Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

25 de noviembre de 2011

capitulo 18 /Solo quiero disfrutar un poco más de ti/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES



capitulo 18 <Solo quiero disfrutar un poco más de ti>


No quería, pero sabía que debía hacerlo. Al final acepté ir a la fiesta   que Berta y Dani organizaban esa noche. Me lo pensé detenidamente, pero al final decidí que sí, así que me preparé la ropa que me pondría. Iba a ir Ángel, por lo que no me hacía especial ilusión, pero haría un esfuerzo. Llegué a la fiesta, habían alquilado un bajo, y la verdad es que estaba muy bien. Saludé a Berta y a Dani y al primero que vi fue a Ángel, nuestras miradas se cruzaron pero yo pasé de él, no le hice caso. Por el rabillo del ojo vi que él seguía mirando. Me puse de espaldas a él y de cara a mi amiga y le dije en voz baja.-Berta, dime si Ángel viene
Berta miró disimuladamente y me negó-Está mirando, y baila con una copa en la mano
Asentí-No te muevas, dime lo que hace
Berta volvió a mirar-sigue mirando-le saludó con la mano-ahora me ha saludado, ahora le da un trago a la copa, sigue mirando, ahora pestañea, ahora se está rascando la nariz, ahora…
Le puse una mano en el brazo-ya, ya, ya está-le dije soltando una carcajada, ella también sonrió.
-¿Qué te pasa con él?
-Es que…bueno, ayer discutimos y, no quiero acercarme
Berta me miró fijamente-corre y dile que lo sientes o algo
Negué-que va…no tengo ganas. Mira, él tampoco viene
Berta se encogió de hombros-¿Qué pasó?
Sonreí-me dijo que le gustaba y…bueno, no acabó bien la historia
Mi amiga se llevó una mano a la boca-¿Se declaró?
Asentí y mi amiga puso cara de enamorada
-oh, que mono-miró a Ángel, que este seguía mirando-no deja de mirarte, y además se ha puesto guapísimo, eso es porque sabía que ibas a venir.
Desvié la mirada y después me giré para mirarle, él me sonrió pero yo no le hice caso, volví a mirar a Berta-sí, la verdad es que bastante guapo se ha puesto
Berta subió y bajó las cejas-¡Te gusta! ¿Eh?
Negué rotundamente-No Berta, no me gusta
-Si te gusta
-No, no me gusta
-Sí que te gusta, vamos Patri…esa mirada que tienes especial…hace tiempo que no la veo y solo te la veo cuando estas…enamorada
-Dime si Ángel mira
Berta no me hizo caso, siguió a su rollo-Ángel te gusta, te vuelve loca. ¡Lo sé amiga, lo leo en tu mirada!
La miré fijamente, no soportaba mentirle por más tiempo. Quizá iba a arrepentirme tarde o temprano de lo que iba a hacer, pero lo haría.

-Bueno-le dije para que se callase ya-está bien, me gusta muchísimo. Le amo
Berta sonrió-¿Si?
-sí, me vuelve loca, no puede ser más cariñoso, más guapo…tiene defectos, sí, su personalidad por ejemplo, pero me ha conseguido enamorar poco a poco.
Mi amiga no dejaba de sonreír-¿Tanto te gusta?
-Le quiero, le adoro-le dije casi gritando. En ese momento miré a mi izquierda y me vi a Ángel allí parado, con una copa en la mano, sonriente y mirándome fijamente. Fue el momento más bochornoso que había vivido nunca. Desvié la mirada al suelo, rezando para que acabase de llegar y que no hubiera escuchado nada de nada.
Berta y él se miraron y después fijaron su mirada en mí. Yo les miré y esbocé una sonrisa.

-¿Qué dices Dani? ¿Qué vaya?-dijo Berta haciendo como que Dani la llamaba-ya voy-gritó-Disculpad-nos dijo y se fue, dejándonos solos.
Me quedé mirando a Berta con la boca abierta, no me podía creer que tuviera tanto morro de dejarme a solas con Ángel, cuando la perdí de vista miré a Ángel, este me estaba mirando con una sonrisa.

-¿Qué tal estas?-me preguntó sin quitarme el ojo de encima
Me encogí de hombros-¿y tú qué tal?
Ángel me respondió igual que yo le respondí a él, encogiéndose de hombros. Le sonreí y entonces quise disculparme.
-Oye, perdón por lo de ayer, no debí de haberte sacado así de mi casa
Él me sonrió, como si no hubiera pasado nada-No importa, Patricia, estabas en tu derecho.
-No, de verdad, lo siento, fui un poco brusca ¿No?
Ángel fijó la mirada en sus pies
-Al fin y al cabo, me estabas diciendo algo bonito e importante para ti
Él volvió a mirarme y me regaló la sonrisa más bonita que había visto en mi vida, después asintió.
-Sí, la verdad es que bastante importante era
-¿Ves? Lo siento, no debí de haberte tratado así, perdona
Ángel volvió a desviar la mirada al suelo y negó-bueno…cambiemos de tema ¿conoces a alguien aquí?-me preguntó mirando alrededor
Negué-Solo a ti, a Berta y a Dani. A nadie más
Ángel me sonrió. Pensó que entonces esa noche prometía, ya que estaría toda la noche conmigo.

Empecé a sentirme un poco incómoda estando así con Ángel, y le dije que me disculpase un momento, que iba a salir a la calle. Y así lo hice, me fui a fuera. Estaba nerviosa, no me encontraba bien, la verdad es que no sabía lo que me pasaba. Quería gritar, llorar de rabia y no sabía por qué.
Me apoyé en una pared y cerré los ojos fuertemente. Puse la mente en blanco y me concentré en mi respiración para intentar relajarme.
De repente, noté una mano en mi hombro, abrí los ojos y vi a Ángel delante de mí.
-¿Qué te pasa?-me preguntó preocupado
-Nada-volví a cerrar los ojos, no haciéndole mucho caso, la verdad
Él me volvió a preguntar-¿Qué te pasa?
Abrí un ojo y le miré con una sonrisa en la boca. Después me incorporé y le miré-La verdad es que no sé qué me pasa, Ángel, no estoy bien. Estoy…no sé, me encuentro mal
Ángel me cogió una mano delicadamente y me dio un beso, después me rodeó con su brazo.
-Haré lo posible para dejar de hacer que te encuentres mal
Le sonreí, estábamos en un sitio, donde no nos daba la luz de la calle, había una farola a lo lejos y nos llegaba una suave luz. La suficiente como para vernos a la cara.
Ángel me miró a los ojos-¡Estas preciosa esta noche!-me dijo sin dejar de sonreírme.
Entonces me paré a reflexionar, a pensar en todo lo que me había dicho Berta sobre que Ángel me quería, que estaba loco por mí, a pensar en que él mismo me lo había dicho y sobre todo pensé en lo idiota que era yo al no querer abrir los ojos. Porque al fin y al cabo, me había puesto nerviosa por su presencia y por estar escondiendo mis sentimientos. Le miré y sentí un cosquilleo en mi barriga. No podía evitarlo más, Ángel me encantaba, así que fui yo la que me lancé a besar sus labios.

Le puse una mano en el cuello y lentamente me acerqué a él. Ángel no me dijo nada, todo lo contrario, me puso una mano en la cintura y me atrajo hacia él. Le rodeé el cuello con el brazo y nos hicimos presos el uno al otro de nuestra pasión.
En la oscuridad, nos dimos el beso más bonito que habíamos dado en nuestra vida.
Los labios de Ángel eran distintos a los demás, eran carnosos, eran unos labios que te invitaban a quedarte besándolos para siempre. Unos labios que te hacían volver a repetir. Pero lo que más me gustaba, era que me acariciase mientras me besaba.
Al separarnos, nuestros labios hicieron una pequeña ventosa.
Ángel me sonrió y después me dio un besito en la comisura de los labios.
-Te quiero-me dijo en un susurro
Me separé lentamente de él, y me pasé un dedo por los labios, después le miré a los ojos. No sabía que responderle.

Ángel desvió la mirada. Y entonces yo le alcé los brazos al cuello. Esperaba que él me cogiera, pero no lo hizo. No me cogió, se limitó a mirarme. Esbocé una sonrisa.
-¿Quieres que volvamos a la fiesta?-le pregunté
-¿Por qué me alzas los brazos al cuello? ¿Por qué lo haces si no quieres nada más?
Fruncí el entrecejo-¿Cómo?
Él desvió la mirada. No quería hablar mucho para no discutir conmigo
-¿Por qué me abrazas? ¿Quieres jugar con mis sentimientos?
-Ángel-le dije extrañada-No sé qué dices pero…
El se hizo para atrás, esquivándome, acabando con aquel abrazo que le estaba dando. Fruncí el ceño. No sabía porque hacía eso.
-Volvamos a la fiesta-me dijo con la voz apagada y la mirada fija en el suelo. Empezó a caminar a paso lento hacia la fiesta, me quedé mirándole y antes de que se fuera más lejos, le cogí del brazo y él se dio la vuelta. Me miró con la mirada triste.
-¿Qué?-me preguntó
-No quiero que te vayas a la fiesta-le dije seria. Él se encogió de hombros
-¿Por qué?
Lo acerqué a mí y me puse delante-Porque quiero estar aquí, contigo
Él me miró a los ojos un tanto desconcertado. Volví a alzarle los brazos al cuello y le hice una caricia en la mejilla.
-¿Aquí? ¿Conmigo?-Me preguntó extrañado
Asentí y le di un tierno beso en los labios.

Él me miró extrañado y me cogió de la cintura-¿Y esto?-me preguntó tras el beso
Le sonreí y al oído le dije-¡Te quiero!
Ángel me miró a los ojos, desconcertado-¿De verdad?-me preguntó en un susurro
-Tan verdad como que me llamo Patricia
Vi como se relamió un poco el labio y entonces, me apoyó bruscamente contra la pared-¿No me mientes?-me preguntó muy cerca de mi boca. Podía sentir el calor de sus labios.
-No, no te miento-respondí mirándole a los labios, deseosa porque me besara
La boca de Ángel esbozó una sonrisa y seguidamente me dio un dulce beso, un beso que me sabio a poco pues se separó enseguida de mí.
-¿Cómo sé que no me estás mintiendo? ¿Qué no estás jugando conmigo?
Le cogí de la camiseta y le di la vuelta, de modo que ahora era él el que estaba apoyado en la pared.
-Lo sabrás porque no ando besando a cualquiera
Estuvimos un momento en tensión, ninguno de los dos se lanzaba a besar al otro.
-¿No besas a cualquiera?-me preguntó para evitar ser él el que se lanzara a besarme
Negué-No. Solo beso a la gente que me importa, a la gente que quiero de verdad
Ángel sonrió-quiero estar completamente seguro de eso que dices
Yo también sonreí-No te preocupes, que te lo voy a dejar bien claro.
En ese momento, le cogí de la cara y le di el beso más apasionado, cariñoso y dulce que había dado a alguien en mi vida.
Fue un beso infinito, parecía que no íbamos a acabar nunca, pero es que ninguno de los dos queríamos separarnos.
De repente, como si nos hubiéramos leído la mente nos separamos a la misma vez.

-¿Te ha quedado claro de que no te miento?-le pregunté con una sonrisa en la boca y acorralándolo en mis brazos.
Ángel me asintió y me volvió a dar un tierno beso
-¿Quieres que vayamos a la fiesta?-le pregunté separándome de él. Ángel me negó
-No, quiero estar contigo a solas…
Le sonreí mientras alzaba las cejas. Él entrelazó su mano con la mía y me llevó hasta un banco que había enfrente de la puerta donde estaban haciendo la fiesta.
No nos daba la luz, por lo que teníamos algo de intimidad, y ese ambiente nos encantaba. Ángel se sentó muy pegado a mí y me rodeó con su brazo, yo me sentía muy bien estando así con él. De repente nos miramos a los ojos y él me regaló una sonrisa. Sobraban las palabras. Apoyé la cabeza en su hombro y cerré los ojos. Noté su musculoso brazo bajo mi mejilla, sonreí sin venir a cuento, los nervios se me habían ido, ahora estaba feliz, era justo eso lo que necesitaba.

Ángel me miró a los ojos y entonces le sonreí-¡Qué guapa eres!
Desvié la mirada y él entrelazó su mano con la mía. En ese momento volví a mirarle, mi corazón latía con fuerza, iba como loco, saltaba de arriba abajo.
De repente él me dio un beso en la mejilla, le miré y fruncí el entrecejo.
-No me lo des ahí, hombre. Que entonces me dejas con ganas de más
Ángel me sonrió y fui yo la que se lanzó a darle un beso en los labios. Un tímido beso, que no llegó a mucho más que eso, un simple beso.
-Eres lo más bonito que me ha pasado en la vida ¿Lo sabes?
Sonreí-Gracias
-No, gracias a ti-me dijo sin dejar de mirarme a los ojos-Gracias por ser tan buena persona, tan atenta y alegre, pero sobre todo gracias por ser así de cariñosa.
Me lamí los labios y le pasé una mano por el cuello. Le acerqué a mi boca y le di un apasionado beso, largo, intenso y lleno de amor.
-Daría la vida entera por quedarme aquí, así, para siempre
Fijé mi mirada en la suya y le sonreí.
-Podríamos estarlo
En ese momento Ángel se incorporó un poco para besar mis labios. Le encantaba poder hacer con toda libertad, y con la seguridad de que yo no le iba a rechazar.

De repente, Berta salió afuera a hablar por el móvil y al verla, automáticamente, me separé de Ángel y dejé un gran hueco entre los dos. Él me miró extrañado. Berta me saludó con la mano, pero no se acercó porque hablaba por el móvil.
-¿Qué pasa?-me preguntó Ángel-¿es malo que nos vea juntos?
Le miré sin saber una respuesta, la verdad es que había sido la intuición. Me había separado de él y no sabía muy bien porque. Sentía que estaba haciendo algo malo, por eso me había separado de él.
Le negué con la cabeza y él se encogió de hombros.
-¿Entonces?-estiró el brazo-ven, abrázame como antes
Miré a Berta y después miré a Ángel, no sabía qué hacer. Me moría por ir a abrazarle, por refugiarme de nuevo entre sus brazos, pero había algo que me decía que no. Miré a Berta una vez más, esta estaba dando vueltas mientras hablaba por el móvil. De repente y sin pensarlo, me levanté del banco. Ángel me miró extrañado. Empecé a andar lentamente y cabizbaja, cuando estaba lejos, Ángel se levantó y me siguió. Me paré en la esquina de la calle, donde nadie me veía. De repente vi la sombra de Ángel en el suelo y a los pocos segundos dobló la esquina y le vi.

-¿Te encuentras bien?
Asentí y agaché la cabeza
-¿Por qué te has ido?
Me encogí de hombros-No lo sé, la verdad…ha salido Berta y…
-¿Y qué? ¡Berta no come!
Sonreí y le miré a los ojos-Lo sé, bobo.
Ángel también me sonrió-¿No quieres que nos vea juntos? ¿Es eso?
Desvié la mirada-No lo sé, pero…me sentía incómoda con su presencia
Ángel se acercó a mí-No pasa nada Patricia, si Berta estará encantadísima de que entre nosotros haya pasado esto, te lo digo yo…
Le miré y sin esperármelo, me dio un cálido beso.
-Ya lo sé, pero…
Él me puso un dedo en los labios y ambos nos miramos a los ojos-Olvídalo ¿vale? Ahora solo quiero disfrutar un poco más de ti-Me dijo en voz baja y muy cerca de mi boca. Sonreí, le alcé los brazos al cuello y nos besamos como si no hubiese un mañana.
Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario