Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

30 de enero de 2012

Capitulo 5 Echándola de menos

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 5 <Echándola de menos>


Aquel día estaba organizando la casa, cosa que no hacía desde hacía mucho, pues todo aquello siempre lo había hecho mi amiga. Mientras lo organizaba y quitaba el polvo a la estantería, recordaba las miles y miles de discusiones que había tenido con ella sobre ese tema, y sin saber porque sonreí. ¿Me parecía gracioso discutir con ella? No, simplemente me parecía gracioso que hubiésemos discutido tantas veces por una tontería como esa.
De repente el timbre de la puerta sonó, me bajé de la escalera y dejé el rapo de limpiar encima de la estantería. Cuando abrí, me encontré a quien menos esperaba. Cerré los ojos con una sonrisa y me apoyé en la puerta.
-¿Que haces aquí?
Era Ángel, al escuchar mi pregunta agachó la cabeza, avergonzado.
-Hola ¿Que tal?- me miró- es que... creo que la última vez que estuve aquí, me dejé la cartera.
Fruncí el ceño- ¿La cartera?- pensé por unos momentos para ver si había visto la cartera de la que hablaba. Negué y le miré- No me suena ver ninguna cartera tuya por aquí.
Ángel se encogió de hombros y resopló- Se me ha perdido, joder, llevaba dinero dentro.
-Voy a mirar por la habitación, pero vamos, casi seguro que en mi casa no está.
Cuando entré a buscar la cartera, Ángel aprovechó para entrar en casa, entró, cerró la puerta y me esperó allí.


Salí negando con la cabeza, le miré a los ojos- Que va, aquí no hay nada.
Él agachó la cabeza, con pena- Pues... entonces no sé donde está.
Me encogí de hombros- Mira bien por tu casa- le aconsejé.
De repente los labios de Ángel besaron los míos, volvieron a rozarme aquellos labios que tantos problemas me habían causado, pero esta vez no le dejé continuar, le aparté bruscamente de mi, le miré con rabia y me limpié los labios con la mano.
-Pero ¿Que haces?- le grité, me había molestado aquel gesto.
Ángel se quedó bloqueado, no se esperaba que fuese a rechazarle- Lo siento.
Le miré fijamente- Me volvería a acostar contigo si no se hubiese ido todo a tomar por culo.
Al hablarle así, pareció sentirse intimidado. Movía el pie, nervioso, no sabía que decir. Me miró con miedo y yo asentí.
- Claro joder, es que no puede volver a pasar algo entre nosotros como si no se hubieran estropeado las cosas- me encogí de hombros- A lo mejor a ti te da igual todo, a mi no.
Él me miró- Lo siento, de verdad.
Me crucé de brazos- No se te ha perdido ninguna cartera ¿Verdad?
Ángel agachó la cabeza y me miró de reojo- No- dijo en un susurro.
Negué rotundamente con la cabeza- ¡Que fuerte! has venido aquí para volver a acostarte conmigo.
Él suspiró, estaba avergonzado, cada vez estaba más arrepentido de haber ido a mi casa.
Sin dejar de mirarle le dije- Fuera- señalé la puerta.
Él retrocedió un paso y abrió la puerta- lo siento- dijo una última vez y se fue de allí.


Me di la vuelta indignada- ¡Esto es increíble! ya solo vienen a buscarme para el sexo- me llevé una mano a la cabeza y después sonreí- ¡Que mal acostumbrados los tengo!
En ese momento llamaron de nuevo al timbre, resoplé y me di la vuelta para abrir.
-¿Que quieres ahora?- contesté de mala manera, al ver que no era Ángel, si no que era mi amigo Miki, me llevé una mano a la boca y seguidamente le abracé con fuerza, él me dio un dulce beso en la mejilla.
Le invité a pasar y le expliqué que estaba organizando la casa. Él miró al rededor.
-Pues, todavía te queda por organizar un montón ¿No?
Fruncí el ceño- No, no, si esto ya está organizado.
Él me miró sorprendido y abrió la boca- aaah- hizo una pausa- Patricia, cariño, esto de limpiar no es lo tuyo.
Me dejé caer en el sofá, con cara de pena, me descalcé y me senté cruzando los pies, miré a mi amigo- Es que Berta siempre hacía esto.
Miki me dio unas palmaditas en la rodilla y sonrió- No tienes porque recordar eso ahora, Patri.
Los ojos empezaron a llenarse de lágrimas, intenté disimular para que Miki no se diera cuenta, pero me cogió de la barbilla e hizo que le mirase a los ojos, entonces me vio. Negó y nos envolvimos en un abrazo.
-Miki... la echo mucho de menos- Le dije mientras le abrazaba, en ese momento empecé a llorar con fuerza, Miki me agarraba de la cabeza mientras me acariciaba el pelo- Me siento sola en esta puta casa de mierda- le explicaba entre sollozos, empezaba a empaparle de lágrimas la camiseta- Quiero que me perdone, quiero que todo vuelva a ser como antes.
-Tranquila Patricia, dale tiempo al tiempo.
Aquel abrazo fue eterno, nunca le había dado un abrazo tan largo a nadie, pero duró justo lo que tenía que necesitaba. Al separarnos, me limpió las lágrimas con el pulgar y me dio un millón de besos.
-Sinceramente, nunca te había visto así de afectada- me dijo cogiéndome de las manos- se nota que esto te está siendo muy duro- me besó la cabeza- no llores más.
Me sorbí la nariz y me limpié las lágrimas que me seguían cayendo- sabes que soy una persona muy fuerte, pero esta situación me supera.
-Lo que debes hacer es salir más después del trabajo, últimamente estás encerrada mucho tiempo en casa.
Asentí con lágrimas en los ojos y le miré.
-Sólo así irás saliendo poco a poco del pozo en el que estás.
Asentí- ¿Sabes que te digo?- le puse una mano en la rodilla- que por una vez te voy a hacer caso en tus consejos.
Mi amigo asintió sonriente.
-Tengo que cambiar el chip, olvidar lo que ha pasado.
-Claro que sí, cariño. Tienes que volver a ser tu misma, verás como cambia tu estado de ánimo.
Le miré fijamente y sonreí de lado- ¡Te quiero Miki! eres el mejor- Nos envolvimos nuevamente en un abrazo, me encantaban sus abrazos, me transmitían tanto cariño  y confianza...


Continuará...

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