Capitulo 32 <El camarero>
Al llegar, la cara de Dani era de pocos amigos, ambos estaban apoyados en una mesa que había fuera. Berta no dijo nada, no estaban molestos en realidad, pero Dani fingió que si.
-¿Se puede saber que horas son estas de llegar?-nos dijo muy serio y mirándonos de una manera escalofriante.
-Perdona tío, es que…
-Es que no-le interrumpió-Si hemos quedado hace media hora, deberías de estar aquí puntuales y no ahora…
Ángel me miró y yo le miré-Perdona-le repitió.
En ese momento Dani soltó una carcajada y le puso una mano en el hombro-Que no pasa nada, tío, que no pasa nada.
Ángel sonrió nerviosamente y nos echamos una mirada de complicidad, respiró aliviado al ver que no tenía que explicarles porque habíamos llegado tarde.
Entramos al Bar y nos sentamos en pareja, Berta estaba delante de mí. Nos pusimos a hablar las dos de nuestras cosas y ellos se pusieron a hablar de las suyas.
-Oye ¿has visto como está el camarero?-me preguntó Berta
Abrí los ojos como platos, al ver que se estaba fijando en otro hombre, me hice hacia delante-Tía, córtate, que está aquí Dani
Berta hizo un gesto con la mano de que le daba igual-Si no se entera, están hablando…mírale, mírale-me dijo subiendo y bajando las cejas.
Me di la vuelta disimuladamente para mirarle y después miré a mi amiga con una sonrisa, ella subió las cejas esperando una respuesta.
-¡Está como un queso!
-¡Patricia, que tienes novio, córtate!-me dijo imitándome
Solté una carcajada y me mordí el labio.
-¡No me digas que no está para pasar una buena noche a solas con él!
Resoplé-uff, no lo sabes tu bien-en ese momento pasó por nuestro lado y las dos nos quedamos mirándole como tontas-¡Que ojazos que tiene!
Berta me miró-¿Ah si? Pues es que con ese culo no me he fijado en los ojos
Me reí bruscamente.
-Ojalá nos atienda a nosotros-Dijo con la mirada perdida.
En ese momento los chicos terminaron su conversación y nos miraron.
-¿De que habláis rubias?-preguntó Dani.
Berta y yo nos miramos-De la economía del país-Respondió Berta. Yo estuve a punto de soltar una carcajada, pero lo dijo tan seria que no sabía si se lo estaba diciendo de verdad o le estaba tomado el pelo.
Decidimos lo que íbamos a pedir y cuando ya lo teníamos claro, vino el camarero, y sí, vino el guapo. Berta me dio una patada por debajo de la mesa y yo sonreí mirando la carta.
-Hola, buenas noches ¿qué van a tomar?
Dani y Ángel pidieron lo suyo.
-¿Y vosotras?-Preguntó él.
Miré a Berta para que pidiera ella antes y entonces al hablar se trababa. Estaba nerviosa, la miré alucinando, y tuve miedo por si a mi me pasaba lo mismo. Después de un rato intentando decirle lo que quería, se lo dijo. Yo pedí lo mío sin problemas.
El camarero nos trajo la cena y mientras cenábamos, Berta estaba como loca buscando al camarero, cuando pasaba por delante nuestro, me pegaba una patada por debajo de la mesa y yo miraba.
Ángel y Dani empezaron a hablar de coches y esa conversación iba para largo, así que Berta y yo empezamos a hablar de nuestras cosas y ese tema de conversación fue a parar de nuevo, en el camarero.
-Berta ¿me tengo que preocupar?-le pregunté viendo que estaba demasiado loca con el camarero.
Berta me miró a los ojos-Si es que le hacía de todo a ese hombre.
Miré a Dani, pero este estaba demasiado flipado hablando de un ferrari. Le cogí la mano a Berta y nos miramos a los ojos.
-¿Lo compartimos?-me preguntó
Agaché la cabeza-Berta, no es eso lo que te iba a decir
Ella se rió tímidamente-Déjalo ya, no le mires más, no le hagas caso…me estás preocupando.
Berta lo siguió con la mirada de nuevo cuando pasaba por nuestro lado y este se paró en nuestra mesa. Berta me soltó de repente la mano.
-¿Os falta algo?
-Sí, a ti-pensó Berta
-No, estamos bien, gracias-le dije
El camarero miró a Berta que esta le miraba en ese momento con la baba colgando y le regaló una dulce sonrisa acompañada de un guiño.
Cuando se fue, Berta me miró mordiéndose el labio-¡Patricia! ¿Le ha visto, no?
Asentí lentamente-le he visto, Berta, le he visto
-¡Que quiere algo conmigo!
Solté una carcajada-Solo te ha guiñado un ojo
-Pero me lo ha guiñado a mi-dijo dándose palmaditas en el pecho-¿Por qué no te lo ha guiñado a ti? Además en las veces que ha repartido a las mesas no ha hecho eso
-¿Cómo lo sabes?-le pregunté extrañada
-Porque no le quito el ojo de encima
En ese momento, Dani la cogió de la cara y le dio un beso. Berta me miró como avergonzada e inmediatamente buscó al camarero para asegurarse de que ese beso no lo había visto, pero no le vio por ningún sitio. De repente, Ángel también vino y me dio un beso, yo se lo devolví y le dí un beso mucho más profundo. Dani nos miraba con una sonrisa y al separarnos le vimos ahí, mirando.
-¡Que pareja más bonita!-nos dijo
Yo le sonreí y Ángel contestó-La bonita es ella.
-Ooooh-dijo Dani
-Yo, voy un momento al baño-Dijo Berta levantándose. La miré con los ojos entornados, sabía a donde iba, en busca del camarero. Me sonrió y se fue.
Entró al baño toda desilusionada porque no había visto a ese chico tan guapo, pero al salir, se lo encontró apoyado en la pared, al lado de la puerta, no se lo esperaba, por lo que el corazón le dio un vuelco y a penas supo como reaccionar. Él la miró y le sonrió, ella hizo lo mismo.
¿Qué vas a hacer ahora Berta? ¿Te vas a ir sin decirle nada?-pensó mientras le miraba. De repente, él se acercó a ella y el corazón a Berta le dio un vuelco, votaba como loco.
-Hola
-Hola-le dijo ella. Más nerviosa no podía estar.
-¿Te puedo hacer una pregunta?-dijo acercándose más a ella.
Berta le miró a los ojos, asustada, por si se lanzaba a besarla allí en medio.
-Di…dime-Consiguió decirle.
-¿Me puedes decir como se llama y el teléfono de tu amiga?
En ese momento Berta se quedó con la boca abierta, le miró de arriba abajo con asco y dio un paso atrás. Miró a la mesa y en ese momento Ángel y yo nos estábamos besando-¿De que amiga? ¿De la que le está comiendo la boca a su novio?
El chico miró y se quedó bloqueado
-Vete a la mierda, gilipollas-le dijo dándose la vuelta
-Lo siento
Berta se dio la vuelta-Yo que me pensaba que me ibas a pedir el mío…¡Capullo!
Él se abrió de brazos y Berta llegó toda enfadada a la mesa. La miré frunciendo el ceño.
-¿Se puede saber que te pasa?-le pregunté, me pensaba que ella se había lanzado y que él la había rechazado o algo así.
Berta me miró con mirada de pocos amigos y pasó de mí.
Me encogí de hombros-Bueno, ya me lo contarás después…
Seguimos cenando, porque en aquella cena, esa noche, iban a pasar montones de cosas, buenas y no tan buenas…
Continuará...
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