Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

30 de marzo de 2012

capitulo 27 Tengo que contarte algo

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!

Capitulo 27 <Tengo que contarte algo>

Me desperté antes que nunca ese día, aún se me hacía raro abrir los ojos y ver a Dani a mi lado, pero me estaba abrazando y completamente dormido. Sigilosamente le quité la mano de encima y me bajé de la cama. Tardé demasiado en salir de allí, pues a cada movimiento que hacía le miraba para que no se despertase. Me vestí corriendo, me lavé la cara y me maquillé, ni si quiera desayuné, le escribí una nota a Dani diciendo donde estaba y me fui al hospital a ver a mi amiga. Nunca había tenido tantas ganas de verla, en la vida, pero sabía que sería un reencuentro precioso después de de todo lo que había pasado.
Pregunté si podía entrar a verla y me dijeron que si. Tomé aire antes de entrar, al abrir la puerta y ver que era yo, se incorporó bruscamente en la cama con una sonrisa, vi que estaba dispuesta a bajar y todo para ir a darme un abrazo.
-Eeeh- le dije diciéndole con la mano que parase- Espera mujer, que ya voy yo- me acerqué corriendo a ella y nos dimos el abrazo más bonito y cariñoso que había dado en mi vida. Le di un fuerte beso en la mejilla.
-¿Cómo estás?
Ella me asintió- Muy bien, no recuerdo nada- se llevó una mano a la cabeza- Pero menos mal que estoy bien- abrió los brazos para que fuera a abrazarla de nuevo.
-No sabes lo que me alegro de que te hayas recuperado en tan poco tiempo.
Ella me miró con media sonrisa- Si me he recuperado rápido será porque el golpe no fue tan fuerte ¿No?
La miré fijamente, recordando que había salido por los aires y había ido a parar muy lejos- Berta, fue un golpe horrible.
Ella me miró- ¿Lo viste?
Negué- Pero te vi tendida en el suelo- hice una pausa para no romper a llorar- y estabas muy lejos del lugar donde te habían atropellado.
Berta cerró los ojos fuertemente- Ojalá ese cabrón se muera en la cárcel.
Agaché la cabeza y después la miré con una sonrisa, como por arte de magia las lágrimas desaparecieron de mis ojos- Tengo a 3 sospechosos, de esos tres, uno es el que te ha atropellado.
Berta empezó a llorar de alegría y de repente le entró la risa- ¡Eres la caña, amiga!- me dijo- Es que, de verdad… ¡Ya les tienes! Me alegra saber que saliera de ti ir detrás de ese tío.
Asentí varias veces- Pues claro que si, ¿Te atropellan y yo… que soy poli, me voy a quedar con los brazos cruzados? De eso nada.
-Eres la mejor ¡Te quiero más!

Después de estar una larga hora con mi amiga en el hospital me fui a comisaría a terminar el caso del tío del descapotable. Entré con una sonrisa, ver a Berta me había subido la moral. Cogí los folios y leí varias cosas que yo misma había apuntado y entré en una sala, la que estaba especializada, la sala donde al otro lado del cristal iban a entrar los sospechosos, nosotros les veíamos, pero ellos a nosotros no. Me senté y seguí leyendo los documentos allí. De repente la puerta se abrió y un compañero me saludó.
-Aquí te traigo a la testigo.
La señora que me facilitó todos los datos entró y mi compañero nos cerró la puerta. Me levanté y la saludé con dos besos- Buenos días señora.
-¿Qué tal guapa?
-Siéntese conmigo- le señalé la silla y la mujer se sentó a mi lado. Di un sorbo a mi vaso de agua y le expliqué lo que íbamos a hacer- Verá, ahora entraran los tres sospechosos, ellos no nos verán, usted tiene que identificarlos ¿De acuerdo?
-De acuerdo.
Apreté un botón para encender el micrófono- Que pasen los tres sospechosos, por favor.
Una puerta se abrió y los tres sospechosos entraron en la sala. Miré atentamente a la mujer, esta les miraba fijamente.
-¿Reconoce a alguno de los tres?
La mujer no me contestó, siguió mirando a los tres hombres fijamente y finalmente retrocedió en la silla y me miró- Ya le tengo.
Esbocé una sonrisa- ¿Quién es?
-El 2.
-¿El número dos?
La señora asintió- Estoy completamente segura, con la perilla… sí, si, es él.
-¿Está totalmente convencida señora?
- Por supuesto que si, le reconocería en cualquier lugar del mundo, la cara de alguien que atropella a una persona no se olvida.
Asentí, le puse una mano en el hombro, como dándole las gracias por todo. Apreté el botón de nuevo y encendí el micro- Por favor, que salga el número 1 y 3.
Mi compañero abrió la puerta, señaló con el dedo a quienes les había dicho y los sacó de la sala, el otro se quedó dentro.
Me levanté de la silla y me despedí de la señora, con ganas y rabia me dirigí a sacar a aquel capullo de la sala para dirigirlo a otra e interrogarlo.
Me metí a solas con él, le miraba con rabia, sentía ganas de pegarle, de golpearle muy, muy fuerte.

-¿Cómo pasó todo?
Él me miraba, pero no respondía.
-¿En qué coño estabas pensando?
De nuevo el silencio me respondió.
-¿Por qué cojones ibas tan rápido?
Él negó- No diré nada sin presencia de mi abogado.
-Gilipollas- le dije sin más- Eres lo peor del mundo y te vas a pudrir en la cárcel, que lo sepas- abrí la puerta y le dejé allí solo.

Pasaron dos meses desde aquella amarga experiencia, el que atropelló a Berta estaba en la cárcel y mi amiga estaba más viva que nunca, con una energía increíble y enfrentando el día a día con unas ganas y un optimismo que no era normal. Cambió completamente su forma de ver las cosas, estaba claro que había vuelto a nacer. La idea de irse lejos la borró por completo, y de la noche a la mañana dejó de estar enamorada de Dani y le trataba como a un amigo muy especial y estaba encantada con que fuéramos felices y estuviéramos viviendo juntos. De vez en cuando nos compraba algún detalle para nuestra casa, que era nuestro “Nidito de amor” según ella.

Aquel día, Dani me dijo que iría a buscar a Berta para traerla a casa y tomar un café y pasar la tarde. De camino a mi casa, en el coche, iban hablando sobre algo que a Dani realmente le interesaba.
-Se lo tenemos que decir-dijo sin más.
Berta frunció el ceño- ¿El qué?
-Lo nuestro.
Se creó un cierto silencio y ella le miró- No podemos decírselo, tenemos un pacto.
Dani asintió- Pues lo rompo, quiero romperlo.
-Dani…-hizo una pausa y miró por la ventanilla- no se lo digas.
Él aporreó el volante con una mano-Nos vamos a reunir los tres con esa intención, por eso he dicho de ir a buscarte.
Berta no le miraba, seguía mirando como pasaban los postes de las farolas por la ventanilla-Que no se lo digas. Romperás tu relación con ella.
Dani se mordió el labio inferior y la miró de reojo- No creo, lo entenderá.
-Conozco demasiado bien a Patricia…-comentó.
Lo único que él hizo fue resoplar y se quedaron en silencio hasta llegar a la casa. Una vez en la puerta, ambos intercambiaron una mirada y Berta negó con la cabeza.
-Estoy decidido a contarlo-sentenció él.
-La vas a cagar.

En ese momento abrí la puerta y ambos me miraron con una sonrisa, yo les sonreí también- Estaba escuchando murmullos y he abierto.
Entraron en casa y Berta me dio un abrazo. Lo tenía todo preparado encima de la mesa del salón, el café estaba recién hecho, pensé en hacerlo y así no tener que estar esperando.
-¡Que bien huele!- exclamó mi amiga.
Nos sentamos en el salón y Berta cogió un paquete de galletas alucinando- ¡Estas son las galletas que compraba mi madre cuando era pequeña!
Sonreí- Sabía que te iba a gustar ver esas galletas.
Berta asintió mirando la caja y después la dejo en la mesa. Empezamos a tomar café, Dani sacó su repertorio de chistes malos y empezó a lanzar uno detrás de otro, Berta se moría de la risa y su risa me contagiaba a mí.
Acabamos con todo el café, aunque la verdad es que no hice mucho, pero Berta seguía comiéndose las galletas de aquella caja. Por un momento vi que Dani y ella se miraban y él le asintió disimuladamente, tras eso me miró fijamente a los ojos.
-Patricia… tenemos que contarte una cosa
Me extrañé acomodándome en la silla, les miré a los dos esperando escuchar esa cosa.
Mi amiga estaba nerviosa.
-Sí, es algo… que pasó hace un tiempo, y que… siento que tengo que contártelo.
Fruncí el ceño-¿Qué pasa?
Dani agachó la cabeza y se mordió una uña, después buscó mi mirada de nuevo. Berta ni me miraba, sentía vergüenza si lo hacía.
-¿Qué pasó?- pregunté empezando a ponerme nerviosa.
-Pues… pasó algo- hizo una pausa- una noche- miró a Berta y esta le miró a él- entre Berta y yo.
Miré a los dos, el corazón empezó a latirme rápidamente y apreté el puño con fuerza, pero ninguno se dio cuenta.
-Lo siento- Dijo Dani.
-¿Por qué dices “Lo siento”?-pregunté.
-Porque… estaba saliendo contigo y…me acosté con Berta.
Le sostuve la mirada por un momento, unas lágrimas me llegaron a los ojos, no dije nada.
Dani me miraba y al ver que no respondía, ni hacía ningún comentario, miró a Berta, esta se encogió de hombros y puso cara de decir “No tenías que haber contado nada”
-Patricia… espero que lo entiendas

Agaché la cabeza y me quedé así por unos instantes, tratando de retener las lágrimas.
-Fue culpa mía- dijo Berta de repente. Dani la miró extrañado.
-No fue tu culpa, el que puso los cuernos fui yo.
Berta asintió- Fue culpa mía- hizo una pausa- estuve provocándote todo el día y después me metí en tu cama.
Dani negó rotundamente- Eso lo hacías porque no sabías que estaba con Patricia.
-Claro, si lo hubiera sabido no lo hubiera echo pero… la culpa fue mía, hice que cayeras en mi trampa.
Hubo un silencio y yo seguía allí, cabizbaja, escuchando sin decir nada.
-Pero yo caí en tu trampa y no tenía que haber caído-me miró preocupado- Patricia… ¿No dices nada?
Alcé la mirada y les miré a los dos, mi mirada no transmitía ni odio, ni ganas de matarles, si no desconcierto y pasando de todo.
-Patricia vuestra relación no puede irse al traste por esto- me dijo Berta incorporándose, preocupada.
Les miré por última vez, me levanté de la silla y me fui a encerrarme en mi cuarto. Los dos se miraron y agacharon la cabeza al mismo tiempo.
-Si te hubieras estado callado
Él negó-No podía, no me siento bien estando con ella porque me siento una mala persona al recordar lo que pasó entre tu y yo.
-Pobre Patricia-negó rotundamente- y todo por mi culpa
Dani la miró enfadado- No digas más que fue por tu culpa ¿De acuerdo?- cogió una galleta y se hizo hacia atrás en la silla, bruscamente, lleno de rabia.

Continuará...

28 de marzo de 2012

Capitulo 26 El milagro

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!

Capitulo 26 <El milagro>

Amanecí abrazada a Dani, él ya estaba despierto desde hacía rato, le di un beso de buenos día en el hombro, él me miró y me dio los buenos días. Le noté pensativo, estaba mirando el techo todo el rato, ausente. Le abracé con más fuerza y apoyé mi cabeza en su pecho.
-Parece todo mentira.
-¿Cómo?
Asentí- Parece que en realidad no ha pasado nada, que Berta está bien.
Dani empezó a acariciarme la cabeza, no me hizo ningún comentario al respecto, siguió mirando el techo, pensando en es que tanto le estaba rondando por la cabeza esa mañana.
-Ey ¿Estás bien?- le pregunté preocupada al verle tan raro.
Dani asintió, en ese momento le noté los ojos llorosos. Le di un beso en la mejilla.
-Esta situación te duele igual que a mi ¿verdad?
Él cerró fuertemente los ojos y una lágrima se resbaló por su mejilla, no me respondió tampoco a eso, estaba bastante raro. Me apoyé en su pecho y empecé a acariciarle.
-Hoy quiero ir a verla, quiero saber cómo está. ¿Vendrás conmigo?
La única respuesta que me dio fue encogerse de hombros. Alcé la cabeza y le limpié una lágrima que le caía, le di un dulce beso en los labios.
-Al fin y al cabo, la culpa de que a Berta le haya pasado esto es mía
Dani me miró de repente- No digas eso ni en broma.
-Cruzaba la calle mientras me enviaba el mensaje a mi… la culpa es mía.
Él me estrujó fuerte contra su pecho-No digas eso, no tienes la culpa de que ese hijo de puta le haya hecho esto… te recuerdo que él tenía un semáforo, y se lo saltó.
Volví a apoyarme en su pecho y suspiré, aunque Dani me dijese que no, yo me sentía culpable de lo que había pasado. Lo que me parecía raro es que no me hubiese derrumbado y empezado a llorar, pero era porque no me lo creía todavía, cuando la viese allí, en el hospital, iba a llorar tanto que podría llenar una piscina.
No quise seguir pensando en el tema, así que me incorporé y me puse un poco encima de Dani, empecé a darle besos por el cuello hasta llegar a su boca. No le noté receptivo, mientras yo le besaba él no ponía de su parte y ese gesto me extrañó bastante. De repente mientras yo le besaba, se incorporó, se quitó las sábanas de encima y se bajó de la cama. Me quedé como una tonta mirándole, allí, en la cama, apoyada con el codo.
-¿Ocurre algo?
Él asintió-Sí, que tú no mereces a alguien como yo a tu lado.
Fruncí el ceño, en ese momento se dio la vuelta y me miró- Tu mereces a alguien mucho mejor- agachó la cabeza- No merezco estar contigo- se dio la vuelta y desapareció de la habitación.
-Dani… ¿Por qué dices eso?- no entendía nada, me quité las sábanas y fui a buscarle, salí descalza al salón pero no estaba, se había ido de casa. Me senté en un brazo del sofá y me quedé pensativa. De repente me había dicho aquello, sin ningún porque y se había ido. Me decanté porque la historia de Berta le estaba haciendo verlo todo con otro punto de vista, pero que en realidad no pensaba eso.
Desayuné tranquilamente y me vestí, mientras organizaba la casa, llamé a mi amigo Miki, necesitaba contarle lo que me había pasado.
-Puede que pienses que solo te llamo para contarte mis penas- le conté.
-No, que va, llámame cuando quieras y para lo que quieras, sabes que voy a estar ahí siempre.
En poco tiempo se plantó en mi casa y le conté el amanecer tan raro que había tenido junto a Dani. La cara de mi amigo era muy rara, estaba intentando encajar las piezas pero no podía.
-¿Por qué te ha dicho eso?- se preguntó a él mismo.
Me encogí de hombros y me llevé una mano a la cabeza- No tengo ni idea, pero me ha dejado un poco desconcertada.
-Me faltan datos en esta historia.
Le miré extrañada- es todo, ya no hay más, cuando me he despertado estaba llorando.
-Dices que puede ser por el tema de Berta…
Asentí varias veces- Es lo que creo.
Mi amigo negó rotundamente- Él ha hecho algo que no te ha contado.
Abrí los ojos como platos- ¿Cómo?
-Claro, te he dicho “Tu mereces a alguien mejor” “No te merezco”
Le miré con miedo- Miki no me digas esto.
Él asintió mirándome fijamente- Ha hecho algo y está claro que se arrepiente y también está claro que no te lo ha contado.
Me llevé las manos a la cara y de repente el corazón me dio un vuelco- ¿Y si ha atropellado él a Berta?
-Hala ¡Loca! ¿Cómo va a hacer Dani semejante cosa?
Resoplé- Tienes razón, no creo que fuera capaz y encima darse a la fuga, además, en el momento del atropello él iba conmigo en el coche.
Miki asintió- Claro, está claro que él no ha sido.
-Entonces-miré a mi amigo- ¿Qué es lo que ha hecho?
-Sólo tú puedes preguntarle e intentar saber porque te ha dicho eso esta mañana.
Le di un gran abrazo a ese pedazo de amigo que tenía, siempre conseguía ponerme las ideas claras y despejar mis dudas y lo mejor de todo es que las conclusiones que sacaba de las historias, siempre eran verdad, no se había equivocado ni una sola vez. Por eso cuando me decía algo malo quería morirme, pues sabía que tendría razón.

Decidí ir a ver a mi amiga al hospital, yo sola, sin decírselo a Dani, llegué nerviosa y pedí entrar a verla, para mi sorpresa me dijeron que me esperase un momento pues ya había un chico dentro. Extrañada y muerta de curiosidad puse la oreja pegada a la puerta.
-Berta yo… no sé como contarle esto- escuché que decía. Era Dani, su voz era inconfundible. Abrí la boca sorprendida- sé que es algo que pactamos callar para siempre, pero es que siento que tengo que decírselo- le contaba a Berta, no sabía si le estaba escuchando o no, pero él le hablaba- Se porta tan bien conmigo…-hizo una pausa y pude escuchar un sollozo, estaba llorando- No puedo despertar todos los días a su lado, sentir como me abraza y yo estar jodido por tener eso en el recuerdo.
Fruncí el ceño, había entendido que hablaba de algo que no me gustaba en absoluto, pero a la vez lo que le estaba contando de mi era tan bonito.
-Estoy completamente enamorado de ella, ya lo sabes- esbozó una sonrisa- pero…creo que se lo voy a contar. Espero que estés de acuerdo conmigo- hizo una pausa- y… solo espero que no se enfade demasiado, que lo comprenda. Perdona por no saber guardar nuestro secreto- se limpió las lágrimas- espero que te recuperes rápido, nos quedan muchas aventuras que vivir a los tres juntos- le cogió la mano y le dio un beso.

Al escuchar que había dejado de hablar, me separé corriendo de la puerta y disimulé mirando por la ventana. Dani abrió la puerta y se sorprendió al verme allí.
-¡Patricia!
Me giré con una sonrisa y me acerqué a él- No sabía que eras tú el que estabas dentro- mentí.
Dani agachó la cabeza y se metió las manos en los bolsillos. Le puse una mano en el hombro- ¿Estás bien?
Él hizo una mueca- Sí.- dijo finalmente- necesitaba verla
-Es que como te has ido de esa forma
Él me miró a los ojos- Perdona, estoy…un poco raro estos días
Agaché la cabeza y me mordí el labio, después le miré a los ojos- Bueno, voy a entrar yo a verla.
-Lleva cuidado, el shock de verla así es muy fuerte.
Asentí, respiré hondo y entré. Al verla ahí, tan llena de cables, tumbada, con los ojos cerrados, un nudo se me hizo en el estómago, las lágrimas vinieron a mis ojos, me quedé mirándola por un momento, fui fuerte y no rompí a llorar, me acerqué a ella, le cogí la mano y le di un beso-Hola Berta, soy Patri…- por un momento me sentí idiota al hablarle ya que no me iba a responder-Espero que salgas de esta cuanto antes, necesito volver a notar tus abrazos- sonreí de lado- necesito decirte lo que te quiero un montón y que eres la mejor persona que he conocido en la vida- le di otro beso en la mano- He cogido a 3 sospechosos, uno de ellos es el hijo de puta que te llevó por delante… le meteré en la cárcel por el resto de su vida, puedes estar tranquila- sonreí. Tomé un poco de aire para continuar hablando- Ese mensaje que me enviaste minutos antes de lo que te pasó… tengo que decirte que no me gusta la idea de que te vayas lejos de mi- la miré fijamente- porque yo necesito estar contigo. Si te vas lejos para olvidarte de todo ¿Qué pasa conmigo? Te necesito cerca y… suena raro pero, yo te ayudaré a superarlo.
Sentí que ella me dio un apretón en la mano. La miré con los ojos abiertos, no me podía creer que me hubiese dado un apretón. ¿Qué quería decirme con aquello?

De repente el aparato empezó a emitir un pitido muy raro, me asusté mucho y retrocedí un paso soltándole la mano de golpe, tres médicos entraron corriendo a la sala y empezaron a toquetear los aparatos, a tomarle el pulso.
-¿Le has hecho algo?
Negué rotundamente- Solamente le estaba hablando, le tenía una mano cogida, pero… no he tocado nada.
-Por favor, abandona la sala.
Muerta de miedo salí de allí, para mi sorpresa Dani estaba allí todavía, esperándome. Al ver que habían entrado tan de repente los médicos y que yo llevaba esa cara, me dio un abrazo y un beso en la cabeza. Empecé a llorar mientras le abrazaba.
-Dani… me ha dado un apretón en la mano- le conté entre lágrimas.
-¿Cómo?
Me separé de él y asentí- Que sí, que me ha dado un apretón en la mano… le estaba hablando y le tenía la mano cogida y me ha hecho así- cogí la mano de Dani y le demostré como lo había hecho.
Él me miró a los ojos- Y… ¿Por qué han entrado los médicos tan deprisa?
Me limpié las lágrimas- La máquina ha empezado a pitar justo después de notar aquel apretón- agaché la cabeza- por la manera en la que sonaba no tiene muy buena pinta- le miré a los ojos, asustada- a lo mejor aquel apretón ha sido su último adiós, se ha despedido de mi…
Dani me abrazo con fuerza- No digas eso Patricia- cerró los ojos aguantándose llorar.
Cada vez entraban más médicos en la sala y por la manera de correr que tenían no me gustaba nada, en ningún momento dejé de abrazar a Dani.
-Esto no me gusta- dije sin más.
Él me besó la cabeza- Piensa en positivo.
-¡No puedo! Mira como corren… seguro que ya está muerta.
Dani me separó de él y me miró fijamente a los ojos- ¡Patricia!- me gritó- No voy a consentir que no digas cosas que no sabes, y menos eso.
-No lo deseo- dije negando con la cabeza- solo quiero que esté bien, que esto solo sea un susto.
-¿Quieres que bajemos a la cafetería a tomar algo?
Negué y me abracé más fuerte- No tengo ganas de comer nada, tengo el estómago cerrado.
-Sentémonos aquí.
Nos sentamos en un banco, de cara a la puerta donde estaba mi amiga. Yo no dejaba de llorar aunque ya lo hacía en silencio y sin el consuelo de Dani. Estuvimos allí más de media hora y de aquella habitación no salía nadie a quien pudiéramos preguntar lo que había pasado.
Dos horas pasaron y allí estábamos nosotros, sin noticias, sin saber absolutamente nada, estuvimos dos horas con el corazón en la mano prácticamente. Dani me trajo un zumo, ya que no quería comer nada, que por lo menos tomase vitaminas.
De repente salió un médico y se acercó a nosotros.
-Buenas
Le miré aterrada y las lágrimas volvieron a mis ojos, no estaba preparada para lo que iba a decirnos, en absoluto.
-¿Familiares o pacientes de Berta?
Dani asintió y se levantó del banco, yo no lo hice, no tenía fuerzas. Agaché la cabeza y cerré con fuerza los ojos, esperando escuchar aquella trágica noticia que cambiaría mi vida.
-¿Quién ha hablado con ella por última vez?
Dani me miró- ha sido ella.
Yo seguía con la cabeza agachada y los ojos cerrados, no quería mirar.
-¿Le has dicho que la necesitas cerca y que es la mejor persona que has conocido en la vida?
Al escuchar eso abrí los ojos, fruncí el ceño, pero no le miré, me quedé cabizbaja, pensando en cómo podría haberlo sabido, si nadie estaba conmigo en la sala.
-Dice que tú también eres la mejor persona del mundo y que no piensa irse lejos de ti nunca en la vida.
Alcé la cabeza y le miré sin entender nada. Al mirarle y ver que tenía una sonrisa dibujada en la boca, yo también sonreí ampliamente- ¿Cómo dice?
Él asintió- Como oyes, me ha pedido que te lo diga.
-Pero…- mire a Dani, que este también sonreía.
El médico me puso una mano en el hombro- Tu amiga está bien, puedes estar tranquila. Ha despertado del coma sorprendentemente y… mejora favorablemente, está fuera de peligro, no nos lo podemos creer ninguno- hizo una pausa- ha sido una manera de mejorar increíble, nunca nos había pasado- me miró fijamente- creemos que en parte se debe a que ha escuchado a alguien que quiere tanto como a tu y eso le ha dado fuerza y ánimos para luchar y abrir los ojos.
Miré a Dani sorprendida y nos envolvimos en un gran abrazo, él me dio todos los besos que quiso y más. Con los ojos llenos de vida miré al médico, la sonrisa no se me iba de la boca.
-Antes de que empezase a pitar la máquina, me dio un apretón en la mano- le conté.
Él asintió- Creo que era su manera de darte las gracias por darle esa fuerza, gracias por todo lo que le has dicho, y que iba a despertar.
-¿Puedo entrar a verla?
-Mejor mañana, tiene que recuperarse un poco más.
Asentí varias veces- mañana estoy aquí sin falta- Le di también un abrazo al  médico, estaba que no me lo podía creer y pensé que aquello había sido un milagro, nunca llegué a entender cómo se había mejorado tan rápido.

Continuará...

23 de marzo de 2012

Mañana Patricia en YO-DONA

Mañana podéis comprar el periódico "El mundo" donde regalan la revista "Yo-Dona" donde le han hecho un reportaje de fotos a Patri que por lo que se ve, tienen una pinta increíble. Espero que os gusten estas fotos del making off.

fotos de Patri! ^_^

Os dejo con unas fotos de Patri que hace mucho que no subo y ya era hora.

capitulo 25 En busca del culpable

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 25 <En busca del culpable>



Al abrir los ojos me encontré con la cara de Dani, le noté tenso, me incorporé poco a poco, me dolía la cabeza, sin saber donde estaba ni que había pasado miré a todos lados y me llevé una mano a la cabeza.
-¿Qué ha pasado Dani?
-Te has desmayado- me puso una mano en el hombro- ¿Estás bien?
Asentí e intenté levantarme, Dani me ayudó, me quedé  agarrada a él para no caerme pues me notaba muy mareada. Miré alrededor, las personas que habían allí ya no estaban, solo quedaban dos médicos y un coche de policía, no recordaba nada.
-¿Qué hacemos aquí?
Dani me miró preocupado, supo que no me acordaba de lo que le había pasado a mi amiga y le dolió volver a tener que recordármelo.
-Eeeh… te has desmayado.
Le miré extrañada- ¿Por qué?
Él se encogió de hombros. Fije mi mirada en un enorme charco de sangre que había en el suelo, me acerqué con horror a él y me giré para mirar a Dani, que me observaba allí parado- ¿Y esto?
Él se acercó a mi- Eso… eso es sangre.
Fruncí el ceño- ¿De quién esta sangre?
Dani se pasó una mano por la cabeza, agobiado y resopló- Patricia… han atropellado a alguien ¿No lo recuerdas?
Me levanté y le miré a los ojos-¿A quién?
Él agachó la cabeza, no sabía cómo decírmelo.
-¿A quién, Dani?- le dije poniéndome nerviosa.
Él me tendió la mano- Vamos al coche ¿de acuerdo? Te lo diré allí
Le di la mano y nos dirigimos al coche, en el corto trayecto intenté recordar lo que había pasado, pero el desmayo m impedía recordar cosas. Subí al coche y cuando subió Dani le miré esperando una respuesta.
-Escucha, no quiero que te pongas alterada
-¿Qué ha pasado?
-Han atropellado a Berta- me soltó.

Cerré los ojos y resoplé, en ese momento me vino todo a la mente- Es verdad- abrí los ojos- empiezo a recordar cosas.
-Te has desmayado al ver un mensaje suyo en tu móvil
Abrí la boca sorprendida y abrí los ojos como platos- ¡La señora!- dije sin hacerle caso- ¡Tenemos que llevarnos a la señora!- abrí la puerta y bajé del coche a toda prisa, miré a mi alrededor pero aquella mujer que tantas cosas había visto no estaban en ningún sitio. Llena de rabia le di una patada a la rueda del coche, entré y cerré de golpe.
-Se ha ido- me apoyé enfadada en el cristal, Dani no dejaba de mirarme.
Dan sonrió al verme tan enfadada- Patri, te apuntaste todos los datos en la agenda
Le miré y rápidamente me la saqué del bolsillo- Voy a llamarla- escribí a toda prisa su número en el móvil y le dije que donde estaba para ir a recogerla e ir a comisaría. 

Conseguimos localizar a la señora, una vez en comisaría, volvió a contarme todos los detalles del accidente y quedó todo reflejado en un informe especial.
-Señora, me está sirviendo de gran ayuda.
Ella me sonrió- Espero que podáis coger a esa mala persona.
Asentí- estoy segura de que si, no sabe lo que ha hecho.
-Tú eres una buena policía seguro que le localizas.
Sonreí de lado- confío en ello- me incorporé en la mesa y le puse una mano encima de la suya-Normalmente no pregunto esto, porque el deber del testigo es declarar, pero este caso es diferente ¿Puedo darle las gracias de alguna manera por esta ayuda que me está dando?
La señora negó rotundamente- No mujer, no te molestes.
Me hice hacía atrás y asentí. Me quedé pensativa un momento y después le dije que podía marcharse, que la llamaría para que fuera a identificar a los sospechosos si es que encontrábamos. Con el modelo del coche en la mano y los últimos números de la matrícula, fui a la sala donde se dedicaban a investigar esos casos. Entré con el folio en la mano y se lo espeté en la mesa a mi compañero, este me miró extrañado.
-Necesito que me busques este coche y me des información sobre el propietario del vehículo.
Mi compañero cogió la hoja- ¿Qué ha pasado?
-Ha atropellado a mi amiga- hice una pausa para evitar llorar- una señora lo ha visto todo y me ha facilitado estos datos.
Él asintió mientras escribía en el ordenador.
-Creo que será fácil de encontrar, pues muchos descapotables rojos no se suelen ver.
Mi compañero asintió- lo vas a tener fácil para pillar a ese cabrón, hazle un monumento a la señora- soltó una carcajada y miró fijamente la pantalla del ordenador- Lo tengo, me salen 3 coches de ese modelo, de ese color y con esos términos.
Sonreí ampliamente-¿Sólo tres?
-Sí, uno de estos tres ha sido el del atropello.

Apunté todos los datos en una hoja y salí de allí más decidida que nunca en busca de ese cabrón que se pasaría el resto de su vida en la cárcel. Llevaba una expresión seria, estaba muy cabreada. Dani me vio pasar por el pasillo y vino detrás de mi con un café en la mano.
-¿Dónde vas?
Aceleré el paso, no le contesté.
-Patricia… ¿A dónde vas?
De nuevo no le contesté, salí a la calle y este se quedó dentro, observándome con el café en la mano. Abrí bruscamente la puerta de uno de los coches de policía y me monté en él, se me veía realmente enfadada. Arranqué y me fui de allí. Fui a la casa del primer hombre que tenía apuntado en la lista, sin miedo a ir sola. Aparqué el coche en la puerta del primer hombre.
-Andrés- leí en el papel que se llamaba. Me bajé decidida y llamé al timbre varias veces. Una mujer joven me abrió. Al verme se extrañó y se puso nerviosa.
-Buenos días
-Bu… buenos días- me dijo ella- ¿Ocurre algo?
Miré el papel- vengo buscando a un tal… Andrés- la miré, estaba muy seria y créeme yo así de seria imponía mucho.
-¿Andrés? Sí, es mi marido ¿Qué ha hecho?
-¿Está en casa?
La mujer se quedó un poco parada dudando que decirme, de repente apareció él por atrás, abrió un poco más la puerta y se puso al lado de su mujer.
-Buenos días- me dijo él sin extrañarse de ver a un policía en la puerta de su casa.
-¿Es usted Andrés?
El hombre asintió- Sí, ¿Alguna multa viene a traerme?- miró a su mujer- ya no te dejo mas el coche.
Me saqué las esposas del bolsillo- Lo siento pero está detenido- el hombre tendió las manos y le esposé. La mujer sin entender nada empezó a llorar y a gritar el nombre su marido.
-Pero si él no ha hecho nada- repetía una y otra vez.
-Señora, eso lo decidiré yo
-¿De qué se me acusa? ¿Qué pasa?
-Es sospechoso de un atropello a una chica, esta mañana- miré a la mujer- señora, si su marido es inocente, volverá a casa a la hora de cenar.

Lo metí al coche y fui a dejarle en comisaría, después me dispuse a ir a la casa del siguiente sospechoso- Iñaki- dije leyendo la hoja en voz alta. Me di cuenta que la casa de aquel tipo estaba cerca del lugar del atropello, por lo que lo hacía más sospechoso aún. Suspiré y llamé al timbre, un hombre abrió al otro lado de la puerta.
-Hola- me dijo sorprendido de verme.
-Buenos días ¿Es usted Iñaki?
Asintió y frunció el ceño. Saqué las esposas y noté como su corazón daba un vuelco.
-Estás detenido, eres sospechoso de un atropello- Al ponerle las esposas no ofreció resistencia.
-Yo no he atropellado a nadie.
-Eso tengo que comprobarlo, por el momento eres sospechoso.
Le subí el coche con algo de dificultad, pues él frenaba el paso cada poco, tenía miedo, estaba asustado y eso me hacía pensar aún más que podía ser él, el culpable de todo.
Me dirigí a por el tercer hombre, al bajarme del coche vi un descapotable rojo en la puerta, me acerqué a verlo y vi que tenía la parte delantera con un golpe, fruncí el ceño. ¿Sería él? El cristal estaba algo roto.
-Hijo de puta- dije para mis adentros. Estaba totalmente convencida de que había sido él. Miré la puerta por un momento y me dirigí a ella. Esta vez no llamé a timbre, si no que aporreé violentamente la puerta. Un hombre joven, calvo y con perilla me abrió la puerta, tal y como me había dicho la señora que le había visto. La rabia me llenó por dentro, pero me contuve, no sé cómo pude hacerlo pero lo hice. La cara de terror del joven no se puede describir, retrocedió un paso al verme.
-Estás detenido- dije sin más.
-¿Cómo detenido?
Le miré entornando los ojos-No me vaciles…- di un paso al frente, entrando en su casa- has sido tú.
Él estaba muy nervioso y cada vez estaba más atrás- ¿Yo? ¿Qué quieres decir? Yo no he hecho nada.
Alcé una ceja- ¿Seguro que no?- desvié la mirada y negué- me parece increíble que después de todo aún vayas a poder dormir por las noches.
Él negó rotundamente- No sé de qué me estás hablando, agente.
Avancé otro paso y me cruce de brazos- ¿Te crees que porque me pongas cara de inocente te voy a creer?- negué rotundamente- patético.
El chico se puso una mano en el pecho- Juro que yo no he hecho nada ¿de qué se me acusa?
-¿De verdad me lo preguntas?- avancé de nuevo- dímelo tú- hice una pausa sin dejar de mirarle a los ojos- ¿Qué se siente al atropellar a una pobre mujer y dejarla en coma? ¿Eh?
Él se quedó sin palabras, tragó saliva y se quedó apoyado en la pared, reflexionando, como recordando cómo había pasado todo.
Asentí- ¿Ves como has sido tú?
Él me miró de reojo.
-No sabes lo que has hecho…- me puse una mano en el pecho- La chica que has atropellado es mi mejor amiga
-Yo no he atropellado a nadie- me gritó.
Me acerqué a él y le esposé, un poco a rastras me lo llevé hasta el coche, tuve que pegarle varios empujones y darle unos cuantos gritos pues se me resistía demasiado, más que los demás, por un momento pensé que se volvería, me pegaría y saldría corriendo, pero no lo hizo. Al final conseguí llevarlo hasta el coche. Ese tío no se me escapaba, pasaría el resto de su vida en la cárcel.

Continuará...

NO QUEDAN MUCHOS MÁS CAPITULOS PARA QUE TODO TERMINE DEFINITIVAMENTE.
PERO TENGO OTRA HISTORIA MUY CHULA :)

22 de marzo de 2012

capitulo 24 Vida injusta

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!

Capitulo 24 <Vida injusta>

Detrás de mí, escuché un ruido de maletas, alguien venía corriendo desde lejos, me giré y vi a Dani venir cargado.
-¡Patricia!- me gritó.
Sonreí de lado al ver las pintas que llevaba, pero lo disimulé para que él no me viera reírme pues se suponía que estaba enfadada con él. Esperé que llegase a mí y este me miró fijamente.
-Patricia no quiero que te enfades, me voy a vivir contigo
Agaché la cabeza y me mordí el labio- Hace un momento te lo estabas pensando- hice una pausa- de hecho me has dicho que te quedabas con Berta.
-Lo siento, ha sido al verla así, es que…
La miré a los ojos- Dani, no puedes decirme eso… no puedo vivir pensando que en cualquier momento me vas a dar de lado.
Dani me puso una mano en el hombro- Escucha Patricia, lo siento. Ya está, me voy a vivir contigo, mira, vengo arrastrando las maletas desde hace unas cuantas calles.
Sonreí- anda, dame un abrazo-nos envolvimos en un gran abrazo del que tardamos en separarnos, antes de separarnos le di un tierno beso en la mejilla. Él me sonrió ampliamente y agarró las maletas con fuerza.

Al llegar a mi casa, entré con una sonrisa, fue como abrir la puerta a una nueva vida. Dani entró detrás de mí y se me hacía raro que no fuese a entrar solo por unas horas, si no que iba a quedarse para siempre. Miré a todo con una sonrisa y después me giré para verle a él la cara.
-Bueno… bienvenido a tu nueva casa.
-¿Me costará adaptarme?
Alcé una ceja y me abracé a él- Yo creo que no, y si te cuesta, yo haré para que te sea más fácil- rocé mi nariz con la suya.
Él suspiró-Joder, que tonto he sido al estar pensándome tanto tiempo la respuesta, está claro que yo tenía que estar aquí, contigo.
-¡Guapo!-le di un tierno beso en los labios.
Agarré sus maletas y me las llevé a la habitación- te ayudaré a organizarlas- las dejé en un lado y empecé a sacarle las cosas de una de ellas, mientras él sacaba de otra maleta. Entre los dos lo organizamos todo, y colocamos su ropa y demás cosas en el armario.
-¿Qué lado de la cama quieres?
Le miré con una sonrisa- ¿Cuál quieres tú?
-¿Yo? Prefiero arriba- dijo haciendo la gracia.
Le di un golpe en el hombro- tonto.
-No, ahora de verdad ¿Dónde sueles dormir?
Solté una carcajada- en medio, campando a mis anchas.
Dani se rascó la cabeza- Ahora que lo pienso, ¿Tienes una cama de matrimonio para ti sola?
Asentí y le saqué la lengua- claro que si. ¿Tú no?
-Pues… no.
-Me pido el derecho- le dije finalmente.
Él asintió y miró la cama- de acuerdo, el izquierdo para mi.

Esa mañana nos tocaba patrullar, Dani vino conmigo en el coche, íbamos hablando de cómo habíamos pasado la noche, él me dijo que muy bien y que le encantaba despertar y poder darme un abrazo, ser la primera persona a la que pudiese ver.
Metí la primera y salí de aquel semáforo en el que parecía que llevábamos parados años, él me miraba con una sonrisa.
-Eres preciosa- me dijo. Yo esbocé una sonrisa, pero ni le miré, ni le hice ningún comentario.
Ese día no paramos en ningún sitio, como acostumbrábamos a hacer, si no que estuvimos dando vueltas, vigilando desde dentro del coche. El walkie talkie de Dani se activó “Mateo, se ha producido un accidente en la 209, dirigiros allí ahora”
Dani y yo nos miramos- De acuerdo ¿Qué ha pasado exactamente?
“Han atropellado a una chica”
Resoplé al escuchar eso- Jode, que plan…- dije irónicamente.
-Bueno, vamos para allá a ver qué podemos hacer.
A los pocos minutos, el walkie talkie volvió a sonar “El coche que ha atropellado a la chica se ha dado a la fuga”
-¡Que hijos de puta!- exclamé- mira que hacer eso… si ha sido un accidente ¿Por qué te fugas?
Dani me miró- La gente que atropella a otros sin querer tienen miedo, piensan que les van a meter a la cárcel y todo eso, por eso huyen- se quedó mirando por la ventanilla.
-No puedo con estos temas, lo digo en serio- le miré unos instantes- si alguien se da a la fuga me está dando a entender que lo ha hecho queriendo o que algo esconde.
Dani se encogió de hombros- Bueno, ya veremos lo que pasa cuando lleguemos allí.

El resto del trayecto lo hicimos en silencio. Al llegar al lugar, aparqué el coche a pocos pasos del lugar del accidente, la gente se había acercado a saber lo que pasaba y se había formado un gran corro, en el centro, había una chica tirada en el suelo y un coche de policía al lado. Dani y yo nos bajamos del coche y pedimos a la gente que por favor se fuera o que se pusiera más lejos. Uno de mis compañeros se acercó a hablar con nosotros.
-Chicos… hemos llamado a una ambulancia, pero está tardando en llegar.
Resoplé y le miré esperando escuchar más cosas.
-¿Qué tal está la chica?- le preguntó Dani.
Él hizo un gesto e no estar muy convencido- Está en el suelo, no se mueve, y ha perdido mucha sangre.
-¿Respira?
-Sí, aún vive. No sé en qué estado estará, la puta ambulancia no viene
Nos fuimos tras mi compañero a ver el estado en el que estaba aquella chica, al verle la cara el corazón me dio un vuelco y las lágrimas empezaron a salirme solas.
-¡Berta!- grité. Fue un grito de horror, al ver así a mi amiga, en ese estado, quise morir. Dani acudió a abrazarme enseguida, a apretujar mi cara contra su pecho para que no viera más aquella escena, noté que me dio un beso en la cabeza. Me agarré fuertemente con fuerza a su espalda.
-¡Es Berta, joder!- dije presa de las lágrimas.
-Lo sé, ya está, se pondrá bien- me dijo mirando de reojo al cuerpo de Berta que yacía en el suelo, y mientras me decía eso y miraba a mi amiga, no se terminó de creer sus palabras.
Me separé bruscamente de Dani, estaba hecha una furia- ¿Dónde coño está la ambulancia, joder?- grité desesperada- ¡Esta chica es mi mejor amiga!- me llevé las manos a la cara y me limpié las lágrimas- ¡Juro que como se muera me las pagaran!
Dani vino a darme un abrazo, a calmarme, pero le empujé con rabia- ¡Berta!- grité acercándome a ella, me agaché junto a su cuerpo y le tomé el pulso, el corazón le latía muy despacio- Berta no te vayas… eh, yo estoy aquí contigo- le decía en un susurro mientras las lágrimas bajaban por mis mejillas. Le besé la mano- Te quiero amiga, encontraré al capullo que te atropelló, lo juro, y pasará el resto de su vida en la cárcel. Ahora solo quiero que te pongas bien y salgas adelante.
En ese momento entre dos personas me cogieron y me alejaron de mi amiga, había llegado la ambulancia y se disponían a atenderla.
Me abracé a Dani y él me dio un beso-¿Por qué hay gente tan hija de puta por el mundo?
-Tranquila, cariño, todo va a acabar bien.

Me separé de él para mirar lo que le estaban haciendo a Berta, de pronto una señora se acercó a mi.
-Perdone señora policía
-Dígame- le dije limpiándome las lágrimas.
-Yo lo he visto todo.
El cielo se me iluminó al escuchar eso y hasta le di un beso en la mejilla a la señora- ¡Gracias a dios! Quiero que me lo cuente todo, porque pienso meter a quien la haya atropellado en la cárcel.
-Ella se disponía a cruzar la calle, iba con el móvil en la mano, creo que enviaba un mensaje.
Asentí escuchando atentamente a la señora.
-Ella cruzaba muy bien, por donde tenía que cruzar, por ese paso de peatones de allí- dijo señalando el paso, al ver lo lejos que estaba y al ver donde había ido a parar el cuerpo de mi amiga me llevé una mano a la boca y rompí a llorar de nuevo.
-Tranquila, mujer- me dijo la señora poniéndome una mano en el hombro.
-Dígame… ¿Qué más?
La señora asintió  e hizo una pausa para recordar lo que había visto- El coche que la atropelló era un descapotable rojo, iba muy rápido, apenas frenó al verla, era un chaval joven, llevaba la música muy alta… hizo un amago de esquivarla, pero no pudo.
-¿Qué hizo al ver que la había atropellado?
-Pues, se volvió a mirar y vi el miedo reflejado en su rostro, así que, salió disparado y desapareció.
Fruncí los labios-Que cabrón…¿La matrícula consiguió verla?
-Terminaba en 45
Sonreí al ver que la señora me estaba aportando muchos datos que me podían servir- ¡Señora es usted una testigo estupenda!- desvié la mirada un momento- ¿Cómo era el hombre?
-Era calvito, con perilla, no recuerdo más, tampoco le vi muy bien, pasó todo muy rápido.
Saqué una libreta y un boli de bolsillo- Dígame su nombre, tendrá que venir conmigo a comisaría.
La señora me facilitó todos sus datos y accedió a acompañarme.
-Si llegamos a localizar a algún testigo, que espero que si, tendrá que identificarlos.
Ella asintió. Dani se puso detrás de mí, como tapándome la vista, para que no me girase, lo hizo disimuladamente, pero sabía que lo había hecho por algo. Me giré y le miré frunciendo el ceño. Él me sacó una tímida sonrisa.
-¿Qué pasa?
-Nada
-Dani- hice una pausa- ¿Qué pasa?- le hice a un lado y vi que habían tapado con una sábana blanca a mi amiga y que la llevaban a la ambulancia.
El corazón me dio un vuelco, quería salirse de mi pecho, asustada corrí hacía ellos.
-¿Qué ha pasado?
Nadie me decía nada, todos iban rápidos de aquí para allá.
-¡Berta aguanta!- le grité.
La metieron corriendo a la ambulancia y se la llevaron, dos de los médicos se quedaron allí.
-¿Qué le ha pasado? ¿Se pondrá bien?
Dani me abrazó por atrás y me dio un beso en la mejilla. Los ojos se me llenaron de lágrimas- ¿Está muerta?- pegunté con mucho miedo a la respuesta.
-No- me dijo le médico- pero… está en un estado muy grave, ha perdido mucha sangre y… ha llevado un fuerte golpe en la cabeza.
Respiré hondo- ¿Se pondrá bien?
Él se encogió de hombros- Solo puedo decirte que… espero que si.
Al escuchar eso me solté de Dani y le agarré bruscamente de la camiseta- ¡Como no se ponga bien, juro que os acordaréis de mi para siempre!- le grité. Dani me cogió y me apartó de él, le miraba con odio- Mas os vale que Berta se ponga bien.
-Haremos lo que podamos- me dijo sin dejar de mirarme- está grave y… en coma, desgraciadamente.
Abrí los ojos como platos, quise agarrarle de nuevo y descargarme con él, pero lo único que hice fue darme la vuelta y abrazarme a Dani, empecé a llorar desconsoladamente.
-Vamos al hospital a verla si quieres.
-Lo que quiero es que la vida no sea así de injusta-le dije ahogándome con las lágrimas.
Dani me dio un beso en la mejilla- Se pondrá bien, aún le quedan muchos momentos por compartir a nuestro lado.

En ese momento me separé de Dani y me saqué el móvil del bolsillo, vi que tenía un mensaje, abrí los ojos como platos y un nudo se me hizo en el estómago.
La mano empezó a temblarme, era de Berta, lo abrí a punto de llorar “amiga, siento todo lo que ha pasado, lo único que quiero es que seas feliz con tu chico y para desenamorarme, me voy a ir lejos, me voy fuera de Madrid, conocer a gente nueva y olvidarme de tu chico, quiero que nos veamos antes de marcharme, ya te llamo esta semana, te quiero preciosa, un beso”
Mientras leía aquello las letras se me iban borrando pues las lágrimas se acumularon en mis ojos. Sentí que la fuerza me fallaba, el móvil se me cayó al suelo sin poder reaccionar, no era consciente de lo que me estaba pasando, pero todo empezó a darme vueltas, pude ver que Dani me miraba extrañado, de repente me desplomé al suelo, pero no llegué a golpearme pues Dani me cogió a tiempo.
-¡Patricia!- me golpeó la cara- cariño… despierta- levantó la mano y miró atrás- por favor un médico- gritó. Enseguida dos de los médicos que se habían quedado allí llegaron corriendo.
-¿Qué ha pasado?
-No lo sé, se ha desplomado de repente.
Me tumbaron en el suelo y me subieron los pies- Habrá sido un desmayo, a veces la tensión se acumula y… pasa esto. La chica en estado grave era su amiga ¿Verdad?
Dani asintió poniéndose las manos en la caderas- su mejor amiga- fijó la mirada en mi móvil, que estaba en el suelo y extrañado lo cogió, leyó el mensaje por el cual yo me había desmayado y empezó a llorar- Joder- dijo en un susurro. Se limpió las lágrimas disimuladamente para que nadie le pudiera ver, se guardó mi móvil en el bolsillo y como si nada pasara, se cruzó de brazos y se quedó mirándome mientras aquellos hombres me tomaban la tensión y me tenían los pies en alto para que volviera a reaccionar.

Continuará...

13 de marzo de 2012

Capitulo 23 ¿Por qué no quieres venir a vivir conmigo?

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!
 
Capitulo 23 ¿Por qué no quieres venir a vivir conmigo?

El remordimiento de cabeza llegó a mí, empecé a pensar que Dani ya no me quería como antes, que nuestra relación se estaba desgastando, y eso era algo a lo que le tenía miedo, pues él a mi cada vez me tenía más enamorada. La idea de venir a vivir a casa se la estaba pensando demasiado, desde que se fue no le volví a ver, ni a llamar, se lo había dejado claro “cuando lo sepas, me buscas” pero no me buscaba. Pensar que estaba día y noche con Berta me ponía enferma y al saber que mi amiga estaba enamorada de mi novio, más enferma me ponía todavía.
-Miki, no sé qué hacer- le contaba por teléfono.
-Tu tranquila, déjale que se lo piense un poco más
Negué- Se lo está pensando demasiado y eso no me gusta.
-Pues, habla con él de nuevo, Patricia.
Resoplé- Joder Miki ¿Por qué tiene que ser tan difícil esto del amor?
-Patri, hazme caso, llámale, vuelve a verle, no puedes huir de él hasta que lo tenga claro-hizo una pausa- a lo mejor lo que necesita es estar contigo, hablar las cosas.
-Bueno… pues, voy a llamarle.

Colgué, estaba nerviosa, atacada, quería que aquella mala racha pasase cuanto antes, pues la situación me estaba consumiendo por dentro. Me lo pensé un rato antes de llamar, cogí aire y le di a llamar, pero me contestó la persona que no me esperaba.
-¿Berta?
-Patri… dime.
Me quedé pensativa- mmm, ¿Me he equivocado? Estaba llamando a Dani.
-Sí, es que ha salido y se ha dejado el móvil
Cerré los ojos- ¿Sabes donde ha ido?
-Ni idea, no me lo ha dicho, ha cerrado la puerta y se ha ido.
-Y… ¿Hace mucho?
-La verdad es que si.
Me llevé una mano a la cabeza y resoplé- ¿Cómo ha estado hoy? ¿Ha estado raro? ¿Te ha dicho algo sobre lo de… venir a vivir conmigo?
-No me ha dicho nada, no hemos hablado

Colgué el móvil, en cierto modo sabía dónde podría estar, Dani siempre iba a un sitio cuando estaba mal, pensativo y quería desahogarse un poco de todo. Me puse el uniforme, me hice una coleta y fui a comisaría, a una de nuestras salas favoritas, la de tiro, allí practicábamos pegando tiros a figuras de cartón que iban saliendo de diferentes sitios. Miré por la ventana antes de entrar y allí estaba, tomé aire y entré. Él ni se enteró, estaba concentrado en pegar tiros, me paré al lado de él.
-Dani…
No sabía si no me escuchó o se hizo el loco, pero siguió apretándole al gatillo como si no hubiese un mañana.
-Dani- le dije un poco más fuerte.
Él me miró sorprendido y se subió las gafas- Hola, ¿Qué haces aquí?
Desvié la mirada y saqué una dulce sonrisa a la luz.
-¿Cómo me has encontrado?
Me encogí de hombros-Supe que estaría aquí, sé que llevas tiempo pensando lo que te dije y este es tu sitio para desahogarte ¿Verdad?
Él asintió y dejó la pistola encima de la mesa.
-¿Qué tal estás? ¿Lo has pensado ya?
Dani agachó la cabeza y negó lentamente- Estoy agobiado, no sé qué debo hacer.
-Tengo miedo- dije sin más.
Él me miró frunciendo el ceño.
-Tengo miedo a que no sepas decidirte porque ya no me quieras como antes.
Negó rotundamente y me puso una mano en el hombro- Patricia, te quiero, mi amor es el mismo o incluso más- me miró a los ojos- eso no lo dudes nunca.
Sonreí de lado y agaché la cabeza- Entonces ¿Por qué no quieres venir a vivir conmigo?
Dani me apartó cuidadosamente la mano y retrocedió un paso- No lo sé, no me gustaría que por eso nuestra relación se quemase.
Desenfundé mi pistola, me bajé las gafas transparentes y empecé a pegar tiros a mi tablero. Dani me observaba, se me veía con rabia a la hora de disparar, con ganas.
-Nuestra relación será la de siempre- le dije mientras disparaba.

Él cogió su pistola de nuevo y a mi lado empezó a dar tiros- Puede que se vaya todo a la mierda.
-No se irá- dije sin más y apuntando a la figura a la cabeza.
-¿Cómo estas tan segura?- me preguntó guiñando un ojo para apuntar bien.
-Lo estoy.
Dani pegó unos cuantos tiros y dejó la pistola en la mesa para mirarme fijamente- ¿Sabes qué?
Dejé la pistola yo también en la mesa y me subí las gafas- ¿Qué?
-Que me lo dices todo tan convencida que… vale, acepto.
Una amplia sonrisa llegó a mi boca- ¿Cómo?
Él asintió y abrió los brazos- vivamos juntos.
Me abracé a él con fuerza y me dio un beso en la cabeza.
-Será una experiencia genial el verte todas las mañanas a mi lado.
Le di un apretado beso en los labios- ¡Te quiero!
-Y yo mil veces más.

Acompañé a Dani a su casa para recoger las cosas, cuando Berta nos vio aparecer por allí, el corazón le dio un vuelco, nos miró extrañada.
-¿Qué hacéis los dos aquí?
Dani no le contestó, se fue a su habitación a hacer sus maletas, mientras él las hacía yo me senté con ella en el salón a hablar. Mi amiga no entendía nada, así que me pidió que se lo explicase.
-¿Qué está pasando?
Agaché la cabeza- verás, a lo mejor lo que te voy a decir no te va a gustar.
Berta frunció el ceño-¿Qué pasa?
Sonreí- Dani y yo, vamos a vivir juntos.
Ella agachó la cabeza y resopló- Joder- dijo sin más.
La miré extrañada- ¿Joder? ¿Por qué dices eso?
Mi amiga me miró fijamente, me sorprendí al verle los ojos llorosos- Voy a estar sola de nuevo. Voy a vivir sola en esta puta casa de mierda.
Le pasé una mano por el hombro pero ella me rechazó la caricia, cosa que me extrañó bastante.
-Que se me va otro compañero… joder, mi vida es una puta mierda, Patricia.
-Berta- le dije- tienes que tratar de entender que Dani y yo queremos ir un paso más allá, que nuestra relación va bien y queremos vivir juntos.
Berta me miró fijamente y me dijo algo que no me esperaba- Él se lo ha pensado demasiado, solo te digo eso.
Fruncí el ceño-¿Qué me quieres decir con eso?
Berta se encogió de hombros y no me contestó- A ver qué hago yo ahora para no estar sola- se llevó las manos a la cara- empiezo a odiar mi vida.
Fruncí los labios y me armé de valor para preguntarle lo que quería preguntarle- Dime la verdad, estás molesta porque Dani se va de tu lado y estás colada por sus huesos.
Berta se apartó las manos de la cara y me miró fijamente, dos lágrimas caían por sus mejillas- No.
Alcé una ceja- ¿De verdad?
Hubo un rato de silencio y ella volvió a taparse la cara.

-Me gustaba más todo antes- dijo entre sollozos- cuando tu y yo vivíamos juntas y nos llevábamos mucho mejor que ahora.
Agaché la cabeza y cerré los ojos fuertemente, recordando aquellos momentos.
-Dani solo se va porque me he declarado, porque le he dicho que estoy enamorada de él… ahora tú lo sabes, tienes miedo porque vive conmigo, no quieres que te lo quite y por eso te lo llevas- tras decir esto me miró y se limpió las lágrimas- ¿A que si?
Respiré hondo, en parte aquello era cierto, pero no podía decírselo, me sabía mal. En ese momento apareció Dani, cargado de maletas, las dejó en el pasillo y vino con nosotras.
-¿Se lo has dicho todo?
Asentí y miré a mi amiga, que estaba haciendo un esfuerzo enorme por no romper a llorar allí en medio.
-Berta yo… lo siento.
Negó rotundamente-No tienes que decirme eso, Dani es tu novio, puede irse a vivir contigo, claro que si, la que debería de sentirlo soy yo, que al fin y al cabo soy la otra.
Dani y yo nos miramos, no sabía que decirle.
-Seguro que encuentras otro compañero de piso increíble o una compañera.
-No me voy a molestar en buscarlo.
Fruncí el ceño-¿Por qué?
Berta se encogió de hombros- ¿Para qué? ¿Para que luego se vaya y tenga que estar de nuevo amargada? Paso…
Dani suspiró, se empezaba a sentir mal, a sentir culpable- oye… ¿Y si me quedo?
Abrí los ojos como platos y le miré fijamente- ¿Qué?
Él se encogió de hombros y señaló a Berta- Mírala.
Me levanté del sofá- Dani… pero…
Él me miró a los ojos- Es mi amiga, lo va a pasar mal.
Me puse una mano en el pecho- Y yo soy tu novia.
Berta nos miró-No discutáis por mi culpa- miró a Dani- vete con ella, no tienes que preocuparte por mi ¿vale? Sé feliz, yo… me buscaré sola la vida.
Dani negó y se sentó junto a ella en el sofá, abrazándola con fuerza- Yo no puedo hacerle esto- dijo mirándome con pena mientras la abrazaba.
Asentí apretando la mandíbula con fuerza- Muy bien, pues quédate con ella, ya ves tú…- abrí la puerta y desaparecí de allí, molesta.

Berta le cogió de una mano y le dio un beso- No tenías que haber hecho esto.
Dani le acarició lentamente la cara, le puso el pelo tras la oreja y le limpió las lágrimas con el dedo gordo- mírate ¿Por qué lloras tanto? Yo no puedo ser la causa de todas esas lágrimas, así que me quedo, tengo que hacerte compañía.
Berta negó con la cabeza- Has hecho mal que lo sepas.
-¿Prefieres que coja las maletas y me vaya?
Se hizo el silencio, Berta no respondió a esa pregunta, ambos se miraron, Berta notó cierta tensión entre ambos y para no empeorar las cosas, se levantó del sofá, miró las maletas, miró a Dani, frunció los labios y asintió- Vete-dijo sin más.
Dani se levantó del sofá y le puso las dos manos en los hombros- ¿Estás segura?
-Sí, vete, Patricia no se merece esto- le miró a los ojos- Patricia necesita ser feliz y yo estoy haciendo que todo sean problemas para ella, Patricia tiene que estar feliz y solo tú  puedes conseguirlo, porque necesita estar feliz contigo.
Dani sonrió y le dio un beso en la mejilla- eres una mujer estupenda- retrocedió un paso- sabes que me tienes aquí para lo que necesites.
Berta asintió y respiró hondo.
Dani cogió sus maletas y la miró una última vez- Hablamos ¿Eh?
Ella asintió varias veces y desvió la mirada- Que seas feliz con ella.
Él le guiñó un ojo- lleva cuidado, guapa- abrió la puerta y se fue.


Continuará...