Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

8 de mayo de 2012

Capitulo 9 "Disfrutar el momento"

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 9 <Disfrutar el momento>

Una vez preparado todo, nos pusimos rumbo a aquel yate, yo le perseguía desconcertada, no tenía ni idea de donde iba, ni entendía bien porque había ido hasta allí sin apenas conocerle. Le perseguía concentrada en aquel culito que tenía y al alzar la mirada, vi que llevaba un gorro amarillo que le sentaba estupendamente. Antes de darme cuenta, ya estaba en el puerto, delante de aquel yate del que tanto me había hablado.
-Te presento a mi pequeñajo- dijo muy sonriente y acariciándo la barandilla de la escalera.
-Vaya... ¡Está bien! lo imaginaba diferente, pero es mucho mejor.
Él alzó las cejas y subió de un salto, dejó todas las cosas encima de una pequeña mesa y vino a darme la mano para ayudarme a subir, cosa que agradecí pues aquel tambaleo no me gustaba demasiado.
-¿Que se siente al estar a bordo de esta preciosidad?
-De momento nada- le vacilé- espera que lo pongas en marcha y te digo.
Carlos me miró haciéndose el enfadado y se fue a poner en marcha aquel mostruo, una vez arrancado, agarró el timón y creyéndose  todo un capitán salimos a navegar, me senté en una orilla, disfrutando del paisaje, de la brisa del mar en la cara. Él me miraba de vez en cuando y cuando veía que yo le miraba, desviaba la mirada al frente y se concentraba en el timón.
-¡Me encanta conducir este chisme!- gritó emocionado, me miró- ¿Quieres probar?
Solté una carcajada- ¿Que quieres? ¿que lo vuelque?- bromeé. Al escucharlo, empezó a reírse bruscamente.
-No lo volcarás ven, vamos a conducir juntos.
Eso de "Juntos" me puso los pelos de punta, resoplé disimuladamente, para liberar los nervios acumulados y fui con él. Carlos quitó una mano del timón para que entrase, de modo que ahora estaba entre el timón y él, Carlos cogió de nuevo el timón, poniéndose muy cerca de mí.
-Cógelo, sin miedo- me dijo al oído- no lo soltaré.
Con una sonrisa en la boca, lo cogí fuertemente, poco a poco él puso sus manos encima de las mías, en ese momento recorde las palabras de mi amiga "¿En un yate tu y él solos? ¡Tu caes!" sonreí de lado y cerré los ojos por un momento.
-Bueno- dijo soltándo mis manos y alejándose de mi- este es un buen sitio para parar a tomar el sol, yo siempre paro por aquí más o menos.
-Y... cuando vienes ¿Quien te acompaña?
Él se encogió de hombros- Nadie, yo solo, a nadie que conozco le gusta esto.
-No saben lo que se pierden- mientras decía esto, se quitó la camiseta, quedándose en bañador y dejando su perfecto cuerpo al descubierto- no, definitivamente no saben lo que se pierden- pensé al ver su cuerpo.
Carlos sonrió- Vamos ¿No te quedas en bikini?- se fue a la proa y se sentó allí- hace un día estupendo para tomar el sol.

Me quedé embobada por unos momentos y después me quedé en bikini, al ver la cara de Carlos, entendí que había pensado más o menos lo mismo que yo al ver que se quedaba  sin camiseta, pues se bajó las gafas para mirar por encima y todo. Me senté a su lado y me bajé las gafas de sol que llevaba en al cabeza. Él me miró.
-Nunca pensé que estaría aquí con tan buena compañía.
Aquello hizo que mi corazón diese un vuelco- Nunca pensé que estaría aquí- dije para quitarle importancia a o lo que él acababa de decir.
Carlos se tumbó hacia atrás y se puso las manos bajo la cabeza. Le observé mordiéndome el labio, soñando con acariciar ese cuerpo, por ceñirme a esa perfecta espalda. Mientras fantaseaba mirándole, este se levantó de golpe.
-Se nos ha olvidado algo importante- fue a una bolsa y volvió con un bote de crema. Me lo enseñó con una sonrisa- que luego nos quemamos y nos quejamos, tu deberías de echarte, eres muy blanca- empezó a echarse por las piernas, los brazos, bajo mi atenta mirada, seguía en mi mundo de ilusiones. Me tendió la crema, la cogí a desgana y me eché por las piernas y los brazos, cuando iba a echarme por la espalda, Carlos me quitó el bote de la mano y sonriente me dijo- Acuéstate.
Fruncí el ceño y él me lo volvió a repetir- acuéstate, voy a echarte crema.
Le hice caso, me tumbé boca abajo y me desaté el bikini con cuidado. La fría crema cayó sobre mi espalda, pero enseguida las calientes manos de Carlos la extendieron por toda mi espalda, dándome un increíble masaje que no quería que se terminara nunca. ¡Que forma de masajear! estaba claro que aquel chico tenía un don para hacer aquello.
-Oh, que gusto- le dije medio traspuesta- ¿Tu no me ibas a echar sólo crema?
-Sí, pero ya que estaba, pues te doy un masaje- subió sus pulgares por mi columna, apretándo, hasta llegar a mis hombros, allí se recreó un poco.
-Lo haces de maravilla- dije- me voy a dormir.
Él sonrió- Todos dicen que hago unos masajes muy buenos.
-Lo afirmo.
Cuando terminó de masajear mi espalda, me incorporé con cara de placer, él me miró sonriente.
-Que no te corten nunca las manos- hice una pausa- eres increíble.
Él no me quitaba el ojo de encima- Me alegro de que te haya gustado- me tendió la crema y le miré poniéndome nerviosa.
-Yo, yo no sé dar masajes- dije cogiendo el bote.
Carlos se encogió de hombros- Bueno, pero, si que puedes ponerme crema en la espalda ¿No?- alzó una ceja- no querrás que me queme...
Negué sonriendo de lado. Él me dio la espalda, me echó crema con la mano y cuando vi su espalda tan cerca, que estaba apunto de acariciarla, me quedé un poco bloqueada, finalmente le eché crema por la espalda, sentir su suave piel bajo mis dedos me produjo una sensación fantástica, podría estar horas y horas acariciándo aquella espalda, intenté darle un masaje yo también y aunque él me decía que estaba bien, yo sabía que no se podía comparar con el suyo.

-Gracias- me dio cuando terminé de extenderle la crema. Cogió el bote de crema, sin saber porque, se quitó el gorro, me lo puso a mi y fue a dejar la crema en la bolsa.
-Que bien te sienta- me dio al verme detenidamente con su gorro.
Sonreí de lado, estaba nerviosa pus le iba a decir algo importante- Carlos, eres el primer hombre con el que cojo confianza tan rápido- le miré fijamente- y me siento muy a gusto contigo, porque es como si te conociera de siempre.
Él asintió- Me alegro que hayamos conectado tan rápido- hizo una pausa- en la fiesta de Berta, te estuve observando antes de acercarme y con solo verte ya me habáis caído bien.
Sonreí agachando la cabeza- que yo esté aquí hoy, con lo poco que te conozco... es raro, ya te lo he dicho.
-Pero estamos aquí y solo tenemos que concentrarnos en disfrutar el momento- me sonrió con una sonrisa especial, una sonrisa con la que no me había sonreído nunca, fijé la mirada en su carnosos labios, esos labios en los que en aquel momento podía leer perfectamente "Bésame"
"Disfrutar el momento"- esa frase de Carlos llegó a mi cabeza y me dejé llevar por el momento, cerré los ojos y fui dispuesta a besar sus labios.
-¿Te apetece una cerveza?- se levantó y se fue a por la nevera, dejándome con los ojos cerrados  e intentando besar el aire. Entendí que no se dio cuenta de que iba a besarle, porque de lo contrario no se hubiera levantado. O ¿Es que se había puesto nervioso de que fuera yo la que diera el primer paso? ¿La responsable de como sería el primer contacto con sus labios?
Agaché la cabeza y me ajusté su gorrito- Sí, tráeme una- le dije un poco desilusionada.

Continuara...

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