Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

7 de noviembre de 2011

CAPITULO 2 /La fiesta del garaje/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Titulo: LACASITOS DE COLORES.



CAPITULO 2

<La fiesta del garaje>


Me pasé más de media hora mirando la ropa de mi armario. Lo había sacado todo y lo tenía puesto en la cama. Miré unas camisetas detenidamente. Quería ir medio arreglada, pero era una indecisa. Estaba entre dos camisetas que me gustaban mucho. Una de cuadros rojos y la otra rosa con una calavera negra en medio y unas letras rosas que ponía “Ready to rock” al final opté por la de la calavera. Para elegir los pantalones también me tiré un buen rato, pues no sabía cual me quedaban mejor, si unos blancos o unos vaqueros oscuros grises. Los elegí a pito, pito, gorgorito y me tocaron los grises. Corriendo me encerré en el baño, estaba viendo que no me daría tiempo a nada. Berta pasaría a por mí a las diez y eran menos cuarto. Me pinté un poco la raya del ojo y me perfumé, me miré unas cuantas veces al espejo antes de salir. Cuando vi que estaba lista, cogí mi bolso y esperé a Berta en la puerta de casa. Lo había hecho todo en tiempo record, pues yo era muy presumida y solía tardar muchísimo más en arreglarme.
Cuando mi amiga llegó, me dio tres pitorradas, bajó la ventanilla del copiloto y se asomó-¡Patri!-me gritó-sube
Empecé a correr hacía el coche y me monté. Berta me miró de arriba abajo y me sonrió. Me encogí de hombros.
-Pero que guapa que te has puesto-me miró fijamente, sabía lo que me estaba diciendo con esa mirada.
-No Berta, no quiero ligar-le dije riéndome
Ella volvió a hacerme un repaso-al verte no pienso lo mismo
Sonreí y miré al frente. De reojo, estaba viendo que ella seguía mirándome, así que la miré.
-¿Quieres ligarte a Ángel?-me miró incrédula. Solté una carcajada
-Pero Berta, vamos a una fiesta, me apetecía ir un poquito arreglada, ya está, no quiero ligar ni con Ángel, ni con nadie.
La última mirada que me echó Berta no me gustó nada. Sabía que no se creía lo que le estaba diciendo. Pero no quiso seguir con la conversación, me conocía demasiado y sabía que esa conversación ya no iba a ninguna parte, así que se limitó a arrancar el coche. La casa del tal Ángel estaba un poco retirada de la mía, por eso fuimos en coche. Nos pillaba a unos cinco minutos en coche y a unos veinte andando. La verdad es que yo vivía en las afueras del barrio, más hacia la capital.
Mientras conducía, Berta iba diciéndome que me lo pasaría genial y que Ángel me iba a parecer una persona encantadora. Yo ni quería contestar, me limitaba a escucharla decir lo mismo una y otra vez. Berta aparcó con una sonrisa y me miró quitando las llaves. Le sonreí.

-¿Qué te pasa?
Ella sonrió aún más-Estoy…un poco nerviosa
Fruncí el entrecejo-¿Por qué?
Mi amiga se encogió de hombros-No lo sé, por todo-miró fijamente a la puerta de un garaje-la fiesta…Ángel, todo en general
Sonreí-¡Berta! ¡A ti te mola Ángel!-le dije sorprendida. Ella me negó rotundamente y me señaló con el dedo una puerta.
-Es allí-me dijo sin apartar la mirada de la puerta.
Miré y tomé aire-Bueno, pues, vamos a bajar ¿No?
Berta asintió y quitó las manos del volante, pude ver que dejó la marca de sus manos, por lo tanto, las tenía sudadas y eso significaba que estaba más nerviosa de lo que me imaginaba.

Abrí la puerta del coche y de repente, escuché un fuerte ruido, era música sonando a todo volumen. Miré a Berta frunciendo el entrecejo y ella me asintió, la música venía de la fiesta. Bajé del coche y cerré la puerta.
-Joder con el Ángel este ¿No? Podría bajar un poco el volumen, tendrá a los vecinos contentos-le dije sorprendida por el escándalo que tenía.
Berta me asintió-Normalmente la tiene más baja, pero es que hoy la fiesta era gigantesca.
Negué con la cabeza, sonriente. De repente la puerta se abrió y salieron dos chicos y detrás Dani. Miré a Berta
-¿Alguno de esos dos es Ángel?
Berta negó con la cabeza-No, Ángel…bueno, digamos que vas a saber quién es en cuanto le veas, Ángel…es diferente a los demás-me contó mientras nos dirigíamos a la fiesta, con la mirada perdida y una sonrisa extraña en la boca.

Al llegar a Dani y su par de “amigos” Berta se paró. Dani la abrazó, la estrujó hasta casi dejarla sin aliento. El aspecto de Dani no era muy bueno esa noche, tenía los ojos rojos y los ojos se le cerraban solos, apenas podía vocalizar, iba borrachísimo.
-Amiga-dijo al ver a Berta-¡Te quiero amiga!
Berta se lo quitó de encima e intentó hacerle abrir los ojos-Dani, deberías de irte a casa, estas muy mal
Dani negó frunciendo el entrecejo-No estoy mal Berta-dijo tambaleándose a los lados, haciendo un esfuerzo enorme para no caerse en cualquier momento-¡Que siga la fiesta!-gritó de repente subiendo un brazo.
Al verlo así solté una carcajada y me puse el pelo tras la oreja.
-Vaya par de pivitas que han llegado a la fiesta-exclamó un chico que no dejaba de mirarnos, él también iba algo bebido, pero no más que Dani.
Berta le miró con asco de arriba abajo.
-yo que pensaba irme ya a casa…creo que me quedo un rato más-dijo el chico
Berta y yo nos miramos. Ella cogió a Dani de los hombros
-Dani mírame-le pidió, Dani intentaba fijar su mirada en ella, pero no podía, seguramente la estaba viendo doble, o la estaba viendo dar vueltas-Dani…vete a casa, de verdad, estás muy mal. Me voy a la fiesta, si quieres algo, me avisas ¿vale?
Dani asintió-Estoy bien Berta-le apartó las manos de sus hombros-No necesitaré ayuda, solo he salido con estos dos chicos a tomar un poco el aire, ahí dentro hay mucha gente

Berta y yo entramos a la fiesta, la verdad es que estaba lleno de chicos, diría que las únicas chicas que había allí éramos nosotras. Por un momento me sentí observada. Todo el mundo bailaba con una copa en la mano. Busqué a un chico que destacase, como dijo Berta, así encontraría a Ángel. Miré a mi amiga al ver el ambiente y me la encontré mirando a todos con lados con una sonrisa puesta. Supe que buscaba al nuevo. Sonreí y de repente me vi llegar a un chico, con las manos en los bolsillos, caminaba como desafiante, se paró delante de nosotras y nos sonrió.

-Hola chicas-pude entender que dijo, no le escuchaba muy bien, el sonido de la música estaba realmente alto. Miré a mi amiga y esta estaba completamente embobada en él-Ehhh ¿Berta?-le preguntó señalándola. Ella asintió sonriente, me miró y me dijo en voz baja
-¡Se sabe mi nombre!
Evité soltar una carcajada, y entonces volví a mirarle, me di cuenta de que era…el chico con el que me había chocado en la calle, el chico que llevaba las bolsas de la compra en la mano. Le sonreí y me miró frunciendo el ceño.
-A ti no te conozco
-Soy Patricia-le dije tendiéndole la mano. Él alzó las cejas y miró a Berta
-¿Es ella?-le preguntó señalándome. Mi amiga asintió y él me miró de nuevo-¿La Patricia del que todo el mundo me hablaba?-me dijo-¿Eres tú?
Me encogí de hombros-No sé, supongo que seré yo-sonreí.
Me miró la mano que seguía tendiéndosela para que me saludara, pero me cogió del hombro y me dio dos besos.
-¿Qué tal? Soy Ángel, el responsable de todo este jaleo
Miré a mi alrededor sonriente-Anda que sí…podrías bajar un poco el volumen
Él frunció el ceño-¿Qué?-No había escuchado nada, debido al volumen de la música. ¡Qué ironía! Se acercó más a mí, me cogió del hombro y puso su oído cerca de mi boca para que le repitiera lo que había dicho.
-Que podrías bajar el volumen de la música-le repetí. Él soltó una carcajada, cogió un mando a distancia que había en la barra de al lado y bajó la música. Berta me miró mientras él bajaba el volumen.

-No me digas que no es monísimo
Sonreí y ambas dejamos de cuchichear pues Ángel se estaba dando la vuelta.
-¿Así mejor?-me preguntó.
Asentí y miré a Berta.
-¿Queréis tomar algo?-nos preguntó muy amable.
Ambas asentimos y nos trajo un vodka con limón. De repente, Berta miró a un sofá y vio a Dani sentado, medio muerto. Me miró, me señaló a Dani con la cabeza y entendí que iba a estar un rato con él. Le asentí y nos dejó a Ángel y a mí solos, cosa que no me gustó nada, pues empecé a ponerme nerviosa. Me senté en un taburete, al lado de la barra y apoyé el vaso en ella. Tenía la esperanza de que Ángel se fuera a seguir la fiesta, pero se sentó delante de mí. Me miró sonriente y me observó durante un rato. Las manos empezaron a temblarme, no sabía qué hacer, y no sabía porque me miraba tan fijamente y con esa sonrisa de psicópata en la cara.

-Patricia…-dijo mientras me observaba. Le dio un trago a su copa y volvió a posar su fría mirada en mí-así que tú eres Patricia
Asentí sin saber que decirle
-Tenía ganas de conocerte
Alcé las cejas, sorprendida-¿y eso?
Se encogió de hombros-me han hablado genial de ti, que si eras guapísima, que si tenías un corazón enorme, que eras muy risueña, que enseguida se te cogía cariño, pues yo dije. ¡Tengo que conocer a ese tesoro!
Al escuchar eso agaché la cabeza, muerta de la vergüenza.
Ángel sonrió al verme y me puso una mano en la rodilla. Le miré a los ojos-Y por lo que veo también eres tímida
Le miré con una sonrisilla y asentí. Él me guiñó un ojo, lo que me hizo ponerme aún más nerviosa.
-Me gustas-me dijo señalándome con la copa. Le miré desconcertada ¿Por qué me decía eso? Ese chico era muy lanzado y no me gustaba nada, estaba deseando que Berta volviera conmigo. La miré y vi que estaba hablando con Dani, intentando abrirle los ojos, que ya era imposible. ¿Era ese el Ángel del que todo el mundo hablaba tan bien y decían que era tan genial? Pues a mí me estaba poniendo de los nervios. Para mi suerte, se bajó del taburete y le dio el último trago a la copa.
-¡Disfruta de la fiesta!-me dijo. Dejó la copa vacía en la barra y se fue. Miré a Berta, esta seguía luchando por hacer volver en sí a su amigo, ella me miró y ambas nos sonreímos. Al cabo de un rato y después de rechazar a tres borrachos. Miré atrás y que Ángel estaba acorralando a una chica en la pared, ella le alzaba los brazos al cuello y ambos se estaban besando mientras él la agarraba de la cintura. Me bajé del taburete y fui con mi amiga.

-¿Qué? ¿Por qué no vienes?
Berta me miró-Tía, que el idiota este se ha pasado bebiendo un montón…mira como está, si ya ni me responde
Le di unos golpecitos en el hombro-¡Dani!-le dije-¿Estás bien? ¿Vamos a casa?
Dani abrió un poco los ojos y me miró-No quiero…quiero fiesta
Berta y yo nos miramos-Pero Dani-le dije con una sonrisa en la boca-mira como estas, si no estás para más fiesta, venga-le cogí una mano y le estiré-te llevo a casa
Dani abrió los ojos de repente y me miró-No quiero, Berta
Sonreí, pero no le solté la mano-Dani, no soy Berta
Berta me miró-¡Déjalo!
Negué-Berta, tiene que descansar en su cama, aquí ya no puede estar ¿No le ves?

Le cogí bien de los hombros y lo levanté, entre Berta y yo lo sacamos de la fiesta y lo montamos en el coche de mi amiga. Cuando ya estaba dentro, se acomodó y se apoyó en la ventanilla, de repente empezó a dormir sin importarle nada. Miré a Berta.
-¿Le llevo yo?
Berta miró a la puerta de la fiesta que estaba abierta, como queriendo quedarse y después me miró, pensándose la respuesta. Finalmente, miró a su amigo por la ventanilla, sonrió y me dijo-Yo le llevo Patri, gracias. Tú, ve a divertirte, cuando lo deje vuelvo ¿vale?
Asentí y la seguí con la mirada hasta que se montó en el coche, después me fui de nuevo a la fiesta, no muy convencida. Pues si no estaba mi amiga, no sabía qué hacía allí. Me senté de nuevo en la barra y me puse otro vodka con limón. Estuve allí más de media hora, sola, moviendo la cabeza al compás de la música, mirando como todo el mundo se lo pasaba genial bailando y hablando. Di un sorbo a mi bebida y al bajar el vaso vi delante de mí a alguien a quien no me esperaba para nada…

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario