Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

18 de mayo de 2012

Capitulo 13 "Lo bueno se acaba"

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!

 Capitulo 13 "Lo bueno se acaba"

Me sentía acorralada, los padres de Carlos estaban sentados a mi lado no paraban de hablarme y alguna que otra vez me hacían una preguntita incómoda, miré a Carlos con cara de "Por favor, sácame de aquí" este pareció entenderme y se levantó del sofá, le miré como alividada.
-Nos tenemos que ir- dijo y me miró. Yo me levanté- Tenemos que hacer cosas, maletas y todo eso...
Me despedí de sus padres con dos besos- Un placer.
-El placer es mío- dijo su madre- espero que vengas por aquí de vez en cuando.
Asentí- Eso depende de tu hijo, si me invita o no- sonreí.
La mujer me asintió de una cabezada- Claro que te invitará, si os lleváis muy bien.
Le acaricié lentamente el hombro mientras asentía- La verdad es que lo he pasado de maravilla, ese yate es un lujazo.
Tras escuchar varias veces que tenía que volver allí, nos despedimos al fin y nada más llegar a casa de terminamos de preparar lo que nos quedaba de las maletas. Me senté en el borde de la cama y en ese momento Carlos apareció en la puerta, le miré y esbozó una sonrisa.
-¿Te pasa algo?
-Estoy triste- dije sin más y agaché la cabeza. Carlos no tardó en ir a sentarse a mi lado, me pasó una mano por la espalda.
-¿Que te pasa?
Le miré fijamente a los ojos y tuve el valor de sostenerle la mirada durante unos segundos- Ya me voy de aquí y me da pena irme.
Él sonrió de lado y me quitó la mano de la espalda, hubo un rato de silencio- Volveremos a repetir en seguida, seguro.
-Después de estar así, en el mar, volver a la ciudad me va a estresar mucho.
De repente me dio un beso en la mejilla- No pienses eso, ahora vamos a dormir, mañana tenemos que madrugar.
Me puse el pelo tras la oreja, él se levantó, entendía que se iba a su cama y que yo tená que pasar la noche en ese incómodo colchón, me daba mucha vergüenza decirle si me podía ir a dormir con él, así que nos dimos las buenas nos y me tumbé allí, para mi sorpresa sin darme cuenta entré en un profundo sueño.

Aterrizamos en Madrid a las once, en el aeropuerto Berta nos esperaba entusiasmada por vernos, nos esperaba con las mismas ganas que esas personas que esperan que alguien vuelva de la guerra.
La divisé a lo lejos y solté una carcajada al ver que sostenía un cartel en lo alto y bailaba como una loca moviendo el cartel de un lado a otro. Me paré en seco al ver la escena y miré a Carlos, este tenía los ojos abiertos como platos y al ver que le miraba soltó una carcajada.
-Mira que loca- exclamó.
Cuando estábamos más cerca de ella, pude leer que en el cartel ponía "Señortia conde y el señor mallorquín" La saludé enérgicamente con la mano.
-Amigaaaaaaa- me gritó abriendo los brazos. Corrí arrastrando las maletas y nos envolvimos en un gran abrazo, esta me llenó de besos en la mejilla- ¿te lo has tirado?- me preguntó en el oído.
Me separé de ella haciéndome la enfadada- Hola ¿Eh?
Ella soltó una carcajada, en ese momento llegó Carlos y ambos se dieron un abrazo, un abrazo que duró muchísimo.
-¿Que tal todo?- nos preguntó con una gran sonrisa. Carlos y yo nos miramos.
-Bien, muy bien- dijo él.
-¿Habéis visto que cartel mas bonito he hecho?- nos lo enseñó orgullosa de él.
Asentí-¡Te lo has currado!- solté una carcajada.
-Bueno, contarme que tal... -me miró- ¿A que mola ese yate?
Sonreí y desvié la mirada- Es impresionante.
-Si ya se lo dije, que mi pequeñaje es precioso- dijo Carlos asintiendo.
Noté a Berta algo nostálgica, iba a decir algo, pero fuera lo que fuera a decir se vio interrumpida por Carlos.
-Por cierto mi madre dice que recuerdos, que te echa de menos y que vuelvas pronto- tras decir esto se miraron durante unos segundos, no té algo raro en esas miradas, aunque seguimos hablando con normalidad.

Allí nos despedimos de Carlos, él se fue en su coche y yo me fui con Berta. Nada más montarme en el coche me apoyé en el respaldo del asiento. Berta me miró fijamente antes de arrancar- Ahora que estamos solas... cuéntamelo todo.
Esbocé una sonrisa y desvié la mirada, avergonzada, mi amiga me señaló con el dedo- ¡Si ha pasado! ha pasado algo ¿Que tal?- me sonrió- ¿Estáis saliendo o solo ha sido un rollete?
Negué rotundamente con la cabeza y me apoyé con el codo en la ventanilla.
-¿Entonces no pasó nada?- me preguntó extrañada.
La miré fijamente y esbocé una sonrisa- No, no ha pasado nada.
-Pero ¿Por qué? si lo tenías a huevo. ¿No?
Me encogí de hombros y me apoyé de nuevo en la ventanilla, mi amiga se quedó mirándome unos instantes y después arrancó el coche, estuvimos un rato en silencio, hasta que ella volvió a sacar el tema.
-¿Y por qué no ha pasado nada?
Suspiré- Berta, porque no ha surgido...
Ella negó mirándo al frente, agarrando el volante con fuerza- Pero si ese yate hace todo el trabajo, si no ha pasado nada ha sido porque tu no has querido.
La miré molesta- O porque él tampoco ha puesto de su parte.
Berta sonrió yme miró por un momento alzando las cejas- Te gusta ¿Eh?
Hubo un silencio, en ese silencio relfexioné en todo lo que había pasado en el viaje pero Berta interrumpió en mis pensamientos.
-Tu a Carlos le gustas un montón- dejó caer y se formó otro silencio. La miré frunciendo el ceño. Ella asintió sin djar de mirar la carretera- No me lo ha dicho- hizo una pausa- pero se le nota en la mirada, en esa risa que le sale cuando está contigo o cuando habla de ti.
Agaché la cabeza y me mordí tímidamente el labio, no hice ningún comentario por lo que ella siguió hablando.
-Si- sentenció de una cabezada- le tienes loco... y yo diría que siente algo más fuerte por ti.
-¿Tu crees?- pregunté muerta de curiosidad.
-Te ha llevado a su preciado yate a los tres día de conocerte, eso no lo hace con todas.
Sonreí tímidamente y me quedé mirando por la ventanilla, estaba deseando llegar a casa, estaba muy cansada y necesitaba pillar la cama cuanto antes.
-¿Habéis dormido juntos?
Asentí- La primera noche si, porque mi colchón era muy incómodo.
-¿Y no ha pasado nada?- gritó ella.
Solté una carcajada- ¡Que no, pesada!
Asintió varias veces y se quedó pensativa- Ya sé lo que pasa.
Le miré interesada.
-Pasa que Carlos está plenamente colado por tí, quiere ir en serio de verdad y tiene miedo a lanzarse y estropear las cosas.
Alcé las cejas y sonreí de lado- ¿Seguro que es eso?
-yo creo que sí, conozco a Carlos.

A la mañana siguiente, al abrir los ojos vi que había tenido una manera bastante rara de dormir, ya que tenía todas las sábanas revueltas. me froté los ojos y miré la hora, las once y media de la mañana. Me desperecé y cogí el móvil "Increíble fin de semana a tu lado, estoy deseando volver a repetir, gracias por ser como eres"
Una enorme sonrisa me vino a la boca, era tan mono... tan atento.
Organicé mi maletea y vi que se me había colado una camiseta de Carlos, la cogí y la miré, sin ser consicente la olí, respirando profundamente, aquello parecía un anuncio de suavizantes.
Abrí los ojos y volví a oler la camiseta, esta vez con menos intensidad que antes, olía a él y me encantaba ese olor, podría estar oliendo aquella camiseta durante el resto de mi vida y no me cansaría.
Le envié un mesaje diciéndole que tenía su camiseta, era una buena excusa para volver a verle, pero me dijo que ese día le era imposible pasar a recogerla.
En ese momento, Berta llamó al timbre, no me la esperaba y me pilló con su camiseta en la mano, al verla me miró extrañada.
-¿Que significa eso? ¿Está aquí?
-¿Esto? que... se ha colado una camiseta de Carlos en mi maleta.
Ella asintió- Y ¿que haces con ella en la mano?
-Me acabo de dar cuenta y la he cogido.
-Ya...- dijo con una sonrisa, sin creérselo mucho- ¿Que tal has dormido?
Asentí- Bien, he descansado bastante.
Berta sonrió de lado y agachó la cabeza- lo que son las cosas, un día conoces a Carlos en mi fiesta y os volvéis amigos.
-Pues sí, para que veas- hice una pausa- supongo que si hubieran ido los del equipo del programa, esto no hubiera pasado.
Berta me miró a los ojos- amiga ¿Estás feliz?- abrió los brazos.
-Muy feliz- me tiré a abrazarla fuertemente, en ese momento el corazón me dio un vuelco, fue como si en cuestión de un segundo hubiera puesto en su sitio todos mis sentimientos y ya lo tuviese muy claro.

Continuará...

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