Capitulo 4 /No podré mirarle a la cara/
Aceleré el paso mirando hacia atrás, por si Ángel venía siguiéndome, por suerte, no venía. Sabía que ahora, después de aquel dulce beso, me costaría mucho mirarle a la cara, hablar con él. No solo porque me había besado, si no porque, me había gustado. Iba nerviosa, miraba hacia atrás continuamente y de repente, me choqué con Berta. La miré y me disculpé.
-Perdona, es que, no te he visto
Berta recogió unos papeles que se le habían caído y me miró sin saber que decirme, había visto la escena. Soltó una risilla nerviosa y yo le sonreí.
-¿Te pasa algo?-Le pregunté. Siempre que se reía así es que tenía algo que ocultar. Berta me miró seria y me negó con la cabeza. Yo le sonreí, como diciendo “Te pasa algo y lo sé” entonces la puse más nerviosa todavía.
-Que no, no me pasa nada-me dijo queriendo irse. Volví a sonreírle.
-Berta, te pasa algo y lo sé-hubo un segundo de silencio-tu risa…
Ella volvió a reírse de aquella manera-Que no me pasa nada Patricia-miró los papeles, deseando irse de allí-voy, voy…a entregar esto, luego nos vemos.
Seguí mi camino, pensando en porque Berta estaba tan rara ese día. Antes de entrar a mi camerino, escuché que me llamaron, era Dani. Esperé a que llegara, quería decirme algo.
-Patricia ¿Dónde está Ángel?
-Pues, creo que está por ahí fuera
Dani frunció el ceño-¿y que hace allí fuera? Tiene que terminar unas cosas y yo solo no puedo
Agaché la cabeza y me puse el pelo detrás de la oreja-Pues…no sé que hace, la verdad
-Joder, tengo que terminar una cosa con él, me cago en el Ángel este-dijo riéndose
Yo le miré fijamente a los ojos, sin reírme, estaba pensando en lo que acababa de pasar con Ángel. Dani me notó rara en ese momento, pero no me dijo nada, salió a buscar a Ángel.
Le encontró sentado aún en las escaleras, abrió la puerta-¡Ángel!-Ángel se giró y le miró. Dani se sentó a su lado-¿Qué haces tío?
Ángel le miró y suspiró, entonces Dani vio que no estaba bien
-¿Ha pasado algo?-le preguntó Dani
Él asintió con la cabeza y miró al frente-La he besado-dijo sin más. La cara de Dani en ese momento fue todo un poema, sabía perfectamente a quien se refería, pues Ángel le había hablado de su pasión por mí desde el primer momento en el que sintió algo.
-¿Qué dices? ¿De verdad?-le preguntó después de asimilarlo. Ángel asintió de una cabezada varias veces-¿Y que te ha dicho ella?
Ángel se encogió de hombros-Nada, se ha ido…apenas me ha dicho nada
-Pues…la acabo de ver y la verdad llevaba una cara extraña
Ángel le miró-La he cagado ¿Sabes? No tendría que haberlo hecho, ahora mañana no querrá venir a la cena
Dani miró al frente, pensando en una respuesta, en algo que decirle para animarle, pero es que tenía razón, ahora no querría ir.
-Soy gilipollas…esto se tenía que haber quedado solo entre tu y yo, no tenía que haber llegado tan lejos
Dani le miró-Ha sido un impulso, no puedes hacer nada
Ángel le miró también y volvió a resoplar-No debería de haberlo hecho, lo poco que me queda de programa, lo voy a pasar distanciado de ella, porque ella huirá de mí, nos costará mucho. He sido un idiota.
Dani le pasó la mano por la espalda y le negó-Que no, que has hecho lo que has creído que debías hacer
Ángel le miró seriamente-Pero es que no debería de haberlo hecho-agachó la cabeza-tiene novio, te lo recuerdo.
Dani sonrió-¡Que heavy!-dijo con una sonrisa de oreja a oreja. Ángel me miró más serio que nunca.
-Yo no le veo la gracia, ya verás como se lo cuente
Dani le miró también muy serio-¿Eres tonto? ¿Cómo se lo va a contar? Patricia no se lo va a contar, es su novio, esas cosas no se cuentan.
Mientras ellos hablaban, Berta entró en mi camerino. Quería hablar conmigo, estaba decidida. Le sonreí y aproveché para pedirle consejo sobre un vestido.
-Ber, dime cual te gusta más para hoy, este-dije enseñándole un vestido azul-o este
Berta miró detenidamente los dos y me dijo que el azul.
-¿Este? ¡Perfecto! También me gustaba más
Berta me sonrió y se sentó el sofá, la miré y esperé a que empezara a hablar, porque sabía que venía a contarme algo, Berta no entraba así porque si a mi camerino, si no era para contarme un cotilleo de última hora.
-¿Qué pasa? ¿De que te has enterado? ¡Cuenta, cuenta!
Berta soltó una carcajada y negó con la cabeza-No, cuenta, cuenta tú
Fruncí el ceño y mi corazón se disparó de repente-¿Qué quieres que te cuente?
Berta miró al suelo y se mordió el labio. Después, buscó mi mirada con una sonrisa en la boca-Patricia-hizo una pausa que me puso aún más nerviosa de lo que ya estaba-Os he visto.
En ese momento mi corazón dio un vuelco de verdad y la miré preocupada. Berta me asintió y empezó a reírse, se puso una mano en la boca y me miró a los ojos. Yo seguía mirándola fijamente.
-¿Qué has visto?-le pregunté apurada
Berta se quitó la mano de la boca-Pues eso-fingió un beso entre sus dedos-que os habéis besado
Respiré hondo y me senté a su lado, apoyando la cabeza entre las manos
-¿Qué ha pasado? ¿Me lo vas a contar?
Me hice hacia atrás y la miré, mi cara era entre enfado y preocupación-Pues Berta, la verdad es que no sé lo que ha pasado
-¡Pero tía, que os estabais besando!-insistió, y a mí me puso de los nervios, por lo que le contesté gritando.
-¡Ya sé que nos estábamos besando Berta, ha sido a mí a la que me ha besado! ¿Vale?-al darme cuenta de que le había contestado tan bruscamente, le pedí disculpas e intenté relajarme un poco. Ella también me pidió disculpas.
-Pero, no sé Patri, cuéntame como ha sido todo
Tomé aire-No sé, ha sido todo muy rápido, estábamos hablando de una cosa que me tenía que decir mañana en la fiesta y…-hice una pausa-de repente me besó
Berta abrió los ojos como platos-¿Y que hiciste?
Me encogí de hombros-Pues nada, después del beso me fui, sin decirle nada. Me sentía rara y no quería verle más.
Berta se puso la mano en la boca-¡Que fuerte tía!
Nos quedamos en silencio durante un rato y después me miró de reojo-Y… ¿Qué pasa con Carlos?
Le miré y volví a respirar hondo, estaba empezando a ponerme realmente nerviosa. Me levanté del sofá
-No quiero pensar en eso Berta-le dije subiendo el tono de voz
Berta me seguía con la mirada, no paraba de dar vueltas por el camerino
-Ángel sabe que tienes novio y sin embargo…mira lo que ha hecho.
Me encogí de hombros-Esto es muy duro, Berta. Es que ahora me siento mal con Ángel, no quiero ni mirarle a la cara. No quiero estar con él.
-¿Vas a venir mañana a la cena?
La miré fijamente-No lo sé-dije poniéndome una mano en la frente-lo más seguro es que no.
-Osea que todo este tiempo le gustabas a Ángel y ninguno sabíamos nada-dijo Berta como para ella, pero la escuché perfectamente. Enfadada me giré y la miré con una mirada fulminante.
-¡Berta!-le grité-¡ya!
-Perdón-dijo, y empezó a reírse por lo bajini.
-No se lo pienso decir a Carlos ¿Sabes?
Berta me miró sorprendida-¿Cómo que no?
Negué rotundamente-No, no le voy a decir nada, Berta, creo que no debo de decirlo.
-¡Esto es muy fuerte!-exclamó Berta. En ese momento, llamaron a la puerta y Ángel asomó la cabeza. Berta y yo miramos a ver quien era, al verle, nos miramos las dos.
-Patricia ¿Puedo hablar contigo un momento?-Me preguntó sin abrir la puerta del todo
Miré a Berta y le asentí-si
Berta se levantó del sofá-Bueno, pues…creo que tengo que ir a hacer mis cosas y…bueno que me voy-abrió la puerta y salió. Ángel entró y yo le miré tímidamente. Cerró la puerta lentamente y se quedó apoyado en ella. Hubo un rato de silencio.
Continuará...
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