Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

9 de septiembre de 2011

capitulo 6 /La cena/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. La única verdad fue que Ángel se fue de SLQH. Algunos diálogos están sacados de la realidad, pero solo los que tienen lugar dentro del plató. Disfrutad!




Capitulo 6 <La cena>

¿Sabéis cual es esa sensación de que sabes que no tienes que hacerlo pero lo haces? Bien, eso es justamente lo que sentía yo aquel día.
Todos estaban emocionados. Esa noche sería la última cena en grupo. Todos se fueron antes de lo normal a casa, menos yo, que me esperé en mi camerino, escuchando música en mi mp4, canciones tristes, era lo que necesitaba en aquel momento para desahogarme. Cuando la batería empezó a flojear, decidí marcharme. Por los pasillos no había casi nadie, todos se habían ido a casa. La idea de ir a esa cena me aterraba, sabía que al final me lo pasaría bien, pero en casa estaría mejor.

Ángel abrió su armario y se quedó un rato contemplando su ropa, quería elegir el modelito que mejor le sentara, quería estar guapo esa noche, él iba a ser el protagonista y quería que fuera una noche inolvidable.
Se probó todo lo que tenía en el armario, se miró más veces que nunca en el espejo y al final, eligió lo que se pondría. Se dio una ducha rápida, estaba nervioso y quería llegar cuanto antes al restaurante donde habían quedado, quería ser el primero. Una vez duchadito y arreglado, volvió a mirarse en el espejo y se guiñó el ojo así mismo “Estás increíble Angelote”- se dijo-Patricia se va a derretir esta noche-después soltó una carcajada, cogió las llaves del coche y se dirigió al restaurante.
Esperó y esperó hasta que por fin, empezaron a llegar todos. El primero en llegar fue Dani, después llegó Cristina, Paula, Berta…pero yo no aparecí. Ángel los iba recibiendo a todos en la puerta y les decía a la mesa donde tenían que ir, estaba ilusionado. Llegaron todos y Ángel seguía en la puerta, esperando a ver si aparecía. Al cabo de un rato, Berta salió, sin decirle nada le puso una mano en el hombro y Ángel la miró.
-Ángel…¿a quien esperas?
-A ella-dijo con la voz llorosa
Berta negó con la cabeza-Vamos, no va a venir-le acarició el hombro, tratando de consolarle. Ángel miró al frente y evitó que una lágrima cayera.
-Tiene que venir-dijo él convenciéndose a sí mismo.
-Ángel, entra, vamos a pasarlo bien ¿vale?
Él la miró una última vez y como por arte de magia le sonrió, asintió y entró como si nada pasara. Por el camino, se dio la vuelta y le dijo a Berta
-Por cierto, vas guapísima esta noche
Berta le sonrió y le dio las gracias solo con los labios.

A lo lejos, Dani, empezó a aplaudir porque le vio llegar-¡Ese Ángel!-gritó en medio de todo el restaurante. Ángel sonrió un poco avergonzado por lo bruto que era su amigo. Les saludó a todos y se sentó en su sitio. De repente, la sonrisa se le cayó cuando delante de él vio una silla vacía, era mi silla.
La cena fluía bien, Ángel parecía que se había olvidado de que yo no estaba, porque sus carcajadas eran de otro mundo, Dani no paraba de hacer reír y Ángel le seguía la  broma. Berta le miraba sonriente, contenta porque al fin y al cabo estaba feliz y todo estaba saliendo genial. Él le había dicho que se iría si no me veía aparecer, pero no lo hizo, y eso era un gran paso para él.
-¡De verdad chicos, como sois!-dijo Berta entre carcajadas
-Entonces, pues le dije eso y después le rayé el coche-contaba Dani con una sonrisa en la boca
-¡Estás loco!-dijo Ángel con una copa de vino en la mano.
-¡Vamos a hacer un brindis!-gritó Berta emocionada
Todos se miraron y Berta se puso de pie, alzaron las copas-¡Por Ángel Martín, ese pequeñín que ha estado a nuestro lado durante cinco largos años, ese pequeñín que ha marcado un antes y un después en nuestras vidas, ese pequeñín al que nunca olvidaremos! ¡Te queremos Ángel Martín!-gritó sonriente y todos chocaron sus copas.
-Muchas gracias a todos por venir esta noche-dijo Ángel sonriente-la verdad es que mi decisión ha sido dura, pero es lo que quiero
Berta, que estaba sentada a su lado, le dio un abrazo y un beso en la mejilla.
-Mañana tío, ¿qué?-le preguntó Dani
Ángel se encogió de hombros-Pues…un programa mas.
Dani negó con la cabeza-pero mañana no es un programa cualquiera, lo sabes ¿No?
Ángel asintió
-¡Te estamos preparando una, que vas a flipar!-le contó Berta. Ángel la miró sonriente
-No me gustan las sorpresas
-Pero esta te va a encantar-le dijo acariciándole el hombro

¿Sabéis la sensación esa de la que os hablaba antes? Pues como os decía, la tuve, quería hacer algo que sabía que no debía, y lo hice. Fui al restaurante donde estaban cenando, con la idea de que todavía tenía tiempo para convencer a Ángel y que no se fuera del programa, entré y les busqué. Ninguno me vio, les observé desde la lejanía, parecían divertirse. No paraban de reírse y Ángel…Ángel se lo estaba pasando genial. Agaché la cabeza y me dí la vuelta para salir de allí, me alegraba por ellos, pero yo no podía avanzar hasta la mesa y quedarme con ellos, mis ánimos no estaban para aguantar todas esas risas.
Salí afuera y me apoyé en una farola que había. Me quedé pensativa, no sabía lo que debía de hacer en ese momento.

Habían terminado de cenar y Ángel dijo que se iba afuera un momento a fumarse un cigarrito.
-¡Ay el vicio que malo es!-le dijo Berta
Ángel sonrió-Tampoco fumo tanto, solo cuando…estoy nervioso
Berta le miró con los ojos abiertos como platos-¿Por qué estás nervioso?
Ángel decidió no contestar-Que…me voy a fumar-cogió un cigarro y salió afuera. Cuando acababa de salir, se dio cuenta de que no llevaba mechero. Me vio allí apoyada, pero no me reconoció.
-Perdona, ¿Tienes fuego?
Me giré lentamente, con los ojos abiertos como platos, sabía que era él. Al verme, Ángel dio un paso atrás y se quedó sin habla, como paralizado. Me miró de arriba abajo boquiabierto y después fijó su mirada en la mía.
-¡Patricia!-no podía creérselo-pero…¡que guapa estás!
Le sonreí y fui corriendo a darle un abrazo. Él extrañado, me abrazó fuertemente. Estuvimos abrazados durante un largo rato, no quería separarme de él nunca. Y él de mí tampoco.
Nos separamos lentamente, y le miré a los ojos, muy cerca de sus labios. Ví que Ángel entreabría la boca y venía dispuesto a besarme, pero yo di un paso hacia atrás.
Ángel me miró aún extrañado-¿Cómo es que has venido?
Me encogí de hombros
-Ya hemos cenado-me dijo triste
-Imagino-agaché la cabeza
-¡Estas…preciosa!-me miró de arriba abajo
-Gracias-dije algo tímida
Ángel me sonrió-Gracias por venir, aunque sea tarde
Sonreí y me puso la mano boca arriba para que yo le diera mi mano-¿Vienes con los demás?
Miré su mano durante unos segundos y me lo pensé-claro-dije al fin, y fui a entrar sin darle la mano, por lo que le dejé allí parado, con la palma de la mano hacia arriba. Le dejé como él me hacía siempre.
Me siguió con la mirada y soltó una risilla.


Continuará...

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