Estas fotos pertenecen al blog de Patri.

25 de mayo de 2012

Capitulo 14 "Espiando vidas ajenas"

AVISO: El contenido de esta historia NO es real, es totalmente ficticio, creado por y para los fans, para pasar un buen rato, leyendo historias de sus ídolos. Disfrutad!


Capitulo 14 "Espiando vidas ajenas"


Esa mañana decidí llamar a Berta para pasar una mañana de compras por nuestra calle favorita, antes de terminar la proposición, ya me estaba diciendo que si. Me encantaba salir de tiendas con Berta, sobre todo cuando se volvía completamente loca al ver algo que le encantaba. Sonreí al verla ir corriendo hasta un escaparate.
-Ualaaa Patri, ven corre, mira esto- me gritaba mientras me hacía un gesto con la mano para que fuera. Me planté al lado de ella y contemplé los zapatos. Berta los miraba boquiabierta.
-Patri- dijo sin quitarles el ojo de encima- ¿Te puedes casar con unos zapatos?
Solté una carcajada y la cogí del hombro- anda vamos- al girarme dos chicas estaban delante de nosotras, con su sonrisa y su cámara, eran muy pequeñas, sonreí al verlas.
-Hola.
Ella sonrieron nerviosas y al fin una de ellas se decidió a hablar- ¿Eres Patricia Conde?
-Sí ¿Cómo estáis chicas?
-Bien- contestó una. Alcé la mirada y vi que su madre observaba la escena unos pasos más allá, la saludé con la mano.
-¿Como os llamáis?
-Yo Celia
-y yo Mónica.
Asentí- Encantada.
Ellas se miraron con una sonrisilla- Nos gustaba mucho tu programa.
-Gracias ¿Lo veíais siempre?
Las dos asintieron a la vez.
-¿Sois hermanas?
Volvieron a asentir a la vez y una de ellas señaló a Berta, que seguía mirando los zapatos sin enterarse de nada- ¿Ella es Berta?
-Sí, es que estamos de compras- le toqué el hombro a Berta y esta se dio la vuelta.
-Hay que niñas más monas- sonrió y les dio dos besos a cada una- ¿Que tal bonitas?
-Bien- hizo una pausa y miró a su madre que esta le indicaba con gestos que nos pidiera una foto- ¿Os podéis hacer una foto con nosotras?
-¡Por supuesto!- exclamó Berta- las que quieras.


Me hizo gracia la reacción de Berta, le encantaban aquellos momentos. Posó con una de las niñas mientras la otra hacía la foto y luego me puse yo. Tras una sesión de fotos con aquellas preciosidades, se despidieron de nosotras con un beso y se fueron contentísimas y contándole a su madre todo. Miré sonriente como se alejaban tan felices, me encantaba que yo pudiera hacer tan feliz a alguien con tan poco, Berta volvió a concentrarse en el escaparate, a mi espalda escuché la voz de un hombre.
-Perdona ¿Te importaría hacerte una foto conmigo?
-Claro que no- contesté mientras me daba la vuelta, al ver quien era solté una carcajada- ¡Ángel! cuantísimo tiempo sin verte pequeñin...- le di un gran abrazo y un dulce beso en la mejilla.
-¿Que tal estás?- me preguntó con una enorme sonrisa y un brillo en la mirada, supe que estaba feliz de verme después de tanto tiempo.
Asentí- genial, a la espera de nuevos proyectos.
De repente Berta se dio la vuelta y se bajó las gafas de sol- Hombre, el traidor de mi cumpleaños- bromeó.
Él sonrió tímidamente- Hola ¿Eh?
Berta le dio dos besos- ¡Cuanto tiempo angelote! ¿Donde te metes?
-Estoy haciendo una obra de teatro, recorriendo mundo.
Berta y yo asentimos alegres por él.
-Estamos de tiendas, mirando ropa- le contó Berta- mira- le cogió del brazo y lo plantó delante del escaparate- ¿Ves esos zapatos de ahí? pues estoy enamorada de ellos.
Ángel sonrió y me miró mientras negaba con la cabeza- No ha cambiado nada ¿Eh?
-Nada- le dije.


Con las manos en los bolsillos y dejando a Berta a solas con los zapatos, se paró delante de mi- ¿Tu que tal por Mallorca?
Fruncí el ceño- ¿Cómo sabes que he ido?
Él alzó una ceja- Y no te vas sola no... ¡Menuda compañía llevabas!
Me quedé mirándole fijamente, extrañada, pensando en como podía saberlo ¿Quien se lo podía haber contado? y también me extrañé al notarle molesto.
-¿Cómo sabes todo esto?
-Los paparazzi, que son un poco hijos de...
Alcé las cejas- ¡Que fuerte!- agaché la cabeza y al rato le miré- ¿Y tú por qué lees esas revistas?- pregunté con una sonrisa.
-Lo vi de casualidad.
Asentí lentamente- ya.. claro- dije con cierta ironía.
Él agachó la cabeza, tenía la sensación de que no le había hecho gracia ver esas fotos.
-Es un amigo, nos conocimos en la fiesta de cumpleaños de Berta
Él me miró sin levantar mucho la cabeza- ¿Un amigo?- preguntó con media sonrisa en la boca.
-Pues si ¿Que pasa? ¿No puedo tener amigos?
Él puso las manos si estuviera apuntándole con una pistola- Eh, que no he dicho nada, claro que puedes tenerlos- bajó las manos- tu y yo somos amigos.
Hice una mueca al escuchar eso- Bueno... no me llamas nunca, no quedamos nunca... amigos, amigos, no somos.
Él agachó la cabeza, no sabía que decir, todo aquello era verdad, éramos simples compañeros de trabajo o mejor dicho, ex compañeros- Has cambiado- me dijo sin más y hubo un rato de silencio- la Patricia que yo conozco no se hubiera ido a Mallorca al yate de ese tío a los cuatro días de conocerle.
Le miré fijamente, sorprendida de que él me dijera eso, me puse el pelo tras la oreja- lo sé, me sorprendí a mi misma, pero es que hemos conectado muy bien.
Ángel asintió, estaba serio y no entendía porque. En ese momento Berta salió de la tienda muy sonriente y con una bolsa en la mano.
-Como os habéis puesto a hablar, al final no me he podido resistir y me los he comprado- nos enseñó la bolsa.
-Anda, iros de aquí ya o te llevarás todo- dijo Ángel con un sonrisa y tras decir esto nos dio dos besos y siguió su camino. Berta y yo seguimos mirando tiendas, al llegar al final de la calle decidimos irnos ya y no hacer como de costumbre, dar la vuelta y volver a recorrerlo todo. Mientras caminábamos, iba pensando, hablar con Ángel sobre Carlos justo en esa calle, me había hecho pensar mucho en aquel chico que se parecía a Carlos y que se me apareció allí, pero decidí no sacar el tema a la luz o Berta me llamaría pesada.


Para rematar la mañana, mi amiga me invitó a comer a casa, mientras hacía no se que por la cocina, yo preparaba la mesa para comer y me encontré con una revista del corazón,  justo la revista en la que salían mis fotos con Carlos en el yate. Me puse a verlas detenidamente, en la mayoría estábamos tomando el sol o comiendo, lo mejor de todo era el texto que ponía, que no tenía razón en nada, Berta entró con una fuente de ensalada, al verme con la revista se dio la vuelta y volvió a salir.
-Berta- la llamé. Ella volvió a entrar- ¿Por qué tienes tu esta revista?
Sonrió y dejó la ensalada encima de la mesa- Pues la compré para ir leyendo algo en el bus de vuelta a casa.
Asentí- ¿Seguro que no la has comprado para cotillear esto?- le enseñé la página donde salían las fotos. Ella se hizo la sorprendida y fue a coger la revista.
-Anda, sois Carlos y tú, no la había visto entera...- se quedó un rato mirando la foto, se había notado un montón que aquella sorpresa había sido falsa- Que guapos que salís... y mira aquí como te echa crema- dijo señalando la foto.
-Berta, te la has comprado para espiar lo que hemos hecho, no lo niegues- le dije con una sonrisa.
Ella agachó la cabeza- Pues... si- me miró a los ojos- de todas maneras hay más en internet.
Fruncí el ceño- ¿También has buscado por internet? ¿y eso por qué? no sabía que te gustaba tanto cotillear mi vida, es más fácil que te enseñe mis propias fotos ¿No?- le dije algo enfadada.
Ella me miraba fijamente- Lo siento- simplemente me pidió disculpas, después me fui de su casa, se me habían quitado las gana de comer con ella.




Continuará...

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