Patricia Conde en el club de la comedia

Monólogo de Patricia:

Vengo un poco achinada. A mí de pequeña me dijeron, que en el futuro iríamos todos en coches voladores. A vosotros también ¿Verdad? Bueno pues no sé si os habréis dado cuenta pero es que no pueden volar, y menos desde que han puesto radares. Como mucho, como mucho pueden desaparecer, sobre todo los de gama alta, pero no pasa nada porque luego aparecen en Europa del este. Habría estado bien ¿verdad? que los coches volaran, sobre todo porque si una paloma te caga, por fin se la ibas a poder devolver. El futuro no tiene nada que ver con lo que nos contaron de pequeños, está siendo como las actuaciones de operación triunfo una decepción tras otra. Por ejemplo, de pequeños cuando no nos comíamos las lentejas, nuestras madres nos decían, con mucha mano izquierda “En el futuro no tendrás que comer lentejas, te darán una pastilla, como a los astronautas y listo, pero de momento, ZAS, te jodes y te las comes” ahí es cuando sacaban la mano izquierda. Pues yo creo que ya podemos afirmar sin miedo a equivocarnos, que la ciencia, en el tema de las pastillas, se ha atascado en las de caldo de pollo.

Pero no, no le recomiendo yo a los astronautas que se las coman, yo estuve un tiempo haciéndolo, hasta que me echaron del gimnasio por sudar sopa. Otra cosa que nos dijeron es que habría robots, que harían el trabajo por nosotros, que no tendríamos ni que ir al trabajo ni nada, yo tengo en mi casa el más avanzado del mundo y lo más complejo que puede hacer es salmorejo. Muy rico, muy rico pero no para todos los días, además no creo que yo te sirva mucho en el trabajo, porque si tu jefe te dice “a ver Conde ¿Qué has preparado para la reunión de hoy?” ¿Tú que le vas a decir? ¿Salmorejo? Ahí el futuro, lo tienes muy claro, te pone de patitas en la calle, claro que eso si que sería futurista porque como se supone que en el futuro no íbamos a trabajar ninguno, y en otros países no sé, pero en España estamos a esto…

También se suponía, que los robots, un día se rebelarían y dominarían la tierra, pues ¿Qué queréis que os diga? A lo mejor el mío algún día se rebela, y empieza a cortar calabacines sin mi permiso, pero no lo veo yo entrando en la ONU diciendo “¡He hecho pisto para doce, os rendís!” También es verdad que hay más robots a parte de los de cocina, por ejemplo cada seis meses sale uno en el telediario, siempre el mismo, el robot este blanco culón, el de Tokio, que va así (demostración) ¿Lo habéis visto no? Bueno pues una vez sale, porque consiguen que baile, otra porque consiguen que sume dos y dos, otra porque consiguen que diga cuatro palabras seguidas. ¿Eso es innovador? Eso ya estaba inventado desde hace años, eso se llama futbolista.

De todas las cosas que nos contaron del futuro, la que más me ha decepcionado es la de que las máquinas hablarían, que vale que sí, que te dicen “ha elegido usted, gasolina súper” o “su tabaco, gracias” pero mucha conversación no tienen, yo he visto matrimonios que hablan más. Como se nota, como se nota que las ha programado un hombre ¿eh? Es que si las programara una mujer, te dirían “su tabaco, gracias ¿en qué piensa?” pero no todo lo que nos contaron sobre el futuro va tan mal, no, no, la clonación va muy bien, la clonación va de puta madre, a mí ya me han clonado tres veces la tarjeta de crédito. Lo que pasa, es que se supone que a estas alturas, todos íbamos a poder tener un clon. Que ¿Tenias una reunión con tu jefe? Mandas a tu clon, que ¿Tenías comida con la suegra? Mandas a tu clon. Que ¿Tienes que ir a llevar el coche a la ITV? Mandas a tu marido y tú te quedas con su clon. “Clon, clon”.

Otra cosa, otra cosa que íbamos a hacer en el futuro, era comunicarnos con la mente, y bueno, poder se puede hacer, pero no con todo el mundo, yo he hecho la prueba, sí, yo me he quedado fijamente mirando a los tíos en el metro y he intentado leerles el pensamiento. Algo debo hacer mal porque no puede ser que todos los tíos estén pensando lo mismo. Ahora con quien funciona súper bien, es con los camareros, tu a un camarero le haces así. ¡Te lee la mente! ¡Y te trae la cuenta! Y si te quedas mirándole un poco más fijamente, verás que está pensando lo mismo que los cerdos del metro. Quiero pensar que el futuro que nos habían contado llegará, lo que pasa es que va más despacio de lo que pensábamos, como la carrera de chayo mohedano. De hecho, de hecho, va tan despacio que se nos va a poner malo walt Disney, lo tienen congelado al pobre esperando una cura para lo suyo, yo he visto lo lento que va el futuro y lo descongelaba esta noche y me lo cenaba, mejor que las pastillas de caldo de pollo seguro. ¡Buenas noches!