Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

8 de enero de 2012

Capitulo 7 /Cena en casa de ÉL/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 7 <Cena en casa de ÉL>


Aquel intento de que le contase porque lloraba terminó muy mal, ella se puso realmente pesada y yo insistía en no contárselo, por lo que terminamos enfadadas.
Estaba sentada en el sofá, sin dejar de llorar y Patricia estaba de pie, ya se había puesto cómoda.
-¿Me quieres dejar ya?- le decía para que se callase de una vez y dejase el tema.
Patricia no dejaba de mirarme- Berta, estás llorando demasiado, si llego a casa y te veo así... me preocupo por ti, joder.
Negué con la cabeza- Otro día te lo cuento ¿De acuerdo?
Ella negó con la cabeza- Quiero saber porque lloras tanto.


Al final, Patricia se hartó de hablar conmigo, de escuchar que la dejase en paz y se fue a su habitación, antes de entrar, vio en mi habitación una luz, era la del móvil, con curiosidad, entró y vio que me llamaban, en la pantallita ponía "Ángel". Patricia sonrió y miró a la puerta, el móvil estaba en silencio, por lo que no lo escuchaba.
-Ángel- Pensó ella entre risas y decidió cogerlo.
-¿Si?
-Berta
Patricia hablaba en voz baja para que no la escuchase- No, Berta no está.
-¿Quien eres?
-Soy Patricia, su compañera de piso.
Ángel se quedó en silencio, tal vez la idea de que estaba hablando con una policía le imponía respeto.
-¿Hola?
-Sí, sí...
-¿Quieres le diga algo?- le preguntó sonriente.
-No, luego más tarde la llamo.
Patricia iba a despedirse, pero decidió hacerle una pregunta- Oye... ¿Y quien eres tú?
-Soy Ángel, un amigo de Berta.
-¿Sólo amigo?
Ángel soltó una carcajada- Sí, solo amigo.
Patricia sonrió-  ¿Te gustaría tener algo más con ella?
Él se puso nervioso- Bueno que... que le digas que luego llamo.
-Vale, vale, yo se lo digo pero... tu  quieres algo con mi amiga.
-Venga, hasta luego- él colgó sin dejar a Patricia despedirse. Tenía miedo de que siguiera preguntando cosas.
-Que estúpido es este tío ¿De que le conocerá?- pensó.


Mientras, yo seguía llorando en el sofá, cundo Patricia volvió a aparecer por allí. Me limpié las lágrimas y la miré.
-Que no te voy a decir nada- dije de mala manera.
Ella se cruzó de brazos y negó con la cabeza- No es eso, idiota.
Me extrañé y vi que llevaba mi móvil en la mano.
-Ha llamado Ángel- me enseñó el móvil, en ese momento mi cara cambió por completo, le cogí el móvil y busqué mis últimas llamadas, para comprobar que no me engañaba. 
Al ver que era cierto, la miré- ¿Que ha dicho?- hice una pausa- y lo más importante ¿ Po qué lo has cogido?
Ella se encogió de hombros- Que ahora te llama, dice...
Agaché la cabeza, rezando para que no hiciese mas preguntas, pero me equivoqué.
-¿Quien es?
La miré dándole a entender que no quería mas preguntas.
-Sé perfectamente lo que está pasando aquí, pero bueno... cuéntamelo cuando quieras- me dio seriamente y se fue.


Me quedé mirando fijamente el móvil, deseando que volviese a sonar.
-Ángel... te voy a meter de todo menos miedo- gritó Patricia desde su habitación, fingiendo que yo se lo decía a él. Sonreí, aquello me hizo gracia, porque con lo que poco que había visto, la cabrona ya se sabía toda la historia, seguro. Era policía, estaba acostumbrada a que con pocas pistas tuviera que forma algo muy grande.
De repente el móvil empezó a sonar, yo no me lo esperaba por lo que me llevé un susto, la llamada esperada llegó. Miré hacía atrás antes de cogerlo, no me fiaba ni un pelo de Patricia, sabía que me escucharía hablar, así que, abrí la puerta de casa y salí a hablar a la escalera.
-¡Ángel!- Contesté sorprendida y traté de disimular que había llorado.
-Hola, sé que me he ido hace poco pero es que quería decirte una cosa que antes no te he dicho.
El corazón me dio un vuelco al escuchar eso- ¿Que pasa?
-Me gustaría invitarte a cenar a casa.
Cerré los ojos, no me lo podía creer.
-Tu me invitas y yo te invito ¿Que me dices?
Me quedé bloqueada por un momento- Pues que si ¿que te voy a decir?
-Pefecto, luego te llamo y te digo la dirección.
Mientras hablaba por el móvil la puerta de casa se cerró y no llevaba las llaves. Me giré cabreada al colgar- ¡Mierda!- di unos golpes en la puerta- ¡Patricia!- la llamé, pero esta no me abría- ¡Patricia!- golpeé la puerta y llamé al timbre, al otro lado la voz de Patricia se escuchó.
-¿Me vas a decir quien es Ángel?
-¡No!- grité.
-Pues ahí te quedas, no pienso abrirte.
Di una patada a la puerta- ¡Patricia, abre!
-¿Quien es Ángel?
Resoplé- ¡Que no te importa!
Ella soltó una carcajada- ¡Que duermas bien ahí, no pases frío!
-Bueno... te lo contaré, pero no hoy... otro día.
Patricia abrió la puerta y la miré fijamente, enfadada.
-Gracias- le dije y entré cabizbaja.
-¡Oh, Ángel... hazme el amor como si no hubiese un mañana! -bromeó imitando mi voz
Me giré- No tiene gracia.
Ella asintió- Si, si que la tiene.
Negué- No si supieras la historia...
Patricia cerró la puerta- Llorabas por él- me señaló con el dedo- ¡Que fuerte!
Sin hacerle caso, me  fui.


Me puse otra ropa, tras darme una ducha. Había llegado a la conclusión de que si me llevaba por la noche a cenar a su casa, era porque en  su terreno se sentía más a gusto, así que me puse contenta al ver que por fin pasaría.
Cuando llegó la hora salí al salón y pasé por delante de Patricia sin decirle nada, solo mevio abrir la puerta e irme.
-¡Adiós! ¿Eh? - me gritó cuando ya me había ido.
Si me fui así, tan de repente, fue porque me di cuenta de que no tenía porque dar explicaciones, simplemente me iba.
Esa vez si que iba nerviosa, más de lo normal, estaba totalmente convencida de que sería la vez definitiva.
Seguí las indicaciones que me dio para llegar a su casa y llegué sin problemas. Llamé al timbre, la mano me temblaba. Un niño pequeño, muy rubio, apareció al otro lado de la puerta, me extrañé.
-Hola pequeñín- le dije sonriente- ¿Es casa de Ángel?
-Zi- me dijo el niño y en ese momento Ángel apareció por el pasillo con una sonrisa, nuestras miradas se encontraron. Yo no estaba entendiendo nada.
Ángel llegó hasta el niño y le acarició cariñosamente la cabeza- Saluda a Berta.
El niño me miró- Hola.
Sonreí- Hola guapo ¿Como te llamas?
-David
Asentí- Que nombre más bonito.
Este se fue corriendo y yo sonreí a Ángel nerviosa.
-Bueno- Hizo un gesto para que entrase- Pasa.
Entré algo triste, aquel niño... no sabía  si era su hijo, pero lo peor de todo es que esa noche, tampoco pasó nada.


-¿Que tal?
Asentí, pero no sabía que responder a eso. En ese momento otro niño salió de la nada y se abrazó a la pierna de Ángel. Me quedé boquiabierta y miré a Ángel sin poder articular palabra.
-David me quere pegá- dijo el niño sin soltarle la pierna.
-David, no le pegues a tu hermano- gritó Ángel y el pequeño que me abrió la puerta se asomó.
-Ven Rubén, vamó a jubar- dijo haciéndole un gesto con la mano a su hermano.
Ángel me miró y al ver mi cara de shock sonrió.
-Estos... estos ¿Son tus hijos?
Él soltó una carcajada- No, no... yo no tengo hijos- hizo una pausa- son mis sobrinos, esta noche me toca hacer de canguro- tras decir esto me miró con esa sonrisa tan sexy y que tanto me gustaba.
-Entonces... veo que te gustan los niños.
Asintió- Me encantan los niños. Mi hermana se ha ido de cena con su marido y le toca currar al tito.
No sabía que decirle, aún tenía el susto de haber pensado que eran sus hijos.


Me llevó hasta el salón, me llamó la atención porque era bastante grande, en realidad toda la casa era muy grande.
-¡Que espacioso todo!
Él asintió- me gusta tener espacio, me agobio en los sitios pequeños, además el día de mañana mis hijos jugaran a gusto por aquí.
Le miré a los ojos, por aquello que acababa de decir me di cuenta de que era un tradicional "¿Esos hijos serían también míos?"- pensé viajando a las nubes. El golpe de uno de los niños en mi rodilla me hizo aterrizar, me estaba mirando atentamente, esperando a que le dijese algo.
-¿Cuantos añitos tienes Rubén?
El niño me sacó un 3 con las manos- ¡Estos!
Me hice la sorprendida- ¡Que mayor!
Celoso, el hermano también se paró delante de mi esperando que le preguntase.
-¿Y tu David?
-Cinco- me dijo enseñándome la mano.
Asentí- ¡Que mayores y que guapos los dos!


Los niños se fueron a jugar.
-Perdona si se ponen muy pesados, es que cuando ven  a alguien nuevo se revolucionan.
-Normal- dije con una sonrisa. Me quedé pensando en porque Ángel me había invitado justo esa noche en la que tenía que cuidar de sus sobrinos, a lo mejor me estaba poniendo a prueba y querían ver cómo era con los niños para seguid adelante conmigo o no, así que, por si acaso era eso, decidí ser de lo más amable con esos pequeñines de ojos azules.
-Rubén ven...- llamé al pequeño. Ángel me observaba sonriente. Cogí al pequeño en peso y lo senté en mis pies- ¿Me enseñas esos ojitos tan preciosos que tienes?
El niño abrió los ojos como platos.
-¡Que bonitos son, me gustan tus ojos!
El mayor llegó también y me enseñó sus ojos.
Sonreí- ¡Sois preciosos los dos!- le di un beso en la mejilla a cada uno- Como vuestro tío- dije en un hilo de voz. Pero este me escuchó perfectamente.


Nos sentamos a cenar y mientras cenábamos los niños jugaban a nuestro lado, de vez en cuando uno se acercaba para enseñarme algún juguete.
-Parecemos una familia- dijo Ángel de repente.
Yo estaba bebiendo vino y me atraganté al escucharlo.
-No digas que no- me dijo sonriente.
Asentí- Sí, es verdad.
-Y que bien te llevas con los niños.
Sonreí de lado- Bueno, a mi los niños me gustan mucho.
El gesto de Ángel me transmitió buenas vibraciones- No sabes lo que me alegro- hizo una pausa- y ellos te han cogido mucho cariño en poco tiempo.
Agaché la cabeza- Son niños, ellos cogen cariño enseguida.
Él negó- Creeme, ellos no. Son muy tímidos, al contrario, huyen de la gente, sin embargo tú... has sido especial para ellos, como lo eres para mi.
Solté una risa nerviosa y agaché la cabeza, para comper un poco el hielo y hacer le broma le dije- Seguro que llevas toda la tarde pensando esta frase para quedar bien conmigo.
Ángel negó- Esto me acaba de salir de aquí- se dio unos golpecitos en el pecho.
Carraspeé- Y... estos niños ¿Cuando dices que se acuestan?




Continuará...

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