Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

1 de diciembre de 2011

capitulo 24 /Me gusta mucho ese olor/


AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


INCLUYE UNA FOTO.

TITULO: LACASITOS DE COLORES


capitulo 24 <Me gusta mucho ese olor>


Berta estaba preocupada, aquel día presentía que algo malo estaba a punto de pasar. Dani le había dicho que ya estaba mejor con lo de las drogas, que no las había vuelto a probar, pero había algo que le decía a Berta que era mentira, que no estaba mejor. Berta estaba en la cocina cuando escuchó que su móvil empezó a sonar en el salón, fue corriendo a cogerlo, era Dani. Al contestar, nadie respondió al otro lado, pero él no había colgado.

-¿Dani?-nada sonaba. El corazón de Berta dio un vuelco, sabía que algo le había pasado-¡Dani! ¡Respóndeme!
Al no escuchar nada, Berta agarró las llaves y salió corriendo de su casa.
Aquello fue intuición femenina, empezó a correr y a correr, siguiendo a su instinto, algo le decía que tenía que ir por ahí. Y no se equivocó. Encontró a Dani tirado en el suelo, con los ojos en blanco y con palpitaciones. Berta corrió hacia él gritando su nombre. Se paró a su lado y le dio unos golpecitos en la cara, Dani no respondía y mi amiga empezó a ponerse muy nerviosa. Vio que tenía el móvil en la mano y que estaba llamando a su móvil aún. Se lo quitó y miró a Dani a los ojos, había intentado pedirle ayuda.

-¡Dani!-le gritó mientras le daba golpecitos en la cara. Dani soltó un pequeño sonido. Apenas podía abrir los ojos-¡Joder Dani! ¿Qué has hecho?-Berta miró a todos lados y no había nadie en la calle que pudiera ayudarla-¡Socorro!-gritó. Al ver que nadie pasaba por la calle, cogió el móvil de su novio y llamó a una ambulancia.
No pudo evitarlo, al ver a Dani así entre sus brazos, empezó a llorar. No podía entender como estaba tirando su vida a la basura de esa manera.
La ambulancia no tardó mucho en llegar, lo primero que hicieron fue coger a Berta en peso y alejarla de su novio. Berta no paraba de llorar, apenas tenía fuerzas. Se sentó en el suelo y contempló como los médicos se llevaban a Dani en una camilla. Después un chico joven se acercó a Berta y le puso una mano en el hombro.

-¿Es usted familiar suyo?-le preguntó. Berta se limpió las lágrimas y le asintió
-Soy su novia
-¿Qué ha pasado?
Berta respiró hondo-Creo que va de drogas hasta las cejas-dijo muy triste
El chico asintió-No te preocupes, se pondrá bien-le tendió la mano para ayudarla a levantarse, Berta le miró a los ojos y él le sonrió
-¿Vienes con nosotros en la ambulancia?
Berta asintió y con la ayuda del chico se levantó. En todo el camino, ella no paró de llorar, le dolía no poder ayudar a su novio. Se lamentaba en lo más profundo de su corazón. Cada vez que le miraba, allí en la camilla, sin moverse, respirando por un tubo, con los ojitos cerrados, no podía evitar dejar caer una lágrima por sus mejillas.

-¿Qué has hecho Dani, amor?-se decía para ella mientras le miraba-¿Cómo has podido meterte en ese mundo?

Al llegar al hospital, bajaron a Dani corriendo y se lo llevaron a una habitación, a Berta la acompañó el chico que le había dicho que si se iba con ellos. Aquel estaría con ella si lo necesitaba. La sentó en la sala de espera y él se sentó a su lado, la verdad es que era un chico muy atento.

-¿Quieres tomar algo?
Berta negó con la cabeza-No, muchas gracias
-No me cuesta trabajo traértelo
Berta le miró-Gracias, no, no me apetece nada en este momento
Hubo un rato de silencio y de repente el chico le miró-Se pondrá bien
Berta sonrió de lado-Eso espero
El chico asintió con la cabeza-Ya lo creo que sí, está en buenas manos.
Mi amiga respiró hondo y fijó su mirada en sus pies
-Se irá pronto, mañana estará fuera
-¿Mañana? Tendré que pasar la noche aquí…
El chico negó con la cabeza-¿Cómo vas a dormir aquí, mujer? Él estará bien, y que tú te quedes aquí no va a cambiar su estado. Es mejor que te vayas a descansar a casa
Berta asintió, el chico tenía razón.
-Lo que pasa es que…recibí su llamada y salí corriendo de casa, solo tengo las llaves, no tengo ni el móvil, ni tengo dinero para volver
El chico le sonrió-Tranquila-se miró el reloj-Yo salgo de trabajar a las ocho, yo te puedo acercar a casa
Berta le miró a los ojos-¿De verdad?
Él asintió-claro, no te voy a dejar que te vayas andando
Ella sonrió-Muchas gracias
-Ahora tengo que irme, pero me pasaré por aquí de vez en cuando para ver como estas ¿Vale?
Berta asintió
-Nos vemos aquí a las ocho
-De acuerdo

El chico se fue y Berta se quedó con una sonrisa de tonta en la cara. Le gustaría haberme llamado, pero se dejó el móvil. Quería contarle esto que había pasado a alguien, quería desahogarse y no podía, así que, empezó a llorar ella sola, en silencio, procurando no llamar mucho la atención.

Ese mismo día, yo volví a quedar con David, mi amigo. Pero esta vez, me lo llevé a mi casa. Le invité a comer allí. No me apetecía salir después de lo que había pasado la otra vez en la calle con Ángel. Era un idiota, se había comportado muy mal al verme, y eso que llevábamos mucho sin vernos. Aquello me demostró que él no tenía tantas ganas de mí como yo de él. Y la verdad es que me sentó muy mal tener que rechazarle. Abrí la puerta y David apareció con su sonrisa al otro lado.
-Hola ¿Qué tal?-me dijo nada más verme-No estará tu amigo este gamberro
Sonreí desviando la mirada-Anda pasa-le dije haciéndole un gesto con la cabeza. David entró y se quedó mirando mi casa. Le dio un repaso de arriba abajo.
-Qué bonita, me gusta-me miró y le regalé una sonrisa-Tienes buen gusto para decorar
-Gracias-le dije andando hacia el salón. La mesa ya estaba puesta, solo quedaban algunas cosas-Siéntate donde quieras David-Cuando vi que se sentó, yo fui a por las cosas que faltaban. Al volver al salón, él me miró con una sonrisa
-Y que bien huele, me gusta el olor de tu casa
Le miré frunciendo el ceño-¿El olor de mi casa? No, no tengo ambientadores, ni he echado nada para que huela
David respiró hondo, para volver a oler ese olor que tanto le gustaba-No, se huele muy bien, un olor que me atrae, es muy agradable.
Sonreí y me acerqué a él para ponerle un vaso, al hacerme hacía atrás, me cogió del brazo. Nuestras miradas se quedaron congeladas por un momento y yo le sonreí de medio lado sin entender que pasaba.

-Eres tú
Fruncí el ceño-Eh, sí, soy yo-solté una carcajada, al igual que él.
-No boba, eres tú la que huele así de bien
Sonreí rezando para que no me hubiese puesto colorada como un tomate-gracias
-Me gusta mucho ese olor-dijo soltándome del brazo y mirándome con una mirada que me hizo pensar
Cenamos mientras hablábamos de la vida de David, yo no paraba de hacerle preguntas, parecía una maruja. Pero a David parecía no molestarle, sino todo al contrario, le gustaba que le hiciese preguntas, y en cada respuesta se tiraba hablando una media hora.

Acabamos hablando en el sofá, con la mesa sin recoger y una copa en la mano.
Ahora era David el que me preguntaba sobre mi vida, quería saber más de mí, llevaba mucho tiempo sin saber que era de mi vida. Sin darme cuenta le conté casi todo, al igual que sin darme cuenta ya llevaba unas copillas de más.
Ahora a cada palabra que decía, me entraba la risa floja, no sabía porque me reía exactamente, solo sabía que me hacía mucha gracia cualquier tontería.
-Se te va a caer la copa-me dijo David al ver que cuando me reía, inclinaba mucho la copa. Miré la copa y solté una carcajada
-No pasa nada, luego lo limpio si se cae, no pasa nada ¿Verdad?
David se encogió de hombros, me miró y me quitó la copa de la mano-No deberías de beber más
Solté una carcajada-¿Por qué? Vamos…estoy bien
David negó-No, no estás bien, Patri. Para de beber ya
Fui a coger la copa de nuevo, pero David me dio un manotazo, le miré seria y él también me miró seriamente, de repente y sin esperármelo, tenía a David besando mi boca. Le cogí del cuello y le seguí el juego, nos dimos un fogoso beso, pero enseguida reaccioné y me separé bruscamente.

-¿Qué haces?-grité limpiándome los labios
-Pues, besarte… ¿No te gusto?
Negué rotundamente con la cabeza. David me miró
-Me dices que no ¿Por qué estas nerviosa?
Negué de nuevo-No, te digo que no, no me gustas David
David desvió la mirada-Lo siento, pensé que…
Le miré mientras me reía-Además, tengo novio ¿Sabes?
En ese momento a David se le rompió el corazón en mil pedazos-¿Cómo?
Asentí-que sí, que tengo novio
David se tapó la cara, estaba avergonzado-joder, joder, lo siento, de verdad, ahora…no sé qué decir
Le miré a los ojos-Y era el gilipollas ese que vimos en la calle el otro día
Al escuchar esto, David abrió los ojos como platos-¿Era él?
Asentí-lo que pasa es que ahora estamos peleados y…bueno, él es un poco agresivo, pero ya está
-Espero que lo arregléis pronto
Me encogí de hombros-No sé yo…creo que esto va para largo
-¿Por qué?
Agaché la cabeza-bueno, él no paraba de tontear con una chica
David me miró con pena-Creo que ese tío no te merece, así de claro te lo digo
Desvié la mirada y respiré hondo-¿y qué hago yo sí me ha robado el corazón, si me tiene locamente enamorada, si ya no sé vivir sin él?
Mi amigo me puso una mano en la rodilla-Patricia, si está tonteando con otra, no te merece, porque no sabe lo que tiene y le da igual perderte, que en parte, es lo que ha pasado, que te ha perdido un poco…te ha alejado de él.
-Es un poco idiota, eso es todo-dije para terminar la conversación
David, algo preocupado, me miró a los ojos y me dijo-No le dirás nada de lo que ha pasado ¿Verdad?
Sonreí y le di unas palmaditas en el hombro-Claro que no, puedes estar tranquilo
-Gracias
-Básicamente, porque antes de matarte a ti, me mata a mí
David sonrió y se levantó-bueno, será mejor que me vaya, aquí ya no hago nada
Le seguí con la mirada y me fui detrás suyo para cerrarle la puerta.
-Muchas gracias por venir
David asintió-me lo he pasado muy bien
-Me alegro
-Hasta luego, Patri
-Adiós David-le dije adiós con la mano y cerré la puerta. Resoplé y fui a recogerlo todo. La verdad es que se me había quitado un poco la borrachera y estaba mejor, aquel beso con David había hecho que me bajara por completo.

Continuará...

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