Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

7 de diciembre de 2011

capitulo 31 /ojitos morados/


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!



TITULO: LACASITOS DE COLORES


capitulo 31 <ojitos morados>



Berta no paraba de llorar encerrada en su habitación, y es que a Dani se le había vuelto a ir la mano. Desde que volvieron de Londres, volvió a juntarse con unos amigos que tenía en el barrio y volvió a meterse en el mundo de las drogas. Todo lo que había hecho Berta por él, no había servido de nada. Tenía el ojo morado, esta vez la pelea había sido gorda. Dani le había empezado a gritar y había empezado a soltarle puñetazos.

En una vez que Dani se separó de ella, esta huyó y se encerró en su cuarto, allí llevaba ya dos largas horas. Dani había dejado de dar gritos hacía unos minutos. Estaba muy agresivo y tenía miedo a salir.

-¡Es que te odio! ¡Te odio!-gritaba de vez en cuando. Berta sabía que aquello no lo decía de verdad, no lo sentía así. Si no que tenía que desahogarse y lo hacía de esa manera. Mi amiga no se daba cuenta de que había que pararle los pies a Dani de alguna manera y había que parárselos ya o aquello iría a más. Pero la tonta estaba demasiado enamorada y a pesar de todo seguía viviendo en su mundo de fantasía, donde todo era perfecto.

Al tener el ojo morado, no me llamaba para hablar conmigo, no decía de quedar y me rechazaba cada vez que yo se lo proponía. Así que, me pasé dos semanas sin verla, hasta que al final me harté y me planté de sorpresa en su casa.
Nada más abrirme la puerta, le vi el morado y ella al verme me cerró bruscamente. Yo sabía perfectamente quien le había hecho eso.
Llamé a la puerta.
-¡Berta abre!-le grité
-No, Patricia, no voy a abrir-me dijo con la voz entrecortada, por lo que supe que había roto a llorar.
-Berta, te he visto el ojo-Hubo un silencio incómodo-abre, tenemos que hablar de esto
-No quiero Patricia, me gustaría estar sola, además, no, no me pasa nada en el ojo
Resoplé-Berta te lo he visto y eso no tiene buena pinta-empujé la puerta y luego la golpeé-¡abre!-grité
-Patricia-me dijo sin más y rompió a llorar-No quiero hablar con nadie, quiero estar sola, vete por favor-me rogaba sin dejar de llorar.
-Insisto en que me abras la puerta-llamé suavemente-esto tenemos que hablar, amiga

Hubo un rato de silencio y entonces Berta se decidió por abrirme la puerta, eso sí, con la mano puesta en el ojo. Le sonreí y entré.
-Berta, quítate la mano ¿vas a estar así todo el rato?
Se quitó la mano y pude ver que aquello era un buen morado, no pude evitar mi cara de impresión. Nos sentamos en el sofá y mi amiga se secó las lágrimas.
-¿Cómo pasó todo?
-Verás…Dani se puso muy agresivo y empezó a gritarme, yo, sabía cómo iba a terminar todo, intenté calmarlo pero…no pude y…me acorraló contra la pared y empezó a pegarme y bueno…así me ha dejado
Negué con la cabeza-Pero tía, te lo he dicho muchas veces, no puedes consentir que te haga eso y lo sabes
Berta negó con la cabeza-No lo hace con malas intenciones
Escuchar aquello me dejó boquiabierta-¡Berta! No seas tonta… ¿te has visto la cara? eso te lo ha hecho él, y no puedes permitir que esto siga así…tienes que pararle los pies
Berta empezó a llorar-Patri…yo le quiero mucho, yo no le puedo hacer esto
-¡Berta!-le grité-Él también te quiere mucho y mira lo que te hace… ¿Es que no lo ves? ¡Abre los ojos, Berta, por favor!
Berta se quedó un rato pensativa y después me miró negando con la cabeza-Que no Patricia, que yo soy incapaz de denunciarle, lo que quiero es hablar con él, que me cuente porque lo hace, porque me pega.
Negué con la cabeza-Esa no es la solución, pero bueno, si te empeñas…-me incorporé y cogí su móvil-toma, llámale y dile que venga que tienes que hablar con él.
Berta cogió el móvil frunciendo el ceño-No, no le voy a llamar ahora, estás tú aquí
Me encogí de hombros-¿y qué? ¡Llámale!

Mi amiga se lo pensó detenidamente y finalmente marcó el número. Dani tardó un poco en contestar.
-¡Dani! ¿Estabas dormido?
-No, dime
-Escucha, necesito que vengas a casa, tengo que hablar contigo
-¿Por qué? ¿Qué pasa? ¡No irás a dejarme! ¿No?
Berta negó con la cabeza-No amor, no voy a dejarte, eso nunca, sabes que no te dejaría por nada en el mundo, solo que…quiero hablar sobre una cosa, te espero ¿vale?
-De acuerdo guapa, voy…

Berta colgó y me miró como triste-ya está ¿Contenta?
Asentí-Si, muy contenta, ahora habla con él y dile que pare ya…
Mi amiga asintió-Pero…te tienes que esconder, si te ve, no se comportará igual y no me prestará atención.
Asentí. Diez minutos más tarde llamaron a la puerta y yo corrí a esconderme en una habitación.

Berta abrió y Dani le dio un beso en la boca. Escuchaba la conversación perfectamente.
-Hola cariño-le dijo ella
-Hola
Se sentaron en el sofá-Dime ¿Qué querías?
Berta agachó la cabeza-Dani, estoy preocupada por ti
-¿Por qué?
-¿Qué te pasa?
-¿A mí?-negó con la cabeza-No me pasa nada
Berta asintió-Si qué te pasa…no eres el mismo desde hace tiempo. Dime, toda la atención que te he prestado…no te ha servido de nada ¿Por qué? ¿Por qué has vuelto a caer en ese mundo de las drogas?
Dani negó rotundamente-No cielo, no he caído
-Dani, el otro día me pegaste una paliza
Dani asintió-Lo siento Berta, es que a veces no sé qué me pasa, lo siento mucho, de verdad…
-Dani-hizo una pausa para evitar romper a llorar-mira mi ojo
Dani lo miró e hizo un gesto de dolor-la verdad es que eso tiene que doler mucho, lo siento cariño-le cogió de las manos
-No me vale con un lo siento, Dani…no quiero que esto pase más
Dani negó-no va a pasar más, lo prometo
-Dani ¿Tú me quieres?
Él se quedó con la boca abierta-¿Cómo me preguntas eso? Sabes que si
-No me lo demuestras-le dijo señalándose el ojo
-¡Berta ya te he dicho que lo siento!-le dijo subiéndole un poco el tono de voz. Aquello me puso en alerta, no me había gustado como le había respondido. La conversación fue subiendo de tono por parte de él. No sabía lo que estaba pasando afuera, solo escuchaba a Dani gritar, entonces, escuché a Berta decirle que parara desesperadamente, y tuve que salir corriendo para socorrerla.

Al entrar al salón, vi a mi amiga contra la pared. Dani la tenía agarrada por las manos y estaba a punto de pegarle.
-¡Dani!-le grité-¡No lo hagas! ¡Déjala!
Dani me miró furioso y después miró a Berta-¡Pero…! ¿Qué hace ella aquí?
-¡Suéltala te he dicho!-le dije muy furiosa
Dani la soltó y me miró con la mirada de un asesino-¿Qué hacías hay detrás, Patri?
-Dani, esto no puede seguir así, acabas de prometerle a Berta que no le pegarías más y mira lo que estabas haciendo
Dani fijó la mirada en sus pies y después miró a Berta y me miró a mí, se había dado cuenta de que era verdad-Joder-de repente empezó a correr y se fue de la casa sin decir nada.

Berta se sentó en el sofá y yo me senté a su lado-Berta ¿No te das cuenta? Te dice que sí, que te quiere y todo, pero ha estado a punto de pegarte, si no llego a salir, te vuelve a pegar
-Gracias amiga
-No, gracias no…es que tienes que entenderlo… ¡tienes que denunciarle Berta!
Ella me miró con miedo-No, no puedo
-Si puedes, y yo iré contigo
-¡Está bien…!-me dijo y después hizo una pausa-Le denunciaré
Le miré con los ojos abiertos como platos-¿De verdad?
Berta asintió-Sí, lo haré

En cuanto me fui de la casa de mi amiga, esta llamó de nuevo a Dani. Iba a denunciarle y estaba segura de que por culpa de eso le perdería, así que, quería tenerle cerca y desearle una última vez. Esa noche todo fue bien, ambos acabaron metidos en la cama, entre besos, caricias y abrazos.

A la mañana siguiente, Berta se levantó sola, Dani no estaba a su lado. A las nueve, yo la estaba esperando en la puerta de su casa para ir a denunciarle, pero Berta no salía. Así que, llamé a la puerta. Ella me abrió, su cara no tenía buena expresión, estaba como apagada, triste.
-¿Te pasa algo?
Berta negó-No
-¡Berta…! ¿Qué te pasa?
Mi amiga me negó a los ojos y empezó a llorar-No voy a denunciarle Patricia
Abrí la boca-¿Cómo que no?-la cogí de la mano e intenté sacarla de la casa-vamos, tenemos que denunciarle, me lo prometiste
-Ayer tuvimos una noche de pasión-se soltó de mi mano-y…me siento mal si le denuncio
-¡Berta, te sentirás mal si no lo haces! Te estás equivocando
-¡Bueno pues me da igual!-me gritó-Me da igual si me estoy equivocando, es mi opinión y no quiero hacerlo, no tienes porque obligarme… ¡buenos días!-me cerró de un portazo.

Suspiré, mi amiga nunca lo entendería, nunca haría lo correcto y Dani seguiría pegándole sin compasión…pero al fin y al cabo, era lo que ella había elegido.



Continuará...

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