Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

3 de octubre de 2011

capitulo 24 /El hombre perfecto/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. La única verdad fue que Ángel se fue de SLQH. Algunos diálogos están sacados de la realidad, pero solo los que tienen lugar dentro del plató. Disfrutad!


Capitulo 24 <El hombre perfecto>

Por la noche, dejaron entrar a Ángel a verme, yo ya estaba mejor y estaba despierta, iba a cenar. Al verle entrar me emocioné, estaba ahí conmigo para lo bueno y para lo malo. Era…una persona increíble.
-Gracias por estar aquí conmigo-fue lo primero que le dije
Ángel me sonrió y se acercó a la camilla-¿Cómo iba a dejarte sola?
Sonreí de lado y le miré agradecida.
-¿Estás bien?-me acarició el brazo.
Le asentí, ya no llevaba las gomas para ayudarme a respirar, estaba mucho mejor que hacía unas horas.
-¿Qué me ha pasado exactamente?
Ángel tomó aire-Me has pegado un susto enorme-me dijo-¿Recuerdas algo?
Hice memoria y entonces le dije-Sí, recuerdo algo…recuerdo que me encontraba mal y que te ponía la mano para que me cogieras…pero nada más.
Él me asintió-Te desmayaste y caíste al suelo
Me toqué la cabeza-Con razón me duele tanto aquí
Ángel sonrió-Sí…Me asustaste mucho, de verdad. Empecé a llorar al ver que no me respondías…
Le tendí la mano y él me la agarró-Lo siento-le dije
Él se extrañó-¿Lo sientes?
Asentí-Siento, haberte asustado.
Él me negó y me besó la mano-No tienes que sentirlo. Para nada, aquello te ha  pasado y ya está. No has podido hacer nada.
Le sonreí-Gracias de verdad por estar aquí, te puedes ir cuando cene.
Ángel me negó-No Patricia, esta noche me quedo aquí contigo

Aquella idea me gustaba porque la verdad es que no quería estar sola, pero no quería que Ángel se quedara a dormir en un incómodo sofá por mi culpa.
-No de verdad, ve a casa y descansa, te vendrá bien
Ángel volvió a besarme en la mano-No, lo que me vendrá bien será quedarme contigo aquí esta noche-me guiñó un ojo y me soltó la mano.
Estuvimos un rato en silencio y entonces yo empecé a preocuparme y empecé a contarle.
-Tengo que hablar con Carlos, mañana tengo que llamarle de nuevo
Ángel respiró hondo. Sabía que en ese momento no me lo podía decir, pero estaba deseando, estaba queriendo con todas sus fuerzas, decirme lo que había pasado, por mucho que le costara hacerlo.
-No pienses en eso ahora ¿vale? Solo piensa en ponerte bien y en llegar a casa
Me incorporé en la camilla y le cogí del brazo-Ángel, mañana es lunes…tengo que hacer un programa
Él me hizo hacía atrás cariñosamente-No Patricia, mañana nos iremos de aquí temprano y tienes que descansar en casa, mañana al menos no irás al programa.
Negué con la cabeza-No, tengo que ir…
-Patricia, sé lo mucho que te gusta, pero tienes que descansar-Me acarició el pelo-¿De acuerdo?
Asentí mientras le miraba a los ojos-Vale
-Además, mañana tengo que hablar contigo sobre algo.
Me extrañé y le miré esperando a que me lo contara, él me negó.
-He dicho que mañana.
Sonreí y le quité importancia cambiando de tema-Ojalá traigan ya la cena, que tengo hambre.
Ángel me sonrió y retrocedió unos pasos hasta sentarse en aquel sofá de la sala. Se quedó mirándome, con tristeza. Pensando en todo lo que me había pasado en tan poco tiempo, pensando en como iba a reaccionar al enterarme de la noticia, pensando que a lo mejor con la pérdida de ese bebé tendría más posibilidades conmigo.
Esa noche Ángel a penas pudo dormir, se pasó la noche entera contemplándome dormir en la oscuridad, pensativo, apenas durmió tres horas. Por lo que a la mañana siguiente, cuando yo me desperté él ya estaba asomado en la ventana.

-¡Buenos días!-le dije tras desperezarme y haberlo visto allí, apoyado mirando las vistas.
Al escucharme, se dio la vuelta y me sonrió-¡Buenos días princesa!
Me desperecé y le miré, aún con los ojos entornados, pues me molestaba la luz de la mañana.
-¿Qué tal has dormido?
Asentí-Bien, aunque podía haber dormido mejor en casa
Ángel me asintió-Claro, eso nos pasa a todos, el cambio de cama
-¿y tu que tal has dormido?
Me asintió con una sonrisa-Bien, muy bien también-me mintió. No quería preocuparme. Se acercó a la camilla-¿Quieres que te traiga algo de desayuno?
Me encogí de hombros-Como quieras.
-¿Qué te apetece?
Me quedé pensativa-un chocolate caliente
Dicho y hecho, a los pocos minutos Ángel llegó con un chocolate caliente para mi. Al poco tiempo, llegó el doctor, me hizo una revisión y nos dijo que ya estaba todo en orden, que podíamos marchar. Al salir por la puerta, dijo.
-Eh, perdone
Ángel se volvió
-¿Puedo hablar con usted unos segundos?
Ángel asintió y miró a Patricia. Yo le asentí y se encerraron en la habitación.
-Dígame-le dijo Ángel
-Supongo que no le habrá dicho nada de lo del bebé
Ángel negó seriamente
-Bien, espero que sea capaz de decírselo de una manera comprensiva, sin dolor.
Ángel desvió la mirada-será difícil, eso no es tema para hacer una  fiesta.
El doctor asintió-Sin duda, pero no dramatice las cosas, si no que la haga ver que no se acaba el mundo, que la vida sigue y que es muy joven aún
Ángel asintió-Se lo diré de la mejor manera posible.
-Y si necesita atención psicológica, aquí tenemos a grandes psicólogos
Ángel sonrió-Muchas gracias por todo

Abrió la puerta y salió, al escuchar la puerta abrirse, me di la vuelta sonriente-¿Todo bien?-pregunté.
Ángel asintió-Todo bien-me pasó una mano por el hombro y continuamos andando. Al salir del hospital, recordé que el día anterior Ángel me había dicho que tenía que hablar conmigo.
-Dime Ángel ¿qué es lo que me tenías que decir ayer?
Ángel me miró algo inquieto y quitó su brazo de mi hombro. No me respondió.
-¿No es el momento todavía?
Ángel se puso tan serio que no me trajo buenas vibraciones.
-Verás Patricia, es que esto no tiene momento, yo creo que nunca va a llegar el momento oportuno para decírtelo.
Me extrañé-¿Qué pasa?
Ángel volvió a pasarme el brazo por el hombro y continuamos andando, en silencio, él no quiso contestarme y yo fui pensando en lo que me querría decir.
Cogimos un taxi que nos llevó hasta mi casa, en la puerta, le dije que no hacía falta que entrase, que ya estaba bien.
-¿De verdad?
Asentí-Muchas gracias por todo, de verdad Ángel.
Él me sonrió-Por ti haría cualquier cosa
Desvié la mirada y abrí la puerta de casa. Fui a despedirme de él, cuando volví a recordar que me tenía que contar algo.
-Ángel-le dije dándome la vuelta-cuéntame eso ya
Él desvió la mirada y tomó aire, le noté nervioso.
-¿Es malo? ¡me da igual!-le dije-solo  quiero saberlo ya…
Ángel clavó sus ojos en los míos y pude leer que sí, que era algo malo. Suspiré.
-¿Me han detectado algo?
Él me negó con la cabeza.
Me crucé de brazos, estaba empezando a ponerme de los nervios.
-¿Entonces?-le dije muy seria. Ángel no dejaba de mirarme a los ojos, no sabía por donde empezar. Así que me cogió de la mano.
-Ven, vamos a entrar, aquí, así, de esta manera no te lo puedo decir.
Entramos y nos sentamos en el salón. Ángel me miró y yo le miré, estaba a punto de llorar.

-Ángel, por favor no me hagas más duro esto, dímelo ya-le dije con lágrimas en los ojos.
Él me cogió la mano y me dio un apretón-Es muy difícil decirte esto ¿vale? No sé como vas a reaccionar, ni sé como te va a sentar…
Me mordí los labios-Dímelo-dije en un susurro-da igual lo que sea, dímelo ya.
Ángel me miró y tomó aire-Está bien-hizo una pequeña pausa y sin mirarme a los ojos me dijo-Has perdido al niño.
Poco a poco le fui soltando la mano, mi cara no tenía expresión en ese momento. No sabía como reaccionar, estaba desconcertada. Le miré horrorizada y me llevé una mano a la barriga.
-Lo siento-me dijo.
Respiré hondo y traté de asimilar lo que me había dicho. Inmediatamente le di un abrazo. Un abrazo fuerte, él me abrazó también fuerte y metió su mano por mi pelo.
-No puedo creerlo-dije separándome de él.
-¿Estás bien?-me preguntó preocupado.
Asentí-Mi hijo…-dije sin más.
Ángel me cogió una mano-Es normal que estés así, es algo muy duro.
-Mucho-dije aún intentando asimilarlo. Le miré-Pero...el destino lo quería así
Él negó-No digas eso, Patricia.
Me encogí de hombros-Es así.
En ese momento el móvil empezó a sonar, estaba encima de la mesa, me solté la mano que Ángel me tenía cogida y vi que era Carlos. Le enseñé la pantallita y me sonrió, como diciéndome que lo cogiera. Y así lo hice, contesté.
-¿Si?
-Patricia-me dijo él.
No le dejé seguir, inmediatamente le dije-¿Ahora si me llamas?-Estaba apunto de llorar.
-Escucha, es que mi chica se ha ido de viaje unos días por cosas del trabajo, que si quieres venir, puedes.
Negué con la cabeza-Me parece tan triste lo que te está haciendo esa desgraciada, tu ya no eres el de antes
Carlos se extrañó-¿Cómo?
-Que no Carlos-empecé a llorar sin saber porque-que no eres el de antes, que esa chica te ha cambiado, que haces lo que ella quiere…¿No te estás dando cuenta?
Carlos se quedó callado por unos segundos-Bueno, dime, tenías que hablar conmigo ¿vas a venir o no?
Me mordí el labio y respiré, tratando de no decirle cosas de las que luego acabaría arrepintiéndome-Pues no, no voy a ir, ya no hace falta.
-Pero…¿qué querías?
Miré a Ángel, pensando, pensando en si contárselo o no, al final decidí que sí, él me lo había echo mal y el desmayo en mayor parte había sido por que él no me había hecho caso.
-Pues mira Carlos te lo voy a decir-hice una pausa-Estaba embarazada
En ese momento ambos nos quedamos en silencio.
-Embarazada de ti, íbamos a tener un hijo
Carlos se quedó sin aliento-Patricia, no me digas eso…¿de verdad?
-Sí…estaba de casi un mes-le conté casi llorando-Pero empecé a agobiarme por unas cosas y otras y ayer sufrí un desmayo y perdí al niño.
Carlos se llevó la mano a la cara-¿Qué me dices?
En ese momento rompí a llorar-Carlos, joder, quería ir a verte para decírtelo, para contarte que ibas a ser padre…
Carlos no podía contestar, estaba llorando y apenas le salían las palabras.
-Pero nada, no quisiste hacerme caso porque la idiota de tu novia se ponía celosa, pues que sepas que parte de la culpa es tuya, he perdido al niño, ya no podemos hacer nada.
-Y…¿Estabas dispuesta a volver conmigo?
Asentí-Sí, lo estaba. Para darle a mi hijo de lo mejor, para que creciera con su padre y su madre-hice una pausa en la que solo escuché a Carlos sorbiéndose la nariz-Pero nada…te deseo lo mejor con tu chica y otra cosa… ¡Vete a la mierda!-le colgué.

Nada más colgar, empecé a llorar profundamente y Ángel me dio un abrazo y un beso en la cabeza. Él siempre estaba ahí para ofrecerme un hombro en el que llorar y eso era lo que me gustaba tanto de él. Que pasara lo que pasara siempre estaba ahí y siempre tenía consejos para darme. Buenos o malos. Por cosas como esa, muchas veces me había preguntado. ¿Era Ángel el hombre perfecto?

Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario