Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

20 de enero de 2012

Capitulo 19 Es urgente

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 19 <Es urgente>


Al volver de patrullar, el jefe de Patricia la paró de sorpresa por el pasillo. Ambos se miraron fijamente y él le pidió que le acompañase a su despacho. Todo el mundo que los veía, se les quedaba mirando.
Patricia entró con las manos en los bolsillos y se quedó parada en medio del despacho, este pasó y se sentó en su sillón negro.
-Patricia... no sé que te pasa, pero no puedes dejar que te afecte en el trabajo.
Ella agachó la cabeza.
-Hoy apenas has movido un dedo.
Patricia se encogió de hombros y él la miró sorprendido.
-¿Como me haces ese gesto? ¿Te da igual todo?
Ella le miró- Porque esté un día sin hacer nada no importa.
- Sí, sí importa, porque te acostumbras y al final esto no marcha.
Patricia se apoyó con las dos manos encima de la mesa y le miró fijamente- Verá señor, no tengo porque contarle lo que me pasa, sólo le diré que hoy es un puto día de mierda y que no pienso pasarlo escuchando sus estupideces- Se hizo hacía atrás sin apartarle la vista de encima- Y si me disculpa, me voy a casa.
-¿Como que se va a casa?- le dijo enfadado.
Patricia asintió- Me voy, ya está bien por hoy.
Antes de salir del despacho, la voz del jefe resonó- Si cruza esa puerta, me aseguraré de ponerla de patitas en la calle en menos de una semana.
Patricia se dio la vuelta- ¡Váyase a la mierda! tengo que ayudar a mi amiga- tras decir esto salió del despacho.


Patricia abrió la puerta de casa y entró muy seria, por el contrario, yo estaba con una sonrisa difícil de borrar. Al verla llegar tan temprano me extrañé, pero no le hice ninguna pregunta, estaba muy feliz, como alterada, y es que el beso con Ángel aún rondaba por mi cabeza. Había sido demasiado especial para mí. Corrí hacia mi amiga, la cogí del brazo y me la llevé al sofá, allí, muy ilusionada empecé a contarle cosas, a preguntarle que debía de hacer, quería escuchar sus consejos. La cara de Patricia seguía siendo muy seria, pero a pesar de eso yo seguí con lo mío, ni me daba cuenta de que ella no estaba bien. Ella me aconsejaba y me decía que sería lo mejor.
Me dijo que tenía que quedar con él esa misma noche, al escucharlo, mi corazón dio un vuelco y mi sonrisa volvió a aparecer.
- ¿Por qué no te vas y compras algo de comida, unas velitas aromáticas...?
Asentí y le di un gran abrazo, Patricia me abrazó fuerte cerrando los ojos, le di un beso en la mejilla al separarme- Gracias Patricia, eres la mejor- le dije emocionada- ¡Te quiero!- me levanté y fui a buscar mis llaves.
- Sí, la mejor...- dijo irónicamente ella por lo bajini. Se sentía muy mal.


Cuando salí de casa, Patricia puso en práctica su plan, en realidad me había mandado a comprar porque ella iba a hablar seriamente con Ángel, lo había estado pensando en comisaría esa misma mañana. Le diría que aquello que les pasó quedaba olvidado y le hablaría también de lo que enamorada que estaba yo de él, que teníamos que estar juntos. Sentía que debía decírselo todo, y sabía que si se lo decía, yo al fin sería feliz, solo trataba de ayudarme. Y por otro lado, aquella era la única manera de aliviar su conciencia, sentirse bien con ella misma y dejar de mirarme con pena.
Se levantó y fue a mi habitación, encima de la mesilla me había dejado el móvil, buscó el número de Ángel y le envió un mensaje haciéndose pasar por mi "En 10 min en mi casa, es urgente" nada más enviarlo, lo borró para no dejar pruebas.


Pasado 10 min, el timbre sonó y Patricia se sorprendió de la rapidez que había tenido. Abrió la puerta y ambos se sonrieron.
-Hola ¿Está  Berta? es que me ha dicho que quiere verme urgente.
Ella sonrió y negó cogiéndole del brazo- Pasa, Berta no está, he sido yo la que te ha enviado el mensaje.
Ángel entró y cerró la puerta- ¿Tú?- preguntó extrañado.
Patricia asintió- He sido yo, quiero hablar contigo sobre ella.
Ángel señaló el salón con el dedo- ¿Nos... nos sentamos?
Ella negó- No hay tiempo, ha salido a comprar unas cosas para una cita que tiene contigo esta noche y no tardará en volver.
Ángel se señaló el pecho- ¿Conmigo? ¿Y yo porque no sé nada?
-Bueno, te llamará ahora, pero ese no es el problema.
Patricia empezó a hablarle, a contarle todo con pelos y señales, le hablaba rápido, ya que era una historia larga y Ángel tenía que irse antes de que llegase yo.
- Que te quiere, que te adora, que quiere sexo contigo, que no le des más vueltas, que os lleváis genial.
De pronto, Ángel se lanzó a besar sus labios tan bruscamente que la apoyó contra la pared, ese beso les llevó a otro mucho más profundo y acalorado, Ángel la tomó en peso y sin dejar de besarse llegaron hasta la habitación de Patricia.
Allí, este la dejó caer sobre la cama y se subió encima, sus miradas se encontraron y ella sonrió traviesa.
- ¿Y que pasa con todo lo que te acabo de contar?
Ángel alzó las cejas- Todo a su tiempo- tras esto la besó y fue besándola por cada parte de su cuerpo. Patricia le cogió bruscamente de la camiseta e hizo que subiese hasta su cara.
-Déjate de tonterías y vamos directos al grano- le suplicó.
Ángel sonrió- ¿No me dijiste que conmigo querías hacer el amor y no sólo tener sexo?
- Si joder, pero ahora no- le agarró de la cabeza y se fundieron en un beso, antes de darse cuenta estaban los dos desnudos, toda la ropa estaba esparcida por la habitación y ambos gozaban una vez más de sus cuerpos desnudos, bajo una fina sábana.


Patricia se ceñía a su espalda con fuerza y ahogaba sus gemidos, no sabía porque, pero con Ángel disfrutaba más que con ningún otro hombre.
-¡Me encantas!- le susurró él en el oído.
- Calla y no pares ahora- su voz estaba entrecortada.
ángel la besaba por todos sitios que quería y más. Rozaron sus narices y una sonrisa se dibujó en la cara de Patricia, sus cuerpos se movían al compás, cada vez más deprisa, ahora penas podían hablar, les faltaba la respiración, pero sabían compenetrarse a la perfección, ambos se acariciaban y se besaban como si no hubiese un mañana.
-¡Eres preciosa!- susurró muy cerca de su oído y fue bajando dándole besos por su hombro.


Continuará...




EL PRÓXIMO CAPITULO ES EL ÚLTIMO.

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