Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

20 de octubre de 2011

Capitulo 34 /Dos meses/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. La única verdad fue que Ángel se fue de SLQH. Algunos diálogos están sacados de la realidad, pero solo los que tienen lugar dentro del plató. Disfrutad!


Capitulo 34 <Dos meses>

Me fui a la cama con una sonrisa, al día siguiente Ángel y yo hacíamos dos meses desde que estábamos juntos y le iba a hacer un regalito y le iba a invitar a cenar a casa. Estaba totalmente convencida de que él también tenía algo bonito preparado, algo mucho mejor que lo mío y que me haría una ilusión enorme, aunque, para ser realistas, me hiciera lo que me hiciese, a mi me iba a gustar igual.
A la mañana siguiente, me desperté de un salto y cogí el móvil. No tenía nada y eso me pareció raro. Ángel era muy atento y pensaba que él sería el primero en felicitarme o en decirme algo.
Le envié un sms “Cariño, en cuanto puedas ven a casa, tengo una cosita que darte”

Ángel no tardó en responderme “¿Qué vaya a tu casa? Bueno, pero ahora mismo no puedo, iré por la tarde”
Me extrañé-¿Cómo que por la tarde? No entendía absolutamente nada. ¿Acaso no tenía las mismas ganas de verme ese día que yo a él?
“Tienes que venir esta mañana”-le respondí.
“Está bien, veré lo que puedo hacer”-fue lo último que me dijo, y esa mañana, no fue a mi casa.
No comí, se me cerró el estómago, no sabía qué coño le estaba pasando a Ángel ese día. ¿No se había acordado de que hacíamos dos meses?
Pasaba el tiempo y Ángel no daba señales, tampoco aparecía por mi casa y yo estaba a punto de llorar, me sentía sola, abandonada, aquello no era lo que yo esperaba de ese día. Yo esperaba mucho más, además es que hasta se me estaban quitando las ganas de llevarlo a cenar y todo, me daba exactamente igual. Si él no se acordaba no tenía por qué ser yo la tonta y la pringada que le diera un regalo sin esperar nada a cambio.
Ese día, no volví a saber nada de él, no apareció por mi casa, no se molestó en enviarme un mensaje al móvil, parecía que me había vuelto invisible.
A las diez, me eché a llorar en el sofá, estaba triste, no entendía que le pasaba a Ángel, tampoco me importaba, solo quería llorar y llorar. Mientras lloraba miraba el regalo de Ángel que estaba encima de la mesa del salón, no sabía qué hacer con él, si tirarlo o guardarlo, pero es que estaba tan enfadada…

Desde que le dije a Berta que lo intentase con aquel chico, quedaba más con Ángel que yo. Una mañana, quedaron para tomar algo en un bar, antes de que Berta tuviera que hacer el programa. Estuvieron hablando de varias cosas y ella le pidió consejo sobre qué tipo de vestido debería de ponerse ese día. Y después le dijo algo para poner a Ángel en duda.
-Ángel…¿a ti Patricia te quiere?
Ángel la miró frunciendo el ceño-¿Por qué me preguntas eso? Claro que me quiere
-¿Te lo demuestra lo suficiente?
Él asintió-Claro que si-hizo una pausa-¿Por qué me preguntas esto?
Berta no le respondió y siguió haciendo ella las preguntas-¿Tu le quieres a ella?
Ángel desvió la mirada-Claro-la miró de nuevo-¿Qué preguntas son estas?
-Si tanto la quieres…¿Por qué te acostaste conmigo?
Él resopló-Berta, no me acuerdo de eso y…si pasó fue por los efectos del alcohol, nada mas…
Berta negó con la cabeza-¿De verdad piensas que ella te quiere tanto como te dice?
Ángel estaba cada vez más nervioso-¿Qué demonios…? ¡Claro Berta! ¡me quiere! ¿No ves que su mirada está llena de amor siempre?
Berta asintió-Patri es una buena actriz
Él la miró con los ojos entornados-¿Qué dices?
-¡El collar!-dijo sin más
Ángel agitó su copa-¿Qué collar?
-¡El de Patri!
Ángel desvió la mirada sin entender nada-¿Qué pasa con el collar de Patri?
Berta negó con la cabeza mientras se reía-¡Que ignorante eres angelito!
Él frunció el ceño y la miró, esperando que siguiera hablando.
-¿Quién le regaló ese collar? Ese círculo dorado tan bonito…
Ángel se quedó pensativo y después miró a Berta-¿Quién?
Ella negó con la cabeza-Joder…-hizo una pausa-¡Carlos! ¡su ex!
Ángel abrió los ojos como platos-¡Es verdad! No me acordaba.
-¿Por qué te crees que lo lleva todavía puesto si ya no está con Carlos?
Berta solo quería hacer ver a Ángel cosas malas, quería romper su relación conmigo, en ese momento Berta no era la Berta que yo conocía, no era mi amiga.
Ángel se encogió de hombros-Porque le gusta
Ella negó con la cabeza-Es un regalo de un ex, las cosas de los ex se guardan…y más si se tiene novio, pero ella lo lleva puesto
-¿y?
Berta agitó su copa-¡Ángel, que aún siente algo por Carlos!
Ángel abrió los ojos y respiró hondo-no, sé que eso no es verdad

Ángel me defendía en todo momento y se negaba a creer lo que Berta le estaba diciendo, al final harto de escucharla le dijo que se iba, que no sabía lo que pasaba aquel día pero que se estaba comportando de una manera muy rara.
Le quitó importancia a lo que Berta le había contado en el bar, no le hizo caso, pero se quedó pensando en porque Berta le hablaba de aquella manera de su mejor amiga. Esa misma tarde decidió ir a mi casa a hablar conmigo sobre lo que Berta le había dicho.
Llamó varias veces a la puerta y yo fuí a abrir con cara de pocos amigos, ni me molesté en mirar por la mirilla, abrí bruscamente y él apareció con su sonrisa al otro lado. Al verle, mi cara de pocos amigos se transformó en cara de odio infinito.
Dio un paso y entró en mi casa, pero inmediatamente yo le pegué un guantazo en la cara tan fuerte que le dejé los dedos marcados en la mejilla. Ángel se llevó la mano a la cara y me miró desconcertado.
-¿Pero que coño te pasa?
Me puse a cerrar la puerta bruscamente, pero él puso las manos y empujó de modo que la volvió a abrir de nuevo. Entró seriamente y con los dedos aún señalados en su cara.
Me miró fijamente-¿Por qué me has pegado? ¿Se puede saber?
Le miré seria, le estaba matando con la mirada-Porque eres gilipollas-le dije sin más.
-¡Ah, muy bonito!
Me di la vuelta y me dirigí al salón, este se vino detrás de mí.
-Porque soy gilipollas no es una respuesta, no es un motivo para que me pegues ¿sabes Patricia?
Al llegar al sofá me di la vuelta y le miré fijamente-¿Por qué no viniste a mi casa ayer?
Ángel se quedó bloqueado.
-¿Por qué no me enviaste ni siquiera un mensaje para decirme que no venías?
Él no sabía que responderme-¿Estas enfadada por eso?
Resoplé furiosa y me crucé de brazos-Ángel, pasaste de mi, me ignoraste completamente, eso a mi no me sentó nada bien-hice una pausa-¿Qué pasa? ¿Ya no te importo? ¿Es eso? Dímelo cuanto antes si es eso y deja de jugar conmigo.
Ángel negó con la cabeza-No, no es eso ni mucho menos-se quedó en silencio unos segundos-Lo siento.
Negué con la cabeza-No me vale solo con un “Lo siento” además te olvidaste de algo.
Él me miró desconcertado y se encogió de hombros.
-¿Qué día era ayer? ¿Qué pasaba ese día?
Ángel se quedó pensativo y al ver que no sabía responderme le grité-¡Cumplíamos dos meses, idiota! Pero ya veo lo que te importa.
Él se llevó una mano a la boca y me miró fijamente a los ojos.
-te dije que vinieras porque tenía una sorpresa para ti-cogí la caja del regalo que estaba aún encima de la mesa del salón y se la enseñé-Pensé en tirarla, pero no lo hice.
Ángel agachó la cabeza, se sentía mal. Yo me senté en el sofá y empecé a llorar.

-Ángel, me molestó mucho lo que hiciste
Él me miraba, allí de pie, sin saber que decirme. Le miré y le tiré el regalo, este le golpeó el pecho y cayó al suelo. Ángel lo cogió, pero no se atrevió a abrirlo.
-Te lo puedes meter por donde te quepa-le dije sin mirarle a la cara.
Él suspiró y fue a sentarse a mi lado-Lo siento Patricia, es que ayer estaba liado-me mintió.
Le miré a los ojos-¿Qué estabas haciendo? ¿Contándote los pelos de las piernas?-dije riéndome de él.
Ángel me miró y me puso una mano en la rodilla. Me limpié las lágrimas que me caían por las mejillas y le aparté cuidadosamente la mano de mi rodilla.
-Se me olvidó, vale, lo reconozco. ¿Qué quieres que haga? ¿Cómo puedo recompensártelo? ¿O me voy a estar arrepintiendo de eso toda la vida?
Le miré a los ojos, sin saber que decirle.
-Perdóname-Me dijo con una cara de pena a la que no podía resistirme nunca. Desvié la mirada al suelo.
-Ni un mensaje, Ángel-dije molesta-Ni un puto mensaje
-Tranquila, mi amor, yo te compensaré de alguna forma-me dijo poniéndome una mano en la rodilla de nuevo, esta vez no se la quité.

Fijé la mirada en el suelo y suspiré, pero no le respondí, al ver que ya estaba un poco menos brusca, Ángel se acercó a mí y me dio un beso en los labios.
-¿Me perdonas?
-Está bien, pero que sea la última vez que me haces esto
Él me asintió y me estrechó contra su pecho.
-Y…perdón por el bofetón de antes-le dije separándome de él.
Ángel negó con la cabeza-Supongo que me lo merecía.
Estuvimos un rato en silencio y de repente, recordando lo del collar que le dijo Berta, me hizo una pregunta.
-Oye, ¿Por qué llevas ese collar?
Lo cogí y lo miré-¿Qué por qué lo llevo? Pues..por que si, un collar…
Ángel frunció el ceño-Te lo regaló tu ex
Lo acaricié y después lo solté-Lo sé
-Y…si ya no estás con él ¿Por qué lo llevas?
Me encogí de hombros-Pues un collar Ángel, un collar…
Él frunció el ceño, y al ver ese gesto solté una carcajada y le pasé una mano por el hombro.
-¡No me digas que estás celoso!
Ángel negó con la cabeza-No…no lo estoy-hizo una pausa-Creo…
Sonreí y le di un besito-Anda tonto, no te comas la cabeza con ese tema.
-¡Esta Berta!-pensó él.

Continuará...

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