Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

1 de diciembre de 2011

Capitulo 23 /Patricia...vente conmigo/


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


INCLUYE UNA FOTO.


TITULO: LACASITOS DE COLORES


Capitulo 23 <Patricia...vente conmigo>


Le conté a Berta lo que me había pasado con Ángel y esta la verdad es que se quedó un poco bloqueada. No sabía cómo nos había podido pasar esto, con lo que ambos nos queríamos. La verdad es que yo estaba mal, no sabía qué estaría haciendo él ahora mismo, no sabía que decirle para aclarar las cosas. Ángel se había ido así, tan de repente, que no sabía lo que había pasado entre nosotros.

-Llámale-me dijo Berta. Pero yo me negaba a hacerlo. No quería deprimirme, sabía que me encontraría con algo que no me iba a gustar y prefería ahorrarme el disgusto. Además, si de verdad quería estar conmigo, si de verdad tanto me quería y no había hecho nada con esa tal Paula sería él quien me llamaría.

Pasó un tiempo y la verdad es que Ángel y yo seguíamos sin hablar, sin vernos. ¿Qué le pasaba? ¿Ya no me necesitaba? Yo me moría día y noche por no tenerle, me explotaba el corazón cada vez que pensaba que podía estar con ella. Empecé a volverme loca, llegué a la conclusión de que si no me llamaba era porque ya no me necesitaba, que había dejado de quererme.

En el tiempo que estaba sin Ángel, me dediqué a recorrerme todos los bares que conocía. Hasta que en uno una tarde, encontré a un viejo amigo al que hacía mucho tiempo que no veía. Se llamaba David y en el pueblo le decían “El guapo”.
Estuve hablando con él, sobre muchas cosas que habíamos pasado juntos de pequeños. Éramos muy amigos y lo que cambiaban las cosas, de la noche a la mañana dejamos de hablarnos y él desapareció del mapa, no le volví a ver. Nos tomamos algo en aquel bar. Y después salimos a la puerta.

-Toma, este es mi número de móvil-me dijo dándome su número apuntado en un trozo de papel. Lo cogí y sonriente le miré a los ojos. No sabía que me estaba queriendo decir con aquello.
-Para que me llames y eso cuando lo necesites
Agaché la cabeza y me mordí en el labio-muchas gracias, te llamaré algún día para ver cómo te va la vida.
David se encogió de hombros-O también me puedes llamar para quedar…-dejó caer como el que no quiere la cosa.
Desvié la mirada y sonreí con una sonrisa de inocente.
-Lo que no quiero es perder esa amistad tan fuerte que un día nos unió
Le miré a los ojos, aquello sonaba a que le había gustado, que quería ligar conmigo
-La verdad es que nos lo pasábamos bien tu y yo ¿eh?-le dije recordando viejos tiempo
David asintió-Por ahí por la playa…por el parque. Nos montábamos nuestras películas…luchábamos contra él mal
En ese momento ambos soltamos una carcajada-¡que pequeños e inocentes éramos!
David asintió-Ni que lo digas
Me puse el pelo tras la oreja-Bueno, pues…ya nos veremos-le dije para irme de allí-Adiós-me di la vuelta pero David me cogió del hombro
-Espera
Me giré y le miré extrañada
-¿Me das tu número?
Sonreí de un lado y se lo apunté en la mano con un boli que me prestó
-Es que…tengo miedo a que no me llames-me dijo mientras le escribía en la mano.
Al escuchar eso, le miré a los ojos muy seria. Ahí confirmé que a David le había gustado. Se miró la mano y sonrió.
-Bueno, pues, ya me voy tranquilo
Sonreí y me giré-Adiós-en ese momento volví a escuchar su voz que me llamaba. Volví a darme la vuelta y le miré, él me abrió las manos.
-Dame dos besos al menos, hace mucho que no nos vemos, no te puedes despedir así
Me acerqué y le di los dos besos, entonces ya si, definitivamente me fui de allí.

Pasaron tres días y yo seguía sin tener noticias de Ángel, no me había llamado y eso hacía que mi herida se profundizara más y más.
Aquella mañana, estaba en el sofá del salón, pensativa. Cuando de repente me asusté, el móvil empezó a sonar, mi corazón se aceleró, pensaba que era Ángel. Me incorporé y cogí el móvil. Para mi sorpresa, era David. Cerré los ojos-Me llama este antes que mi chico-pensé rabiando.

-¿Si?-pregunté aún sabiendo quien era
-Patri…-me dijo muy contento
-Hola ¿David?-pregunté para hacerme la interesante
-Sí, sí, soy yo. ¿Qué tal?
Hubo un silencio incómodo y al rato respondí-Bien ¿Y tú?
-Muy bien…oye, me preguntaba que si puedes quedar mañana
Agaché la cabeza y me quedé pensativa-Pues…vale, está bien
-¿Sí?
-Sí… ¿Por qué no?
David sonrió e hizo un gesto de victoria-Está bien, quedamos a las once en la puerta del bar de la última vez
Asentí-De acuerdo
-Hasta mañana, guapa
-Adiós David

Colgué y respiré hondo. Solo una cosa se me vino a la cabeza. Ángel. ¿Qué estaría haciendo? ¿Se estaría acordando de mí tanto como yo de él? ¿Me echaría de menos? Agaché la cabeza, aquella Paula había sido la culpable de todo, por su culpa Ángel y yo habíamos discutido, por su culpa se había ido y por su culpa ahora…yo estaba llorando…
Las lágrimas me caían por las mejillas, quería parar pero no podía. Necesitaba sacar todo a fuera. Quería desahogarme. Lo único que me faltaba era el consuelo de alguien, me daba igual de quien fuera. Me sentía sola y triste. Berta últimamente estaba muy volcada en Dani, por su problemilla con las drogas, por lo que no quería molestarla mucho, Ángel no me podía consolar, así que, decidí que al fin y al cabo, quedar con David había sido una buena idea. No le contaría lo que había pasado. No me iba a molestar en volver a recordármelo todo, pero sabía que estando con él, me olvidaría un poco de todo y sobre todo, me sacaría una sonrisa, porque aquel chico era el más gracioso que había conocido nunca.

Llegué puntual y tuve que esperarle unos minutos, pero no me importó. Cuando le vi llegar, la verdad es que me costó reconocerle. Le había visto cambiado, ese no era el niño pequeño con el que yo me iba a jugar por las tardes. Había dado un cambio de look, ahora estaba más guapo. Llegó con unos pantalones vaqueros grises, unas converse negras y una camiseta que ponía “te quiero”.

Le miré sonriente de arriba abajo-¡Pero qué guapo que te has puesto!-no pude decirle otra cosa, no estaba acostumbrada a verle así y se lo tenía que decir. Él me sonrió, me dio las gracias y después dos besos.
Estuvimos unos minutos hablando en la puerta. No teníamos muchas ganas de entrar a tomar algo al bar y tampoco sabíamos a dónde íbamos a ir.

-Has cambiado mucho Patri
Le miré a los ojos-Lo mismo te digo, David
-Es verdad-me dijo mirándome de arriba abajo-estas…estas…más guapa
Sonreí tímidamente y él me acarició lentamente la cara, lo que me puso nerviosa
-Tienes aquí una cosa-me dijo quitándome de la cara algo de un forma muy extraña. Cuando me la quitó le di las gracias y él me guiño un ojo.
-Bueno, pues…
-¿Qué hay de tu vida?-me interrumpió él
Le miré a los ojos y me encogí de hombros-Pues, la verdad es que nada interesante
David no dejaba de mirarme a los ojos y eso hacía que me pusiera nerviosa, me prestaba mucha atención, como que le importaba cada palabra que le decía.
-¿Dónde está tu sonrisa, Patri? ¿Ya no tienes esa preciosa sonrisa que llevabas siempre contigo?
Agaché la cabeza, la verdad es que últimamente me costaba sonreír, y se me notaba mucho porque yo no era así, estaba más seria de lo normal.
-Mi sonrisa…
David no me dejaba hablar, siempre me cortaba y esta vez no fue menos-Sí, tu preciosa sonrisa ¿Qué has hecho con ella? ¿Sabes? Me encantaba mirar tu sonrisa mientras jugábamos.

¿Qué le estaba pasando a David? Había cambiado hasta su personalidad. Él antes no era así, quizá el paso del tiempo le había moldeado la personalidad. Pero ¿Me estaba tirando los trastos diciéndome aquello? ¿Cómo debía reaccionar?

Le miré y me asintió con la cabeza-Tenía algo especial, algo que me invitaba a quedarme en ella.
Le sonreí sin saber bien que decir y entonces él me señaló con el dedo-¡Ahí está, es justo esa sonrisa de la que hablo, pero…no sé, la veo como apagada!
Le miré a los ojos y suspiré, estaba empezando a agobiarme.
-¿Te pasa algo? ¿Tienes algún problema?-me cogió de la mano y le negué con la cabeza-sabes que yo estoy aquí para lo que haga falta, que puedes contar conmigo, que yo te ayudaré
Desvié la mirada y le dije gracias solo con los labios. David me besó en la mano y después me la soltó. Nos miramos a los ojos y justo en ese momento una moto paró a nuestro lado. El chico iba completamente de negro. Por el casco no se le veía la cara el cristal estaba tintado. David frunció el ceño y el chico le dio al puño de la moto, provocando un gran estruendo. Sabía quién era, así que desvié la mirada al suelo y cerré los ojos. Estaba perdida. El chico de la moto volvió a darle al puño y se quedó mirándonos, David me miró extrañado y después fijó su mirada en el motorista. Este subió el cristal del casco y dejó que le viéramos los ojos. Me atreví a mirarle, su mirada se cruzó con la mía y me hizo sentir un fuerte dolor en el corazón. No pude sostenerle la mirada por mucho tiempo, así que la desvié al suelo.

-Hola-nos saludó
David me miró y entonces le saludó-¡Hola! ¿Qué hay?
-No te importa-le contestó bruscamente. David, viendo que era un tipo agresivo se puso a mi lado y me cogió una mano para llevarme de allí, pero yo, suavemente me solté y le miré a los ojos, David pudo entender que le conocía.
-Hola-me dijo a mí. Nuestras miradas se cruzaron
-Hola-dije en un susurro
-¿Qué haces aquí?-me preguntó algo molesto
Miré a David-Hablando con mi amigo
Ángel se quitó el casco y frunció el ceño. Le hizo un repaso a David de arriba abajo-A este amigo no le he visto en mi puta vida
Me mordí los labios y suspiré-Lo sé, es mi mejor amigo de la infancia ¿Vale?
-¿Seguro?
-¡Sí!-dije casi gritando-Hace mucho que no nos vemos
-Os estáis viendo ahora mismo, no seas mentirosa
-¡Ángel!-dije llamándole la atención. Él me sonrió

David me miró y me dijo al oído que si quería que nos fuéramos, le negué con la cabeza.
-¿Sois novios?-le preguntó Ángel a David
David sonrió-No, más quisiera yo-en ese momento me miró y me alzó las cejas. Yo desvié la mirada. Ángel se bajó de la moto y se apoyó en ella.
-Veo que vas tras ella entonces…Muy bien capullo, muy bien
Miré a Ángel, como suplicándole con la mirada que le dejase en paz, que no siguiera hablando
-Me llamo Ángel-le tendió la mano y David se la estrechó, pero Ángel aprovechó para apretarle más fuerte de lo que debería. David se quejó por lo bajini, pero fingió que no pasaba nada.
-Yo…soy David-le dijo dando un paso atrás
Ángel sonrió y nos miró a los dos. Empezaba a estar inquieta. Cogí a David del brazo y me puse a hablar con él, le puse de espaldas a Ángel y fingí que él no estaba allí. De repente Ángel se paró a mi lado y nos volvió a mirar a los dos.
-No me ignoréis, estoy aquí ¿Sabéis?
Le miré de reojo-Ángel, por favor…-le dije para darle a entender que allí estaba molestando
Ángel me miró frunciendo el ceño-¿Qué tenéis que esconder? ¿No quieres que me quede un rato con vosotros?
Suspiré y agaché la cabeza-Estoy con mi amigo-le dije para recordarle porque habíamos discutido-Y tú estás invadiendo mi espacio-en ese momento la mirada de Ángel se llenó de rabia. Le había dicho exactamente lo mismo que él me había dicho a mí y lo había hecho para que se diera cuenta de lo que me había molestado.
-No me toques los cojones, Patricia-me dijo delante de David y a él lo miró rabioso-Y tú ya te puedes estar yendo a tu casa
David se encogió de hombros-¿Por qué? Yo he quedado con ella, no tengo porque irme
Ángel le fulminó con la mirada-Será mejor que te vayas-Ángel me agarró del brazo-Porque nosotros ya nos vamos

David me miró. Yo estaba mirando a Ángel enfadada e intentando soltarme, pero no podía. David miró a Ángel, era una situación muy extraña y no sabía lo que estaba pasando exactamente.
-Pero, pero…-dijo David sin poder reaccionar
-He dicho que nos vamos-me dijo al ver que me quería soltar
Le di un manotazo-No me voy contigo a ningún lado-grité
Ángel me miró a los ojos y me soltó-Patricia…vente conmigo-aquello sonó a súplica y además se le bajó toda la rabia de repente.
Le miré a los ojos, en ese momento los tenía brillantes. David me miraba intrigado por ver lo que pasaría, el pobre estaba muy desconcertado.
Ángel puso su cara de bueno, de arrepentido y casi en un susurro me dijo-vente conmigo-hizo una pequeña pausa-por favor.
Agaché la cabeza, me lo estaba haciendo todo muy difícil. ¿Cómo me iba a ir con él y dejar a mi amigo allí plantado? Pero es que por otra parte tenía muchas ganas de irme con él, pues aquello podría suponer una reconciliación y yo le deseaba más que nunca. Hacía mucho que no le veía, mucho que no le besaba y quería hacerlo.
Pero al final, sin saber cómo, le dije que se fuera sin mí.

Ángel me miró una última vez y asintió con la cabeza-Hasta luego-dijo sin más. Miró a David-Adiós estúpido-se dio la vuelta y se fue a subirse en la moto.

Continuará...

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