Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

6 de febrero de 2012

Capitulo 11 Tensión en el ambiente

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 11 <Tensión en el ambiente>


Llegué a comisaría enfadada, aún no se me había pasado el enfado desde la noticia que Dani me había dado. Le vi allí sentado en una silla, mirando al móvil con cara de tonto. Le observé un rato y me senté a su lado. Él me miró con esa sonrisa a la que ya empezaba a odiar.
-¿Que? ¿Enviándole un mensaje a la churri?
Dani me asintió y se guardó el móvil- ¿Que tal estás?
Desvié la mirada y apreté con fuerza la mandíbula, no sabía que responder a eso, así que cambié de tema.
-¿Amor espontáneo?- le miré- parece que compartir piso con ella, te ha hecho enamorarte.
Dani se quedó pensativo- eeeh, pues si, surgió el amor, las noches en ese sofá viendo la tele sirven para conocerse mucho.
Le miré de reojo y después fijé la mirada en el suelo- Es que, mi amiga es una gran persona, se le coge cariño enseguida- dije con la mirada perdida.
-Perdona... tú... ¿Amiga?
Aquello me llenó de rabia, me volví y le cogí bruscamente del uniforme, acercándolo violentamente a mi.
-¡Es mi amiga! ¿Está claro?
Él asintió- Pero ya no os habláis.
Le solté empujándole hacia atrás- ¡Sigue siendo mi amiga y yo sé qué algún día arreglaremos esto!
-¿Tu quieres arreglarlo?
Le eché una mirada llena de rabia- Pues claro ¿No te jode?- me levanté y e fui, me fui a un sitio alejada de todos, donde no pudieran verme y llamé por  teléfono, no sabía si aquello que iba a hacer estaba bien o mal, pero iba a hacerlo porque así lo sentía, así me lo pedía el corazón.


Llamé a Ángel, estaba incluso nerviosa. Su voz sonó al otro lado del teléfono y yo fui directamente al grano.
-Ángel, mira, tienes que hacerme un favor.
-Oooh, creí que este momento nunca llegaría ¿A que hora voy a tu casa?
Fruncí el ceño- No es para eso, imbécil...
-¿No? bueno, pues, dime...
-¿A ti te sigue gustando Berta?
Se formó un silencio que no me gustó nada.
-¡Ángel!
-Pues... no lo sé Patricia, es que llevo mucho tiempo sin verla y... desde que nos pilló, pues entonces...
Resoplé- Seguro que te sigue gustando... si ella es muy maja
Ángel sonrió- No te lo niego pero...
-No hay peros- le interrumpí- necesito que vuelvas a quedar con ella, que vuelvas a volverla loca.
-¿Cómo?
Asentí con la cabeza- Que si, que quiero que vuelvas a buscarla, le pidas perdón y empieces una preciosa historia de amor con ella.
-pero me matará cuando me vea.
-No, estoy segura de que no, a ella le gustabas más que nada en el mundo, si vas, no te recibirá mal.
Ángel se quedó pensativo- Bueno, si tu lo dices, eso haré.
Hice un gesto de victoria- Si quieres ir con los peques... eso siempre da puntos.
-Ya veré lo que hago.
-Estupendo, ahora te dejo un sms con la dirección- hice una pausa- y quiero que vayas esta mañana.


Al terminar de hablar con Ángel me fui a un coche patrulla, me tocaba con Dani y decidí conducir yo. No hablamos casi en todo el camino, sólo para decidir donde aparcábamos el coche. Paramos enfrente de un supermercado y nos quedamos vigilando dentro. Notaba que Dani me miraba de reojo y aquello me ponía nerviosa.
-Oye ¿Puedo hacerte una pregunta?- me dio.
Le miré con media sonrisa en la boca- Dime.
-¿Estás celosa?
Me señalé el pecho-  ¿Yo? ¿Que dices? ¿Por qué iba a estarlo?
Él se encogió un hombro-  Me lo parece- sonrió- y pienso "a ver si es que le voy a molar ahora"
Al escuchar eso  solté una carcajada y me apoyé con el codo en la ventanilla. Él seguía mirándome, al ver que no me quitaba el ojo de encima, le miré.
-No me has contestado.
-No me has preguntado.
Él  asintió- Lo último que te he dicho.
Negué- No era una pregunta.
-No lo era, pero se entendía que tenías que responder.
-No, no tenía porque.
-Si que lo tenías, porque...
El grito de una señora nos interrumpió la discusión, ambos miramos a ver que pasaba, un hombre le había robado el bolso a una señora y esta estaba en el suelo, unos jóvenes la ayudaban a levantarse.


Desenfundé la pistola y miré a Dani- Salimos- abrí la puerta del coche y corrí hacía la mujer- ¿Para donde ha ido?- la señora me indicó el camino y empecé a correr con todas mis fuerzas, Dani me perseguía pero cada vez se estaba quedando más atrás- ¡Vamos tortuguita!- le grité. Este me sacó burla, aunque no pude verle.
Al volver una esquina, tropecé con una mujer y de la velocidad que llevaba la tiré al suelo- Perdone señora- grité mientras seguía corriendo. Al fondo de la calle divisé al chico corriendo con el bolso de la mujer, le miré entornando los ojos- Ya eres mío, cabrón- aceleré con la pistola en la mano, la gente me abría paso, por lo que me facilitaba mucho más las cosas, ni me molestaba en mirar atrás, imaginaba que Dani me seguía.
Cuando ya estaba más cerca de aquel capullo, apunto de pillarlo, le grité.
-¡Alto policía!
Este miró para atrás, al verme su cara fue un poema y empezó a correr con todas sus fuerzas, consiguió sacarme ventaja y se metió por una calle. Enfadada miré a Dani por un momento.
-¡Vamos joder, que se escapa!
Al volver la calle aquel hombre ya no estaba por ninguna parte, me paré en seco y le di una patada al suelo, enfadada.
-Piensa ¿Que haría yo si fuera un ladrón?- me dije a mi misma y revisé bien la calle. En ese momento llegó Dani, le miré- A buenas horas.
-¿Donde está?
-No lo sé, le he perdido, pero voy a guiarme por mi instinto.
Dani frunció el ceño- ¿Y que vas a hacer?
-¿Que harías si acabaras de robarle el bolso a una mujer, te persigue la policía y te has metido en esta calle?
Dani miró la calle- Pues, seguir corriendo.
Al escucharle me entró la risa- Tu eres idiota- dije sin más- Anda, sígueme.


Andé unos pasos y entré sigilosamente al portal de un edificio que estaba abierto.
Dani venía detrás de  mi, señalando a todo con la pistola.
Al volver una esquina, allí estaba, pegado completamente a la pared. Sonreí al verle.
-¡Anda amigo! ¡Que sorpresa! ¿Que haces aquí?- le apunté con la pistola, al igual que Dani, que aún se estaba preguntando como había sabido que estaría ahí.
-Lo siento, estoy muy arrepentido- dejó caer el bolso al suelo y alzó las manos.
Bajé la pistola y me crucé de brazos- Me importa una mierda lo arrepentido que estés, lo que has hecho, hecho queda y ahora te jodes.
-También hay que ser idiota para robar delante de un coche de policía-Dijo Dani sin dejar de apuntarle.
Le miré fijamente- Tu mejor estáte calladito ¿Eh?- de repente noté que la pistola no estaba en mi mano, al mirar al chico, vi que me la había quitado y que me estaba apuntando con ella, abrí los ojos como platos y retrocedí un paso, nunca me había pasado algo como aquello, y todo por la culpa de Dani.
-Deja la pistola en el suelo- ordenó Dani, pero el chico no le hizo caso- déjala en el suelo, solo estas empeorando las cosas.
Asentí- Escucha, deja la pistola en el suelo y te dejaremos marchar.
La mano le temblaba y no dejaba de apuntarme a la cabeza- ¡Tú cállate o te mato!- me gritó.
-Amigo, no te pongas nervioso- dijo Dani- haremos eso, deja la pistola y te dejaremos ir...
-¡No!- gritó- porque no soy tonto, voy a dejar la pistola y cuando vaya a salir me cogeréis- Me miró fijamente, con ojos de loco- y yo no quiero ir a la cárcel.
-¿Cuantos años tienes chavalín?- le pregunté.
-¡No te importa!- gritó.


Miré a Dani dándole instrucciones con la mirada para hacer algo, pero no me entendió. No me podía creer lo que estaba pasando, aquella situación se os había ido completamente de las manos.
Fruncí los labios, no sabía hasta donde era capaz de llegar aquel joven, pero me armé de valor y le tendí la mano.
-Dame la pistola.
Él me miró la mano y luego me miró a los ojos- ¡No!- gritó.
Dani empezaba a ponerse nervioso-Bueno, no nos la des, pero deja de apuntarla a ella... ¡Apúntame a mi!
Le miré incrédula, aunque el chaval me seguía apuntando.
-Vamos, dame la pistola- le dije en un tomo calmado y sereno.
-No quiero, no vais a manipularme.
Seguía con la mano tendida- Dame la pistola y vete.
-Ya está bien...- dijo el chico mirándome fijamente- ¡Voy a matarte!- se puso a apuntar bien, puso cómodas las manos en el gatillo y guiñó un ojo para apuntar. Dani estaba muy nervioso, le sudaban las manos.
Nuestras miradas se encontraron, tragué saliva, había mucha tensión en el ambiente, la mirada de Dani me estaba transmitiendo en ese momento millones de cosas, de sensaciones. Miré al chico, parecía que estaba preparado y decidido a disparar. Miré una última vez a Dani, en sus labios pude leer que me dijo claramente "Te quiero".


Continuará...

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