Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

15 de enero de 2012

Capitulo 14 /¿Que le he hecho?/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 14 <¿Que le he hecho?>


Estaba nerviosa, esa noche había quedado con Ángel, me había dicho que me llevaría a las afueras de Madrid, a una casa que tenía su abuela, era una lujosa casa con un amplio jardín y con piscina.
Tenía una sonrisa enorme, me había dicho que allí tendríamos intimidad y que el ambiente era perfecto, por lo que esa vez si que lo tenía claro, era la definitiva de verdad. Me preparé con tiempo, me había dicho que él pasaría a recogerme, me puse el bañador bajo la ropa, por si acaso acabábamos en la piscina. Me miré una última vez en el espejo y esperé en el salón.
Miraba continuamente la hora, le que era raro era que Patricia no estuviese en casa ya, pero pensé que habría tenido que quedarse más tiempo en comisaría por algún motivo de última hora, y ojalá hubiera tenido razón, si hubiera sabido donde estaba en ese momento mi amiga, me abría suicidado.


Ángel abrió la puerta corredera que da al jardín y encendió las luces, todo se iluminó de repente, dejando ver una hermosa vista. El agua de la piscina estaba trasparente y calmada. Patricia se asomó y lo observó con detenimiento , tras verlo asintió.
-Vaya, esto está bastante bien.
-Sí, a mi abuela le encantaba venir aquí, decía que era su paraíso particular
Patricia salió al jardín, aún llevaba el uniforme puesto e iba con las manos en los bolsillos, al escuchar eso, se giró y le miró- Anda... el paraíso... a donde te voy a llevar yo ahora.
Ángel sonrió avergonzado y salió al jardín con ella, ambos se quedaron mirando al cielo, que esa noche estaba estrellado.
-Que bonito está esta noche
Patricia le miró- ¿Quieres que las estrellas sean testigo de nuestra pasión?
Él se rascó la cabeza y no le contestó, Patricia no dejaba de mirarle con una sonrisa.
-Que timidín eres- aún con las manos en los bolsillos caminó hasta la piscina y metió la mano para probar el agua.
Ángel la observó allí parado, tras jugar un rato con el agua, Patricia se giró para mirarlo.
-Mira, cuando quedo con un tío para este tipo de cosas, nunca me han hecho esperar tanto.
Ángel frunció el ceño y al verle la cara ella asintió.
-Normalmente llegamos al sitio y directamente nos vamos a la cama- le señaló- pero tu me haces esperar y eso me gusta- le guiñó un ojo.


Ángel sonrió nervioso y se rascó la cabeza. Se fue a la cocina, dejándola allí sola en el jardín, esta no le siguió, si no que se tumbó en una hamaca a ver las estrellas. Ángel preparó dos mojitos sin siquiera preguntarle si quería y adornó el vaso con una sombrilla, contento con el resultado, salió al jardín y se sentó en una hamaca al lado de Patricia.
-Mira lo que he preparado- dijo tendiéndole el vaso.
Ella se incorporó y sorprendida cogió el vaso- ¡Vaya, como te lo curras! ¿No?
- ¿Te gustan los mojitos?
Patricia asintió y le dio un sorbo- ¡Te ha salido muy bueno!
-Gracias
Dejaron las bebidas en una pequeña mesa que había a su lado y se quedaron en silencio contemplando el cielo.
-Hoy he tenido un día duro de trabajo- dijo Patricia desperezándose- y este relax me vendrá genial.
Ángel la miró- Es que estar aquí tumbado relaja mucho, y te hace pensar.
Patricia clavó su ardiente mirada en la de él- Aunque espero que ahora me quites todo ese relax y me des caña.
Él sonrió tímidamente- Patricia, por favor...
-¿Que pasa?
-Que... no digas esas cosas
Ella subió un hombro- ¿Por qué? ¿Te pongo nervioso?
Ángel dio un sorbo a su mojito y no le respondió, de repente Patricia se levantó de su hamaca y se subió a horcajadas encima de él, ambos se miraron a los ojos.
-Creo que ya me has hecho esperar bastante, mi paciencia tiene un límite.
Ángel resopló, estaba muy nervioso- Mira, ¿Por qué no terminamos los mojitos y ahora tranquilamente nos vamos al dormitorio y...
El beso de Patricia le impidió que continuará hablando, ese beso les llevó a uno más acalorado y antes de que pudieran darse cuenta, estaban los dos desnudos, deseándose en aquella incómoda hamaca.


No dejaba de mirar el reloj, Ángel ya se había retrasado una hora y eso no era normal en él, por un momento me sentí ridícula, me había arreglado para nada, me había dejado plantada de mala manera. Le envié un mensaje y le llamé dos veces pero no me contestó a nada. Decidí esperar media hora más por si aparecía de repente, pero no lo hizo, así que me desmaquillé y me puse el pijama, no tardé en empezar a llorar sin quererlo, pero una vez empezado, no podía parar. Me puse la tele para intentar distraerme pero no lo conseguí, seguía llorando y llorando sin control.


-Joder con el timidín- dijo Patricia terminando de vestirse- No se te da nada mal esto. ¿Eh?
Ángel sonrió, poniéndose la camiseta- No será por lo que entreno.
Patricia se acercó a él- Si quieres yo puedo ser  tu profesora.
Él sonrió de lado- Con ese uniforme... es que me pierdes- se mordió el labio- grrr.
Ella le imitó mordiéndose el labio también, le rodeó el cuello con las manos y le besó.
-Con esto lo de la multa queda olvidado- le dijo ella sin soltarle.
Ángel soltó una carcajada- Ya no me acordaba de la multa.
Patricia apoyó su frente contra la suya- ¡Eres tan mono!- le dio un dulce beso en los labios.
-Y tu... tu eres una diosa.
Ella negó- No, no exageres.
-No lo hago.
-Te voy a confesar una cosa- le dijo Patricia al oído- Eres el primer hombre con el que me apetece hacer el amor y no solo tener sexo.
Ángel abrió los ojos como platos- ¿De verdad?
Ella asintió y volvió a besarle.
-Pues lo que acabamos de hacer no ha sido muy de hacer el amor.
Patricia sonrió- Lo sé, pero...- hubo un silencio y dijo lo que pensaba- quizá es porque tu me tratas diferente a los demás.
Ángel se separó de ella y se sentó en la hamaca a terminar de beberse el mojito- Yo a las mujeres las trato como se merecen- hizo una pausa y la miró a los ojos- tu es que eres un caso perdido y vas de flor en flor, no das tiempo a que los hombres reaccionen y eso... eso no  se puede hacer.


Patricia se acercó  a él y se incorporó un poco para verle bien la cara, le puso una mano en el hombro- Perdona bonito- dijo con una sonrisa- pero yo hago lo que me da la gana.
Él sonrió y alzó las manos- Lo siento, no he dicho nada.
Ella se separó de él y cogió su mojito, anduvo hasta la piscina y se quedó observándola durante un rato.
-Oye. se giró para mirarlo- ¿Y Berta?
Ángel abrió los ojos al recordarla- ¡Joder, Berta!- se levantó corriendo y fue a la cocina a por su móvil, vio un montón de llamadas suyas, salió al jardín de nuevo- Había quedado con ella hoy para traerla aquí.
Patricia le miró sorprendida mientras bebía de su vaso.
-Pobrecilla ¿Que le he hecho?
-¿Ahora te arrepientes?
Ángel la miró- ¿A ti no te da pena?
Patricia volvió a darse la vuelta para mirar la piscina.
Ángel se quedó mirando el móvil, pensando en algún mensaje que enviar- Pues yo me siento culpable.
Patricia se encogió de hombros, pero no se dio la vuelta.
-Tu también deberías de sentirte así en parte, es tu amiga.
En ese momento se dio la vuelta y le miró- No me siento culpable, he hecho lo que me ha apetecido, culpable me sentiría si estuvieras con ella.
Ángel desvió la mirada- Supuestamente ambos teníamos intención de empezar una relación.
-Pero de sobra sabes que de esto ni una palabra- se tapó la boca con el dedo.


Él asintió y Patricia se acercó a él, le agarró de la camiseta- porque como digas algo, te pongo la multa y por el doble de precio.
Ángel alzó una ceja- ¿Chantaje?
Patricia asintió lentamente y él resopló- Me pones malísimo cuando me provocas puesta de uniforme.
-Si quieres me lo quito.
Ángel sonrió separándose de ella y tecleó un mensaje, me pedía disculpas y me dijo que le habían llevado a sus sobrinos a última hora, no me molesté en contestarle, apagué todo y me fui a dormir, ya ni me importaba el paradero de mi amiga, no me importaba nada, me metí bajo las sábanas a seguir llorando por alguien a quien quería de corazón, por alguien que pensaba que era inalcanzable, a llorar por amor. Me dolía tanto que fuera tan grande lo que sentía por él y que no pudiera decirle día a día que le quería, no podía estar con él. Eso me mataba por dentro y nadie se daba cuenta.


Continuará...

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