Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

13 de octubre de 2011

capitulo 30 /¿Que somos?/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. La única verdad fue que Ángel se fue de SLQH. Algunos diálogos están sacados de la realidad, pero solo los que tienen lugar dentro del plató. Disfrutad!


Capitulo 30<¿Qué somos?>

No podía creer todo lo que le había dicho a Ángel aquel día, pero realmente lo sentía y pensaba así. Desde entonces no volví a saber nada de él, parecía que la tontería se me había pasado, que ya estaba más alegre y que lo daba todo en el programa. Por unos días Ángel salió de mi cabeza, ni me acordé de él, pareció que de la noche a la mañana le olvidé por completo. Ahora…sonreía a la vida, cuando me encontraba con Berta por el pasillo, me paraba siempre a hablar con ella un rato, cuando antes, cuando estaba enfadada no lo hacía, antes pasaba de todo el mundo. Las cosas me estaban yendo bien, quizá era lo que necesitaba, olvidar a Ángel y empezar otra vida, a lo mejor el destino no quería que estuviéramos juntos, a lo mejor me esperaba otro hombre mucho mejor que él.

Una mañana, iba yo con una sonrisa puesta al camerino cuando por atrás, a lo lejos, escuché la voz de mi amiga que me llamaba, al darme la vuelta la vi venir corriendo gritando mi nombre y se paró delante de mi, fatigada.
-¿Por qué corres tanto?
Berta me miró intentando tragar saliva-Escucha…tengo algo que decirte.
La cogí del brazo y le hice que respirase con normalidad, cuando tuvo de nuevo aliento, me miró con una sonrisa.
-Amiga…Ángel ha roto con su novia-Me dijo sin más.
Mi cara era de felicidad en ese momento y mi sonrisa no podía ser más grande. Le solté el brazo y agaché la mirada.
-¿De verdad?-pregunté poniéndome el pelo tras la oreja. Berta asintió con la cabeza
-De verdad, te lo juro.
Sonreí y le dí las gracias por contármelo, me fui con una sonrisa aún más grande a mi camerino.

Al terminar uno de los mejores programas que había hecho en mucho tiempo, me cambié de ropa y busqué mi móvil en el bolso, tenía un mensaje de Ángel. Lo abrí con una sonrisa. “Lo he hecho, la he dejado”. No decía nada más. ¿Qué quería? ¿Qué fuera yo la que le dijese de salir? ¿La que le dijese que muy bien y que le quería? ¡No! Yo no iba a hacer eso. Pasaron unos días y yo estaba dudosa, no sabía si quedar con Ángel o no hacerle caso.
Una tarde, me llegó un mensaje, por fin me lo pedía, me decía de quedar un día.
Estuve dispuesta a hacerlo, le dije que si, y esa misma noche quedamos en un bar de las afueras de Madrid.
La verdad es que esa noche no me arreglé casi nada, y cuando vi llegar a Ángel, le vi diferente, estaba más guapo, se había hecho algo y no sabía que se había  hecho exactamente.
Le vi llegar a lo lejos, yo esperaba en la puerta, parecía que tenía luz propia. Nos dimos dos besos.
-¿Qué tal? ¿Llevas mucho rato esperando?-me preguntó
Negué-No, acabo de llegar hace nada
Me miró de arriba abajo-¡Estás preciosa hoy!
-Gracias, no me he arreglado mucho
Ángel me asintió-Lo sé, pero así, sencillita es como más me gustas.
Desvié la mirada, rezando para que no me hubiera puesto colorada.

Entramos a cenar, la verdad es que la cena fue un poco subida de tono por parte de Ángel, yo algún piropillo que otro le dije, pero no tantos como él. Estaba revolucionado, estaba contento, estaba…ansioso de mí.
Le miré con una sonrisa-¿Qué pasa? ¿Que el tiempo que estuviste con tu novia no te dio de lo que necesitabas?-le pregunté incorporándome en la mesa, hacía él.
Ángel sonrió y dio un trago a su copa-¿Tengo que contestar?-Me dijo incorporándose también, ambos nos quedamos mirándonos a los ojos.
-Sí-le dije mordiéndome el labio.
-Me lo daba…me lo daba…
Fruncí el ceño y le miré a los ojos.
-Pero no me saciaba-continuó.
Me hice hacia atrás y cogí mi vaso, le miré con una mirada picarona y bebí.
Pagamos y salimos al aparcamiento. Yo estaba hablando con él apoyada en mi coche, y él cada vez estaba más cerca, me miraba con una mirada fogosa, y una sonrisa que decía todo. Cada vez estaba más cerca, cada vez hablaba más pegado a mí, hasta que finalmente sus labios se encontraron con los míos en un fogoso beso, para nada le rechacé, si no que estaba deseando que se lanzase, le alcé los brazos al cuello y le seguí el juego. Sin separarnos, Ángel me pasó la mano por debajo de la camiseta y yo se la quitaba constantemente, no quería que subiera allí enmedio la temperatura. Pero por suerte o por desgracia, la temperatura subió, Ángel abrió como pudo la puerta trasera del coche y nos metimos, sin dejar de besarnos. Al ser consciente de que estaba tumbada en el asiento trasero de mi coche, separé a Ángel un poquito de mí y le sonreí.
-¿Qué está pasando?
Él me devolvió la sonrisa-No sé, pero me encanta
Miré a todo lados-Aquí no Ángel
-¿Por qué? ¿No te da morbo?
Quiso venir a besarme pero le aparté-Escucha, nos vamos a mi casa y allí seguimos desatando nuestra pasión ¿de acuerdo?-le propuse
Ángel se lo pensó un momento-yo quiero desatarla aquí-me dijo mordiéndose el labio
-No-dije sin más-En m casa
Me dio un tierno piquito y entonces se quitó de encima. Salimos del coche y nos pusimos bien la ropa.
-Nos vemos en mi casa ¿de acuerdo?
Ángel me asintió, nos dimos un besito y se fue a su coche.

Y exactamente así pasó, disfrutamos esa noche como dos niños pequeños. Y cuando vine a darme cuenta estaba tumbada a su lado, bajo una sábana y entre jadeos.
Nos miramos a los ojos y nos sonreímos, de nuevo lo habíamos vuelto a hacer y de nuevo nos había encantado. Ángel me acarició la espalda.
-¿Y sabes que es lo mejor?-me preguntó
-¿Qué?-Dije apoyando mi barbilla en su pecho para mirarlo
-Que hoy no me pienso ir, huyendo, dejándote sola, por nada del mundo.
Le sonreí y le di un besito en la comisura de los labios-¡Guapo!
Ángel me miró desde ahí arriba, sin dejar de acariciarme-Mira quien habla-dijo sin más.
Estuvimos un rato abrazados, en silencio, nos encantaba ese momento. Cada uno pensando en sus cosas. De repente, Ángel interrumpió mis pensamientos.
-Patricia, ahora…tu y yo ¿Qué somos?
Se hizo un silencio un poco extraño, no era ni incómodo ni cómodo, era un silencio especial.
Le miré de nuevo apoyando la barbilla en su pecho
-Podemos…intentarlo como pareja
Ángel me sonrió, contento de escuchar eso. Nos dimos un beso.
-Claro que si, era lo que esperaba escuchar.
Me incorporé sobre él y Ángel me rodeó con sus brazos. Nos miramos intensamente a los ojos y después, nos hicimos presos el uno al otro en un gran beso.

Continuará...

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