extrañada-¿Qué pasa?
-Nada, que me río por que nos peleamos por una tontería
Sonreí y me encogí de hombros-es que si quiero pagar yo, pues pago yo
Él me asintió-Sí, sí, ya está, pagas tú, no se hable más

Tomamos algo y enseguida nos fuimos de allí. Nos paramos en la puerta y Ángel me dijo que si ya quería que nos fuéramos a casa. Le miré extrañada y le puse una mano en el hombro.
-¿Estas incómodo? ¿Tú quieres que nos vayamos?
Ángel agachó la cabeza-No, no estoy incómodo, nos quedamos si quieres, yo…solo pregunto
Le sonreí-¿Vamos a la bolera?
Él me miró y me sonrió-de acuerdo

Fuimos a la bolera, nos pusimos unas deportivas que un chico nos dio y nos fuimos a nuestra pista. Allí, miré a Ángel de reojo y con una sonrisa tímida.
-Oye, que yo…nunca he jugado a esto
Ángel soltó una carcajada-¿Cómo que no?
Negué rotundamente-No, he dicho de venir para hacer algo, pero no he jugado nunca
-Vamos a ver, lo primero que tienes que hacer, es coger una bola
Me reí con ganas y cogí una bola negra-¿Y cómo tiro ahora?
Ángel se puso detrás de mí y me rodeo con su brazo, puso su mano encima de la mía y me enseñó a tirar la bola. Me hizo el brazo hacía atrás
-Y cuando hagas esto, la sueltas…
Ambos nos miramos, estábamos muy cerca el uno del otro. Al mismo tiempo sonreímos.
-¿Lo has entendido?-Me dijo soltándome
Asentí y lancé la bola, para mi sorpresa los derribé todos. Di un salto de alegría-¡Toma!-le saqué la lengua-¡Haz tu eso ahora!

Ángel me miró haciéndose el enfadado y cogió una bola. Se concentró y la tiró, pero solo consiguió derribar tres bolos. Le miré con una sonrisa de oreja a oreja.
-¡Oh! Pobre…solo tres-cogí una bola y la tiré sin concentrarme siquiera, la tiré por tirarla. Y los derribé todos. Volví a dar saltos y a gritar de alegría. Ángel me miraba frunciendo el ceño.
-Lo tuyo es suerte ¿eh?
Encogí un hombro y le miré con una dulce sonrisa.

Estuvimos un buen rato jugando y finalmente, le gané yo. Salimos de la bolera, Ángel iba un poco enfadado conmigo, él era muy competitivo y en el fondo le había molestado que tirando por tirar le hubiera ganado. Al salir, íbamos caminando en silencio a por la moto. Le miré de reojo, estaba con la mirada fija en el suelo.
-Oye ¡No te enfades!
Él me miró con una sonrisa. Haciendo ver que no estaba enfadado-¡Si eres malo, eres malo!-le dije sonriente.
-Eeeh, tampoco te pases ¿vale?-me dijo con media sonrisa
Le pasé una mano por el hombro-Venga tonto, que te lo digo de broma
-Si tirabas por tirar-me miró-y encima vas y ganas
Me hizo gracia que estuviera algo enfadado por eso, le pellizqué el moflete-ayy pobrecito, que ha perdido a los bolos-seguidamente le di un beso en la mejilla

Llegamos a la moto, nos pusimos el casco y nos subimos-A casa ya ¿no?-me preguntó antes de arrancar. Me acerqué a su oído para que me escuchara.
-Pues por mi parte si-hice una pausa-aunque si me quieres llevar a otro sitio
Ángel sonrió, aunque no pude verle, ya que miraba al frente. Se quedó pensativo unos segundos antes de arrancar la moto, como pensando en un sitio a donde llevarme. Después arrancó y nos fuimos volando de allí.

Pensé, que al decirle aquello me llevaría a otro sitio, pero para mi sorpresa me llevó a mi casa. Me bajé algo molesta de la moto y me quité el casco, Ángel lo guardó, como siempre y se levantó el cristal para hablar conmigo. Le miré a los ojos y respiré hondo.
-Bueno…
Él me sonrió-Pues, nos lo hemos pasado bien ¿No?
Asentí y me puse el pelo tras la oreja-Hasta la próxima
-Sí, que espero que sea pronto
Le miré-Sí, lo será
Ángel le dio varias veces al puño de la moto-Bueno, lleva cuidado ¿eh? Ya…nos llamamos
Sonreí-Sí, nos…llamamos
Esta vez le dio aún más fuerte al puño y salió disparado de allí. Me quedé mirándole como una tonta. Me había llevado a casa, no quería estar en mi casa, quería estar con él. Quería haber ido a otro sitio. Y ¿Por qué cuando nos estábamos despidiendo había sentido un impulso de ir a darle un beso? Me fui a casa con ese remordimiento. Empezaba a pensar que lo que estaba sintiendo últimamente por Ángel era mucho más fuerte que una amistad y tenía que asegurarme.



Continuará...

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