Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

14 de febrero de 2012

Capitulo 14 Vente a vivir conmigo

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 14 <Vente a vivir conmigo>


Berta se miró por última vez en el espejo y sonrió, se guiñó el ojo a ella misma y salió a por el bolso al salón, estaba lista para ir rumbo a una buena noche junto a Ángel. Al ver que Dani no llegaba, decidió dejarle una nota. "Dani, he salido a cenar con un amigo, no sé si volveré"
Antes de salir de casa, se pasó una mano por la ropa, como limpiándose y decidida se fue a su cita con aquel hombre que hacía tiempo le había robado el corazón.
Tras ir todo el camino nerviosa, aparcó el junto en la puerta de la casa, se quedó mirando a la puerta y sonrió, allí detrás le esperaba una gran noche, bajó la bisera y se miró la pintura, tras ver que iba monísima se bajó del coche.


Llamó varias veces a la puerta y sonriente Ángel apareció al otro lado, ambos se quedaron mirándose como tontos, sin saber que hacer, si saludarse con un beso en la boca o no.
Al final optaron por dos besos en las mejillas, aunque Ángel antes de separarse le dio un beso en la boca.
Ella se quedó alucinada al ver el lugar donde iban a cenar, había puesto el salón muy bonito, lo había adornado con velas, las luces estaban bajas y la mesa estaba adornada con pétalos de rosa.
Berta le miró boquiabierta- Pero bueno ¿Y todo esto?
Ángel alzó las cejas y le pasó una mano por el hombro, ambos se quedaron mirando la mesa.
-Nunca nadie me había preparado algo así de bonito y especial.
-Y si quieres... me puedes comer a mi de postre- la acercó a él y le dio un beso en el cuello.
Berta sonrió avergonzada- Eso... ya lo veremos.
Él se separó y la miró extrañado- ¿Ya lo veremos?
Ella soltó una carcajada- Que guapo estás cuando pones esa cara.
Ángel se mordió el labio y  la invitó a sentarse, con la cena, consiguió sorprenderla de verdad. Pasaron una cena increíble, Berta no paraba de reír a carcajadas y Ángel disfrutaba viéndola reír de aquella manara.
-Estoy pasando una noche estupenda.
Berta se limpió la boca en la servilleta-Yo también, gracias por invitarme.
Él la miró fijamente- Me parece increíble que después de todo lo que ha pasado, después de tanto tiempo sin vernos, se haya arreglado todo tan rápido.
Berta se encogió de hombros- Pues, ya ves... así ha pasado todo.
-Eres una mujer increíble.
Ella agachó la cabeza- Gracias.
-Que suerte tuve de  conocerte.
Ella se puso el pelo tras la oreja, no sabía que decir, los priropos la ponían muy nerviosa.
Él alzó una ceja y se levantó, Berta le siguió con la mirada, de repente Ángel apagó las velas, dejando sólo las luces bajitas del salón.


Ambos sonrieron y él la cogió de la mano, Berta le miró a los ojos, sin entender lo que quería, entonces él le tiró un poco, ella se levantó y se abrazaron.
-¿Que tal la cena?- le preguntó agarrándola con fuerza.
-Perfecta, cocinas muy bien.
Él alzó una ceja- Gracias, cocino bien cuando estoy inspirado.
-¿Cómo?
Ángel asintió- Tenía en mente para quien iba la cena, quería hacerte disfrutar, estaba inspirado porque tu ibas a cenar conmigo- le dio un beso en la mejilla- y veo que me ha salido muy bien.
Berta le agarró con fuerza del cuello y ambos se miraron intensamente a los ojos, se sonrieron al mismo tiempo, como sabiendo lo que iba a pasar en cuestión de minutos.
-Te has puesto preciosa esta noche ¿Lo has hecho queriendo?
Berta se mordió el labio- claro que si, quería que me encontrases preciosa.
Ángel sonrió y le dio un beso en la boca.
-Y tu, te has puesto una colonia...- le olió el cuello- que me gusta bastante.
Él sonrió- También me la he puesto queriendo.
Ella pegó mucho su boca a la de Ángel, estaba deseosa de besarle alocadamente, de ir más allá, de conseguir aquello que llevaba tanto tiempo queriendo conseguir.
Se miraron a los ojos una vez más, antes de envolverse en un ardiente beso, allí de pie, junto a la mesa, se devoraron el uno al otro, se dieron un beso infinito, cada  vez se agarraban con más fuerza, parecía que querían meterse el uno dentro del otro, estaban tan pegados que entre ellos no podía pasar ni el aire.
Sus bocas se separaron por un momento.
-¡Te deseo, te deseo más que nunca!- le dijo Berta en un susurro.
-Y yo preciosa.
Volvieron a besarse, como si no hubiese un mañana.


Estaba claro que estaban hecho el uno para el otro y que esa vez no sería la última que se estuviesen así de apasionados en aquella casa.
Presos de la pasión, sin saber como, Ángel apoyó a Berta en la mesa, sin separarse ni un momento el uno del otro. Ángel dejó de besar su boca para besar lentamente su cuello, Berta se aferraba fuertemente a él, cerró los ojos y se dejó disfrutar por aquellos placenteros besos, su respiración estaba alterada. De repente se separó de ella y la miró a los ojos.
-¿Por qué no te vienes a vivir conmigo?
La cara de Berta en ese momento fue de desconcierto- ¿Que?
-Que te vengas a vivir conmigo- le dijo mientras seguía dándole besos por el cuello.
Berta le frenó y le separó de ella. Ángel la miró extrañado.
-Tengo que irme- dijo sin más. Ángel no entendía nada- tengo que irme- repitió ella. Recogió su bolso, bajo la mirada de Ángel, ambos se miraron una última vez.
-Pero... ¿Como que te vas?
Berta asintió- Lo siento Ángel, tengo que marcharme- sin esperar más, abrió la puerta y le dejó allí. Él se quedó alucinado, no entendía nada de lo que había pasado, porque se había ido así, pero estaba solo.
-Y...y se va- se dijo molesto- y aquí me deja...- se miró sus partes- amigo, nos ha dejado solos- sonrió y se sentó en una silla, a pensar, no sabía bien lo que debía de hacer, si llamarla, ir tras ella o joderse con lo que había pasado y esperar hasta mañana.


Berta se pasó un buen rato en el coche, antes de arrancar, no entendía bien porque pero estaba llorando. Había tenido la necesidad de irse de casa de Ángel, de no llegar más allá. Se limpió cuidadosamente las lágrimas y se miró al espejo.
-Joder ¿Yo porque lloro ahora?- se preguntó a ella misma y se apoyó en la ventanilla intentando calmarse. De repente la luz del salón de Ángel se apagó, entendió que había ido a acostarse.
-¿Que te pasa Berta? ¿Que te pasa?- se limpió las lágrimas mirándose en el espejo.


-¿Habrá sido la propuesta de irnos a vivir juntos?- se preguntó Ángel desde la cama.
Una vez que Berta se calmó  ya las lágrimas no le impedían ver la carretera, arrancó el coche y volvió de camino a su casa, mucho antes de lo que se había imaginado. La noche no había terminado como ella pensaba que terminaría. Al llegar a casa se extrañó al no ver a Dani allí, aún no había llegado, por lo que supo que se había ido con algún amigo, decidió irse a dormir, supo que ya estaba bien por aquel día.




Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario