Capitulo 29 Ha dado mucho en esta comisaría
Llamé varias veces a la puerta, pero Dani no me abría, se había encerrado y no quería salir. La golpeé con ganas, haciéndome la enfadada a ver si así se decidía a salir, pero nada.
-Cariño ¿Que pasa? sal... tenemos que hablar sobre lo que te pasa, para así poder ayudarte.
-No... quiero estar solo.
Suspiré- Dani por fabor, que me preocupo por tí- di un golpe- abre la puerta.
En ese momento abrió la puerta y sin dar tiempo a nada empezó a contarme porque estaba así- tu me has perdonado y yo mira lo que te hice, eres muy buena conmigo y yo contigo soy muy malo, no me mereces.
Sonreí de lado y le cogí la cara- como vuelvas a decir que no te merezco saco las esposas y verás lo que te hago- le di un beso en la boca- si te he dicho que te perdono es porque sé que tenemos que estar juntos- volví a besarle en la boca- te quiero con locura- le hice retroceder unos pasos y le tumbé en la cama, me subí encima y empecé a darle besos por el cuello, la boca, a meterle la mano por debajo de la camiseta, él me siguió el juego, hacía mucho que no lo hacíamos y estábamos deseosos el uno del otro, además que nos vendría bien para bajar todas las alteraciones y los nervios.
Acabamos envueltos en una sábana, sudorosos, el uno al lado del otro, le abrazaba con fuerza y él sonreía mirando al techo.
-Como te quiero- me dijo sin dejar de mirar arriba.
Le di un dulce beso en el hombro- Necesitábamos esto ¿Verdad?
-Desde luego que si.
De repente mi móvil empezó a sonar, me di la vuelta y lo cogí de la mesilla, era Miki, contesté extrañada de que me llamase.
-Patri ¿Estás haciendo algo importante?
-Eeeh, si, estoy repasando unos guiones- mentí.
-Vale, será mejor que os vistáis, Berta se dirige al aeropuerto cargada con unas maletas.
-¿Que?- grité incorporandome rápidamente en la cama. Me facilitó todos los datos, se lo conté y a Dani y salí corriendo con todas mis ganas al encuentro de mi amiga para pararle los pies.
Entré como una loca posesa y me recorrí el aeropuerto entero en menos de dos minutos, hasta que me encontré con Berta, aún en cola. Esta me vió llegar corriendo y abrió los ojos como platos.
-¡Berta!- grité llegando a ella- no te vayas... no puedes dejarlo todo atrás ¿Que hay de mí?
Mi amiga sonrió- pero ¿Como te has enterado que estaba aquí?
-Tengo espías- dije haciéndome la interesante- pero de verdad, no puedes irte- la cogí del brazo- venga, vamos a casa.
Berta se soltó bruscamente y me miró a los ojos- Puedes estar tranquila, Patri, no me voy para siempre.
-Berta...
-Que voy a visitar a mis padres... a extremadura.
Fruncí el ceño- ¿De verdad?
Mi amiga asintió- Claro, ya te dije que no me iría de tu lado.
Le di un gran abrazo, esa amiga valía millones. Me quedé con ella esprando en la cola hasta que llegó el momento de facturar sus maletas, una vez que ya había puesto la maleta en la cinta y lo había hecho todo nos miramos sonrientes.
-Bueno, hora de marchar.
Asentí- Aunque te fueras a ver a tus padres me tenías que haber avisado.
-No quería molestar.
Negué rotundamente- Tu nunca molestas.
Ella esbozó una sonrisa y nos dimos un gran abrazo, le di un beso en la cabeza- leva cuidado Berta, y pásatelo muy bien... dale recuerdos a tus padres de mi parte.
-Se los daré.
-¿Cuando vuelves?
-Este fin de semana.
Asentí varias veces- te estaré esprerando, te haremos una fiesta de bienvenida.
Ella soltó una carcajada- eres muy exagerada, ni que me fuera a la guerra.
Encogí un hombro- Pero te voy a echar tanto de menos como si te fueras... los tres días se me van a hacer como un año.
Volvímos a darnos un abrazo.
-¡Cuídate!
Ella me guiñó un ojo- Nos vemos- se dio la vuelta y tras pasar un control desapareció.
Al darme la vuelta vi que unos chicos estaban intentando quitarle un bolso a una mujer. Abrí los ojos como platos y sin pensarlo fui a por ellos.
-¡Quietos!- enseñé la placa que siempre llevaba en el bolsillo- ¡Policía!
Uno de ellos se rió de mi-¿Y donde está tu uniforme?
-Menos cachondeos ¿Eh? ahora solo llevo mi seña de identidad, nada para defenderme, pero te meto una hostia que te tumbo.
Otro de los chicos se rebotó- ¿Que le vas a pegar tu a mi amigo rubia de mierda?
-Estás hablando con la autoridad chaval, un poco de respeto.
-¿A tí? respeto ninguno- se acercó a mi y me metió un empujón.
Agaché la cabeza con una sonrisa de "Estoy hasta los cojones"- Mira tío, tarde o temprano te vas a arrepentir de esto.
-Seguro que esa placa es falsa- se acercó tanto a mi cara que al hablar me echó todo el aliento- ¡Falsaaaaa!
Le metí un brusco empujón y él me respondió dándome un puñetazo en la nariz. Me llevé la mano ahí, me había dolido pero disimulé como pude, al ver mis dedos vi que estaba sangrando.
-Agresión a la autoridad, por esto puedes ir a la cárcel y todo.
-¡Hija de...!- gritó de lleno de rabia y vinieron a pegarme los dos, sin esperarlo me llevé otro puñetazo y una patada en el estómago, como pude y estremeciéndome de dolor le metí yo también un puñetazo a uno de ellos, enseguida la gente empezó a gritar y agentes de seguridad acudieron enseguida, me quitaron a los chicos de encima y me incorporaron.
-¿Estás bien?
Asentí llevándome una mano a la nariz, que no paraba de sangrar.
-¿Que ha pasado?
-Intentaban robarle el bolso a una señora y yo lo he impedido, pero son agresivos, ya lo está viendo- le dije señalándome la nariz- Soy policía- le senseñé mi placa y el tipo asintió.
-No te levantes, puede que te marees- cogió el walkie talkie- necesitamos cura en el sector 014, por fabor.
En pocos minutos apareció un médico armado con su maletín y me curó la nariz, aquello dolía pero podía soportarlo.
-Por suerte no te la ha llegado a partir, se curará pronto, solo es una leve hemorragia.
Me tuvo un tiempo sentada en el suelo, con la cabeza hacia arriba, después, me quitó las gasas de la nariz y me curó la herida, parecía que ya estaba curada, aunque se me veía ahí la herida del golpe, pero aquello era normal.
-Bueno, pues ya está, puedes levantarte con cuidado.
Me levanté y miré al rededor comprobando si me mareaba, pero estaba bien-Muchas gracias.
El policía que estaba allí, me pidió el número de placa, no me dijo para que lo quería, pero más tarde me iba a llevar una agradable sorpresa.
Al día siguiente, me levanté temprano, cuando me levanté Dani ya estaba con el uniforme puesto y desayunando en la cocina.
-Hola cariño, venga que hoy tenemos que ir un poco antes
Fruncí el ceño y me froté los ojos- ¿Y eso?
-Me han llamado de la comisaría y me han dicho que van a hacer un acto importante.
-Que raro- me dirigí a él y le di un beso de buenos días- voy a la ducha
Lo hice todo en tiempo record y nos dirigimos a la comisaría sin saber que era eso de un "acto importante" que iban a hacer. Dani sonrió antes de entrar y me miró, yo le miré extrañada.
-¿Tu sabes lo que van a hacer?
Él negó con la cabeza, pero por la manera de negar que tuvo me dio a entender que si que lo sabía, pero que no me lo iba a decir.
-Dani... tu lo sabes- esbocé una sonrisa y él abrió la puerta.
-Anda pasa.
Empecé a ponerme nerviosa, si Dani lo sabía quería decir que todos los demás también y que yo era la única pringada que no tenía ni idea de lo que iba a pasar. Al doblar el pasillo, me encontré con todos mis compañeros allí, uno al lado del otro, pegados a la pared y al fondo estaba mi jefe con una amplia sonrisa. Todos empezaron a aplaudirme nada más verme, miré a Dani muy desconcertada.
-¿Que está pasando?
Él me sonreía, era una sonrisa de estar orgulloso de mi, me señaló a nuestro jefe- Corre con él, a ver que pasa.
Estaba desconcertada a la vez que emocionada, me puse una mano en el pecho, suspiré y anduve hasta el jefe entre las miradas y los vivos aplausos de mis compañeros.
Me paré delante de él y me miró con una sonrisa tan grande que no le cogía en la boca, abrió los brazos y me dio un cariñoso abrazo. Me puso mirando a todos los compañeros y me pasó una mano por el hombro, en ese momento dejaron de aplaudir.
-Amigos, tenemos con nosotros a Patricia, una policía de diez- me miró de reojo- todos los sabemos.
Fijé la mirada al fondo del pasillo, donde estaba Dani escuchando todo, mirándome sin quitarme el ojo, de brazos cruzados y sonriente.
-Ella... ha hecho mucho en esta comisaría, la despedí una vez... y fue el mayor error que cometí en mi vida- me dio unos golpecitos en el hombro- pero ella me lo hizo ver, que sin ella esta comisaría no funcionaría igual de bien y aquí está a día de hoy, y gracias a ella se han coseguido meter en la cárcel a muchas personas que merecían estar ahí dentro. Atropellos, secuestros, ha llevado a cabo un montón de historías increíbles y ha sabido resolverlas tras muchos días de investigación- nos miramos y nos sonreimos, tras eso, volví a fijar mi mirada en Dani- El último acto de heroísmo que ha hecho fue ayer, sin ir uniformada ni nada, se plantó delante de unos matones en el aeropuerto que querían quitarle el bolso a una mujer y como pudo lo impidió, tuvo consecuencias... le golpearon varias veces en la nariz- me señaló la nariz- pero eso ella no lo pensó a la hora de hacerles frente sin llevar el uniforme, solo la placa.
Mis compañeros empezaron a aplaudir y a silvar, sonreí al ver tanto cariño y tanta alegría.
-Así que por todo esto que he dicho y mucho más, tu actitud ante esta profesión... te doy la enhorabuena porque, quedas oficialmente ascendida.
Abrí los ojos como platos y me llevé una mano a la boca, le miré sin poder creérmelo, él me asintió varias veces y miré a Dani, que aplaudía enérgicamente, al ver que le miraba me asintió también con la cabeza, como diciendo "Sí, es cierto"
-No me lo puedo creer- fue lo único que pude decir.
-Quedas ascendida, te lo mereces- me acarició la espalda- pasas a ser la policía jefe, ahora mandas sobre tus compañeros.
-Gracias- le dije sin poder articular más palabra.
Todos mis compañeros parecían felices y sin importarles demasiado que me hubieran ascendido, todo lo contrario.
-Sé que lo harás bien, por tu actitud en esta profesión, tu caracter que viene de lujo para esto y sobre todo para tu capacidad de ver las cosas antes que los demás.
Asentí con una sonrisa-Mil gracias, de verdad, no le defraudaré- miré a Dani, tenía un brillo especial en los ojos, estaba apunto de llorar, suspiré para no hacerlo delante de todos y me fui corriendo a tirarme a sus brazos. Él abrió los brazos al verme correr hacia él y cuando llegué, di un salto y me cogió en peso.
-¡Dani, que me han ascendido!
-Enhorabuena- Me dio un beso en los labios y me hizo el pelo hacia atrás.
-¿Lo sabías?
Él asintió sin separarme mucho de mi, estábamos abrazados y nuestros compañeros nos miraban sorprendidos, la mayoría no sabía que estábamos juntos y por lo tanto, estaban flipando.
-Y no me lo dices...- sonreí de lado.
-No hubieras reaccionado de la misma manera, no hubiera sido tan emocionante.
Le abracé con ganas y apoyé mi cabeza en su pecho. Parecía que estaba entrando en la mejor etapa de mi vida, todo me iba a ir bien a partir de ahora, o eso parecía. Dani y yo estabamos bien viviendo juntos a pesar del percance que habíamos tenido, me habían ascendido, Berta estaba bien y contenta con su vida...
-Soy la mujer más feliz del mundo- le susurré al oído.
-El más feliz soy yo por poder tenerte.
Me separé un poco de él y le miré a los ojos- ¡Te quiero! ¡No puedo quererte más!- ambos sonreimos y nos dimos un fogoso beso. Después entrelazamos nuestras manos y nos fuimos a la sala de descanso a tomarnos un café. Todos mis compañeros llegaron a darme la enhorabuena y también de paso a cotillear sobre cuanto tiempo llevába saliendo con Dani.
-Ahora eres mi jefa, que morbo que da eso ¿No?- me dijo Dani al oído. Le puse una mano en la cara y lo alejé de mi con una sonrisa.
-Tonto- le dije.
Sí, estaba claro, me sentía bien por dentro, todo empezaba a coger un rumbo en mi vida, y ese rumbo me gustaba. Solo quería que esa felicidad durase mucho tiempo y que en vez de ir las cosas a peor, que fueran siempre a mejor, hasta que llegase un punto en el que ya no pudieran ir a mejor por estar en la cima.
Continuará...
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