Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

20 de septiembre de 2011

capitulo 15 /Quédate/

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. La única verdad fue que Ángel se fue de SLQH. Algunos diálogos están sacados de la realidad, pero solo los que tienen lugar dentro del plató. Disfrutad!


Capitulo 15 <Quédate>

Me fui al aeropuerto, llorando. Lo que acababa de pasar había marcado un antes y un después en mi vida. Con Carlos había vivido momentos inolvidables, momentos que no se volverían a repetir.
-¿Y si he hecho mal?-pensé estando en el aeropuerto. Pero negué con la cabeza, algo me decía que todo estaba bien. Que así es como lo tenía que hacer.
Me fui a Madrid, evitando pensar más en Carlos, esa puerta ya estaba cerrada.

El lunes, fue el primer programa sin Ángel. Aquel día estaba feliz y no sabía porque. Fui a la máquina de cafés, como siempre, saqué dos cafés, como siempre. Y me fui a la sala de los guionistas, al mirar, vi que Ángel no estaba. Entonces se me cayó el mundo, había sacado un café para él, no me había acordado de que ya no estaba con nosotros. Dani me miró sonriente y entonces entré, le dejé el café encima de la mesa.
-Veo que no quieres perder la costumbre-me dijo sonriente al verme con el café-Pero Ángel ya no está.
Para disimular, le di el café-Es que en realidad es para ti.
Dani se extrañó-¿Para mí? ¡Vaya! Muchas gracias Patri
Me fui de allí, con una sensación bastante rara. Había sacado un café para alguien que ya no estaba allí. Por el pasillo me crucé con Berta. Esta me dio un abrazo mañanero, de los que a ella le gustaba dar. Entonces al verme la cara que llevaba me preguntó.
-¿Te pasa algo, Patri?
Me encogí de hombros-No, supongo que no.
-No veo que estés bien
La miré a los ojos-Es que…verás, he ido a llevarle un café a Ángel
Berta abrió los ojos como platos-Pero si Ángel
Asentí y no la dejé que terminase la frase-Lo sé, sé que no está, pero me he dado cuenta cuando he entrado en la sala de los guionistas.
Inmediatamente Berta me dio otro abrazo.
-Bueno, Patri, ya está-me miró fijamente-¿A ver esa sonrisa?
Entonces al escuchar en el tono en que me lo dijo, me reí de verdad.
Ella asintió-Así me gusta-me dio un apretón en la mano-venga, ahora a vestirte y a ponerte guapa.
Sonreí y me fui a mi camerino. No sabía porqué, pero no quería decirle que había roto con Carlos y tampoco quería decirle que…sentía algo por Ángel.

Me vestí pensando en él, fui a maquillaje pensando en él y entré a plató pensando en él. En las publicidades del programa miraba el móvil constantemente, para ver si tenía algún mensaje de Ángel. Pero nada, desde aquel que me envió diciéndome que no volveríamos a vernos, no sabía nada de él.
Y sí, tenían razón con aquello que dicen que “No sabes lo que tienes hasta que lo pierdes” Yo perdí a Ángel y entonces me di cuenta de muchas cosas, me di cuenta de que era el motor fundamental del programa y que si él no estaba, el programa estaba como loco, que no tenía la misma gracia y que yo no lo hacía tan bien. Y sobre todo me dí cuenta de que le quería, que sentía yo también algo por él, y que había estado completamente ciega esos cinco años atrás. Me di cuenta de que me encanta su sonrisa, su forma de mirarme, sus tonterías, nuestras charlas en la publicidad. Me di cuenta de que me gusta todo de él.

El programa terminó y lo único que quería era irme a casa, no aguanta más dentro de aquel plató, todo me recordaba a él, y cada paso por el pasillo era una historia que contar.
La semana fue demasiado dura para mí. Todos parecían haberse acostumbrado, y yo intenté fingir que me había acostumbrado también. Y cuando me preguntaban que si estaba bien, les decía que si. Pero Dani, sabía que estaba mintiendo, pues me conocía bastante bien, Ángel le había contado demasiadas cosas detalladas sobre mí. Un día, después del programa, me cogió a solas y me dijo que quería hablar conmigo.

-Dime ¿que pasa?
Él me miró-Patricia, sé que no estás bien
Me encogí de hombros-¿Para que voy a engañarte Dani? No lo estoy
En otro momento le hubiera dicho lo contrario, pero es que necesitaba desahogarme con alguien.
-¿Qué te pasa?
Le miré y tomé aire-Verás…Estando en Mallorca, con mi chico, me llegó un mensaje de Ángel
Él abrió los ojos como platos-¿qué te dijo?
-Me dijo que…iba a cambiar de vida, de amigos, y que no volveríamos a vernos nunca.
Dani resopló-Este tío es tonto
Agaché la cabeza-Yo no quiero dejar de verle, no sé porque me dijo eso.
-No te preocupes, seguro que es una tontería de las suyas
Negué con la cabeza-Sé que hablaba completamente enserio.
Dani agachó la cabeza y después me puso una mano en el hombro-Bueno, tu no te preocupes, ni te pongas triste por eso ¿Vale? Yo hablaré con él.
Le sonreí y asentí-Gracias

Escuchar aquello fue un alivio, ya que no podía hacerme a la idea de que fuera a perder a Ángel como amigo. Al llegar ese día a casa, me encontré con Carlos en la puerta. Cerré los ojos fuertemente, tomé aire y me acerqué a él.
-Carlos ¿se puede saber que haces aquí?
Carlos me sonrió-He venido a luchar por ti
Negué con la cabeza-Estás loco
Él me negó-No estoy loco, estoy enamorado.
Me llevé las manos a la cabeza, la verdad es que ese día iba bastante guapo. Seguro que se había puesto así para impresionarme y lo estaba consiguiendo.
-Mira, acabo de llegar de trabajar y no me apetecen líos-fui a abrir la puerta, pero él se puso delante.
-Déjame pasar, déjame que hable contigo tranquilamente, como personas civilizadas-me dijo mirándome a los ojos. Y yo, no podía resistirme a que me hablara así, por lo que le dejé pasar a casa.
-Anda ponte cómodo-Le dije mientras iba a dejar todas la cosas que llevaba.
Saqué unas olivas y unas coca-colas y nos sentamos en el sofá del salón.
-Bueno, dime ¿qué vienes a llorarme?
Carlos sonrió-No, claro que no-me miró fijamente-¿Es que tu ya has superado la ruptura?
Le miré sin saber que contestar, por una parte sí, porque no dejaba de pensar en Ángel, pero por otra parte, me acordaba mucho de él y de todo lo que había vivido a su lado. Sin importarle la contestación, se fijó en que aún llevaba el collar que me regaló puesto, y sonrió.
-Aún lo llevas-me dijo
Lo cogí-Claro que lo llevo, te dije que no me lo quitaría.
-Algún día te lo quitarás, lo sé-me dijo  triste
Le puse una mano en el hombro-No lo voy a llevar eternamente, pero…ese día aún está muy lejos.
Carlos me miró-Patricia…¿te das cuenta? Si no te has quitado el collar es porque aún sientes algo por mí.
Suspiré-Carlos, la ruptura aún está muy reciente, claro que siento algo. Eso le pasa a todos.
Él no dejaba de mirarme-Entonces…¿Significa esto que cuando dejes de sentir algo por mi te quitarás el collar?
Miré hacia otro lado-Carlos, ¿podemos cambiar de tema?
Carlos me cogió una mano-Estoy aquí Patricia, porque este tiempo me he sentido muy solo. Porque no paraba de pensar en ti, de echarte de menos. Porque no podía dejar de quererte. Necesitaba verte
El corazón me latía más fuerte en ese momento.
-Me dijiste que lo dejábamos por las circunstancias, y te entiendo-hizo una pausa-por eso, he decido que…me voy a venir a vivir aquí
Abrí los ojos como platos-¿cómo?
Asintió-Que si, que me vengo a Madrid, lo único que quiero es estar contigo y si me tengo que venir aquí, pues lo hago. Todo por ti, mi vida.
Negué con la cabeza-¿pero como te vas a dejar el trabajo y todo?
Carlos se  encogió de hombros-No pasada nada, habrán más soluciones ¿qué me dices?
No sabía que decirle.
-Si quieres me vengo aquí, a tu casa y si no, ya me buscaré un pisito por aquí cerca.
Negué con la cabeza-Estás loco.
Él vino a darme un beso, pero le aparté-Carlos…creo que no es buena idea, esto.
Se extrañó-¿Cómo que no? Si, me dejaste porque estábamos lejos.
Me encogí de hombros-Pero Carlos, la vida da muchas vueltas ¿sabes? No creo que debas de mudarte. Hazme caso.
Él se levantó-No me quieres, dímelo, y terminamos antes. ¿Estas con alguien verdad? Por eso no me echabas de menos-Se dirigió a la puerta y la abrió-Que te vaya bien, guapa, ya no vendré más en tu busca, te dejo vivir tu vida.

En ese momento el corazón se me estaba encogiendo cada vez más y más, no podía verle así, me dolía de verdad y si me dolía era porque lo que sentía por él era más fuerte de lo que pensaba.
-Carlos espera-le dije inconscientemente. Él se dio la vuelta y entonces me di cuenta de que le había llamado-Eh…que…-no sabía que decirle-Que no quiero que te vayas así.
Carlos cerró la puerta, esperando a que siguiera hablando. Entonces mi subconsciente me traicionó y le dije lo que pensaba, pero que no quería que pasara.
-Carlos quédate un tiempo en mi casa…
La cara de Carlos en ese momento era un poema. Con una sonrisa en la cara me dijo-¿De verdad?
Asentí no muy convencida-Sí, quédate y ya  vemos lo que pasa
Carlos se acercó a mí, me cogió la cara y me dio dos besos en las mejillas-Claro que si Patricia, vamos a vivir juntos un tiempo. Verás como todo cambia.
Puse cara de “Si, veremos a ver”. La verdad, es que no sabía porque le había dicho aquello, ahora lo tendría en casa y volveríamos juntos y seríamos felices, y sonaba bastante bien, porque yo a Carlos le quería un montonazo, pero algo me decía que la felicidad plena estaba en Ángel.

Continuará...

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