Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

14 de diciembre de 2011

capitulo 35 /¡No has podido hacer esto!/


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!



TITULO: LACASITOS DE COLORES




capitulo 35 <¡No has podido hacer esto!>


Tres días llevaba sin saber nada de mi amiga. Y ese día, me encontré a Dani por la calle. Pude ver que cuando él me vio trató de camuflarse entre la gente, de pasar desapercibido. Pero me paré a hablar con él.
-Hola-le dije con una gran sonrisa
-Hola ¿Qué tal? Tengo un poco de prisa-me mintió
-Bueno, solo quería preguntarte si sabes algo de Berta
En ese momento la cara de Dani fue todo un poema-¿Por?
Esa pregunta me sorprendió-Pues…tú eres su novio y hace tiempo que no la veo y no me contesta a los mensajes…
Dani asintió-Es que está pasando una mala racha, yo le digo que estás bien, y seguro que ya te llamará después
Asentí-Pero… ¿Necesita mi ayuda?
Dani negó rotundamente-Eh-se quedó pensativo-Me ha dicho que quiere estar sola
-¿De verdad?
Dani asintió-que sí, que si-empezó a ponerse nervioso y se lo noté-bueno que tengo prisa ¿Eh? Venga, hasta luego-Se fue a paso ligero.

Me quedé observándolo, la verdad es que no me había gustado como me había tratado, Dani no era así, y se había puesto nervioso cuando le había preguntado por Berta. Justo en ese momento, Ángel me llamó al móvil. Me dijo que había comprado unas cosas para comer y que si me apetecía irme a comer con él. Yo le dije que vale, me parecía buena idea.
Así que, me dirigí a su casa, estuvimos comiendo muy a gusto los dos, y entonces de repente, tuve un presentimiento. Me levanté de la silla y miré a Ángel muy asustada.
-¿Qué pasa?-Me preguntó al verme
-Ángel…tengo que irme
-¿Por qué?
Agaché la cabeza-Espera…tú te vas a venir conmigo
Ángel frunció el ceño-¿Por qué? ¿A dónde?
Suspiré-Ángel, a Berta le ha pasado algo, lo sé…
-¿Cómo?
-¡Que si, joder! Que Berta no está bien y tenemos que ir a ver que le ha pasado.

Tras decir esto, cogí mis cosas y abrí la puerta, Ángel corrió a toda prisa de tras de mí. Al llegar a la casa de Berta, llamé repetidas veces al timbre, cruzando los dedos para que Berta abriera la puerta, pero no fue así. Miré a Ángel asustada y él me miró a mí, sin entender muy bien lo que pasaba todavía.
-¿Qué pasa?-Me preguntó
-Ángel, tienes que tirar la puerta abajo
Ángel abrió los ojos como platos-Un momento-hizo una pausa-¿Qué?
Asentí y miré la puerta-Tienes que tirarla-le dije apurada
-No voy a tirar la puerta, Patricia
Asentí-Tírala-le grité, los nervios estaban pudiendo conmigo
-Patricia, seguro que Berta ha salido y por eso no abre, porque no está en casa, no voy a tirarle la puerta, para que luego venga…me la cargo yo.
Histérica, le cogí de la camiseta y lo estampé contra la pared-Mira idiota, o tiras tú la puerta abajo o la tiro yo
Ángel me separó con delicadeza y asintió-¡Está bien! Yo la tiraré.
Empezó a darle golpes y más golpes a la puerta, pero esta se forzaba a romperse o a abrirse. Le ayudé todo lo que pude y al final, lo conseguimos.
Al entrar, Ángel se quedó parado en la puerta y me miró-¡Que mal se huele! ¿No?
Asentí y me tapé la nariz con la mano-La verdad es que si
Avanzamos lentamente por el pasillo-¡Berta!-le llamó Ángel, pero no hubo respuesta.
-¡Berta! ¡Soy Patri!-le grité yo-¿Dónde estás?
-Seguro que hemos roto la puerta para nada, Patricia-me dijo en voz baja, como si fuéramos a molestar a alguien.
-¡Berta!-volví a gritar. Entonces me asomé al salón, todo estaba oscuro, pero entre la sombra distinguí una silueta sentada en el suelo. El corazón me dio un vuelco y le agarré con fuerza la mano a Ángel-¡Es ella! ¡Está ahí!-le dije en un susurro
Ángel la buscó-¿Dónde? No veo nada
-Ahí-le dije señalándola. Entonces Ángel la vio.
-¡Berta!-le dijo, somos nosotros ¿Te pasa algo?
Cada vez el olor era más fuerte, entonces, me agarré la mano a Ángel con tanta fuerza que este gritó de dolor.
-¿Qué pasa?
Le miré muy asustada y después miré la sombra de mi amiga-¡El olor!-le dije sin más. Eso solo hizo falta para que Ángel me entendiera, este me devolvió el apretón en la mano.
-¡No!-dijo en un susurro
Asentí y con la mano que no cogía a Ángel le di al interruptor. Preferiría no haberle dado nunca a la luz, pues vi algo horrible. Berta estaba sentada en el suelo, apoyando la cabeza en la pared, el suelo estaba lleno de cristales, y había unas flores marchitas en el suelo.
-Joder-dijo Ángel-¡qué fuerte!
Le solté corriendo la mano a Ángel y con los ojos llenos de lágrimas me acerqué al cadáver de mi amiga. Le toqué el hombro, como tratando de despertarla, pero si la movía, su cuerpo se deslizaba por la pared, cada vez más abajo. Estaba fría.

No pude evitar pegar un grito ahogado. Ángel corrió a quitarme de al lado de Berta, me ayudó a levantarme y nos envolvimos en un gran abrazo.
Yo no podía parar de llorar, cuando me separé de Ángel, quería mirar de nuevo el cuerpo de mi amiga, pero Ángel no me dejó, me cogió y volvió a abrazarme y entonces, me sacó de allí sin dejarme volver a mirar. Salimos a la calle y me sentó en los escalones, trató de calmarme un poco, aunque no lo consiguió.
Se sacó el móvil del bolsillo y llamó a la policía y a la ambulancia. Estos no tardaron en llegar, también vinieron acompañados con un grupo de psicólogos que lo primero que hizo fue venir a ver como estaba yo.

-¿Te encuentras bien?-me preguntó una chica sentándose a mi lado
Ni la miré a la cara, no podía reaccionar, tenía la imagen de Berta en mi cabeza en ese momento.
-¿Estás bien? ¿Necesitas algo?-me preguntó. Pero yo seguía sin moverme, sin pestañear, apenas me salían las lágrimas. La chica me cogió del brazo y me levantó, me metió a la ambulancia-¿Cómo te llamas?-me preguntó una vez sentada dentro.
-Patricia-dije al fin
-Dime Patricia ¿Qué sientes ahora mismo?
Negué con la cabeza-No quiero hablar
La chica me asintió-debes hablar, Patricia. Lo que no puedes hacer es quedarte callada. Tienes que expresarte, si no, será peor. Cuéntame.
-Era mi mejor amiga-le dije-éramos como hermanas-miré a la mujer a los ojos-ella no se merecía un final así
La psicóloga me cogió una mano
-Si la hubieras visto-le dije-allí sentada en el suelo…-en ese momento empecé a llorar y los gritos de Ángel se escucharon en la calle, me estaba llamando. La psicóloga salió y le dijo que estaba con ella. Ángel quiso entrar conmigo. Se sentó a mi lado y me dio un beso en la mejilla.
-¿Su pareja?-Le dijo la chica
Ángel negó y me miró, yo estaba totalmente pálida, con la mirada perdida en el suelo.
-¿Estás bien?-me preguntó
Negué con la cabeza y le di un abrazo, lo necesitaba, necesitaba notarle cerca, tener su apoyo.
-Tienes que ayudarla mucho-le dijo la psicóloga-¿Tú estás bien?
Ángel asintió-Un impacto muy fuerte, pero sí, estoy bien
-Si necesitáis ayuda, solo tenéis que venir a la consulta ¿De acuerdo?
Ángel asintió y nos bajamos de la ambulancia. Un coche fúnebre estaba aparcado en la puerta y unos hombres sacaban el ataúd de la casa.
No podía ver aquella escena, me giré y me abracé lo más fuerte que pude a Ángel.
-Tranquila-escuché que Ángel me dijo y seguidamente me abrazaba fuertemente poniéndome una mano en la cabeza.

Metieron el ataúd al coche fúnebre y entonces, cuando ya no podía ver nada, Ángel me soltó y yo me giré para mirar, las lágrimas caían por mis mejillas sin parar. La psicóloga me miraba desde la puerta de la ambulancia, para en cualquier momento que lo necesitara, intervenir.
Apoyé la mano en el cristal del coche y agaché la cabeza, era como mi despedida.
Enseguida Ángel llegó y cariñosamente me puso una mano en el hombro. Yo le miré y él me dio un beso en la mejilla.
-Venga, vámonos de aquí ya ¿vale?
Asentí con la cabeza y nos fuimos.

Tras la muerte de Berta, Ángel estaba más cariñoso conmigo, estaba muy atento y no quería que me faltase de nada. Me sentía bien por su trato, pero me quería morir al recordar que Berta ya no estaba. Podría superarlo, pero me llevaría muchísimo tiempo asumirlo. Después del entierro, esa misma noche, empecé a pensar y a pensar. Y llegué a la conclusión de que ese mismo día le había preguntado a Dani y este se había puesto muy nervioso.
Me levanté de un salto de la cama, con los ojos abiertos como platos y la respiración agitada.
-No puede ser-dije mientras me llevaba la mano a la cabeza-¡Dani no! No has podido hacer esto…
Entonces me di cuenta de que sí, sí que había podido hacerlo perfectamente, ya que no paraba de pegarle y maltratarle, y claro, al final, pasó lo que tenía que pasar.
Cogí el móvil y llamé a Ángel. Este me respondió con voz de dormido.
-Ángel lo siento, no quería despertarte pero es que…
-No pasa nada, dime ¿Qué pasa, guapa?
-Estaba pensando y… ¡Dani!-no pude decir nada más, estaba demasiado nerviosa
-¡Tranquila!
-Dani, Dani ha matado a Berta
-¿Cómo?
Asentí-Que sí, que fue él…
-No puedes acusar a una persona sin tener pruebas
-Tengo más que suficientes…y Berta no lo hizo, pero este se va a cagar conmigo, vamos que si se va a cagar-hice una pausa-además, es lo que mi amiga tenía que haber hecho desde un principio. Ángel ¿Me acompañas a la comisaría?
-¿Qué? ¿Ahora?
-Sí, me da igual que sea tarde, voy a ir ya…
-Está bien, paso a recogerte, no te vayas
Colgué y me fui a vestir para ir a denunciar al hijo de puta de Dani.

Continuará...

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