CAPITULO 34 <¿Te acuerdas?>
La vibración del móvil despertó a Ángel, yo estaba durmiendo abrazada a él. Este, se desperezó y cuidadosamente me apartó la mano y se incorporó en la cama, cogió el móvil y bostezó antes de contestar.
-¿Si?-Dijo en un susurro para que no me despertase.
-¡Ángel!-La preocupada voz de Berta sonó al otro lado del aparato.
-Dime
-Soy Berta, tengo que hablarte de una cosa
Ángel se llevó una mano a la cabeza, le dolía bastante-Berta, no sabes como me duele la cabeza
Berta asintió-Y a mi también, pero más me duele algo que hicimos anoche
Ángel frunció el ceño-¿Qué? ¿Qué hicimos? No recuerdo nada, maldito alcohol…
Berta no contestó
-¿Qué pasó?-volvió a preguntarle en voz baja
-Ángel…ayer, en la discoteca…¿Te acuerdas?
-No
Berta resopló-Joder Ángel. ¿La única que se acuerda de eso soy yo?
-¿Qué pasó?
-Nos fuimos al baño…y, bueno, pasó
Ángel abrió los ojos como platos y me miró, que estaba allí acostadita a su lado, durmiendo como un tronco.
-Que lo hicimos, ahí, contra la puerta del baño…a lo salvaje.
Él negaba con la cabeza y me miraba de vez en cuando, no podía creérselo. Me había engañado.
-No puede ser-fue todo lo que dijo.
-Pues si puede ser, porque pasó, Ángel…
Él cerró los ojos fuertemente y respiró hondo-Vale, me lo voy creyendo, por eso no encontraba al llegar a casa el preservativo que tenía en el bolsillo del pantalón.
-¿Ves? Lo usaste ayer-hizo una pausa-¡Conmigo!
Ángel se pasó una mano por la frente-Joder Berta-me miró durante unos instantes y le pasé la mano por encima, abrazándole en sueños. Él estuvo a punto de llorar al ver ese gesto y al pensar en lo que había hecho.
-Tu te acuerdas pero yo no. Es que no me acuerdo de nada.
Berta respiró hondo-Ángel, aunque no te acuerdes, pasó y…le has puesto los cuernos a Patricia, tío. ¡Conmigo! Es que…
-Berta-le dijo en un susurro-ya, ya está, no digas más
Esta empezó a llorar-Es que ya no voy a poder mirar a Patri a la cara.
Ángel me miró de nuevo y me puso una mano en el hombro, acariciándome lentamente.
-No pienses más en eso, vamos a olvidarlo.
Berta negó-No puedo-gritó
Él se extrañó-Pues tienes que hacer un esfuerzo...
Estuvieron un rato sin hablar y entonces Ángel le volvió a preguntar-Pero…¿Seguro que no me estás engañando?
Berta negó con la cabeza-Que no, que no te estoy engañando, Ángel ¿para qué querría engañarte?-hizo una pausa-oye ¿Se lo vas a contar a Patri?
-No, no voy a hacerlo ¿y tu a Dani?
Berta negó-No, si tu no dices nada yo tampoco, no podemos decirlo, nos matarían a los dos.
Ángel se pasó una mano por la cara-Bueno…pues ya hablamos ¿vale?
Colgó y se acostó a mi lado. Me abrazó y me contempló mientras dormía, pensando en lo que Berta le había dicho, aunque él no se acordaba de absolutamente nada, sentía que me había traicionado. Dejó de abrazarme y me dio la espalda.
Yo seguía feliz en mi mundo y Ángel me ponía una falsa sonrisa, ya que desde que pasó aquello no dejaba de darle vueltas a la cabeza, no podía dejar de estar incómodo conmigo, pero yo no le notaba raro.
-Soy tan feliz contigo-le dije un día. Estábamos en un pasillo de globomedia, él me tenía acorralada contra la pared.
Ángel me regaló una sonrisa-Vas a hacer hoy un programa divertidísimo-me dio un beso y yo le sonreí.
-Más divertidísimo sería si estuvieras tu a mi lado
Ángel sonrió-Pues si, pero…pasó lo que pasó, ya sabes
-¿Volverías?-Le pregunté mirándole a los ojos.
Ángel asintió-claro que volvería, solo para ver esa sonrisa que me regalabas siempre cuando te reías con mis bromas
Le besé-Eres lo mejor de mi vida.
Ángel desvió la mirada, esas palabras se le clavaban en los más profundo del corazón, me vía tan enamorada y él pensaba en lo que me había hecho y se sentía el hombre más asqueroso del mundo.
En ese momento, Berta pasó por allí y nos vio acaramelados, al verla, Ángel se separó de mi.
-Buenos días-le dije
-Buenos días-Dijo ella sin siquiera mirarme a los ojos.
Al pasar por delante, ella y Ángel se miraron fijamente y se siguieron con la mirada. Berta siguió su camino y Ángel se quedó mirándola.
Le cogí de la camiseta y lo atraje a mí-¿No sabes que es de mala educación no saludar a la gente?
Ángel me miró mordiéndose el labio-Bueno, lo siento-me dio un besito.
Más tarde me fui al camerino y Ángel se fue de allí, antes de montarse en el coche, escuchó que alguien le llamaba por atrás, era Berta. Llegó y se paró junto a él. Se miraron a los ojos, muertos de la vergüenza, no se habían visto desde lo que pasó en la discoteca.
-Ángel…
-Dime guapa
Berta le miró con una sonrisa al escuchar lo de “guapa”-tengo que decirte algo
Ángel abrió los ojos como platos-Se lo has dicho a Dani
Ella negó con la cabeza-No se lo voy a contar, Ángel…
-Entonces, dime.
Berta tomó aire, no sabía como empezar-Es que…no sé como decírtelo
-Suéltalo de golpe-le dijo él.
Ella desvió la mirada-No es fácil decirlo…es que, resulta que…
Ángel la miraba fijamente esperando escuchar algo, pero Berta cada vez estaba más nerviosa.
-Me di cuenta desde que pasó eso de una cosa…
-Sí…-le dijo él para que siguiera hablando.
Berta negó con la cabeza y se pasó una mano por la cabeza-No, no puedo decírtelo.
Ángel se encogió de hombros-Bueno…pues como quieras
-Es que, me da vergüenza-hizo una pausa para tragar saliva-Quizá otro día…-Se dio la vuelta y se fue, dejándolo allí con cara de tonto y con la intriga.
Y lo que en realidad quería decirle era que desde que había pasado eso entre ellos, que se había quedado pillada por él, que no paraba de pensar en él y en lo que había disfrutado. Se dio cuenta de que le encantó y que volvería a repetirlo las veces que hiciese falta. Que Ángel tenía algo especial, su mirada, su sonrisa…tenía, algo. Algo que le encantaba y por eso, más le costaba mirarme a la cara porque en cierto modo, sentía algo por mi novio. Dejó pasar el tiempo, pero esa sensación no se iba, y sentía que me lo tenía que contar. Estuvo dándole vueltas antes de hacerlo, sabía que me lo tomaría mal, que dejaría de hablarle, así que se le ocurrió otra cosa…
-Bueno Berta, dime ¿Qué querías decirme?-Estábamos en el salón de su casa, me había sacado unas coca-colas y algo de picar.
Berta me miró sonriente-Verás Patri, es que… es un poco fuerte.
Abrí los ojos como platos-Te escucho.
-Resulta que, hace una semana más o menos…pues, me acosté con un chico.
Me llevé una mano a la boca-¡Que fuerte!-exclamé sorprendida-¡El camarero!
Berta soltó una carcajada-No. ¡Más quisiera! Fue un chico que conocí y…nos fuimos a la cama
No podía creerme lo que me estaba contando-¡Berta! ¿Y Dani?
Berta resopló-Patricia, con Dani no tengo una relación estable.
Negué con la cabeza-Si que la tienes, Berta. Quedáis, os veís, os regaláis cosas, salís a cenar…os acostáis, os queréis…sois una pareja.
Ella se quedó pensando unos segundos y después me miró-Bueno, pues…le he puesto los cuernos entonces.
Negué con la cabeza-es que Berta, de verdad…No me esperaba esto de ti ¿eh?
-¡Si supieras la verdad, amiga, entonces alucinarías mucho más!-pensó.
-Bueno, sigue-dije tras darle un sorbo a mi coca-cola.
Berta tomó aire y me miró a los ojos-La cuestión es que ahora…yo me he quedado pillada por ese chico y me he dado cuenta de que aquello me encantó y que me gustan muchas cosas de él, su sonrisa, sus ojos…
Asentí-Pero ¿Quién te gusta más? ¿Dani o el chico nuevo?
Berta dudó unos instantes-El chico nuevo
Di un sorbo al refresco-Mira Berta, si de verdad te gusta más que Dani, habla con él, queda con él y mira, si funciona, pues adelante.
Berta me asintió-¿Si? ¿Debería de quedar con él?
Le asentí-Pero que sepas que me parece fatal que te acostaras con ese tío
Mi amiga me miró con cara de pena y después me dio un abrazo para intentar disimular las lágrimas.
Le di un beso en la mejilla-Tu queda con él y a ver qué pasa…si vas a ser más feliz, yo me alegro.
-Jo Patri, es que eres un sol-me dio un beso en la mejilla y me frotó la espalda.
-Me lo tienes que presentar ¿eh pillina?-le dije dándole un codazo en el brazo.
Berta sonrió-Me parece que ya le conoces de algo-pensó mientras me miraba sin poder creerse lo que estaba pasando.
Berta sabía que para que ella fuese feliz con Ángel, si todo salía a su favor, tendría que dejar que yo y Dani nos hundiéramos en un mar de lágrimas y de verdad que le dolía pero estaba pasando por una racha de egoísmo donde solo le importaba ella, así que estaba dispuesta a llegar hasta donde hiciese falta.
Continuará...
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