Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

2 de mayo de 2012

Capitulo 8 "A Mallorca"

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!

Capitulo 8 <A Mallorca>

Cada día que pasaba estaba más nerviosa, parecía que ese fin de semana no llegaría nunca, como un adolescente, iba tachando los días que quedaban en el calendario. Tenía la maleta hecha desde hacía tiempo, las ganas me podían, lo que no veía bien era no decírselo a Berta, al fin y al cabo había conocido a Carlos gracias a ella. Nerviosa, empecé a dar vueltas por el salón, moridéndome las uñas, pensando en si llamarla o no. Decidí que si, y le dije que viniese a casa.
Nada más entrar me dio un abrazo, era una persona de lo más cariñosa y me encantaba que fuese así. Le dije que la había llamado para contarle una cosa y con una sonrisa me preguntó "¿Ya te has tirado a Carlos?" solté una carcajada y le expliqué que un día después de su cumpleaños me invitó a comer. Berta alucinó, no se lo esperaba y la noté un poco molesta porque no se lo había contado antes. Tomé aire para contarle lo que me había propuesto y finalmente lo solté.
-Mañana me voy a Mallorca con él.
Mi amiga se quedó boquiabierta, de piedra, me miraba sin parpadear, y al cabo de un rato en silencio exclamó- ¡Que bien te lo montas cabrona! y que callado te lo tenías.
Empecé a reírme con mi risa nerviosa y la miré muerta de vergüenza.
-Te vas a Mallorca...- se llevó una mano a la boca- ¡que fuerte!
-Me ha invitado a su yate, a navegar por el mar.
Berta abrió aún más la boca, no cabía en su asombro- ¿A su yate?- gritó.
Asentí varias veces- un yate... debe de ser increíble, tengo ganas de pasear por el mar.
Mii amiga me señaló con el dedo- Que sepas que en ese yate caes en las garras del marllorquín... ¿Los dos solos por el mar en un yate?- hizo una pausa- ¡Claro que caes!
Sonreí tímidamente- No tiene porque pasar nada, nos estamos conociendo.
Ella asintió- Yo solo espero qu disfrutes de cada minuto en ese precioso yate, y con ese precioso chulazo.
Le puse una mano en el hombro- tanto que dices que es un chulazo y que está tremendo, me extraña que no fueras tu a porél.
Berta agachó la cabeza y comenzó a ponerse nerviosa- No fui a por él, pues... porque... porque no.
Alcé un ceja- pues eso es raro.
-Que yo soy mucho de boquilla, lo digo, que está tremendo, porque lo está, pero no queiro nada con él.
-Estoy nerviosa y todo ¿Te lo puedes creer?
Berta asintió- Yo también lo estaría, como para no estarlo.

El esperado día llegó y yo estaba en el aeropuerto dando vueltas de un lado a otro, esperando a Carlos, mis nervios eran exagerados, estaba atacada, de repente le vi llegar arrastrando una maleta tras él, unas gafas de sol puestas y guapísimo, como siempre. Al llegar, me cogió de la cintura, atrayéndome a él y me dio dos apretados besos en las mejillas.
-Hola guapa ¿Llevas mucho tiempo aquí?
-No, no mucho, tranquilo.
Él me sonrió y se puso las gafas en la cabeza- ¿Preparada para un viaje de 10?
Asentí con una gran sonrisa.
-Yo tengo muchas ganas de llegar.
Facturamos las maletas, pasamos todos los controles y salimos por la puerta de embarque para montar en el avión. Una vez ya sentados dentro y esperando despegar, le miré con una sonrisa.
-A mi esto me parece una locura.
Él frunció el ceño- ¿Por qué?
-Estoy aquí, en un avión, rumbo a Mallorca, con un hombre al que conozco de 3 días...
Al escuchar eso, Carlos soltó una carcajada.
-Es verdad, es una locura, a penas nos conocemos y ya me voy contigo a Mallorca, sin duda e cambiado, esto la antigua Patricia no lo hubiera hecho- me quedé mirando por la ventanilla. Noté como él me cogió una mano.
-¿Quieres decirme con esto que te arrepientes de venir connmigo?
Le miré de repente con los ojos abiertos- No, que va, para nada- le di un beso en la mano- no me arrepiento, será un gran viaje- hice una pausa- pero me he sorprendido a mi misma- nos miramos con uan sonrisa y le solté la mano lentamente.
Durante el vuelo Carlos se quedó dormido, gesto que agradecí bastante pues no sabría de que hablarle, yo me quedé mirando las nubes por la ventanilla, me encantaba hacerlo, era precioso, desde ahí arriba el mundo parecía tan pequeño.
Nada más lelgar, fuimos a la casa de Carlos a dejar las maletas y coger lo que necesitábamos para el yate. Él contento de tenerme allí, me enseñó toda la casa, que yo la vi muy grande.
-Esta es la cocina- me dijo encendiendo la luz- me encanta cocinar... y más si estoy acompañado.
Sonreí mirando lo amplía que era, tenía una elegante barra de madera en medio y estaba decorada muy bonica, se notaba que había sido decorada por un hombre, sobre todo por los colores.
-Esto es el baño- encendió la luz y un amplio baño apareció. Me sorprendió que fuese tan grande, pues lo comparaba con el mío y me parecía el cuarto de las ratas.
-¡Que bonito!- asentí- me gusta.
-Eso de ahí- dijo señalando la ducha- es una ducha con hidromasaje- me miró sonriente. ¿Me estaba dando a entender eso que había entendido?
Me llevó por un largo pasillo y se paró frente a la habitación más grande, encendió la luz y miró mi cara para ver mi reacción- ¿Te gusta?
La miraba boquiabierta, era una habitación increíble y la decoración no podía estar mejor escogida- Me encanta.
Se puso una mano en el pecho- esta... es mi habitación- señaló la cama, que era de matrimonio- y esa es mi cama- me miró de reojo- muy confortable.
Asentí- tiene pinta de serlo- hice una pausa- oye y... ¿Mi habitación? ¿Yo donde duermo?
Encendió la luz de la habitación de enfrente, estaba sin decorar y la cama era mucho más pequeña, la verdad es que esa habitación muy acogedora no era.
-Esta es la otra cama que hay en la casa, ya no hay más.
Asentí mientras entraba a la habitación a dejar mis maletas-Me la pido.
Carlos me agarró del brazo par que no siguiera entrando, me giré.
-¿Como te voy a dejar dormir aquí? aquí duermo yo, tu ve a dormir a mi cama.
Fruncí el ceño y negué lentamente- no, duermo aquí, no te preocupes.
Dejé todas mis maletas en la habitación y saqué lo que iba a necesitar para llevar a aquel yate, lo metí todo en un pequeño bolsito, Carlos sacó bolsas cargadas de comida y una nevera con bebidas. La abrió y me enseñó todo lo que había dentro.
-¿bebes de todo? ¿Te gusta?
Asentí- sí, sí, la bebida no es problema
-Coca-colas, fantas, cervezas, agua..- dijo repasando lo que había.


Cerré los ojos y suspiré, estaba deseando pisar aquel yate, el día prometía demasiado.




Continuará...

No hay comentarios:

Publicar un comentario