Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

28 de mayo de 2012

Capitulo 16 "Quedamos en globomedia"

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 16 "Quedamos en globomedia"


Estaba tomando algo en la terraza de un bar, yo sola, no sabía porque pero necesitaba estar sola, poner en orden mis pensamientos. Le di un trago a la cerveza y observé el ambiente que había aquel día, me encantaba la actividad de la ciudad, sin saber porque fijé mi mirada en un chico que había sentado dos mesas más allá, este no paraba de mirarme, al mirarle yo alzó las cejas y me guiñó un ojo, desvié la mirada, no me había traído buena espina aquel tipo. Di otro trago a la cerveza y cuando bajé el vaso Berta apareció delante de mi, la miré extrañada y sin saber que decirle, llevaba sin hablar con ella desde que me fui de su casa enfadada.
-Berta...
Ella me sonrió- Patricia, siento haber estado espiando lo que hicisteis- se sentó en una silla a mi lado- lo siento, de verdad.
Negué- No importa Berta, pero me dolió, me dolió porque eso significa que no confiaste en lo que te dije.
-Lo siento no pretendía molestar, solo...-  me miró- Bueno ¿Y que haces aquí tu sola?- preguntó cambiando de tema.
Me encogí de hombros- Me apetecía tomar una cerveza.
Berta me miró con una sonrisa- amiga... ¿Me perdonas?
La miré y le sonreí- Claro que si.
Ella me abrió los brazos- dame un abrazo anda- nos envolvimos en un gran abrazo y esta me dio un beso en la mejilla- Pues estoy pensando en hacer una fiesta así porque si en el bajo de mi cumpleaños.
Asentí, me parecía buena idea.
-Me apetece un poco de marcha para el cuerpo.
-Suena interesante.
Ella sonrió- Además, vendrá Carlos.
La miré de reojo- Pues muy bien- dije como que no me importaba.
Estuvimos hablando un rato más en aquel bar y después la acompañé a comprar cositas para la fiesta porque quería hacer la fiesta ese mismo fin de semana.
-¡Mira que papelillos más chulos!- me dijo con una bolsa en la mano- esto lo hecho al carro- continuó andando por el pasillo empujando el carro de la compra- y esto, esto lo meto para ti- me enseñó una caja de preservativos.
Solté una carcajada- ¿Solo para mi?
-Claro tía, si yo seguro que no ligo, tu lo tienes fácil.
-Estás loca ¿Como va a pasar algo entre Carlos y yo en un fiesta? ¡Con la de gente que hay, que vergüenza!
Berta me miró extrañada y me señaló con el dedo- ¡Te mola Carlos! estás dando a entender que te enrrollarías con él, pero...
-¡Berta!- dije llamándole la atención.
Mi amiga me puso una mano en el hombro- Es más, Carlos empieza a hacerte sentir algo más.
La empujé para que siguiera avanzando y se callase ya, compramos un montón de cosas para dar una buena fiesta, veía a Berta ilusionada y eso me ilusionaba a mi.
Nada más llegar a casa, me prepararé la ropa que tenía pensada ponerme en la fiesta, iba a ir sencilla, unos pantalones cortos, una camiseta negra que dejaba un hombro al descubierto y unas botas que me gustaban mucho.
"¿Tu vas a la fiesta de Berta?" un mensaje de Carlos me llegó de repente.
Sonreía al ver que le importaba si yo iba a ir o no "Si, claro que voy ¿Y tu?"
"Yo también voy, esto promete, nos lo pasaremos bien. un beso".


Dejé el móvil encima de la cama y empezó a sonar de nuevo, pensé que era Carlos pero para mi sorpresa era Ángel, me dijo que tenía que hablar sobre un proyecto conmigo y que nos veíamos en globomedia. Cogí el coche y confusa me fui a globomedia. ¿Un proyecto nuevo?"- iba pensando por el camino- ¿Y me lo quería proponer Ángel que estaba por ahí haciendo teatro?" cuando más lo pensaba más raro me parecía. Aparqué el coche junto a la puerta, Ángel estaba ahí parado, con las manos en los bolsillos, nervioso. Nada más verle le di dos besos.
-¿Que tal pequeñín?
Él me sonrió, tenía un brillo especial en la mirada- Muy bien ¿Y tú?
-Genial, deseosa de saber porque nos hemos reunido aquí- miré la fachada de globomedia, con una mirada cargada de nostalgia. 
Ángel me pidió que le siguiera y me llevó por los pasillos hasta meternos en mi antiguo camerino. Entré y le miré frunciendo el ceño.
-Oye... ¿Esto es una broma?
Ángel cerró la puerta y se rascó nervioso la cabeza- Mira Patricia, no hay ningún proyecto nuevo- dijo de repente.
Eso me dejó totalmente bloqueada- ¿Entonces? ¿Se puede saber porque me has traído hasta aquí?
Ángel avanzó unos pasos y me miró fijamente- Quería hablar contigo.
Abrí los brazos empezando a ponerme nerviosa- Pues aquí me tienes.
Él tomó aire y se sentó en el pequeño sofá que había- Verás Patricia, esto... esto te parecerá muy raro- me miró- raro que te cagas.
-Ángel ¿Que pasa? me estás poniendo muy nerviosa.
Él tomó aire- han sido cinco años a tu lado.
-Casi cinco- le corregí- te recuerdo que te bajaste del barco antes de naufragar.
-Bueno- agachó la cabeza pues aquello se lo había dicho en un tono molesto, estuvo un rato en silencio- el caso es que en cinco años pueden pasar muchas cosas.
Asentí de acuerdo con eso.
-Y en el interior de una persona también.
Le miré confusa, pero no dije nada.
Se puso una mano en el pecho- Y en mi interior te puedo asegurar que hubo un auténtico caos, que no sacaba nada en claro, pero ya está todo en orden- me miró.
Negué con la cabeza- Ángel, no te entiendo.
-Patricia... me gustas- soltó- me encantas, siento algo por ti, es innegable, está ahí- se señaló el pecho.
Resoplé, era una situación de bastante presión, mi ex-compañero de trabajo me estaba declarando su amor en mi antiguo camerino, le miré sin saber que decir. 
-Me di cuenta de todo esto después de verte con otro por ahí.
Me llevé una mano al entrecejo y sonreí, todo aquello me parecía surrealista, aún no me creía que el enano me hubiese hecho esa encerrona y mucho menos que fuese para aquello.
-Ángel yo... no sé que decirte- suspiré- es un poco fuerte que un compañero como tú, después de casi un año te diga esto.
-Lo siento, pero necesitaba hacerlo- sonrió- cinco años a tu lado... pues al final tenía que pasar- se levantó del sofá- ¿No? Mucha gente decía que te miraba de una manera especial- sonrió negando con la cabeza- es gracioso que ellos se dieran cuenta y yo no- fijó su mirada en la mía y me miró de tal forma que mi corazón dio un vuelco.
Encogí un hombro- A veces uno mismo no es suficiente para darse cuenta de algo.
- yo fui tonto por no ver esto antes... todo podría haber sido diferente.
Retrocedí un paso al ver que él avanzaba y quedé pegada a la puerta.
-Viéndote cinco años y te lo digo ahora- sonrió- pero ya está, lo hecho está hecho.
Sonreí nerviosa.


-Dime ¿Que piensas de esto?
Apenas me salían las palabras, su declaración me había dejado helada y cada vez estaba más cerca de mi. Negué con la cabeza sin dejar de mirarle, dándole a entender que no podía hablar. Ángel me acarició lentamente la cara con la mano, sin dejar de mirarme a los ojos, sin saber exactamente como, avanzó un paso, metió su mano entre mi pelo y comenzó a besarme el cuello, abrí los ojos como platos, no podía asimilar la situación.
¿Ángel me tenía acorralada contra la puerta de mi camerino y me estaba besando el cuello? pues costaba asimilarlo pero estaba pasando, era la realidad. Lentamente fue subiendo su boca por mi mejilla, me cogió los brazos y me los puso en alto, por encima de la cabeza, entonces bajó de nuevo a besar mi cuello. Lo raro es que yo no le rechazaba, me daba un morbo impresionante liarme con mi ex-compañero de programa, no sabía porque, quizá la curiosidad de saber como sería. Cerré los ojos mientras él me seguían besando el cuello, más tarde me dejó los brazos y me agarró por la cintura, apretujándome contra la puerta, me besó dulcemente la barbilla y sin esperármelo besó por primera vez mis labios, fue un beso tímido por parte de ambos, pero muy dulce y agradable, nuestros labios tardaron en separarse e inmediatamente nos miramos a los ojos para ver nuestra reacción, ambos nos pedíamos más con aquella mirada, así que él volvió a besarme, esta vez dejamos la timidez a un lado y pasamos a besarnos con una fogosidad fuera de lo normal, parecía que nos queríamos comer literalmente el uno al otro, él travieso jugaba con mi boca, me dejé llevar y se me olvidó donde y con quien estaba, le alcé los brazos al cuello, atrayéndolo aún más a mi, le rodeé con mi pierna y él me la cogió, apoyándola bien en él y acariciando mi muslo con deseo, llegando hasta mi rodilla para allí dar la vuelta y depositar su mano en mi trasero. El deseo de aquel beso que parecía no tener fin aumentaba por momentos y mi cuerpo comenzaba a estimularse demasiado. Ángel dejó de besarme para recrearse de nuevo en mi cuello, esta vez fue bajando dándome besos hasta llegar a mi pecho, allí se cortó un poco y volvió a mi boca. De repente llevó sus manos al botón de mis pantalones y los desabrochó entusiasmado, bajándonos un poco y dispuesto a introducir su mano. Se la cogí antes de que lo hiciera y dejé de  besarle.
-Ángel- le dije en un susurro, con la respiración entre cortada- Ángel esto es una locura.
Él retrocedió un paso y yo me abroché los pantalones- Lo siento pero... tengo que irme- abrí la puerta.
-Patricia... no puedes irte así, espera.
Le miré una última vez- adiós Ángel- fue lo último que le dije antes de salir corriendo.


Él resopló y se sentó en el sofá, estaba avergonzado, se llevó las manos a la cabeza y se quedó allí pensativo.
-Joder, joder, joder, joder- me decía a mi misma mientras caminaba apresurada hacia el coche. Me monté en él y me apoyé en el respaldo, resoplé, aún no me podía creer lo que había pasado ahí dentro. Me había enrollado con Ángel, el enano, en mi camerino... después de un año sin vernos. Me llevó las manos a la cara y después apoyé un codo en el cristal de la ventanilla. Cerré los ojos y me quedé pensativa, trataba de explicarme a mi misma porque no le habái dicho que no desde un principio. Cada uno estábamos meditando por separado, Ángel en mi camerino y yo en el coche, después de un rato, arranqué y me fui de allí. Aquello que pasó con Ángel me rondaría la cabeza durante el resto del día y el resto de muchos días más. Y besaba genial, fue algo que me dejó impresionada, todo hay que decirlo.
Me quedé muy rallada después de todo y quizá la fiesta de Berta era lo que necesitaba para animarme, pero ni mi cuerpo ni mi mente estaban para fiestas.




Continuará...

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