Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

18 de septiembre de 2011

capitulo 14 /Está completamente loco/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. La única verdad fue que Ángel se fue de SLQH. Algunos diálogos están sacados de la realidad, pero solo los que tienen lugar dentro del plató. Disfrutad!

Capitulo 14 <Estás completamente loco>

¿no os ha pasado alguna vez que os despertáis sobresaltados? Pues así me desperté yo aquella mañana, no recordaba lo que estaba soñando, pero me desperté así. Carlos seguía durmiendo placidamente a mi lado. Le miré y traté de respirar con normalidad. Miré la hora, eran las ocho. No sabía que hacer, estaba nerviosa, inquieta. Me levanté de la cama, me lavé la cara y me vestí. Desayuné lo primero que pillé por ahí y esperé a que Carlos se despertara.

Este abrió los ojos y fue a abrazarme, pero se quedó abrazando al aire. Extrañado se incorporó y vio que no estaba, miró la hora y se extrañó más todavía. Salió a buscarme, con unos shorts, que le marcaban todo.
Le miré llegar y me levanté del sofá. Él me sonrió, aún con los ojos medio pegados de sueño. Me cogió de la cintura y me dio un besito.
-¿Por qué te has despertado tan temprano?-me preguntó mientras me cogía de la cintura
Me encogí de hombros. Estaba incómoda entre sus brazos, no me sentía bien. Di un paso atrás y me separé de él. Le miré a los ojos y tomé aire-Carlos, tengo que hablar contigo.
La cara de sueño de Carlos se puso bien de repente-¿Cómo que tienes que hablar conmigo?-no le gustó nada como sonó eso.
Le cogí la mano y lo senté en el sofá, yo me senté a su lado. Carlos me cogió la mano y me miró a los ojos-¿Estas embarazada? ¿vamos a tener un hijo?
Negué con la cabeza, estaba seria. Agaché la cabeza y le di un apretón en la mano.
Carlos negó con la cabeza-No me gusta como se está poniendo esto-me dijo asustado, y más asustado estaba al verme la cara que tenía en ese momento.
-Esto…es muy duro para mí-le dije. Carlos negaba con la cabeza
-No me puedo creer que esto vaya a pasar-dijo desviando la vista.
Le miré a los ojos-Carlos…en algún momento tenía que pasar. Y ha llegado-le dije para hacerlo entrar en razón-Lo siento, pero no puedo seguir con esta relación
Él me miró aterrado-¿Por qué? No lo entiendo.
Me encogí de hombros-Carlos, las cosas pasan así, y si te digo la verdad, esta relación no va a ningún sitio. Es un poco complicado tener que estar volando para poder verte y…ya no siento lo mismo que sentía antes, entiéndeme
Él me dio un beso en la mano-¿De verdad quieres romper?
Asentí con la cabeza, mientras una lágrima me caía por la mejilla-Si, estoy segura, lo llevo pensando detenidamente y es lo que quiero.

Entonces, por primera vez en mi vida, desde que le conocía, vi a Carlos llorar. Empezó a llorar y a llorar, se tapó la cara con las manos y yo le miraba sin saber que hacer, me sentía mal. No me gustaba verle así y a mí también me entraron ganas de llorar al ver la escena. Por un momento levantó la cabeza y me miró, tenía los ojos rojos. En ese momento, yo también empecé a llorar, ambos nos abrazamos con fuerza.
-Carlos no lo pongas todo más difícil ¿vale?-le dije mientras le abrazaba
-No puedo creer que te haya perdido-hizo una pausa-¿qué es lo que he hecho mal?
Le abracé más fuerte aún-No has hecho nada mal, son las circunstancias-Él me dio un tierno beso en la mejilla
-Te quiero, y siempre te querré, no lo olvides
Cerré los ojos con fuerza, las lágrimas cayeron más deprisa. Le puse una mano en la cabeza y le acaricié le pelo.
-No lo olvidaré-dije con la voz entrecortada por las lágrimas-gracias por hacerme feliz todo este tiempo. Por que siempre me hacías sentir como una reina
Nos separamos y él me miró sonriente-Era lo que te merecías, amor-me dijo acariciándome la barbilla.
Agaché la cabeza. No sabía que decirle, ya está, lo más difícil ya estaba hecho. Me limpié las lágrimas y le miré. Entonces él se abalanzó sobre mí, ambos nos envolvimos en un profundo beso, lleno de amor y dulzura. Carlos iba haciéndome hacia atrás en el sofá, cada vez más, hasta que finalmente quedé completamente debajo de él, Carlos me cogí la cara, ninguno de los dos queríamos separarnos de aquel beso, sabíamos que era el último y teníamos que disfrutarlo. Me dejé llevar y le puse una mano en todo el culazo, llevaba aquellos shorts blancos, que siempre le había dicho que me volvían loca. Lentamente, Carlos se separó de mi boca y nos miramos a los ojos.
-Patricia-me dijo
-¿Qué?-contesté en un susurro
-¿El de despedida?-me propuso sonriente. Le cogí la cara y le devolví la sonrisa-Eso no se pregunta, eso se empieza y ya está.
Carlos me sonrió-Siempre me ha encantado escucharte hablar así de flojito, notando tu aliento en mi cara.
Le rodeé el cuello con los brazos y lo acerqué a mi boca. Nos besamos con ganas. Carlos empezó con su juego de siempre, de ir dándome besito por el cuello e ir bajando.
La temperatura subió, terminamos besándonos por el suelo, hasta que le pedí a Carlos que nos levantásemos porque me estaba haciendo daño. Este se levantó y me tendió la mano para que me levantase yo. Me levanté pasando muy cerca de su boca. Nos miramos a los ojos, noté el calor de sus labios de lo cerca que estaba de mí, y sin esperármelo, empezó a besarme nuevamente. Me cogió en peso y avanzó unos pasitos, hasta apoyarme contra la pared. Nuestros cuerpos estaban deseosos, a punto de caramelo. Él dejó de besarme por un momento y sin apenas separarse de mí, me preguntó.
-¿Estas segura de que quieres dejarlo después de esto?-alzó una ceja.
Sonreí a modo de niña pequeña-Carlos, no me vas a comprar con el sexo.
Él sonrió y me dio un piquito-Te echaré de menos-me dijo, y no me dio tiempo a contestar, ya que vino a besarme.

Terminamos haciéndolo en el salón, usando la energía que te aporta la mañana. Y me atrevería a decir, que fue uno de los mejores, no solo que había tenido con él, si no que había tenido con todos los hombres con los que había estado a lo largo de mi vida.
Me puse bien la camiseta y me arreglé el pelo. Respiré hondo. Carlos vino detrás de mí-No te vayas-me dijo
Mientras andaba por el pasillo a coger mi maleta le dije-Carlos, si, me voy
Él resopló-No sabré que hacer si no estoy contigo
Me di la vuelta y le di un piquito para que se callase.
Se quedó parado y se apoyó en la pared. Salí con todas mis cosas y pasé por delante de él sin hacerle caso, entonces vino detrás.
-Patricia, dime la verdad. ¿Hay otro hombre?
Abrí los ojos como platos, pero no me dí la vuelta para verle, tampoco le contesté.
-¿No respondes? ¿Tengo que interpretarlo como un sí?
Entonces, me mordí el labio, cerré los ojos y me armé de valor, me giré y le miré a los ojos, sonriente, como si no pasara nada-Carlos, te he dicho que esto es por las circunstancias
Me negó-Lo siento, pero no te creo
Me encogí de hombros y él se acercó a mí, agarrándome de la cintura.
-Me vas a dejar, está bien, pero por lo menos no me engañes, dime la verdad
Volví a besarle, le di un apretado beso.
-No hay nadie, Ángel-al escuchar lo que le había dicho, me quedé petrificada. No me lo podía  creer, pero sí, lo había dicho y él lo había escuchado. Se separó de mí y me miró sin poder creérselo.
-¿Ves? ¡Así que es él! ¡El enano!
Agaché la cabeza-Carlos…entre él yo no hay nada ¿está bien?
Carlos me asintió, pero sabía que en el fondo no era así, sabía que en el fondo si que había algo. Abrió el cajón del mueble que había en el pasillo.
-Toma, ya que te vas, te daré esto, que luego se me olvida
Le miré extrañada. Era un regalo-¿y esto?-le dije enseñándole el regalo que me acababa de dar.
Él sonrió y se encogió de hombros-Hoy es nuestro aniversario.
Al escuchar eso, se me cayó el mundo abajo. ¿Se podía ser más gilipollas? ¡Le había dejado el día de nuestro segundo aniversario! Y yo ni me había acordado. Se me quedó cara de tonta.
-Carlos yo…
Él me interrumpió, no me dejó seguir hablando-No pasa nada, si no tienes regalo no importa, aquí está el mío, ábrelo y disfruta.
Le miré a los ojos-Lo siento

Empecé a romper el papel de regalo, estaba nerviosa por lo que pudiera ser. Vi una cajita, le miré, temiendo que fuese un anillo, con el que fuera a pedirme matrimonio o algo así. Abrí la caja atacada de los nervios. Y me quedé boquiabierta.
-¡Estás completamente loco!-le dije al ver lo que era
Él me sonrió-¿Acaso no te lo mereces?
Negué-Después de haber roto contigo, no-se lo devolví-de verdad, quédatelo y cuando encuentres al amor de tu vida, se lo regalas que seguro que le encantará.
Carlos no lo cogió, me lo empujo hacia mí-Es tú regalo. ¿Qué más da que ya no estemos juntos? Es tuyo y de nadie más, espero vértelo puesto de vez en cuando por el programa.
Lo miré sin poder creérmelo, era un collar de oro, un circulito colgaba de él. Como chafado. Era precioso y en el círculo, ponía la inscripción de nuestro día, del día en que empezamos.
-Pues…muchas gracias. Me lo verás puesto claro que si-le miré a los ojos-Es más…-Lo saqué de la caja y se lo dí-Pónmelo tu ahora.
Carlos sonrió. Le di la espalda y me lo puso-¡Te queda terriblemente bien!-me dijo
-¡Gracias!-guardé la caja en la maleta-Me lo has puesto tú y ya no me lo quitaré. ¿Te parece bien?
Él asintió-me parece genial
Abrí la puerta de la casa-Bueno…me voy
Él hizo un intento por no romper a llorar
-Si quieres algo, lo que sea, ya sabes donde estoy
Asentí y saqué las maletas a la puerta. Nos miramos a los ojos unos instantes, y entonces volví a darle un abrazo. Nos estuvimos abrazando unos cinco minutos largos y en ese abrazo, las lágrimas salieron solas por parte de los dos. Me separé de él lentamente.
-Carlos, llegó la hora, me voy
-Lleva cuidado, guapísima. Te llamaré para ver como te va
Asentí sonriente-Estaré contentísima de recibir tu llamada-Le guiñé un ojo, él hizo lo mismo. Cargué con las maletas y me di la vuelta. Él se quedó mirándome hasta que me perdió de vista. Resopló y dio un portazo, lleno de rabia.

Continuará...

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