Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

24 de noviembre de 2011

capitulo 17 /Yo por tí, cambio lo que sea/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


TITULO: LACASITOS DE COLORES


capitulo 17 <Yo por tí, cambio lo que sea>


Había estado toda la noche sin dormir, estaba nerviosa, pensaba en Carlos y se me ponían los pelos de gallina. Pensé en Ángel, en lo que me dijo estando en la catarata “Sea la hora que sea, si necesitas hablar, me llamas”. Miré el reloj, eran las cinco y media de la mañana ¿Cómo le iba a llamar al pobre a esa hora? Me lo pensé detenidamente, pero finalmente decidí no hacerlo. Para mi sorpresa, me llegó un mensaje de él “Hola, no puedo dormir pensando en si estás bien o no. Perdón por las horas que son, pero es que necesito saber si estás bien. Un besazo rubia”.
Mi boca dibujo la sonrisa más grande del mundo y no tardé en contestarle.
“Hola Ángel, me alegro de que te preocupes por mí, estaba despierta, estoy un poco nerviosa”

Tras enviarle eso, me tumbé en la cama y suspiré, cerré los ojos para intentar dormir, pero no lo conseguí, el sonido del móvil me hizo abrir los ojos de nuevo.

“¿Necesitas consuelo ahora mismo? ¡Estoy disponible, ya lo sabes! No quiero verte mal, quiero hacerte salir de este bache cuanto antes”

Respiré hondo y mientras le contestaba, la sonrisa me acompañaba. Parecíamos dos adolescentes, escribiéndonos mensajes sin parar.

“No, no te voy a hacer venir ahora, loco. Pero mil gracias, intentaré superarlo pronto, pero es que me duele tanto lo que ha hecho, él era mucho para mí”

Esperé la respuesta impaciente, quería saber con lo que me iba a sorprender en el siguiente mensaje. La verdad es que no me hizo esperar mucho, ya que él, estaba más ansioso de leer mis mensajes que yo.

“Tú también eres mucho para mí. No me digas que no por compromiso, si me necesitas a tu lado de verdad, ahora sé sincera y el siguiente sms envíame un simple-sí-si quieres que vaya o un-no-si no quieres que vaya”

Ahora me había puesto en un aprieto. ¿Qué hacía? ¿Le enviaba un sí o un no? Me quedé pensativa, no sabía qué hacer y me estaba poniendo más nerviosa aún. Tuve que levantarme de la cama. Empecé a dar vueltas por la habitación como una tonta y finalmente, tuve la respuesta.

“No”-le envié. No pude ver la reacción de Ángel, pero tiró el móvil al suelo y se tumbó en la cama para intentar dormir, ni siquiera me contestó. Y yo, esperaba una respuesta, esperaba que insistiera un poco más, porque entonces, le diría que sí.
Ese mismo día, dormí hasta las doce. Nada más despertarme, miré el móvil, no tenía nada y eso me molestó. Decidí ir a casa de Berta, no le contaría nada de lo que me había pasado con Carlos, simplemente, iría a hablar con ella, ha hacerle una visita, ya que desde que estaba con Dani nos veíamos menos.

Nos acomodamos en el sofá y como siempre, empezamos a hablar y a hablar de nuestras cosas, me notó que no había dormido bien y me tuve que inventar una escusa, pareció creérselo y era raro y que a mí se me daba muy mal mentir y Berta me conocía muy bien, por lo tanto, siempre acababa pillándome. Un tema nos llevó a otro y al final acabamos hablando de Ángel.

-Pero Berta, Ángel y yo somos muy diferentes
Mi amiga se encogió de hombros-¿Y qué?
-Que por eso discutimos tanto
Berta me miró con una sonrisa-Pero por muy diferente que seáis ¿No os dais cuenta de que os necesitáis el uno al otro?
Abrí los ojos como platos y la miré incrédula al escuchar eso. Negué con la cabeza-De eso nada, si es que…siempre acabamos discutiendo
Berta agachó la cabeza y luego me dijo-Eso lo podéis solucionar
Desvié la mirada y me puse algo tímida-¿Sabes? Aquel día que fuimos al cine, me besó-Berta me miró alzando las cejas-después de haberle dicho que solo seríamos amigos…
Berta asintió y me cogió una mano-Mira Patricia…te lo voy a decir
La miré, prestándole atención, me interesaba lo que me iba a contar, por el tono de voz que había puesto-tu a Ángel, le gustas muchísimo. Pero vamos, no te imaginas cuanto…
Sonreí y agaché la cabeza-Es un amor pasajero, como el resto de sus amores
Berta negó rotundamente-Que no Patricia, que Ángel está pillado por ti
Negué-Que no, que lo único que tiene entre ceja y ceja es acostarse conmigo, que luego me dejará en el olvido, y yo no quiero eso…
Berta me miró y se puso muy seria-Patricia, te digo que le encantas
-¿Tú crees?-le pregunté con una sonrisa en la boca
-No creo, te lo afirmo ¿Él a ti también te gusta?
-No, yo no siento nada por él, ni lo sentiré nunca. Con ese chulo no quiero nada.
Berta me miró con cara de “eres una mentirosa y no me creo nada de lo que estás diciendo” pero se limitó a sonreír y asentir.
-Pues que pena, porque él está loco por estar junto a ti.
Desvié la mirada-Bueno, estar junto a mí, está…pero, es mi amigo, bueno…y tampoco
En ese momento mi amiga soltó una carcajada-que mala eres
La miré fijamente-es verdad, yo no le considero mi amigo, de momento, claro…

Al salir de la casa de Berta, me llegó un mensaje al móvil. “Hola preciosa. ¿Qué tal estas? Espero que mejor. ¿Necesitas algo?”
Me puse el pelo tras la oreja y le contesté mientras caminaba.
“Sí, estoy mejor, muchas gracias por preocuparte tanto, de verdad, pero no hace falta”
La verdad es que a atento no le ganaba nadie, y no me arrepentía de haberle contado lo que me había pasado con Carlos, pues él era el único que lo sabía y con él único que podía hablar del tema.

“Claro que hace falta que me preocupe tanto, me importas demasiado como para no atenderte como te mereces. ¿Dónde estás? ¿Puedo hacerte una visita? Me gustaría verte la carita, saber que de verdad has dejado las lágrimas a un lado para sacar tu preciosa sonrisa”

Al leer aquel mensaje, esa preciosa sonrisa que según él tenía apareció. Era tan encantador. Hacía que mi corazón diera un vuelco a cada mensaje que me enviaba. Tanta amabilidad y tanto cariño no era normal.

“De verdad, como eres ¿eh? Haces que me emocione, voy de camino a casa, si quieres nos vemos allí a las cuatro ¿te parece bien?”

Ángel no tardó en responderme. “No me parece bien, me parece perfecto. Estaré allí puntual, ¡sonríe guapa!”.

Y en efecto, al leer esto último hizo que sonriera. Me estaba ganando poco a poco, Dani le había dicho que yo era una presa difícil, que se lo tenía que currar demasiado y más si discutíamos constantemente. Pero él estaba sabiendo como acercarse a mí, como conquistarme lentamente.

A las cuatro, el timbre de la puerta sonó. Fui con mi sonrisa puesta a abrir. ¡Qué chico más puntual! No se había retrasado ni un minuto. Al abrir, vi que tenía algo escondido detrás de la espalda.

-Hola-me dijo
-Buenas, guapo, pasa-Ángel entró y cerró la puerta. Me quedé mirando para ver si podía ver lo que tenía hay detrás. Él me sonrió al ver que estaba deseando descubrirlo.
-¿Quieres saber lo que tengo?-me preguntó alzando las cejas
-Pues…si, la verdad es que si
Ángel sacó de detrás de la espalda una caja de bombones igual que la que me regaló aquel día, en forma de corazón. La cogí sonriente, llevaba una nota. Le miré a los ojos antes de leerla y después la cogí.
-Para una tía alucinante, espero que estos bombones consigan hacerte feliz, eres todo para mí. ¡No mires al pasado, porque mejores cosas te deparan en el futuro!-leí en voz alta.

Alcé la vista y fijé mi mirada en la de Ángel. Una sonrisa se esbozó en su rostro y fui a darle un gran abrazo.
-Muchas gracias-le dije tras darle un beso en la mejilla.
-De nada guapa

No sentamos en el sofá y él me observó mientras yo me comía un bombón.
-Veo que estas mejor de verdad
Asentí-Claro, te lo he dicho
Él me dio unos golpecitos en la rodilla-me alegro mucho
Le miré y le sonreí mientras me chupaba los dedos
-Así es como me gusta verte, con una sonrisaza de las tuyas, es que…te veo llorando y se me cae el mundo, Patricia…
-No seas exagerado
Ángel se puso la mano en el pecho-te lo digo de verdad, si estas mal, yo estoy mal
Me paré en ese momento a pensar en lo que me había dicho Berta. Lo uní todo y la verdad es que me di cuenta de que en realidad Ángel no estaba pillado por mí, estaba lo siguiente.
Le miré sonriente-Así es como me gusta que estemos
Él me miró desconcertado-¿Solos?
Negué-De buen rollo
Abrió la boca y sonrió-ya…a mí también me encanta cuando estamos así de bien
Desvié la mirada-Sí, eres una persona con la que se puede contar, te puedo hablar de todo y sé que siempre voy a tener tu consejo
Él asintió
-Pero, reconozco que la mayoría de las veces, tu carácter me pone histérica y discutimos
Ángel volvió a asentir-Lo siento, debo controlar lo que te digo, es que…yo soy así y, bueno, te molesta. Pero creo que he aprendido la lección y ahora controlaré mis palabras
Fruncí el entrecejo-¿De verdad te vas a controlar?
Ángel soltó una carcajada y después fijó su mirada en la mía-claro que lo digo en serio
-¡Anda ya!
Él asintió
-Pero, Ángel, de verdad, no tienes que cambiar por mí ¿Sabes? Cada uno es como es y punto
Ángel me miró-Pero yo no quiero estar mal contigo, por eso quiero cambiar
Negué con la cabeza- es muy difícil cambiar de personalidad así como así ¿Sabes?
-Ya, pero yo por ti, cambio lo que sea
Le miré a los ojos y sonreí, pero no le dije nada.

Estuvimos un rato más hablando, Ángel me repitió una y otra vez que si esta noche no podía pegar ojo que le enviase un mensaje y que si hacía falta vendría a casa. Le dije que mucha gracias pero que no hacía falta que viniera, que con hablar por sms ya era feliz.

-Pero es que a mí no me basta-me dijo. Yo me quedé mirandole a los ojos-¿Cómo sé que no me estás mintiendo? ¿Cómo podré saber que de verdad me estás diciendo que estas bien?
Desvié la mirada-simplemente, porque, soy incapaz de mentirte
Él me sonrió y entonces lo que dije después-y porque contigo hablando contigo es imposible que me acuerde de mi ex, por lo tanto no estoy mal
Ángel me sonrió y desvió la mirada.

Estuvimos un rato en un silencio, pero no era un silencio incómodo, todo lo contrario. A mí me encantó ese silencio, porque sabía que cada uno estábamos pensando en lo mismo. Nos miramos a la vez y nos sonreímos.
-¿En qué piensas?-me dijo
Me encogí de hombros
-No me digas que estas pensando en él
Negué-Que va…creo que lo estoy superando, él ya no existe.
Ángel me acarició la cara mientras me miraba fijamente-Patricia, eres preciosa
Agaché la cabeza y cuidadosamente le aparté la mano con la que me acariciaba.
Vi como tomaba aire, como preparándose para decirme algo y entonces me puse muy nerviosa. Le miré a la cara con miedo y él me sonrió.
-Patricia, te lo tengo que decir
Fijé mi mirada en la suya, dispuesta a escuchar lo que fuera.
Él desvió la mirada y vi que se cogía las manos. No me lo podía creer, Ángel nervioso en un momento como ese, no era nada normal en él. Su voz empezaba a temblar.
-Voy a decírtelo porque creo que ya es hora de que lo sepas
No dejé de mirarle en ningún momento, estaba preparada, quería que lo soltara cuanto antes.
-Tú a mí, me gustas muchísimo-En ese momento mi corazón dio un vuelco y respiré hondo-Pero mucho, mucho…y, quiero que lo sepas. Que no puedo vivir sin ti, que eres todo para mí, que no hay noche que no te sueñe, que es como si estuvieras a mi lado todo el día, pero no materialmente…daría lo que fuera por tenerte aunque solo fuera un segundo-me miró a los ojos-creo que ahora entenderás muchas de las cosas que he hecho por ti ¿no?
Desvié la mirada y volví a tomar aire. Hubo un silencio, esta vez sí que fue incómodo.
-bueno, ¿Qué? Dime algo-me dijo con media sonrisa en la boca
Le miré a los ojos y yo también le sonreí-Es que…no sé qué decirte
Ángel frunció el entrecejo-¿Cómo que no? ¿Qué piensas de esto que te he dicho?
Fijé la mirada en mis zapatos y me encogí de hombros
-¿Ya está? ¿Eso es todo?-Parecía molesto e incluso levantó un poco el tono de voz-Joder Patricia, te digo que estoy loco de amor por ti y ¿lo único que haces es encogerte de hombros?
Le miré seriamente, estaba empezando a mosquearme, pero quería controlarme, no quería acabar como siempre. Hubo otro rato de silencio y Ángel desvió la mirada resoplando con fuerza. Al cabo de un rato me miró.
-No vas a decirme nada ¿No?
Fijé mi mirada en la suya-Ángel es que…-no supe qué más decir. Pero no hizo falta porque él me interrumpió.
-No, si no hace falta…ya está, lo has dejado claro-se levantó del sofá y le miré furiosa.
-¡Ángel!-le llamé. Él se dio la vuelta y me miró-Me cuesta expresarme en estas situaciones ¿Vale? Soy muy tímida, tienes que entenderme
Ángel negó con la cabeza y se puso la mano en el pecho-Conmigo no puedes ser tímida, yo transmito confianza en la gente, conmigo es imposible ser tímida. Además, creo que algo merezco escuchar, por absurdo que sea-Hizo una pausa y luego continuó hablando-pero… ¿Encogerte de hombros? ¡Venga ya!
-Pero Ángel…Ya te lo he dicho, da igual que me inspires confianza, si soy tímida soy tímida, joder ¿No lo entiendes?
Ángel volvió a negar rotundamente
-Bueno, pues si no lo entiendes, vete a la mierda
Ángel abrió los ojos como platos-¡Ah, claro! Para eso no eres tímida, ¿No?
Le miré con odio, si las miradas mataran, yo, le hubiera matado. Me levanté bruscamente del sofá y le agarré de la camiseta, tirando de él llegué hasta la puerta y le saqué de mi casa. Al verse fuera, se dio la vuelta para volver a entrar, pues no se quería ir así, le había molestado que lo echase de esa forma.

-Adiós gilipollas-le saqué la lengua y cerré de un portazo. Él no pudo reaccionar y la puerta se le cerró en la cara.

Tras dar el portazo, apoyé la cabeza en la puerta y suspiré hondo. Cerré los ojos y pensé en lo que Ángel me acababa de decir. Pensé que porque me costaba tanto dar el paso, decirle que yo también le quería. Que ya no podía estar sin él, que me moría por besar sus carnosos labios y tenerle conmigo para siempre. ¿Por qué era todo tan difícil?

Continuará...

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